martes, 27 de octubre de 2015

LA PATADA DE PETER PAN


Este vecino del mundo lleva prácticamente dos días en una continua interrogación. 

Hasta hoy no sabía si dar su opinión sobre el comportamiento de Valentino Rossi y su patada fantasma a Marc Márquez, que al parecer nadie ha visto al completo, pero que debe de haber sido. Este vecino cree que hoy el destino le ha confirmado que tiene que hablar de ello, y así lo va a hacer.

Este mediodía estaba paseando con Afgano, mi bichón frisé, aunque siempre con la duda al fondo de quién saca a quién, cuando una señora de bastante edad estaba en el parque se supone que con su nieto, que no llegaría a los dos años. En un momento dado he oído con gran nitidez cómo la señora ante la posibilidad de que el niño se le escapara andando/corriendo, y viendo que Afgano, aunque atado y bien atado se acercaba a él, clarísimamente le ha dicho por dos veces: -Ven conmigo que sino ese perrito te va a comer el trasero-. A lo que, y desde el alma, y con una sonrisa en los labios le he contestado: -Señora, no debería meter miedo al niño, cuando además el perro ni se ha acercado a él-.

Y ahora viene lo que he considerado como un guiño del destino, y una especie de ánimo, o carta blanca, para hablar del Señor Rossi, ya que la señora me ha contestado, por dos veces también (al parecer todo lo debía hacer por duplicado): -Yo no le he dicho nada de eso al niño, y además no tiene miedo a los perros…

Antes de que sabiamente Afgano me llevara con su música, y su correa, a otra parte, le he dicho que no es mi problema en realidad la educación de su nieto, pero que no es necesario meter miedos innecesarios a un niño para convencerle de algo. Mientras le comentaba ésto a la señora, aunque ya no me ha contestado, su cara, y cada vez más, parecía estar contemplando un verdadero encuentro en la tercera fase, y no huía porque no le respondían las piernas.


Desde que me dijeron el nombre real de los Reyes Magos, poco a poco han ido cayendo uno por uno todos los iconos de la denominada “gente perfecta”. Vaya por delante, que nunca me he considerado como tal, muy al contrario, estoy lleno de imperfecciones, pero si algo me considero es “un ser  consecuente”, y si la picio pues la he piciado, y a aprender de los errores.
                                                                                                         
Lo de Valentino Rossi, y sin querer hacer leña del árbol caído, de ahí mis dudas sobre si hablar o no,  es como volver a rememorar una y otra vez el verdadero nombre de los Reyes Magos o comprobar como a Peter Pan le sale la primera cana mientras le expulsan del País de Nunca Jamás.

Todos podemos perder los papeles, pero tras varios minutos de búsqueda, en el caso de Valentino Rossí, no solo negó perderlos, sino que echó la culpa a otro.

Valentino Rossi, al negar en un primer momento la existencia de la patada, está dando a entender de que el Señor Marc Márquez le está acusando en vano de una acción, tirarle de su moto, o lo que desde un argot invernal sería hacer la bola de nieve cada vez más grande.

Hay que tener en cuenta que el acto del que se le acusa al Señor Rossi, no es algo banal, sino que la vida de Márquez ha corrido grave peligro, y además, para más sufrimiento, por alguien que desde niño, según la prueba gráfica, ha significado mucho para él. Descubre, de un momento a otro, que Peter Pan da patadas a los suyos, a los buenos.

Ahora, como con todo un campeón, se están buscando excusas sobre que si el comportamiento de Márquez, en la misma carrera, dejó mucho que desear, o lo que viene siendo “ya que uno se ha enmerdado, enmerdamos a todos para que el primero pase desapercibido”.

Todavía a nadie le he oído (y es lo que en realidad le preocupa a este vecino) lo que siempre se dice de los futbolistas cuando tienen un mal comportamiento. Siempre se les recuerda que son un ejemplo para los niños, y que no hacen ningún bien al comportarse así porque, en realidad, deberían ser un espejo en el que las nuevas generaciones se deberían de mirar.

Pase lo que pase a partir de ahora, al Señor Valentino Rossi presuntamente le han cegado las ganas de ganar a cualquier precio, y el precio podía haber sido una vida, ni más ni menos.

Desgraciadamente, y por los años vividos, no creo en los Reyes Magos, Peter Pan es fruto de un ardor literario, y desde este domingo en Sepang además hay una estrella menos en la constelación de mitos, porque el fin nunca puede justificar ni los medios ni las mentiras.

*FOTO: DE LA RED


domingo, 25 de octubre de 2015

ALGUIEN PARA RECORDAR (..A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)



Ayer me ocurrió uno de esos momentos adorables para un cinéfilo. 

Empiezas a ver una película sin la menor aspiración, ver por ver, en cualquier canal de televisión,  y a medida que te adentras en el argumento, vas disfrutando, y sin parpadear, llegas al final en el que te cambia toda la perspectiva.

Me explico. Ayer estaba viendo uno de esos canales de pago, concretamente AMD, porque ya estaba un poco saturado de coloquios-debates-show-teatralizados que otras cadenas ofrecían.

La película se titula “Recuerdame”, rodada en 2010, y para este vecino del mundo, al menos, pasó desapercibida en el momento de su estreno. Y la verdad es que, una vez vista, para bien o para mal, ya que de todo hay en la viña del Señor, hace honor a su nombre. 

En realidad, bajo la zanahoria de un comienzo con un asesinato dentro, y un salto de tiempo, lo que vamos a encontrar es una historia de amor, entre dos jóvenes rebeldes muy a su manera, porque la rebeldía de uno no coincide con la del otro.

