Como dice la canción del filósofo Fito, que también vive sin Los Fitipaldis, “Me
perdí en un cruce de palabras…”. Y es que tal como está la cosa, la famosa
cosa, no estamos ni para parpadear, pues en cualquier momento alguien te manda
un “tweet” y te hace responsable de la muerte del toro que mató a Manolete.
Y ya en plan internacional, te acusen de haber visto “Lo
que el viento se llevó” y que además hayas disfrutado con un argumento en el que
la vida de un esclavo vale menos que una baratija del chino que seguro tienes
de bajo de tu casa… Eso, si no te hacen, además, un “meme”, que visto lo visto
debe de venir de “mamón”, o al revés, como lo del huevo y la gallina…
Hoy es el día que nos inundan con palabras, y lo peor
de todo es que con tanta inundación ya no queda a flote ni el dicho “donde dije
digo, digo Diego”.
Este vecino del mundo cada vez comprende menos a esos
que desean la eternidad, a no ser que sean millonarios y se quieran perpetuar para
siempre al frente de su emporio. O lo que antiguamente se conocía por seguir
forrándose el riñón…
Y es que estamos más en la decoración de la habitación
que en el elefante que está en medio de ella, como le pasaba al personaje de
Peter Sellers en esa brillante comedia que es “El guateque”…
¿Por qué muchos temas resaltan y amargan más cuando se les rodea de comedia?
Quizás sea porque se nos ha querido inculcar, con la religión siempre al fondo, que hemos venido a vivir a un valle de lágrimas, y la sonrisa aunque sea amarga desentona a ojos de aquellos que siempre han soñado con escribirnos el guion de nuestros próximos y futuros movimientos, especialmente si son mentales...
Y entre “me gusta la fruta”, Koldo García y su mariachi, y
tu mujer más porque forma parte de un contubernio (que este vecino del mundo nunca
ha sabido lo qué es pero suena de lo más aparente), nos hemos posicionado en la
parrilla de salida de las vacaciones de Semana Santa.
Esta noche, de hecho, ya han pasado varios vecinos por
las escaleras derrapando y quemando ruedas de maletas al grito de “el último Rubiales”.
Más de uno de esos vecinos a la fuga, ni se habrá enterado de
lo mal que nos hemos portado la mayoría pensando mal en lo relacionado con la
actual Princesa de Gales, Kate Middleton, sea lo que fuere lo que pensáramos de
ese asunto, con posible cuestión de cuernos incluida, una operación mal acabada,
y especialmente una mala gestión de comunicación del departamento correspondiente.
Normalmente lo más sencillo se suele acercar más a la
realidad. Y ahora todos pensamos en esos tres niños y esa madre con un importante
problema de salud a sus cuarenta y dos años. Y nuestra mala conciencia hace que
cuando menos nos sonrojemos en nuestro interior…
Y los precios, de cara a los festivos que no es que se aproximen,
sino que ya nos han atropellado, no paran de subir. Es curioso que la mayoría
de los implicados en las diferentes subidas de precios, aclaran los esfuerzos
que han hecho para tocar los precios lo menos posible.
De todas maneras, este vecino nunca entenderá cómo hay
personas que pueden llegar a endeudarse por cogerse unas vacaciones.
Unas
cuantas cañas en el bar de abajo sabiendo que lo único que tienes que hacer
obligatoriamente en los próximos días es seguir respirando, es lo más parecido
a un Edén para pobres. Cosa que además se puede maquillar con un buen retoque
fotográfico que nos ubique incluso en las antípodas.
Pero no será este vecino
quien les sugiera que pidan ayuda a Lady Kate en cuestión de retoques
fotográficos… Y es que a esos también los puede cargar el diablo.
Siempre se ha
dicho que Estados Unidos es el país de las oportunidades. Cualquier persona pudiera
llegar a cualquier sitio/puesto, alcanzar cualquier sueño siguiendo, por
ejemplo, las baldosas amarillas de El Mago de Oz…
En España ya se
sabe que siempre estamos más cortos no solo de presupuestos para efectos
especiales, sino incluso para los sueños del más humilde de los nuestros. Sin
embargo, ya se sabe que si algo nos caracteriza es la improvisación y romper
todo tipo de moldes.
Por eso lo del
caso Koldo García pasando, presuntamente, de portero de garito de alterne en
Pamplona, a adquisidor de mascarillas y comisiones a tutiplén mientras era una
especie de chico para todo utilizando especialmente ese look “acojonador” o
amenazante, deja a Dorothy y sus amiguitos más que perdidos en el camino amarillo.
Volvemos a ser una
vez más ese país del amo del cortijo y del pelotazo, de los pícaros, de la fachada, de la apariencia, y esa triste realidad que está escondida hasta que nos saca los colores (¿rojos y gualdas?) a todos.
