Ayer tuvo lugar uno de esos partidos entre el Real Madrid y el Barça, que son partidos del siglo de cada año
Que todo el mundo estaba viendo el partido estaba claro. Miré por el balcón...ni un alma...ni perros, ni gatos. Mientras no había ninguna jugada importante, no se oía nada, pero nada, nada, ni grillos, ni pájaros. Creo que el mundo se había parado para que los jugadores se pudieran concentrar.
A veces no gana el que mejor juega, pero sí siempre el más efectivo, y ayer sin duda lo fue el Barça. Lo mismo que también fue efectivo Mourinho. Sin apenas despeinarse nos dió una rápida clase de efectividad en lo que a juego sucio se refiere. Que el juego sucio ya había comenzado antes, totalmente de acuerdo, pero se supone que el entrenador tiene que ser ejemplo para sus jugadores.
Ahora mismo, en cambio, se transmite por televisión que el Papa Benryedicto XVI está ya celebrando su primer acto en Madrid.
He apagado la radio para comprobar el sonido de la calle, el mismo ruido de siempre, incluso hay dos conductores que están mentando a la madre de su interlocutor intentando ocupar el mismo aparcamiento, .
Mientras, Madrid se ha convertido en una especie de parque temático religioso donde la Iglesia está cargando sus tintas para demostrar que España es todavía la RESERVA DE OCCIDENTE en cuanto a cantidad de católicos por metro cuadrado. Pero lo mismo que hay una crisis que está afectando a nuestros bolsillos, hay otra crisis, religiosa ésta, que como diría la Iglesia está afectando a los valores morales.
Desde un punto de vista deportivo, los colores del campo donde se juega son azules aunque la liga política a nivel nacional se rija por el color rojo, y una cosa es ser cortés atendiendo a todo invitado como se merece, y otra morirse por la foto.
En cierta manera el Papa, imitando a Mourinho, va a meter su dedo teológico, en el ojo de los actuales valores espirituales de los españoles en general, y seguro que a más de uno le va a escocer, aunque quizás ya haya salido en la foto.
*FOTO: DE LA RED
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