Los protagonistas son Robert Pattinson, alejado de cuellos y mordiscos crepusculares,  y una adorable Emilie de Ravin, más conocida por varias series de televisión.

Con Robert Pattinson me ocurre como con Johnny Depp, que confirmo su calidad interpretativa, pero cada vez que le veo en algún estreno, me da la sensación de que se ha llevado la tarea a casa, y aparece con la misma pinta de guarrete, y en el caso del Señor Pattinson, con las mismas ojeras que en el cine hubiera atribuido a algún experto maquillador.

Bajo la historia de amor de dos seres sufridores y rebeldes, que al espectador muy maduro, sin duda, le traerán a la mente un James Dean, pero sin estar constantemente mirando al suelo, iremos viendo cómo en lugar de unirse en la incomprensión y en la derrota, van aprendiendo primero a sobrevivir, y luego a vivir con lo que les toca.

El director es un desconocido, para la gran mayoría, Allen Coulter, un director proveniente del mundo del teatro y de las series de televisión.

Rodeados de unos secundarios de lujo, Chris Cooper, (como el policía y padre sufridor de la protagonista), Lena Olin (sonriente y comprensiva madre del personaje de Robert Pattinson),  y un inesperado Pierce Brosnan, una especie de villano con traje al que es imposible redimir sin desvelar un final que te dará nuevas miras hacia un lado que hasta ese momento no habías tenido en cuenta. Y en cierta manera, sin embargo, te lo habían estado sugiriendo en varios comentarios en off del protagonista.

No se debería olvidar a una impagable Ruby Jerins, la pequeña hermana del protagonista, una niña prodigio llena de sufrimiento por el hecho de saber demasiado, en todos los sentidos, y no encontrar su papel en una familia desestructurada.

Lo importante es lo que no se dice, los silencios. Real como la vida misma, porque cuando coges una historia ya empezada,  no hay un guionista que te cuente la historia. La vas “leyendo” en pequeños detalles.

Con esta película, para una gran mayoría puede ocurrir como cuando haces una encuesta sobre la televisión que ves,  y sale ganador los documentales de la 2. Un gran sector dirá que es una película ñoña, pero tras el final de la misma, tu conciencia te hará que mires la vida desde otro punto de vista. 

*FOTO: DE LA RED

sábado, 24 de octubre de 2015

AMANCIO ORTEGA, SUEÑO O PESADILLA



No sé si será porque ayer leí que muy probablemente Amancio Ortega ya es el hombre más rico del mundo. Lo único que sé es que esta noche he soñado con él, y he pasado frío, mucho frío. 

Obviamente no nos conocíamos, pero desde que hemos coincidido en el mismo sueño, ha comenzado a  hablar conmigo, muy campechano, y como si me conociera de toda la vida.

Por decirlo de alguna manera, me ha dado una gran entrevista; de hecho, es lo único que me ha dado, una especie de master gratuito. Era de la opinión, y en eso y en que es gallego, coincidía, por cierto, con mi madre, que para tener hay que ahorrar. Y además en todo momento ha practicado con el ejemplo.

Su casa, al menos la que he visto en el sueño, y en la que se supone que vivía, era una mezcla entre la casa de “El  Orfanato" y la de “Psicosis”.

No sé si será que al estar junto a él, y por empatía, me he pasado toda la noche ahorrando; pero hasta he soñado en blanco y negro. Me ha extrañado, pero tras el sueño, he pensado, quizás, que sería por aquello del ahorro también, pero recuerdo el detalle de que la gran mansión no tenía luz eléctrica, sino que funcionaba con antorchas colocadas estratégicamente.

Le he comentado al Amancio Ortega del sueño, que su máxima, la de ahorrar, puede que sea verdad, pero que si como es mi caso, no tienes un euro, lo único que puedes es, ahorrarte la opinión, porque no te va a entender eso de que “dinero llama a dinero".

Se ha pasado todo mi sueño trabajando y explicándome eso de que si los economistas de su empresa prevén que para el año que viene su negocio tiene que ganar mil millones, y solo llegan a novecientos, en realidad han perdido cien.

Me he sentido tan agobiado que me he despertado sudando como si me hubiera caído dentro de una piscina, y además, olímpica, con el convencimiento de que si hubiera tenido cualquier ahorro, se lo hubiera dado, sin dudarlo, para evitarle el trauma de que no había conseguido esos malditos cien millones de nada.

Creer en sentido religioso, cada vez creo menos, pero hoy me he levantado dando gracias a Dios, y a los últimos gobiernos de este país, de que no tengo nada. Porque si el sueño era verdaderamente agobiante, la realidad seguro que supera a la ficción.


Bien pensado, si hubiera leído hoy la misma noticia  que ayer, la de que Amancio Ortega posiblemente es el hombre más rico del mundo, en lugar de envidiarle, le hubiera llamado directamente y le hubiera dado el pésame por ser tan rico. E incluso, si hubiera tenido un euro, lo hubiera puesto a su disposición, sin dudarlo. ¡Qué malo tiene que ser eso de poder perder tanto dinero!

*CUADRO: "CASA JUNTO  A LA VÍA DEL TREN", DE EDWARD HOPPER. 

viernes, 23 de octubre de 2015

SE BUSCA AL ESPÍRITU PERDIDO (GALA 7, GRAN HERMANO 16)



La gala de ayer, la séptima, se diría que ha sido una más. Sin embargo los sentimientos que me invaden son de añoranza.

¡Vayamos por partes! Tengo la sensación de que he ido a ver un concierto de mi cantante favorito, y con tantos teloneros, efectos especiales y servicio de cafetería y tienda, no me he metido en faena, y solo he sentido el des-concierto.