Este vecino del
mundo siempre ha dicho que España funciona pese a nosotros. Estamos todos los
días intentando joder la marrana, la famosa marrana, que cuánto debe de sufrir la pobre, pese a que ahora hay ley de protección a los animales, y debe de ser ese “duende”
al que apelan los del flamenco por ejemplo, que vela por nosotros aunque no nos
lo merezcamos.
Se abrirán
mil comisiones, y esas mismas comisiones investigando comisiones (buenísima paradoja donde las haya), harán que nos adentremos en el territorio de la costumbre y del olvido...
Perdón por el "spoiler", como dicen ahora. Pero en este país todos sabemos que el más tonto, o el más espabilado, te puede hacer un reloj sin ser relojero. Y el que en su momento lo compró no va a denunciarlo porque en el mejor de los casos no va a pasar nada. Y en el peor recibirá la mofa del listo de turno, porque.. "¿por ese precio realmente esperabas que funcionara...?
Un minuto de silencio en recuerdo de Dorothy y sus amiguitos...que somos todos los que nos criamos en la utopía. Nos han dado por todas partes y seguiremos adelante.
Aquellos tiempos de Karina cantando en Dublín, "En un mundo nuevo", no es que hayan quedado atrás, sino que esta noche, casi madrugada, los han incinerado. Y al parecer han hecho, o han querido hacer al menos, un himno al empoderamiento.
La cosa, la famosa "cosa", debe de estar muy mal, cuando una-uno-une, tiene que lanzar a los cuatro vientos que es una zorra. En nuestro circo nacional, en el país del pícaro clásico, de todo esto se entiende fácilmente con la ironía y la coña que todos tenemos...
¿De verdad que se entiende? ...
Visto lo ocurrido con el cartel del Cristo que han sacado en Sevilla, por ejemplo, para promocionar la Semana Santa y al que han tachado, como mínimo, de demasiado moderno, va a ser que no. Y eso que el retratado era el hijo del mismísimo autor de la obra en cuestión.
Mientras muchos hemos ido y venido, por ejemplo, viendo el panorama de manera global, y sacando conclusiones, a otros no se les puede pedir que mostrándoles un árbol, se hagan idea del bosque al que pertenece, y mucho menos de los problemas del cambio climático.
A partir de ahora va a ser muy divertido, o muy triste, a modo de esperpento, todo lo que puede pasar con el fenómeno Zorra.
Es una pena que ya no estén entre nosotros ni Luis García Berlanga, ni Rafael Azcona, porque con un punto de partida como lo acontecido ayer en el Benidorm Fest la imaginación es libre y cualquier cosa puede pasar.
Uno se acuerda, y realmente no sabe por qué, hace ya muchos años, del día de la banderita y de esas señoras con litros de laca apuntalando sus voluminosos peinados, presidiendo las mesas petitorias... Y en ese momento... pasa la protagonista de la canción Zorra y justo detrás los miles de Euro-fans que esta noche la han alzado al estrellato mediático.
Dios nos pille confesados, y a Pedro Sánchez con un buen abogado, porque seguro que él y los suyos de alguna manera también tienen la culpa. Y sino que se lo pregunten a Díaz Ayuso, Doña Isabel.
Este vecino no se lo quiere perder. Palabrita del niño Jesús...
A medida que vas cumpliendo años, te va invadiendo una sensación de déjà vu cada vez más acuciante.
Si la vida fuera un paseo, en el mejor de los casos, seguro que sentirías una sensación de agobio por ver siempre el mismo paisaje. De ahí que este vecino del mundo no comprenda a esos ricachones, que al parecer se gastan verdaderas fortunas por encontrar el remedio, no para el resto de la humanidad, sino para su propio y exclusivo trasero, para que el de la guadaña no les dé alcance, a modo de un Peter Pan moderno y dorado, en su País de Nunca Jamás.
Claro está que tampoco este vecino tenga que amasar más fortuna que la estrictamente necesaria para darse una cenita, e incluso un homenaje, muy de vez en cuando.
Ya se sabe que en la cultura del autofoto o selfie en realidad solo importan las apariencias, el decorado, no el mensaje de la función. Y es que no estamos para pensar. Gentilmente otros quieren hacerlo por nosotros, utilizando precisamente como en los selfies, todo tipo de filtros que alteren el verdadero panorama, y nos borren esas arrugas que quizás nos abrieran, precisamente los ojos, a la realidad.
Con guerras en dos puntos importantísimos ahora mismo, nos siguen anestesiando para que los que venden armas y esos que utilizan la política de la confrontación para lucro propio, lo sigan haciendo, y el hedor de los cadáveres se soslaye con otros temas, otras escusas, y como apuntado anteriormente con el tema de los selfies, otros filtros edulcorantes.
