Uno hereda aparte de las
facturas, porque ya dinero el común de los portales lo tiene difícil para dejar
en herencia, ciertos gustos y hábitos de sus padres.
Este vecino del mundo ha
heredado de su madre, y a mucha honra, la necesidad, porque en realidad es eso,
de resumir cualquier hecho con una especie de dicho, como un Sancho Panza
cualquiera. Y el último que ha pensado es ese de “Cuando el diablo no sabe qué
hacer, mata moscas con el rabo”. ¿El motivo? La última ocurrencia del gobierno
autonómico extremeño de “dejar” el anfiteatro de Mérida como una de las sedes
del World Padel Tour 2015, una de las competiciones más importantes del mundo
de ese popular deporte, que tendrá lugar
entre el 4 al 10 de mayo, a no ser que el ejecutivo de José Antonio Monago dé
marcha atrás a su idea.
Sinceramente, y este vecino
del mundo reconoce que debió de ser
metido de pequeño, como un Asterix cualquiera, dentro de una marmita de
mala leche, y que se le ha impregnado de por vida, pero lo primero que pensó es
que el Señor Monago debe de ser hiperactivo y que al no tener ahora la novia en
Canarias, y mucho tiempo libre, en teoría, para pensar, se le había ido la olla,
pero no un poquito, sino para no volver. Eso, o que el Señor Monago nació en Bilbao, y es una de sus "bilbainadas".
El presidente extremeño se
ampara en unos estudios que han hecho unos técnicos y que hace el evento viable,
pero seamos serios, nadie, nadie, puede garantizar que no se mueva, por no
decir quite, desaparezca, hurte, una sola piedra. Y luego ya sabemos lo que
pasa, como dice el pueblo, ese mismo al que él representa, la culpa siempre es
del maestro armero, es decir, del último mono, del becario, del pringado de
turno, pero nunca del que lleva traje y se sienta en una poltrona.
Tal como está el país, y
cada una de las autonomías en particular, la cantidad de asuntos que hay para
hincar el diente, como el paro, el hambre, la vivienda…y nos hacemos notar
con “una idea de bombero” (otro ramalazo netamente de mi madre). Y el miedo que
le da a este vecino es que esta idea tome cuerpo, y lluevan ideas del mismo
tipo. Por ejemplo, ¿Qué tal el utilizar el acueducto de Segovia como prueba
para un campeonato de vuelo acrobático, entrando y saliendo por cada uno de los
arcos? Otra manera de “vender” algo que quizás ya está muy visto, de dar una
segunda oportunidad a un monumento. Y ya
puestos, incluso se puede utilizar la Mezquita de Córdoba como una pista de
trial de motos que se pudiera presentar como "la ruleta rusa mortal y la madre
de todos los campeonatos imposibles, para pilotos no solo expertos sino
endiabladamente valientes".
A modo de resumen, se deduce que algunos políticos al menos, tienen mucho tiempo libre, o sus ganas de innovar dejan pequeño al mismísimo
Julio Verne.
Como decían en esa famosa
serie de televisión: Señor Monago, un poco de por favor.
*FOTO: DE LA RED