Y es lo que me está pasando esta temporada. Demasiados secretos, demasiada parafernalia, demasiada epidermis, y del concurso…nada de nada. Tengo la sensación, además, de que a los encargados del programa les pasa más o menos lo mismo, porque ya no es normal tanta acumulación de "cosas".

Ahora, además, no hay una rutina rígida que sirva de nexo de unión. La semana pasada enseñaron imágenes de diferentes videos, a los dos últimos que estaban nominados, ésta sin embargo no. Y sobre todo, a los que ese día han salido de la casa, les dejan hablar contando ciertas cosas, que dan pistas a los que están dentro.
Ponen y quitan según parezca a la organización, y eso no debe de ser de recibo.

Con respecto al último programa, al de hace unas horas, lo importante como en cada uno de ellos debería de ser, que Ivy, en este caso, se fue, pagando los platos rotos de las mentiras de otros, Suso, Carolina y Marta. Sin embargo, lo más importante fue la presentación de una repesca que se me antoja muy, muy, pronta.

Siempre he pensado que la repesca no es justa. Si los espectadores se han gastado sus buenos euros para mandar a alguien fuera, no se debería de utilizar un recurso como ese, para hacer de la capa un sayo.

No soy adivino, pero si entra alguien, que también hay opción "nadie",  será Maite o Raquel, más morbo, que en realidad desorientará, más si cabe, al espíritu verdadero del concurso que fue.

Respecto a cómo están las cosas ahora. Ricky, entró ayer mismo, se va a llevar muy mal con Suso, o al revés. Dos machos dominantes, en lo único que no chocarán es en lo cultural. Ni saben ni les interesa.

El antiguo Gran Hermano era una partida de pocker en la que podías engañar, e ir de farol. Aquí ya no se puede por la repesca, el que entré sabe la verdad.
Nos quieren sorprender tanto que en cualquier momento van a hacer otra edición de La Voz dentro de la casa. ¿Y el concurso?

En otro orden de cosas, Suso es tan manipulador que hasta quiere convencer al espectador de que ve otra cosa diferente a lo que ocurre realmente.

Ayer tras terminar la emisión del programa vi, mediante el veinticuatro horas, un rato más de esa noche.
Sinceramente, Ricky ya me ha cansado. Va de sobrado, y de que, en teoría, en cinco minutos ya es tu gran amigo... Me puedo equivocar pero para la semana que viene recibirá muchos votos.

En realidad, Suso y Ricky son como el hambre y las ganas de comer.  Y ésto, gran equivocación por parte de la organización, ni debería de ser un concurso de cocina, ni de varietés. 

Se ha perdido un espíritu. Si alguien sabe dónde está el de aquel concurso de las primeras temporadas, agradeceré la información. Pero mucho me temo que si ni Carolina, experta en esos temas,  lo ha visto, lo hemos perdido para siempre. Y así nos va.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 22 de octubre de 2015

TIEMPO DE LIMPIEZA


Prácticamente todavía quedan dos meses para las elecciones, y ya la altura de la información/propaganda/manipulación está llegando al nivel rojo de “cortarse las venas”. Con lo cual, este vecino ya ha guardado toda la cubertería y todo tipo de objeto punzante bajo candado.

La pena es que, ya puestos, no se hayan retrasado las elecciones solo una semana más.

En Euskadi, los regalos a los niños los trae en la Nochebuena, Olentzero, que en su origen era un viejo carbonero. Y por apenas unos días, al nuevo Presidente no lo puede traer él. Además, como ya la publicidad “a la americana” ha llegado tan lejos, más de uno de los candidatos seguro que se hubiera disfrazado del viejo carbonero, porque entrar a las casas, como él, ya lo hacen mediante la publicidad invasiva.

Ahora, como mucho, podremos ver a alguno de los candidatos disfrazado como el célebre calvo de la lotería, y en lugar de millones seguro que propone un trabajo para millones de parados, que como algo extraordinario sirva para poder pagar, no ya caprichos, sino las cosas más básicas.

Hace ya tiempo que en las elecciones, no se proponen a personas, sino a productos a los que se adorna con características,  que ya de antemano,  te las tienes que tomar como a amantes que más que conquistarte, si te descuidas, te van a intentar sodomizar. O que el vulgo define con esa frase tan fría, pero llena de verdad: “Prometer hasta meter, pero una vez metido, olvidar lo prometido”.

Personalmente, cada vez que me ofrecen a un nuevo candidato, este vecino se acuerda de aquella frase de un detergente ya muy antiguo que tras la marca decía: …limpia más blanco.

Lo del Señor Rajoy, en la humilde opinión de este vecino, no se arregla ni empezando a limpiar ahora mismo, y él y su partido lo saben.  Tienen mucha tarea por delante, y mucho presunto dinero negro, sobres, y viajes a paraísos fiscales, por detrás. Y eso no se arregla ni con el baño de “sus” multitudes  ayer en la Cámara de los Diputados, ni hoy reuniéndose la mayoría de la derecha europea en Madrid, y cantándole a Don Mariano Rajoy, eso de: Porque es un chico excelente, y siempre lo será.

Este vecino del mundo ni está aquí para convencer a nadie, ni tan siquiera lo ha intentado nunca. 

Siempre he hablado desde el corazón, y el que me sigue desde hace tiempo sabe que, entre bromas y veras,  aquí no hay ni trampa ni cartón, porque cuando hablan las entrañas se nota.