La vida, en el mejor de los casos, es un cuento, el nuestro propio, que cada vez nos lo cuentan peor y llegará el día, quedan cinco minutos tal como están las cosas, que no podremos ni dormir porque ya será de terror.
Y si la vida, y la muerte, tuvieran banda sonora, naturalmente sería un réquiem... por todos nosotros.
¡Y ya estamos en la primera
semana entera de Septiembre!
Prácticamente mes y medio de
ausencia en el blog, a modo de guardar silencio introspectivo, más que nada por
si este vecino pasa desapercibido de todo tipo de bichos, incluidos los de dos
patas, que muchas veces son los peores, y para los que no hay ningún tipo de
vacuna, a no ser que utilices la indiferencia.
La otra vacuna, de la que se
sigue hablando un día sí y otro también, hace ya un tiempo que este vecino del
mundo recibió las dos inyecciones de AstraZeneca. Y tal como estamos en este momento,
en el que practicar aquello de “la inmunidad de rebaño” no es viable por las diferentes
mutaciones, la situación cada vez se parece más a aquel chiste en el que el médico
te recomienda dejar defumar, aunque no
vas a vivir más, pero se te va a hacer larguísimo.
Y el personal, muchos dando
pataletas y tirando piedras a las fuerzas del orden público, para terminar cualquier
botellón como ya es costumbre.
En algún momento, parte de la juventud
ha mutado, como cualquier virus que se precie, y ha decidido en lugar de luchar
por sus ideales, hacerlo por el botellón y la jarana más primaria.
Suena mucho a niños malcriados
que amenazan con dejar de respirar para que se cumplan sus deseos.
Bien pensado, y aunque han
pasado muchas décadas, hemos pasado del mayo francés del 68 y su ideario, a intentar
que te practiquen, tras el botellón, un francés en el paraíso soñado del 69.
Todo debe de ser cuestión de
prioridades y de la cabeza con la que se piensa. La misma que entre otras cosas
ha diseñado las “no-fiestas”.
Un amigo (de los pocos que me
van quedando por cierto, y es que el paso del tiempo causa estragos) me ha
preguntado si ya estaba montando mi pedacito de estadio olímpico casero, para
poder vivir desde mañana, ante el televisor, las horas y horas televisivas con
que nos van a inundar, además la mayoría en horario totalmente intempestivo.
Le he contestado “eso en el
caso de que todavía no se suspendan, porque como se decía antes al menos, la cosa
está muy achuchá”.
Y es que eso del espíritu
olímpico, me da la impresión, desde el punto organizativo al menos, hace años que se fundió
con los derechos televisivos, y donde esté el dinero del negocio por el negocio,
se antepone al “citius, altius,
fortius” («más rápido, más alto, más fuerte»).
La verdad es que estas Olimpiadas
de Japón, al menos, pueden venir bien,para oxigenarnos todos un poco con respecto al suceso pandémico que nos
lleva secuestrada la atención e incluso la moral desdehace casi año y medio.
Personalmente este vecino del mundo
ya está tomando medidas para alejarse del bombardeo informativo con que nos están
nutriendo casi segundo a segundo. Llevo dos días que en lugar de sintonizar, en
mi caso, con “Onda Cero” por la mañana, y la Cadena Ser por la tarde, conecto
con emisoras denominadas de Radio Fórmula por aquello, quizás, de que la música amansa
las fieras.
Y es que no me queda la menor
duda de que tanto lapandemia como el
momento político actual han sido terreno de abono pintiparado para que en la
gran mayoría de casos nos hayan crecido fieras en nuestro interior que están sedientas de venganza.
No puedo, ni quiero, olvidar esas imágenes
del metro madrileño en el que por pedir a uno que se pusiera la mascarilla, éste le
agrede con tanta violencia que le origina la perdida de visión de un ojo.
Y es que los que siguen a este
vecino del mundo, ya saben, que por causas personales está muy sensibilizado con
esos temas de pérdida de visión. Aunque no hace falta ni
mencionar, que nunca hay excusas para reaccionar con tanta virulencia y falta de
escrúpulos.
¿No os habéis planteado alguna
vez que quizás vuestros pasos deberían haber ido encaminados hacia el mundo de
la magia?
Si lo pensáis bien, con un
simple bolígrafo Bic podemos hacer maravillas, tanto con el bolígrafo en sí,
como con el capuchón, que hubo una vez que lo acompañaba...
De hecho, ¿alguien recuerda haber
terminado la tinta de un Bic? Este vecino del mundo desde luego que no.
Lo malo de todo eso es que fallamos
por la base, y no sabemos el truco. Por lo que podemos pasarnos horas intentando
reconstruir nuestros movimientos, y no hay manera de saber qué hemos hecho con
el maldito chisme.
