Estaba viendo ayer, a última
hora, la salida de la cárcel de Luis Bárcenas, con esas ganas
renovadas de vivir, más chulo que ocho millones de ochos, como si se hubiera metido un Cola-Cao en vena, y además sin
arrepentirse de nada, por lo menos disipando futuros malentendidos, que por un
momento pensé que como fuera más rápido, si se descuidaba, aparecía en la casa
de las casas, en este caso la de Gran Hermano VIP. Y la idea, como se
dice ahora, me moló.
Un Bárcenas, en Gran Hermano
VIP, estaría como pez en el agua. Intentando manejar las finanzas de la casa, y
si se descuidan de todo Telecinco. Creo, sinceramente, que enseguida tendría
algún problema bastante gordo con La Esteban, más que nada por
demostrar quién es más de derechas.
Porque la de San Blas tiene que ser la que más en todo, más que nada porque
siempre le sale del mismísimo…Y sino, llora, y todos sus compañeros de
programas, todo el engranaje de la cadena le ayuda, no por ella, sino porque
así ayudan a sus finanzas, y a esa máquina de hacer dinero que tienen.
Bárcenas ha sido la sombra
de un PP en sombras, y la Esteban es la parte negra de una televisión de colorines,
que a fuerza de repetir cuatro mandamientos no crean fans, sino “creyentes”.
Quizás la diferencia, la gran diferencia entre los dos, es que el mundo de La
Esteban se puede apagar con un click del mando a distancia, y en cambio, es
posible que Bárcenas siga mandando a distancia, la distancia que crea el
silencio y el saber muchas cosas de muchos, a los que con un simple click puede
apagar.
Y mientras, en la casa
Bárcenas viviría además como todo un señor, porque siguiendo la filosofía de La
Esteban, no cogería una fregona y limpiaría, porque hay tías que lo pueden hacer.
Entre la sombra de Bárcenas
y el poder de La Esteban, la prepotencia de uno y los tacos de la otra, el futuro es más negro que los mundos creados en “Blade
Runner” y “Automata” juntos. Al final, este vecino del mundo solo va a desear,
como los androides, poder soñar con ovejas eléctricas, porque éstas solo balan,
y no hacen tanto daño como las palabras de diferentes mundos que están en éste.
*FOTO: DE LA RED