Personalmente ya lo tengo claro. Hace mucho tiempo que lo tengo nítido. Desde que entre los dos partidos que se han alternado comiendo la tarta del poder, perdí mi trabajo mediante un expediente de regulación de empleo, ERE, un número más en una larga lista,  y siguen sin saber que existo, ni ellos, ni esas puertas giratorias que solo sirven para los que han besado al poder, y a los poderosos.

Y si alguien todavía tiene dudas, al menos que no se deje llevar por el miedo. Porque en realidad, el concepto “miedo” aunque, en teoría, no tenga que ver nada, aparentemente, con el concepto “patria”, ni con “religión”, todos sirven para manipular. Y el que lo hace, manipular, siempre  es para provecho propio.

La “cosa” no funciona, o si funciona siempre lo hace para los mismos. Ahora es la oportunidad de intentar cambiar “esas cosas”. Siempre ha reinado, y he escogido bien el verbo, o un partido o el otro, y muchas veces, aunque hayan aparentado lo contrario, uno y otro se han hecho los dúos, y además sin desafinar, porque se sabían de sobra la melodía.

¿Que la opción que estás pensando no va a ganar? Quizás tampoco se trate de eso, sino de que “muchos pocos hagan, sino un mucho, sí cambiar el curso habitual del río democrático en España”, y se riegue de otra manera, y no para los de siempre.


¿Que no se puede limpiar más blanco que lo hecho hasta ahora? Claro que podemos.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 21 de octubre de 2015

REGRESO AL FUTURO A LA ESPAÑOLA



¿Qué os voy a contar?  Que este vecino del mundo está, por decirlo de una manera un tanto educada, un poco hasta el gorro de la eclosión, no hay otra expresión, que ha tenido hoy el hecho de que la fecha, 21 de Octubre del 2015, haya coincidido con el escenario que “Regreso al futuro” presentaba como “futuro”, según la pantalla que tenía el DeLoreac “maquillado” para la aventura. Y sin embargo, por la puerta de atrás, como a él, al Señor Rajoy, le hubiera gustado, se nos ha ido como de tapadillo, todo un Señor Presidente del Gobierno, en la última sesión de control de esta legislatura en la Cámara de los Diputados.

El destino nos ha alcanzado de lleno, y somos mucho más light de lo que pensábamos. Se han inventado muchas cosas en estos treinta años, entre otras la Red de Redes, y consecuentemente se surfea de otra manera, por internet. Pero lo que hacía el protagonista de la peli, con ese skate volador que incluso sería el orgullo de cualquier Supermán, solo puede ser emulado, aunque lo hiciera antes, en la Historia del Cine, por todo un Charlton Heston en el papel de Ben-Hur y su famosa cuadriga.

En el fondo, el mundo no ha cambiado tanto, solo que somos treinta años más viejos. Porque después de que nos caigan tantos años encima, el suceso no se puede salvar con palabras como “son daños colaterales". Y en el interín, quizás solo se ha salvado, y renovado en cierta manera, el mismísimo DeLorean, ya que como quien no quiere la cosa, tiene su versión musical, Delorean, un grupo, para más señas nacido en Zarautz, que triunfa más en el extranjero que en España.

Y este vecino del mundo, muy raro él, muy complicado él, se pregunta: ¿Dónde estaba Don Mariano Rajoy hace treinta años, y por qué los productores de la película de nuestra vida, no hicieron que se pasara como una de las protagonistas de la trilogía americana la mitad de esta, nuestra, película durmiendo? Quizás, nuestra vida al menos, hubiera sido menos dura.

Porque en esta película, “Regreso al Futuro a la española” nosotros, quizás como fallo de nuestro coche a la hora de regresar a donde estábamos, hemos retrocedido casi a los tiempos de Nefertiti y los trabajadores ya están a cinco minutos de ser esclavos.

Es curioso, y ningún guionista por muy de humor negro que fuera , nos hubiera pintado un futuro tan retrasado, tan “vintage”. Una palabra, que por cierto, no se usaba hace treinta años. Ni nadie se imaginó, tampoco, que los bancos hubieran armado la que armaron con su caída a los infiernos, y que, al final, nos han dejado los bolsillos más que rotos famélicos.

Quizás, como pasó con el actor Eric Stolz que llevando cinco semanas de rodaje en el papel protagonista de Marty McFly, el director, Robert Zemeckis, decidió cambiarlo porque no le gustaba el aire que le estaba dando a aquella comedia. Y aquí la posible comedia, por no tener protagonistas políticos de altura, ha derivado en un batiburrillo de mezcla de géneros (cine negro, de aventuras, thriller, comedia, drama) que solo lo hubiera podido salvar un Luis García Berlanga en el estado de gracia de “Todos a la cárcel”, pero que ya hace tiempo fue fichado por Dios y se supone que se encuentra en el más allá intentado darle a la cultura celestial, un tono de cierta calidad.

Y aquí, sin embargo, en la Tierra, estamos los que estamos, y en lugar de regresando al futuro, casi estamos con los monos del “2001: Una odisea en el espacio” o lo que viene siendo “caminando para atrás”.


Esperemos que los “guionistas” elegidos en las urnas el 20 de Diciembre, le den a nuestra historia a vivir, un poco de vida y esperanza, y los “héroes” elegidos, aunque no les gusten los toros, sí tengan un poco de vergüenza torera, y hagan lo mejor para nosotros, y no para ellos…

*FOTO: DE LA RED


martes, 20 de octubre de 2015

SALIENDO DEL ALMARIO...



Diplomado en desazón por la Universidad de mis intimidades. Catedrático de pensamientos impuros.

Hay palabras de las que nunca nadie te ha explicado su significado, pero cuando sientes, no te cabe la menor duda de qué es lo que te está pasando. Desazón. Te sobran y te faltan palabras. Te sobran las pruebas de lo que sientes, te faltan direcciones para saber cómo solucionarlo.