Pero lo de hoy ya me encamina
seriamente a presentar mi candidatura a mago en Las Vegas, donde siempre se ha
creído que están los mejores.
Eran las seis de la mañana
cuando mi cuerpo me ha dicho que hasta aquí hemos llegado y que se levanta
porque le da la real gana.
Me estaba tanteando por si mi
cuerpo estaba completo, uno nunca sabe, cuando he observado que en uno de los
bolsillos de mi bata estaba el inhalador, comprado ayer mismo, y que recordaba
que lo había utilizado antes de acostarme.
¡Bueno! Estaba, pero a medias,
el continente sí, pero el contenido no. Tras unos diez minutos de búsqueda, he
optado porque sí quiere aparecer que aparezca por su cuenta y riesgo, que ya
hablaremos.
Se me había olvidado el tema,
cuando vuelvo a meter la mano en el bolsillo, y esta vez aparece el contenido,
pero es imposible dar con el continente.
Desde entonces, hace más de
una hora, me he planteado dos cosas:
La primera es que estoy estudiando
seriamente la posibilidad de instalarme dentro de casa un sistema de videovigilanciapara, a posteriori, poder trazar más fácilmente
todos mis movimientos, y así descubrirme el truco.
-La segunda, es que voy a
copiar a la derecha española, y culpar de todo al Señor Sánchez.
Seguiré perdiendo las cosas,
pero de sentimiento de culpa, ninguno. Y así se vive mejor, al menos más tranquilo.
Sabiendo además, que con la edad, seré mejor mago.
Pues qué queréis que os diga.
A este vecino del mundo, de todas las ideas, ideotas, e incluso idiotas diciendo
ideitas, que se han colado últimamente, a colación de los próximos comicios
madrileños, la que más le gusta es esa lanzada ayer por la mismísima Ayuso de
que en Madrid a tu ex no le vuelves a ver, aunque te pasees, incluso reiteradamente,
por la mismísima Gran Vía en hora punta.
Y de verdad que sonó como un
tema de estudio para el mismísimo “Cuarto milenio”, de Don Iker Jiménez.Una
especie de nuevo triángulo de las Bermudas para cuestiones extramaritales e incluso
cornúpetas.
Como si ya no fuera suficiente
con ese turismo de fin de semana que según la mismísima Presidenta de la Comunidad
de Madrid vienen a ver museos, pero quizás por la agitada vida social de “vivir
a la madrileña”, no les da tiempo de salir de todo tipo de garitos, eso si no inventan
otros nuevos, como esconderse dentro de armarios o bajo las camas….
De todas maneras, este nuevo giro
de guion ha venido bien para intentar dejar a un lado esa colección de cartas amenazantes
que de presentar todo tipo de balas, navajas y armas blancas, en cualquier momento
nos podíamos encontrar al mismísimo Curro Jiménez publicitando una nueva modalidad
de regalos del "amigo invisible" que los más intelectuales etiquetarían como “noir”.
Si ésta es la nueva normalidad
en lo que a política se refiere, apretemos los esfínteres y dejemos nuestras últimas
voluntades a la vista, del notario al menos. Y que las sales de frutas hagan el
resto en nuestro transito intestinal y en el de la Historia, porque de ésta no
salimos, al menos oliendo bien...
Está visto que en esta pandemia
ocurre como con la magia: si parpadeas, te lo pierdes.
Este vecino del mundo por la
tarde se ha reunido consigo mismo para celebrar, a modo de acto religioso, la
santa siesta, y al despertarse se ha
enterado de que la vacuna AstraZeneca ahora es, mañana no se sabe, para el grupo de edad de sesenta
a los sesenta y nueve años.
El futuro de este vecino, con
sesenta y cuatro otoños, sigue sin alteración en lo que a su segunda dosis se
refiere, el problema va a ser para los menores de sesenta que todavía no se
sabe cual va a ser su solución, esperemos que no sea el negar que existen... Y es que en España no puedes apostar una mano por nada.
Lo que está dejando claro
estos tiempos es que tomar decisiones, así a cara descubierta y sin chanchullos
de maquillaje para aliviar los resultados, no es el fuerte de nuestros políticos
elegidos en las urnas precisamente para ello.
Solo saben hacer monólogos con
chistes corrosivos para el contrario, con un guion previamente preparado,
basándose principalmente en el “Tú más”, pero eso de “dejadme solo que ya decido
yo, y que si me equivoco recordad que ha sido el menda el que os ha metido en esto”
no viene en nuestro ADN.
Normalmente en la España de
nuestras entretelas no hay nadie que dé un paso adelante. Lo que ocurre
generalmente es que la gran mayoría se desdice de comentarios anteriores, el
equivalente a dar un paso atrás, y el que está un poco despistadillo o a destiempo, se queda con todo el marrón.
