viernes, 18 de mayo de 2012

LA CELESTINA Y EL YOGURAZO

Siempre he pensado aquello de que “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a tí”. Es una máxima fácil de decir, pero quizás no tan fácil de cumplir.
El tema de hoy puede ser un poco conflictivo, pero no va a ser este vecino del mundo quien lo haga dificil, ni tampoco lo vaya a rehuir.
La sociedad poco a poco ha ido avanzando en lo que a la igualdad de derechos entre los dos sexos se refiere, y la publicidad con ella.
De los anuncios muy machistas en blanco y negro de los años sesenta, en los que quedaba muy evidente el rol de los dos sexos: la mujer en casa cuidando de la prole y haciendo todas las tareas domésticas, sin olvidarnos de que Soberano es cosa de hombres, a los de la actualidad en los que se pretende plasmar lo políticamente correcto.
Para distinguir si un anuncio en su planteamiento del tratamiento de los dos sexos es correcto, hay un truco fácil que utilizo al ver un anuncio por primera vez: cambiar el sexo de los protagonistas del anuncio, si es un hombre, el intentar imaginarte el mismo anuncio en mujeres, si algo chirría es que hay algo que no funciona.
Estos días hay una campaña televisiva sobre un “yogurazo griego”, que tiene a Eduardo Noriega como protagonista, y a una especie de Celestina supuéstamente griega que avisa desde una ventana a dos jovenes que también desde sendas ventanas no pierden ripio de cómo el protagonista da buena cuenta de un yogur, mientras las tres mujeres con evidentes muestras de excitación seguirán observandole día tras día.
Podría parecer una tontería pero si no queremos que aparezcan mujeres objetos, tampoco deberíamos cebarnos en hombres objetos.
Quizás el problema es que no parece que existe ninguna asociación de hombres humillados, porque en cuanto una asociación de lo que sea toma cartas en el asunto, el anuncio en conflicto desaparece del mapa televisivo.
Podemos recordar un anuncio de la empresa “Bocatta” que con mucho sentido del humor “relataba” la vida diaria de los agricultores para conseguir los “logros” que luego la citada empresa llevaba a sus bocadillos. Mi opinión personal es que era un anuncio divertido y hecho con cariño. Sin embargo parece que no pensaron lo mismo una asociación creo que de agricultores, y de un día para otro, el anuncio desapareció.
Hace un tiempo hubo otra campaña, esta de la empresa Puntomatic, en la que presuntamente se promovía la idea de que el hombre lavara la ropa en la lavadora como lo hace cualquier mujer. Sin embargo, la descripción de los personajes masculinos opino que era ofensiva, pues mientras lavaban la ropa en la lavandería, bailaban con una especie de movimientos a lo “Full monty”, aunque vestidos, eso sí, de manera lamentable.
Espero que cualquier día una marca de coches para promocionar uno de sus productos muestre a una mujer a la que anime a comprar ese vehículo porque así se le acabaron los problemas a la hora de aparcar. Entonces veremos que alguna asociación seguro que se queja por ser un anuncio sexista, y es que parece que para ese tipo de denuncias solo hay una dirección, porque la otra no es políticamente correcta.

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Como mujer tengo que decir que Noriega es un Yogurazo, pero tienes razón si fuese a la inversa nos escandalizaríamos. Me gusta como abordas los temas. Tienes una nueva lectora habitual. Un abrazo desde Madrid.

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    1. Muchas gracias por tu opinión y espero seguir adelante con la ilusión de la primer vez.

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