Te sobran los miedos y te faltan los abrazos. Porque el enemigo, la desazón, aparece en cualquier momento, y necesitas un abrazo sin dar explicaciones.

Te sobran los conocidos y te faltan los amigos.
Te sobran los terrenos desconocidos y te faltan islas que aíslan.

Desazón. Cuando te sobra poseer y solo necesitas sentir. Cuando estás harto de seguridades inciertas. Cuando el pasado suena a ciencia-ficción y el futuro es un jeroglífico egipcio.

Varios masters en desazón por la Universidad de la experiencia y monitor de corazón roto por la desidia. Ampliando estudios cada noche de luna llena. Surfero sin tabla de salvación, a la búsqueda de la ola perfecta para desaparecer de mí mismo.

Desazón. Catador de alcoholes que te hagan decir la verdad porque nunca la has sabido, y te niegas a inventar. No quieres arrepentirte de volverte a arrepentir.

Arquitecto de castillos en el aire contaminado por fumadores pasivos del cigarrillo de después.

Diseñador de ventanas ciegas con vistas a ninguna parte.

Sexador de asexuados. Capador de sueños no nacidos. Estratega mayor en el país de la sinceridad.

Pintor de horizontes perdidos con colores fríos de muerte. Escultor de mentiras piadosas para suicidas en ciernes.


Demasiados trabajos en el almario y tanta desazón como para poder exportarla. 

Por cierto, y ya para terminar, los enanos hace años que me crecieron y ahora despuntan en un trabajo de altura en el Circo de la vida.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de octubre de 2015

EL SHANGRI-LA DE TUS RECUERDOS


En algún sitio leí que no se debe de volver al lugar en el que se fue feliz porque es la manera de comenzar a perderlo todo. Incluso, y ésto ya es de mi propia cosecha, a la felicidad le vienen bien los grandes espacios, y el paso del tiempo para aderezarlo con atrezo de nuestra propia cosecha. 

Prohibido primerísimos primeros planos, porque como mínimo las patas de gallo de los recuerdos nos hablarán de tiempos pretéritos donde el futuro se teñía de posibilidades, y el deseo aprendía a dar sus primeros pasos.

Quizás, el retorno puede ser como intentar leer el libro de nuestras vidas dos veces. Como Superman intentando que la tierra gire en dirección contraria para borrar la muerte de su amada. Y ninguna vida resiste a una segunda lectura, porque a buen seguro cambiará, y es más que probable que perderemos en el cambio, porque siempre gana la banca, aunque sea la del recuerdo.

El ayer está lleno de nidos de bonitos recuerdos dormidos o sonámbulos. Recuerdos con pedigrí, que si vuelves a Shangri-La, es más que probable que acabes con ellos. Porque los recuerdos son como camaleones de porcelana del ayer, que se depositan en cualquier lugar, se mimetizan con el paisaje, pero son más que eso. Y si vuelves al Shangri-La de tus recuerdos es más que probable que perezcan rotos en mil añicos (como bolas de un árbol navideño olvidado en el mismo momento de nacer) por las pisadas de la realidad.


Los recuerdos siempre merecen ser mirados desde el retrovisor de la vida, pero con la vista en la forja donde el futuro hecho cerámica  se hornea  y se convierte en mil formas de un siempre frágil presente. Ayudan a que el presente sea soportable, pero no se puede vivir de ellos, solo sirven de anestesia a un dolor que está en nuestro ADN, y que nos hace distinguir lo verdadero de los sueños.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

sábado, 17 de octubre de 2015

EXTRAÑO SUEÑO CON ESTRELLAS INVITADAS


Lo que es el subconsciente que lo mezcla todo. Esta noche he soñado con Don Mariano Rajoy.

De primeras, no se lo he comentado a La Nuri, mi sufrida, porque tengo miedo que se ponga celosa, y me diga que por qué no sueño con ella y sí con el todavía Presidente del Gobierno. Que será porque no la quiero…

Por lo que he entendido, el Presi, el de mi sueño, está empeñado en ponernos un impuesto (eso sí, si sobrevive a las próximas elecciones) solo por el hecho de vivir. Dice que cada vez hay más gente, y la que habrá, sin posibilidad de estudiar una carrera universitaria, y que esos aprenderán de la vida, como muchos en plan cursi dicen (palabras fieles del sueño) de la Universidad de la vida. Y sería un agravio comparativo, para las demás universidades, no “poner” una especie de matrícula, para los listos que bajo el disfraz de “paria social” quieran aprender, aunque sea de la vida misma, sin pagar nada a cambio.

Aparentemente no tenía nada que ver con el tema, pero en un momento dado, en el mismo sueño, ha aparecido el Cardenal Cañizares, que estaba comprobando el estado de un campo de trigo. Lo curioso del caso es que llevaba, a modo de estrella de la televisión, un micrófono incorporado, de esos en plan alambre, cuyo cable le venía desde detrás de la cabeza.

Estaba de acuerdo, naturalmente, con el Señor Rajoy, porque si no se paga nada por nada se puede colar gente que no sea trigo limpio, y corromper al rebaño. O peor aún, erigirse, en un momento dado, como pastor del rebaño y (aunque puedan no ser palabras propias de un prelado, fue lo que dijo en ese momento de excitación en el mismo sueño) dejarle compuesto y sin novia.

Me he despertado sudoroso y con la respiración alterada. Me acordado del miedo que tenía a la oscuridad y a meterme en la cama cuando era niño. Tenía pánico al hombre del saco.