Ya ni Alemania es lo que era,
y dice que ellos, o lo que los jóvenes referirían como “ir a su bola”, dicen
que van a comprar por su cuenta, es decir, al margen de la Unión Europea, la
vacuna Sputnik V.
Lo dicho al comienzo, si
parpadeas te lo pierdes. Y lo que es más triste: con estos pelos…
Más de uno de mis lectores se
me ha dirigido por correo interno para felicitarme, como realista que saben que
soy, por el triunfo de la final de la Copa del Rey ayer noche.
Lo primero decirles que este vecino
del mundo, desgraciadamente, no ha tenido nada que ver en el triunfo. Aunque
eso sí, lo recordará para siempre, como si se hubiera acostado con uno de sus
amores platónicos, la Meg Ryan de cuando “Harry encontró a Sally”.
Y es que noches así se dan pocas, especialmente entre seguidores de equipos que nos consideramos
más sufridores, o quijotes, que triunfadores un día sí y el otro también. Y
sabes que por una noche así, hay más de cien en las que acabas con la moral
rota a jirones. Por lo que tampoco conviene venirse muy arriba, por aquello de
las caidas.
En realidad, más que el triunfo
en sí me ha llegado muy hondo la celebración de los jugadores y del equipo técnico
en el mismo campo. Y es que la mayoría
se han comportado, se notaba, como seguidores del club de su vida más que como profesionales
de un club, que normalmente, y en primera
división está más que mejor pagado.
Y el que ha roto moldes en cuanto
a comportamiento “chapeau” que dirían los franceses, esos que últimamente se
matan por ver los museos madrileños, ha sido su entrenador, y durante muchos
años, jugador del equipo, Imanol Alguacil.
El momento en el que al final
de la rueda de prensa se viste de hincha, o forofo, en realidad es un momento Marvel, en el que aparece realmente el héroe mostrando sus superpoderes…
Ya para terminar, y haciendo una
especie de paralelismo con aquella célebre frase del personaje encarnado por el
bueno de Luis Ciges en “Amanece, que no es poco” y que dice: “Un hombre en la
cama, siempre es un hombre en la cama”, podemos también decir, que cuando menos, y según la
leyenda que corre del vasco, y que era difícil de comprobar hasta ahora, y
pensando en Imanol Alguacil: “Un vasco emocionado, siempre es un vasco
emocionado”.
Para todos aquellos que se
tomaron el final de mi post de ayer (“De patadas y vacunas…”) como un “continuará”,
he de decirles que ya me han vacunado, primera dosis, con AstraZeneca, y la
segunda me la ponen a finales de Junio.
De la organización, en la
plaza de toros donostiarra de Illumbe, solo se puede hablar bien. Prácticamente
sin colas, y si ibas a tu hora no tenías casi ni que esperar.
Ahora, después de la imagen que
se ha creado en torno a esta vacuna, tengo la sensación de que si este vecino del
mundo fuera un personaje de la recordada por muchos, revista de historietas TBO
(este vecino se niega a catalogarla como “comic”, porque entonces ignorábamos
ese término) se me dibujaría ahora mismo como lleno de signos de exclamación.
Y es que tengo la sensación de
que muy posiblemente me he tragado una bomba, y me paso las horas intentando
descubrir en mi interior cualquier TIC-TOC delator… Estoy más escamado que un
pez en pleno ataque de nervios.
Por lo demás, intentando huir de
cualquier noticia que huela a Coronavirus o a gabachos tirándose por los suelos
madrileños porque no les dejan entrar en cualquiera de los museos. Lo cual se
traduce en que huyo de cualquier informativo tanto radiado como televisado.
Ya he preparado la televisión
para grabar mañana “Ben-Hur”, y “Espartaco”. No hay nada como tirar de los
clásicos para recordar que la vida es un poco más bella de lo que creemos recordar
cuando estamos hartos de estar hartos. O lo que viene siendo cualquier día y
hora de la nueva normalidad.
Y que ningún niñato o niñata le venga diciendo a este vecino que
no podemos ver ahora “Lo que el viento se llevó”, porque se hace apología del
racismo.
En la vida nos encontramos con
apologías de todo tipo, y somos nosotros quienes tenemos que luchar contra ellas
y no prohibir su visionado, porque seguirán existiendo.
Tengo un vecino que a partir
de las diez u once de la noche, no importa que sea laborable o festivo,
convierte su casa en un laboratorio de ruidos como menos. No se conforma con tirar las
cosas al suelo, sino que, al menos por el ruido que origina, las quiere
soldar.
