Hace unos días me he enterado que Anne Germain, la conocida medium que aparece en la cadena alegre, va a tener cuatro únicas funciones en el teatro Capitol de Madrid.
Al enterarme de ésto varias preguntas invaden mi mente.
Todo teatro suele tener una capacidad máxima por motivos de seguridad, pero en un caso como el de esta vidente cómo calculamos el nivel de seguridad porque, supongamos que en este teatro entren, es un decir, mil personas, pero si a cada una de ellas acompañan una media de tres espíritus, ya alcanzamos una cifra de cuatro mil entre personas y entes. Lo que no sé es como computan legalmente los espíritus, pero que como dicen los jóvenes ahora, aquello va a estar “petao”.
Entre tanta gente de carne y hueso y espiritus, va a haber un pequeño caos. No se va a saber los espíritus de parte de quién vienen, y como las cosas que dicen, en versión Anne Germain, suelen ser bastante parecidas de unos a otros...puede haber más de una confusión.
De todas maneras por las descripciones que suele dar normalmente esta medium, en esa dimensión no vamos a encontrar la alegría de la huerta precisamente, pero eso sí, mucho amor. Yo que no había perdido la esperanza de encontrarme de alguna manera con Gila, y compartir con él alguna llamada telefónica, me temo que no va a ser posible...
Lo que a mi me extraña es que ningún espíritu de los de Anne Germain dice cosas como: -Ahora que te veo cuando estás sólo, deja de masturbarte...es que no paras. Y quizás ese es el problema de que no hagas amistades. O también...-Ahora que puedo estar en cualquier sitio, me he dado cuenta de lo chorizo que eres y de la cantidad de gente a la que has estafado, cabrón.
Como Anne Germain dice que por cada espíritu ve una especie de luz, esperemos que al citado teatro vaya con gafas de sol, pues tres mil luces...son muchas luces. Vamos, que más que en el teatro Capitol va a parecer que está en Las Vegas.
También se dice que esta vidente no ve a desaparecidos. Pero, digo yo, un cadáver que no sabemos dónde está, para nosotros es todavía un desaparecido, pero él ya tiene que saber que muriò en un preciso momento.. ¿Por qué no dice dónde se encuentra su cadaver, y quién le hizo eso?
Lo que ocurre con este tipo de casos es que aunque pensemos en cosas así cuando nos toca a cada uno, preferímos creer por sí acaso.
Cuan verdad es aquella frase de Yo no creo en meigas, pero haberlas haylas.
* FOTO: DE LA RED
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