De mayor, me he dado cuenta de que nuestros peores enemigos no se amparan en la oscuridad, sino que muchas veces provienen de la misma luz con la que intentan cegarnos. Son aquellos que se disfrazan de salva-patrias o de salva-almas. La mayoría de las veces te ofrecen algo intangible previo pago crematístico, fidelidad mental, o lo que es peor, mezcla de ambas.

Siento sueño otra vez, llegó la hora del pánico…

*FOTO: DE LA RED



viernes, 16 de octubre de 2015

LA NOCHE EN QUE ME SENTÍ COMO UN BANQUERO (GALA 6, GRAN HERMANO 16)



Desde que en  la última edición de Gran Hermano VIP se salvara en el último momento Belén Esteban, este vecino del mundo ya cree hasta en los pitufos. Por eso ayer, en el momento en que Suso se salvó, o más certeramente, le salvaron, en detrimento de Quique, que se va de un concurso al que ha amado desde sus comienzos, este vecino lo primero que pensó, es que ayer estaba claro que el notario del programa, si lo hay, sin duda tenía que ser el mismo de la noche en que se salvó La Esteban.

Algunas veces, y ayer tras el veredicto de la audiencia, puede ser el mejor ejemplo,  me siento como los banqueros durante mucho tiempo en este país: “no doy crédito”.

No doy crédito a lo ocurrido ayer en la sexta gala de Gran Hermano 16, aunque creo en Los Pitufos.

No doy crédito a que se defienda, porque en el fondo es eso, el estar todo el día en gayumbos por la casa (cuando este vecino tiene entendido que está prohibido por el “reglamento” del programa); el mirar a las mujeres, a todas, desde arriba, para solo fijarse en lo de abajo; el desacreditar mediante adjetivos calificativos de dudoso gusto, a todo aquel que ha estudiado algo.

No nos vamos a cortar las venas, por algo que ya no tiene remedio. Sin embargo hay algo que me tiene en un sinvivir.

En la mayoría de los comentarios que he leído a favor de que se quedara Suso en la casa se decía: que se quede un poco más, para animar la casa, sino sería una mueblería, y por lo tanto un aburrimiento.

La pregunta entonces es: ¿Cuánto tiempo “hacemos” que se quede Suso dentro del concurso? ¿Cinco minutos, cinco semanas, hacemos que llegue directamente a la final?

El problema que se ha planteado con el desenlace de ayer, es que Suso no se medía con uno cualquiera. Quique era un estudioso de Gran Hermano, y una persona, que se diga lo que se diga, se ha portado intachablemente. En realidad es un joven que se portaba bien, contra un joven que se portaba mal. El hijo que todas las madres quisieran tener, contra un posible tesoro para una cadena que vive de romper esquemas.

Y la lectura final es que se ha premiado al malo, al alocado, al que es solo fachada de tableta de chocolate, al que hace “peinetas” a los espectadores, al machista, al que se ríe de los que han estudiado.

Si seguimos apostando por alguien que da juego, más de una vez he pensado que en un futuro, y para no perder más el tiempo, se debería, el mismo primer día de una próxima edición, advertir al telespectador que entre los concursantes que acaban de entrar en la casa, hay un perfil que es falso, y en realidad, se esconde un asesino en serie. Visto lo visto, y por la teoría de que la gran mayoría lo iba a pasar tan bien, hasta los mismos concursantes lo iban a pasar “de muerte”, literal, sería la apoteosis del paroxismo al cuadrado. Podía ser algo así como la gala de Halloweeen, pero que durará los tres meses.

En otro orden de cosas, cuando alguien está convencido de que se va él esa noche, y le dice a  su compañero en la soledad de la espera "Fuera nos olvidamos de ésto, y seremos amigos", como ocurrió ayer, el otro debe de estar seguro de que dentro, y durante el concurso, le ha apuñalado una y otra vez.

Suso está demostrando en las pocas semanas que lleva el concurso, que es maestro en pedir perdón una y otra vez, diciendo, las veces que hagan falta, que sí se ha dado cuenta de su mal comportamiento esta vez. Es un déjà vu constante. Y, como ayer, al regresar tras ser salvado, aprovecha para vender unas cuantas motos de lo que dice que se ha enterado por las imágenes que la organización le ha ofrecido, y entre farol y farol, algunas veladas amenazas a sus compañeros.

Con respecto  a las nominaciones, como ayer, denominadas como “cara a cara”, las mismas darán espectáculo, pero, muy en contra de la opinión de Mercedes Milá, en realidad, si favorecen a alguien, lo hacen a Suso, por el carácter de los mismos concursantes que le tienen miedo, así, puro y duro miedo. 
Votar uno por uno, en la intimidad del confesionario, da más juego a la larga, porque se puede engañar, y son más libres de opinar.

Por lo demás, lo dicho, desencantado y sintiéndome por un día como un singular banquero: “sin dar crédito”, y eso sí, con los bolsillos como los chorros del oro, limpios no, limpísimos. ¿Y de esperanzas en el futuro de esta edición? Como los mismos bolsillos, nada de nada.

*FOTO: DE LA RED


jueves, 15 de octubre de 2015

Y TÚ, MAS.


Hoy, lo de Artur Mas y esa especie de despliegue de fuerzas, al ir y venir de declarar ante el tribunal, desde el punto de vista de este vecino del mundo, ha sido de todo, menos bueno para su causa.

En primer lugar, nunca es bueno tapar el sol con un dedo porque te puedes quedar sin dedo, y no deja de ser querer negar una evidencia mediante el pataleo.

