Llevamos unos días en el que la palabra “indulto”
aparece por todas partes, debido a la cantidad de gente conocida en este país,
que por uno u otro motivo está involucrada, imputada, juzgada, o
incluso condenada.
Digamos
que, si antes todos los caminos llevaban a Roma, ahora todos los
caminos llegan a la petición de indulto, en una especie de uso del “comodín
del público”.
Hay estudiosos que consideran que el indulto está
bien para aquellos momentos en que por uno u otro motivo la ley verdaderamente
no imparte justicia. Se dan casos, por ejemplo, de personas que en su momento tenían dependencia a cualquier tipo de
sustancia, y que se veían abocadas a delinquir
para su consumo diario. Y años después, cuando ya les toca pasar por la
cárcel, ya habían recuperado el timón de su vida, y atrás quedó incluso una rehabilitación
que les sacó de las drogas. E ir a la cárcel para ellos verdaderamente supone un
paso atrás.
Sin embargo, hoy en día, con tanto chorizo de dos
patas, se puede llegar a utilizar el indulto como el "reseteo" de un ordenador;
para poner el marcador a cero, y si te he visto no me acuerdo…
O dicho de otra manera, a este vecino siempre le
ha gustado el mundo del circo, y hoy este país en un auténtico circo, con
tantas pistas como autonomías. Pero el
verdadero circo, es aquel en el que el artista se juega la vida sin redes que
le protejan, y hoy por hoy cuando al "artista" del circo hispano le sale mal el
número que pertrechó, utiliza la petición de indulto para no ser degradado de su estatus y entrar en el fango de la prisión.
Hoy, por ejemplo, se está comentando en la mayoría
de los medios de comunicación, que gran parte de los presidentes de los club de
fútbol de primera división, encabezados por el presidente de la Federación
Española de Fútbol, Ángel María Villar, y Javier Tebas, presidente de la Liga
de Fútbol Profesional, han mostrado su apoyo a José María del Nido,
ex-presidente del Sevilla, para que no tenga que entrar en prisión tras la condena
del Supremo por siete años, dicho sea de paso por algo totalmente ajeno al
mundo del fútbol, y relativo al cobro fraudulento de servicios prestados al
Ayuntamiento de Marbella.
A este vecino del mundo, el corporativismo en los médicos, para defender a un colega tras una presunta metedura de
pata, siempre le ha parecido una manera de dar apoyos a personas que quizás el
día de mañana te puedan devolver el favor a ti.
En el caso de los equipos de fútbol, es más
sangrante todavía, ya que no se ponen de acuerdo a la hora de defender las causas deportivas y mucho menos monetarias, pero sí a la hora de pedir indultos, aunque
verdaderamente no medien razones deportivas, sino solo ese viejo refrán de “cuando
veas las barbas de tu vecino cortar…”.
*FOTO: DE LA RED