No
siempre es verdad eso de que cuando algo va mal, ya no puede ir
peor.
En
esta época en que la frase más comentada es “...con la que está
cayendo”, aparte de la crisis que estamos sufriendo la mayoría de
los españoles, se puede además, para redondear, “estar en
crisis”: la de los treinta, la de los cuarenta, la de los
cincuenta...En ésta me bajo; es la estación de este vecino del
mundo.
Lo
bueno es que uno ya está curtido en crisis, y más que deprimirse,
se ríe.
Es
la época de estar de vuelta de todo, y de algo muy importante
sexualmente hablando, cuando compruebas en tus mismas carnes,
masculinas en este caso, si has tenido suerte, y no lo has comprobado
antes, que “todo lo que sube, baja”, una especie de bumerán
sexual, en el que te vas dando cuenta de que cada vez es más difícil
lanzarlo para que vuelva, porque cada vez vuelve más rápido,
incluso algunas veces antes de irse.
Te
van invadiendo muchas sensaciones que antes no habías tenido. Más
de una vez te puedes sorprender a ti mismo mirando a esas furgonetas
de transporte rápido, y piensas que cualquier día te van a llevar a
tí en una de esas..., por paquete.
Pasas
de ser el protagonista de cualquier aventura, a padre del aventurero.
Y...tú, siempre has querido ser Indiana Jones, y no el padre de
Indiana Jones, por muy atractivo que nos presentaran al Sean Connery
de turno.
Si
en algún momento fuiste un Casanova, ahora te tocará contar
batallitas de entonces, y si tomaste cien, contarás que mil. Y si
fuiste lo que ahora se denomina como “pagafantas”, pues es
triste pero no tienes ni para contarlo.
Además,
para colmo de males, en una época como la actual, en que se inventan
nombres para denominar todo, pronto, algún jovenzuelo, o quizás en
algún medio de comunicación (porque la lotería no te va a tocar,
pero que no puedas pasar inadvertido cuando quieres, sí), cualquier
día sale tu imagen en alguna manifestación de lo que sea, y el
locutor de turno te denomina “yayoflauta”.
Y,
ya para terminar, antes, cuando todo lo veías negro, y para animarte
pensando que podías tener un golpe de suerte, siempre te quedaba la
opción de pensar que cualquier día de éstos te iba a tocar la
lotería, aunque no jugases. Ahora en cambio, nos han quitado hasta
eso, porque a partir de Enero vas a tener que dar al estado el
veinte por ciento de tu premio de la lotería, si es mayor de 2.500
euros.
En
el fondo sabes que no te va a tocar nunca, pero con esa ley del
veinte por ciento, ya nos han jodido hasta la última ilusión,
porque nos han estropeado hasta el Edén de nuestros sueños.
*FOTO: DE LA RED