Ayer, tras otro terremoto
acústico vecinal, llegué a la conclusión de que si algún día reciben la visita
de la policía practicando, lo que ahora parece que está de moda en Madrid, la famosa
“patada en la puerta” y que los ya metiditos en años conocimos como la famosa,
desgraciadamente, “Ley Corcuera”, el vecino de abajo, es decir este vecino del
mundo, no va a notar la diferencia.
Por cierto, lo que son las
cosas, la mayoría de políticos de su época pasaron para este vecino sin pena
ni gloria, sin dejar huella. Pero José Luis Corcuera, entre su famosa patada, y
que al menos según su leyenda, comenzó de electricista y llegó a Ministro del Interior,
las arenas del olvido no han conseguido enterrarle.
Cambiando de tema…, ayer
pasadas las seis de la tarde recibí un mensaje en el móvil diciéndome que tenía
que coger cita para la vacuna.
Resumiendo: mañana sobre las
tres de la tarde me vacunan.
Por dos horas de diferencia, el cachondeo no es completo.
Porque teniendo en cuenta que la cita es en Illumbe, la plaza de toros de
Donosti, las cinco de la tarde hubiera sido la hora exacta para una buena faena
de aliño con la AztraZeneca, que creo que es la que me toca. Y que me tiene muy
mosqueado, por aquello de que la lotería no nos va a tocar, pero lo malo…
Esto del cambio horario es una
jodienda. Aquí estoy, a las seis de la mañana con los ojos más abiertos que un
búho marcando señas mientras juega al mus.
Estos días han comentado en la
televisión que pudiera ser que esta vez sea el último cambio horario. Pero como
no es la primera vez, que este vecino del mundo oye el mismo comentario, lo
deja ahí con la esperanza de que esta vez sí…
Últimamente se habla, con
respecto a Netflix, de que está intentando acabar, y nunca mejor dicho, con los
que comparten clave con los que realmente pagan la cuota, esa gota malaya que
mes tras mes golpea su tarjeta de crédito. Personalmente, este vecino del mundo
era prácticamente nuevo en ésto, pero ya esa gran plataformame
advirtió, de eso hace dos días, con un aviso de medianoche, de que en cuatro días
me cortaban la respiración asistida…
No puedo dejar de tener la
sensación, como en tantos momentos de esta vida, de que el camello de turno (y en
la práctica camellos podemos encontrar incluso disfrazados de consejo amigo) ya
te ha inoculado su vicio, y ahora, como se dice en mi pueblo: Búscate la vida…
Y de eso, de buscarse la vida,
creo que realmente todos hemos recibido varios cursillos, en la práctica, desde
que la pandemia nos atacó, o nosotros despertamos al monstruo, duda que todavía
no he podido despejar.
Como me hubiera contestado la madre que me parió: “Y
lo que te rondaré morena”.
Estaba hablando ayer en la
calle con un amigo, ¡tranquilos todos!, guardando la distancia debida, que nos
ha dejado la nueva realidad, y parapetados ambos tras las respectivas
mascarillas, sobre lo que era la bomba del día, la decisión de Isabel Diaz Ayuso de
convocar nuevas elecciones en la Comunidad de Madrid.
Ya le dije, que a bote pronto
me parecía una manera de pasar la gorra, antes de que las vacunas puedan
cambiar el panorama actual, ante todos los
beneficiados de su manera de llevar la pandemia en la Comunidad de Madrid, y
que entre otras cosas se hayan convertido en una especie de oasis de fin de
semana para muchos jóvenes europeos que vienen a desfogarse, y a dejar la pasta
junto con los virus, de lo que no les permiten en su propio país.
De todas maneras, oyéndole
ayer durante el comunicado justificando su decisión, y esta misma mañana en
Onda Cero en una entrevista con Carlos Alsina, su discurso, para lo joven que
es ella, es muy viejuno, incluso rozando lo rancio.
En el fondo de su argumentación,
ella es España, y si no estás con ella, evidentemente no estás con España. Con
ella, desde hace mucho tiempo, tengo la sensación de que en cualquier momento
de su discurso va a alcanzar el clímax, y nos va a regalar un “¡A mí la
legión!”
Este vecino del mundo siempre
ha sido un mar de dudas por casi todo, Diaz Ayuso, en cambio, es de admirar, lo
tiene claro, ella siempre está en el lado de las decisiones correctas. Y sino,
se maquilla el panorama, por supuesto que a su favor, como cuando aseguró que
“lo de Filomena” les había pillado de improviso, y más de uno y de una de los
encargados de la información meteorológica en televisión, le “recordó” que
llevaban una semana advirtiendo de lo que iba a pasar.
