Cuando
muchos celebramos el fin de año pasado, más de uno hizo un corte de
mangas al calendario maya por confundirse en lo que al fin del mundo
se refiere.
La
verdad es que no ha habido ningún cataclismo de esos de película en
el que los edificios caen, y por las técnicas bien logradas del
denominado 3-D, parece que los hierros del edificio se nos insertan
en un ojo.
Lo
que ocurre es que mientras vigilamos que los edificios no se
agrieten, el orden social del que presuntamente hemos disfrutado
durante un tiempo ha estallado en mil pedazos imposibles de pegar del
que no se ha librado ni el mismísimo heredero del pescador en
tierras vaticanas. Visto lo visto y oído todo tipo de rumores, con
todas las facciones que se mueven entre sombras de la curia romana,
este vecino del mundo se pregunta de dónde sacan tiempo para
celebrar los oficios religiosos. Hace mucho tiempo que se debieron de
olvidar del concepto que tenía Jesús de convertir su iglesia en un
mercado.
En
este lado de los Pirineos sin embargo, de lo poco que debe funcionar
son las fábricas de sobres que por lo que se rumorea no deben de
tener ningún excedente de género hasta dentro de unos años.
Con
tantas empresas como están haciendo reajustes de plantillas, está
claro que los últimos cambios que se hicieron en la política de
empleo solo han servido para bajar salarios, aumentar horas de
trabajo, y que en cuanto alguien tenga un catarro se piense bien si
coge la baja, no sea que le despidan por haberse movido en la foto
laboral.
Este vecino está convencido, y no se las da de profeta, que
todas las empresas, una de tras de otra, van a dar la vuelta a sus
plantillas, para renovarlas con gente joven, bien preparada, y
ganando la mitad de lo que ganaba la plantilla anterior, y sin que
los nuevos empleados tengan la sensación de que su trabajo es para
siempre.
Lo
último del cachondeo patrio es que la mujer de Bárcenas ha llamado
a las fuerzas de orden público para que hagan lo que dice su
nombre, y ordenen estarse quieto al personal que no deja con tanto
griterío e insulto descansar a la citada familia. Y es que después
del presunto envío de tanto sobre, el padre de familia tiene que
estar agotado.
El
Señor Rajoy lleva un tiempo en el que está intentando no hablar de
ciertos temas, entre los que se encuentra el nombre de Bárcenas. Sin
embargo, no por no mencionarlos dejan de existir. Además si
hiciéramos una encuesta, la mayoría de los españoles seguro que
tiene la sensación de que por uno u otro motivo, el señor al que no
se debe de nombrar tiene cogido por la entrepierna del problema al
Señor Presidente.
*FOTO: DE LA RED