Hay periódicos que dan la noticia con gran júbilo. Tras leerlo varias veces, es lo que yo me temía, que la Real Sociedad no ha ganado la liga, sino que tras sufrir mucho, el equipo de mis amores sigue en primera, por lo menos, un año más.
En mi vida siempre he pensado que uno tiene lo que se merece, y es probable que nosotros nos merezcamos este equipo. El problema es saber, si con las restricciones que va a haber en los medicamentos, por ejemplo, un aficionado donostiarra podrá resistir toda la presunta próxima temporada que nos espera a palo seco, porque quien más quien menos ya se ha tenido que cambiar el marcapasos debido a las vicisitudes de nuestro equipo del alma en los últimos años.
La Real será el único equipo, no de nuestra liga, sino a nivel mundial, donde el control antidopaje lo tiene que pasar el aficionado porque para resistir la temporada de sufrimiento continuo, hay que apoyarse en las empresas farmacéuticas. Así sugiero que, mientras nuestro equipo va a seguir llevando el logotipo de Nike, nosotros llevemos algún signo identificativo de la farmacéutica que nos ayuda a sobrellevarlo.
En clubes no muy alejados de nuestra capital, la relación equipo y aficionados ronda la “religión”, sin embargo aquí, en nuestra querida Donosti, ser de la Real ronda el “vicio”, pues es pernicioso para nuestra salud.
De todas maneras, y como decía al principio, si es verdad esa teoría de que cada uno tiene lo que se merece, los jugadores bastante hacen con tomar decisiones sobre la marcha, en un lugar donde para decidir un paso a seguir, siempre hay que nombrar una comisión a favor y otra en contra. Y si los concejales fueran entrenadores, nos daríamos cuenta más fácil de cómo durante el mismo partido son capaces de contradecirse con movimientos totalmente diferentes, que solo tienen respuesta a directrices de su partido.
En ese sentido, el único que no sorprende es Montanier, el entrenador, que siempre juega con el mismo sistema, y cambia a los jugadores en el mismo minuto de cada partido. Pero teniendo en cuenta, cómo deben estar las arcas del club, veremos quién le pone el cascabel al gato, y cambia al entrenador.
Para terminar, y con respecto a la prensa, desde el momento en que puede tener intereses económicos, en forma de acciones, y facilidades para enterarse de las futuras noticias, su libertad también está en entredicho.
Solo se me ocurre que este verano sigamos una dieta mediterránea con mucha verdura y aceite de oliva, para estar en forma para la próxima temporada que, como siempre, se presume que será más dura para los aficionados que para los profesionales del balón.
* DIBUJO: DE LA RED