Llegó, para Diaz Ayuso, la
hora de jugársela en Madrid, pero que Pablo Casado no se despiste, que en
cualquier momento, Doña Isabel le mueve la silla. Y es que este
vecino ya la ve vestida de Buzz Lightyear gritando eso de “Hasta el infinito y
más allá"
El asunto tiene hasta su
gracia. Una de las cosas que más echo de menos durante esta pandemia, es el
poder salir a la calle de madrugada. La gracia viene porque en la normalidad que
se suponía iba a durar toda la eternidad, no lo hacía nunca. No soy un gato
disfrazado de “vecino común”, pero ya se sabe, basta que no lo puedas hacer
ahora…
Lo mismo deben de pensar todos
esos, y esas, claro, que un día si y el otro también, aparecen en la madrugada
de un informativo, detenidos en cualquier recinto disfrazado de “garito de tres
al cuarto” pagando una pasta, además, por intentar jugársela a la autoridad
competente.
Cada vez que ésto ocurre, que
detienen a usos cuantos desaforados y “malvecinos” por llenar cualquier
“armario destartalado”, pagando además, con premeditacióny alevosía, no puedo evitar pensar en esos chistes,
que siempre me han parecido tan estrambóticos, de “Estaban cien mil chinos en
una cabina telefónica, y al recibir otro gol, el portero de uno de los equipos
se queja amargamente diciendo: -Claro, es que me dejáis solo.”
En el día a día a estos
individuos no sé si les ha dejado solos la cordura, pero sí, están llenos de un
egoísmo exacerbado. Fríamente, les trae al pairo hasta la posibilidad de poder
contagiar a sus más íntimos. Porque se supone, que en el mejor de los casos,
todavía les quedará de eso: “familia”.
Y es que hay cosas que no las
puede arreglar nunca ningún “lo siento”, aunque después se vista de lacrimógeno,
trágico o de mil excusas cada cual más descabellada que la anterior.
Todo acto tiene su
repercusión, y tras cualquier decisión sólo se abre un camino de ida, nunca de
vuelta. Y por supuesto, en ningún caso la juventud debe de ser sinónimo de
estulticia, sino de esperanza.
¡Pues sí! La cosa, la famosa
cosa, debe de ir tan mal que hasta nuestro destino ha decidido echarnos una
mano…
Y llueve como si no hubiera un
mañana. No en intensidad, que si se pusiera en serio, seguro que nos ahogaba,
sino en horas, todo el puto día, para que no salgamos a la calle. Y así no nos
contagiemos.
Ignoro si en esa autonomía llamada
Madrid, el destino esté actuando de la misma manera. Y es que Díaz Ayuso es
mucho hasta para el destino. Espero que éste, el destino, no parezca para ella al menos, que sea de izquierdas. Porque en ese caso, no hay nada que hacer, y
hará lo contrario de lo que el sentido común pidiera…
Hace dos días, flipé, otra
palabra seguro que se quedaría corta aunque pareciera más seria. En un
reportaje televisivo se hablaba de una empresa de esas que se dedican a atrezo
para películas y series de televisión, naturalmente no se decía el nombre, que
se estaba replanteando seriamente cerrar el negocio. Porque están todo el día
recibiendo serias amenazas de muerte de los negacionistas.
Me imagino que la noticia así,
para muchos, necesitará una explicación. Y remedando a Pepe Isbert en “Bienvenido,
Mister Marshall”: “…esa explicación que os debo os la voy a pagar”.
Tanto en películas como en
series de televisión, a los decorados hay que dotarlos “de verdad”.Y de eso se encargan “los de atrezo” que, por
ejemplo, en un “presunto” hospital son los que se encargaran de llenarlo de
máquinas, y que en el fondo solo son maquetas que dan el pego.
Pues, al parecer, muchos
negacionistas la única manera que tienen de seguir con su discurso, es decir
que todo lo que se ve en cualquier informativo, venga de donde venga, está
trucado. Y más de una empresa de atrezo está siendo amedrentada.
Por cierto, y ya que estamos,
en cuanto termine este post, voy a comprobar si está lloviendo de verdad o son
los de “efectos especiales” haciendo un buen trabajo…
Al parecer, más de uno y de
dos, se está tomando en serio eso de que la vida es una película… Y para más
inri, seguro que no han visto el film deFrançois Truffaut,“La noche americana”, o el cine dentro del
cine.
He estado viendo la entrevista
en "La Resistencia", de Broncano a Omar Montes.
Llamadme raro, pero procuro no ver
en general este programa, aunque ya sé que está triunfando. Siempre me ha parecido
una falta de respeto no prepararse de antemano una entrevista, tanto para el invitado
como para el público. Y este programa se basa en eso
y en los reflejos del presentador, David Broncano, para salir airoso de los
diversos jardines en los que se puede meter por su ignorancia, nunca fingida, del
invitado, pero quizás si aumentada.
Lo que ocurre es que el
invitado, en este caso, el ya citado Omar Montes merecía muy mucho la pena. Por
mi edad, nos separan décadas, no lo hago por ser seguidor de su músia, aunque me merece el mayor de mis respetos.
