Hoy los periódicos digitales nos han despertado con una foto resumen del resultado de las votaciones en el PSOE que es más que explicita. Es de esas fotos que conviene guardarlas, porque hablan por sí solas.
Un Patxi López, a la derecha, que parece pensar "si lo sé, no me muevo, y me quedo como estaba, porque ahora me han pillado con el carrito del helado". Una Susana Díaz, que más que saludar, parece tener la mano atrapada en una trampa para osos, mientras que con un amago de sonrisa intenta disimular lo mucho que le está doliendo. Y un Pedro Sánchez con cara de haber ganado el tesoro, y de que sabía que se iban a ver de nuevo, ellos tres, en una de esas vueltas que da el camino de la vida, y sus ojos parecen preguntar: ¿Y ahora, qué?
Me imagino que hoy, el día después, Susana Díaz tiene que tener la sensación de que ha sido arroyada por un tren del que pensaba tenía el control, sino ella sus compis, los barones. No debe de estar, ni para que la vecina, o el vecino de al lado, le pida un poco de perejil...
Que gane Pedro Sánchez, no se lo imaginaba, la Señora Díaz, ni su mentor Don Felipe, en el peor de sus sueños. Porque ella, al menos parece, medir muy bien sus pasos, y antes de dar otro, debía de dar buenos golpes al suelo para asegurarse de que no se rompe. Sin embargo, ha ocurrido lo inesperado, y todavía debe de estar bajando del mal paso dado.
Lo de Pedro Sánchez ha sido más un castigo preparado a fuego lento, más que nada por las circunstancias que le han ido poniendo por delante, intentando separarle de su presunto objetivo.
Un castigo como que te llamen casi todos los días a la hora de la siesta, y siempre la misma persona, Enrique José, que muy educada, atenta y solícitamente, toma nota para no volver a llamarte más. Hasta que un día, al cabo de mucho tiempo, no lo vuelve a hacer, parece que ha aprendido. Y al cabo de un tiempo, a las doce de la noche golpean fuertemente la puerta.Vas medio zombi, y medio temblando. Abres la puerta, y es un señor, bien trajeado, que te presenta sus respetos, y se identifica como Enrique José, y quiere hacerte saber las últimas novedades en cuanto a telefonía, y te pide perdón porque comprende que llamarte a las cuatro de la tarde no estaba bien.
Pedro Sánchez/Enrique José, ha vuelto con más fuerza. Con ésa que da el saber que las bases están contigo; que, a la postre, son tan importantes los anónimos como los nombres de campanillas. Y que quizás no estaban tan a la izquierda, en opinión de las bases, como ellos querían creer. Y eso, a unos cuantos todavía, les tiene que estar jodiendo...
Por cierto, a Felipe González, no se le ha visto todavía. Tengo un amigo, muy mal pensado, : que cree que a lo mejor se ha debido de quedar, con el disgusto, enganchado en una esas puertas giratorias.
Volviendo a la foto, mi subconsciente, que debe de ser muy malo, ha echado de menos, debajo de cada uno, esa numeración que suele poner la policía...
Me he auto-increpado, diciéndome: Pero eso es cuando te fichan, y no es el momento, ...de momento.
Para terminar, y a modo de resumen, vamos a utilizar unas líneas de una inolvidable canción, "Pedro Navaja", que prácticamente salen solas: "..La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida..."
*FOTO: DE LA RED