Ya al ver el comienzo de ese desfile de los primeros espadas del independentismo catalán, este vecino se los ha imaginado con los bolsillos llenos de plomo, porque de tanto orgullo de estar en posesión de su verdad, hasta levitaban. De no ser por el lastre, podían haber llegado a Marte en cinco minutos.

Sinceramente, me he acordado, y ya en primera persona, de Pablo Iglesias y de su famosa “caspa”. Eso es realmente caspa mezclado con un “porque yo lo valgo”.

Quizás ha sido un efecto no deseado, los famosos efectos colaterales que ahora están, desgraciadamente, tan de moda, pero para este vecino del mundo cantaba a “Yo soy el pastor de este rebaño y hago con él lo que quiera. Hoy los he traído hasta aquí, pero si ni el Gobierno españolista, ni la Justicia, nos hacen caso, puedo hasta tirarlos por un acantilado, porque hacen lo que yo quiera. Y voy a querer”.

Olía a mafia, a mafia política, y a “me paso las leyes por el arco de mis deseos”.
Y es lo que tiene apelar a la patria, al orgullo patrio, que las palabras ya no sirven.
Olía a ¡Fuenteovejuna, todos a una!

Y en el fondo, muy en el fondo, aunque el Señor Mas ha asumido todas las responsabilidades, también ha olido, y mucho, a lavarse las manos en el asunto de la consulta del llamado “9 N” porque al final, aunque él se ha hecho responsable de “idear e impulsar” el 9-N, tras la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional, fueron los voluntarios, según la versión de hoy del Señor Mas, quienes sacaron adelante la organización de la consulta soberanista. Es decir, valiente pero no tanto.

Desde un punto de vista teatral, no lo de Cataluña, que se debería distinguir, sino la que ha montado el Señor Mas en Cataluña, con la ayuda, por no hacer nada, del Señor Rajoy que, como siempre, se ha quedado "plasmao", comenzó con un vodevil para "taparme las vergüenzas y las de mi partido, y la fortuna de la estirpe Pujol", y está acabando como un drama shakesperiano.


Lo de hoy, si el Señor Mas fuera un actor, se hubiera dicho que ha estado en todo momento sobreactuado, pero él ya no mira al frente, en el que puede estar el gobierno central, sino ya directamente mira a la HISTORIA, así con mayúsculas, y entre el día a día y la historia puede haber un gran acantilado en el que se despeñen todos los que siguen a su amo.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 14 de octubre de 2015

EL PASTEL ENVENENADO DE GRAN HERMANO 16


Este vecino del mundo tenía pensado hablar sólo de Gran Hermano 16, el día después de cada gala de expulsión, que normalmente son los jueves. Pero como se suele decir como variante al dicho tradicional: El hombre propone, Dios dispone, y el Diablo lo descompone. Y antes de que venga mañana el diablo, que puede adoptar muy diversas formas, como una gran campaña en todos los balcones de la casa Telecinco, en forma de gran mayoría de colaboradores a favor de que Suso se puede salvar, este vecino quiere dejar bien claras unas cuantas cosas antes de que ese concursante se pueda salvar mañana.

En primer lugar, este vecino ignora si el mismo nombre, “Suso”, es diminutivo de algo, nombre que familiarmente le dan al concursante, o simplemente su nombre real, sea lo que fuere, al concursante le viene como anillo al dedo.

El Suso (algunas veces, y según la zona puede adoptar diversos nombres como chucho, susú, xuixo o xuxo) es el nombre que se le dá a un pastel con crema por dentro. Y Suso, el concursante, en realidad es eso, algo que se vende por su apariencia más bien golosa. Gustará a hombres y mujeres, especialmente al género femenino que se siente atraído por un hombre canalla, al que muy secretamente quiere redimir, pero que no se da cuenta que él no quiere ser redimido.

Suso, el concursante,  no deja de mirarse en todos los espejos de la casa, porque está enamorado de sí mismo, y solo busca a las mujeres para hacer una muesca más en su culata y para reafirmarse con cada conquista (donde pone el ojo, pone la bala, y todo lo que pueda, menos el corazón) de que él es el mejor, el más guapo, el…todo, y solo se merece reposar en el Olímpo de sí mismo.

En el caso de la madre de Suso, y no me gusta hablar de las personas que no concursan, pero ella está tomando parte muy activa en el intento de su salvación, debería de diferenciar el salvar la cara a su hijo, callándose por ejemplo lo que cree que hace mal, con intentar vendernos la moto de que lo que hace mal lo hace porque es joven.  Para su madre: ¡Solo tiene 22 años!  En cambio, según su testimonio también, la mayoría de la culpa de su comportamiento la tiene Sofía, que tiene 19 años, pero que en ella no aplica el que es joven.

Además, y siguiendo con la teoría de su madre, todo lo que hace es para que el público se ría y lo pase bien. Hoy ha dicho en uno de los programas que va apareciendo, que si a su hijo le expulsan el jueves, el programa deberá de contratar a un payaso porque los demás son muy aburridos.

Habría que explicarle a Merche, la madre de Suso, y se lo podría contar además, como gran estudioso en Gran Hermano precisamente,  Quique, el médico, aunque su hijo le llame despectívamente "el bibliotecario", que una de las páginas más bonitas de Gran Hermano, fue en su novena edición la protagonizada por Judith Iglesias, a la postre ganadora, y primera reserva en ganar el concurso, quien nos deleitó con sus grandes conversaciones con Andalla, sobre muy diversos temas.

Ya para terminar con el capítulo de la mater amatísima, me gustaría preguntarle, y sin ánimo de hacer sangre, si a su hijo en casa le han hablado, y lo digo en plural, alguna vez de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, de la solidaridad, y de la conveniencia de cultivar, junto con el cuerpo, también el intelecto. Porque no toda la educación hay que darla en la escuela... Y su respuesta además podría aclarar muchas cosas.

