Aunque ya quedan pocos días
para abandonar este maldito año, acabamos de entrar, sin anestesia, en un diciembre
todavía por escribir, pero que tal como están las cosas, con muchas
posibilidades de afrontar más absurdeces que nunca por parte de nuestros políticos
y tertulianos de todo tipo de pelaje.
Si no solo no nos ponemos de
acuerdo en la cantidad de personas que van a integrar las unidades tipo para
celebrar las cenas navideñas, variando entre seis y diez personas, ahora y haciendo
uso de nuestra picaresca, nos deberemos de poner de acuerdo en las características
de los componentes de cada grupo.
Ya hay autonomías que están pidiendo
que no se cuenten como “personas” a los menores de catorce años.
Personalmente este vecino del
mundo pediría que tampoco se contasen a los "cuñaos", a los gorrones (que un día
llaman a tu puerta, y para cuando cierras descubres que ya tienes a dos dentro,
y si son de diferente sexo además en muy poco tiempo tienes un barrio de gorrones en tu pasillo, y si dices algo es que eres un egoista), a
los abuelos, que como además al día siguiente tendrán que cuidar de sus
nietos, cenarán los primeros para así irse enseguida a la cama, ya que los
padres tendrán que solventar los excesos alcohólicos, y muy posiblemente otros, provenientes de
hablar más de la cuenta, y no estarán para muchas luces, navideñas o no.
Al final, y si seguimos las directrices
de nuestros pastores oficiales, los políticos con mando en plaza, corremos más
que el riesgo de sufrir de esquizofrenia.
Y es que tenemos que portarnos
bien, no salir, cumplir las normas establecidas hoy, mañana no se sabe si habrá
otras, pero al mismo tiempo hay que consumir de todo y en todas partes que
oficialmente estén abiertas, por aquello de mantener la economía del barrio.
Personalmente, este vecino ya
se ha hecho una especie de tatuaje en su mente, para que así no se le borre, ni
se lo intenten borrar:
Por mucho que nos vacunen
cuanto antes, tengo más que asumido, que como mínimo no habrá que alejarse de nuestras
respectivas trincheras no antes de septiembre.
Eso sí, hagas lo que hagas, si
algo sale mal, la culpa siempre será tuya por no comportarte como se esperaba
que lo hicieras. Porque nuestros, ya mencionados pastores oficiales, en todos
estos meses, han dicho de todo sin importar contradicciones. Y en algún momento,
obviamente, algo habrán acertado que les sirva de medalla para la foto oficial.
Nosotros, bastante tendremos
con haber sobrevivido al COVID-19, y a esta España, que es más nuestra que nunca
porque está sin pagar, que si no ya se la hubieran quedado los bancos y los
partidos políticos, como siempre.
*FOTO: DE LA RED