viernes, 9 de noviembre de 2012

EL RESTO ES HOJARASCA.

Desde mi atalaya, y aunque hace un frío y tiempo desagradable, recuerdo la primera vez que me vi, como te ven los demás, desde fuera.
Tengo un tío, de esos de mundo, como se decía antes, que en los años setenta, a principios de los setenta, tenía una cámara super-8, y en un encuentro familiar sacó imágenes de todos nosotros.
Al cabo de un tiempo, porque esa era otra, las imágenes no se veían al momento, sino que había que procesar la película, igual que las de cine, y eso tomaba sus días, vi las imágenes del día en cuestión, y el chaval que estaba en mi lugar, era otro.
Creo recordar que aquellas imágenes eran mudas, pero da lo mismo, porque también había sentido esa sensación con mi voz, al grabarla en una grabadora portátil de las de la época. Había una voz que decía las mismas cosas que dije yo, pero que era otro.
Se puede ir a estudiar a la universidad, pero en realidad, para los estudios más importantes, los de la vida, somos auténticos autodidactas. No hay nada escrito.
Lo mismo que en un piano, tocamos nuestro día a día de oído, y por lo que se vé hay algunos que tocan mejor que otros. E incluso los hay, que no solo no tienen suficiente con tocar su piano, sino que quieren tocar el tuyo, y si no les dejas, intentan que toques la melodía que a ellos les gusta o les interesa.
Desde entonces sé que vivir la vida es cuestión de oído y de buen gusto, para saber armonizar tu día a día, teniendo en cuenta además que lo que interpretas en el auditorio de la vida, en cierta manera va a ser modificado por el punto de vista de cada uno. Quizás esa es la razón del por qué no hay una sola verdad, sino la verdad de cada uno de nosotros.
Desde mi atalaya, y aunque hace un frío y tiempo desagradable, veo a mi otro yo y al de todos vosotros, y desde lejos la verdad, no valemos mucho, no al menos más que el ser que está al lado nuestro.
Mirando desde nuestro caparazón, nos oímos incluso con eco, y en realidad a la larga, nuestras palabras no van más lejos que lo que las pueda llevar el viento de la amistad y el cariño; el resto es hojarasca en el frío otoño de los demás.

*FOTO: DE LA RED




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