Siempre se dice que los futbolistas, con lo que ganan y con los millones de seguidores que tienen, deberían de dar ejemplo de buen comportamiento. Sin embargo, no nos preocupa que estos famosos, aunque lo sean por tres meses, den mal ejemplo. Es más, en más de un caso son una especie de mando a distancia de los deseos ocultos del que mira. Yo no lo puedo hacer porque todo mi entorno me conoce pero que lo haga él y en cierta manera cumple mis sueños.

Que siga Suso, ese pastelito de crema envenenada, significa pura y duramente el culto al cuerpo, a las apariencias, al machito, al nada por dentro, todo por fuera, reírse de los “bibliotecarios”, de la gente que tiene una formación.

Suso, y ya lo ha dicho, promete más de lo mismo, falta de compromiso con los demás,  y más “tetas veo, tetas quiero”. Ahora parece que se ha fijado en Niedziela, y si le dejan dentro de la casa hasta el final del concurso, corre peligro de terminar la ronda de todas las mujeres de la casa,  y comenzar una segunda.

¡Abrid los ojos!, A Suso no le han marginado sus compañeros. Se ha quedado solo porque ha querido, y porque le resulta lo más fácil. En el fondo, es un cobarde. Hace una putada queriendo, a cualquier concursante, tergiversando los hechos porque le da la gana, además lo ha reconocido, y en lugar de dar la cara, se refugia en sus cuarteles de invierno. Come solo, porque es más fácil para él no ver los ojos de los demás.

Este vecino del mundo tiene entendido que por contrato los concursantes tienen que cumplir muchos requisitos, entre ellos: comer junto con los demás, y este pastelito de relleno, Suso, en este caso muy amargo y pesado, se va a comer solo, sin que la organización, al menos no me consta dato en contrario, le recrimine su actitud.

Antes de votar para que siga en la casa (como al parecer muchos están haciendo), y vosotros, desde fuera como un Pilatos cualquiera, os limpiéis las manos ante cualquier desaguisado que pudiera cometer, haceros una pregunta: ¿Si vosotros estuvierais en el concurso, o tuvierais una hija, o una hermana dentro, desearíais que Suso, el pastelito, el orgullo de sí mismo, estuviera cerca, o incluso más que cerca? La respuesta creo que más que clara, es nítida.

El resto, la misma cadena y su mariachi (los colaboradores) que digan lo que quieran, porque Telecinco está pensando en llenar todo sus huecos con publicidad, que la vea el mayor número posible de espectadores, y el mariachi, en que su empresa gane bien, para poder pedir incluso más dinero.


Nosotros, todos los demás, no somos más que tontos útiles; pero este vecino sentía la necesidad en conciencia, de advertir y aclarar ciertas cosas, antes que el mal esté hecho.

*FOTO: DE LA RED


martes, 13 de octubre de 2015

ENTRE LO DULCE Y LA ÑOÑERÍA


Muchas veces este vecino del mundo se acuerda de las conversaciones que sus padres tenían a la hora de comer cuando era pequeño, que también lo fue, aunque fuera en blanco y negro, más por la época que por las estrecheces que también las había.

Una de las frases más recurrentes entonces a la hora de comenzar un recuerdo, era aquel: Pues en los tiempos del hambre… Porque los años de la guerra civil y posteriores, se conocieron así, “los años del hambre”. Y en aquellos años, y como se diría ahora, cada uno se buscaba la vida, y nunca mejor dicho, como podía. Fueron los años del estraperlo, y también de los sucedáneos. De comer tortilla de patatas, sin patata ni huevos, naturalmente, y el café, de puchero, con más achicoria que café, cuando no era achicoria en solitario.

Con esto de la crisis, y como jugando,  cada uno encuentra sustitutos incluso para las comidas, aunque más de uno se salve utilizando productos blancos de algunos grandes almacenes....

Para el desayuno, la leche aguada ya es frecuente, con tal de que no aparezca un pez que denote demasiada, en pleno desayuno. Lo importante es darle al magín para ahorrarse el dinero que uno ya no tiene.

Desde hace un tiempo, este vecino del mundo ya no utiliza azúcar, ni cualquiera de los sustitutos de glucosa, o finas hierbas que pudieran existir.

Cuando tengo ganas de beber algo dulce, me veo unas cuantas imágenes que tengo bien guardadas, por cierto, en el disco duro de mi ordenador (que también  tendrá que resistir el máximo de tiempo posible sin averiarse, porque no hay dinero para otro nuevo) de Carlos Baute y su esposa, echándose flores el uno a la otra y viceversa, y me endulzo hasta las entretelas. ¡Eso sí! Hay que tener mucho cuidado con este “edulcorante” porque puede empalagar, incluso en pequeñas dosis. 

Y es que eso de jugar a pareja de cuento, o virginal de larga duración, en la vida real hace que cuando menos les tengas que mirar con gafas de sol, para que no  te deslumbren. Porque, entre lo dulce y la ñoñería, hay la misma distancia que entre el café y la achicoria, la apariencia

Este vecino del mundo se considera romántico, pero no romántico de papel cuché, ni de que le salgan estrellitas en el brillo de los dientes, o en las pupilas. Porque lo mismo que ves estrellitas, cualquier día puedes ver el símbolo del dólar o del euro, y eso ya desvirtúa lo dicho, especialmente cuando detectas, que detrás casi siempre hay una marca de algo en los denominados “photocalls”, o "galería de sinceridades sobrevenidas profident”.

*FOTO: DE LA RED