Para definir el sentimiento
que me inunda al verlo, debería utilizar una expresión que él, Omar Montes, durante la entrevista
ha repetido en muchas ocasiones: “Es un ser de luz”. Y dicho con mucho cariño,
y por favor que se me entienda, una especie de primo lejano de Forrest Gump.
Hace muchos años escuché una
teoría de por qué es como es el diseño de un niño pequeño, un bebé, e inequívocamente
uno de los motivos es el conmovernos y que pueda sobrevivir en esta jungla que
es la vida.
Y Omar Montes, es un bebé grande
a sus 32 años, que ha logrado no sólo sobrevivir en su entorno, sino que ya es
conocido internacionalmente.
La ternura que desprende desde
el primer momento de sus declaraciones (no ha dudado, como un niño chico, el pedirle el tractor) le ha ganado a un Broncano hoy nada “repreguntón”, sino siempre a favor de obra desde el minuto uno, al comprobar el tipo de persona que
es Omar Montes, inocente elevado a la máxima potencia, que al decir que el
regalo que le traía, era una muñeca que había robado en Cantora se ha desarmado
clarísimamente.
Y es que cuando una persona te
muestra su yugular, sería de muy mala gente el atacarle.
Broncano, ni ha querido enterarse,
al no intentarlo, a cuánto ascendía el contrato que acaba de firmar Omar con
una gran discográfica internacional, ni le ha presentado formalmente sus dos
preguntas estrellas (las veces que ha hecho el amor en el último mes, y el
dinero que tiene).
Para aquellos que estos
comentarios les de ganas de ver la entrevista, pedirles que se fijen en las
caras que dejaban traslucir los dos acompañantes de DavidBroncano. Primero de estupefacción y después
de un cariño exacerbado que si Broncano hubiera ido a por él, estos se lanzan en
su defensa sin ningún tipo de miramientos.
En estos días, y no lo digo
por la pandemia, de “sálvese el que pueda”. Da mucho gusto comprobar que
siguen existiendo personas buenas, y a los que además le va muy bien.
No sé vosotros, pero llevo una
temporada en que un día sí y el otro también, recibo llamadas telefónicas, en
que me brindan ayudas de todo tipo, sin ni siquiera haberlo pedido.
Acabo de recibir una, a las
seis de la tarde, en que poniéndome como muleta Travel Club, se interesaba por
mi “cuenta de la luz”, así literal. Me ofrecía el oro y el moro, como se dice vulgarmente,
para velar de que no siguieran abusando de mi buena fe…
Después de más de seis décadas
en este planeta, uno ya sabe cómo va la película, e incluso la mayoría de las
películas que te pueden contar durante tu vida. Y antes de que te pongan
mirando para Cuenca, perdón de antemano por esta ciudad contra la que no tengo
nada, y me saquen dinero de una manera u otra, prefiero cortarlos por lo sano.
Este mundo, en el que antes de
que primara lo políticamente correcto, se decía que era “una merienda de negros”
y ahora no se puede decir nada sin que se ofenda algún colectivo, el más tonto
hace relojes de madera, y además le funcionan. Al menos el tiempo necesario
para que alguien sea el “paganini”.
Hace ya muchos años que se
acabó el que te llamaran a la puerta para ofrecerte desde libros a alfombras,
hasta directamente ponerte la mano a modo de petición con cara de pena.
Y es que el teléfono no tiene
la mirilla que tiene la puerta, y que te hace componer una opinión sobre si debes
o no abrir la puerta. Porque ver nueve cifras, o las que sean, que te están
llamando, lo único que consiguen, en el mejor de los casos, es crearte interés
en una especie de ruleta rusa que puede ser mortal.
Hace ya mucho tiempo, en mi
prehistoria, me di cuenta de que si me llamaban “caballero”, malo, siempre peligraba
mi cartera. Y desde entonces ahí seguimos, en la lucha diaria.
Unas recientes declaraciones
de Reyes Maroto, Ministra de Industria, Comercio y Turismo, para Onda Cero, asegurando que "...quieren tener todo preparado para que en Semana Santa se pueda empezar a viajar de una
manera segura… “ ha dejado clarísimo uno de los métodos, el de la zanahoria atada
a un palo, utilizado por nuestro Gobierno.
No hace falta aclarar que
cuando hablo de “nuestro Gobierno” incluyo también a todo gobierno autonómico,
y a los diferentes partidos. No se salva nadie.
El problema de darnos cuenta
del método de la zanahoria, es que inmediatamente percibimos también de que nos
tratan como a un rebaño de ovejas, que formamos la mayoría de los españoles de
buena fe, y a los que entre otras cosas, nos pueden llevar al matadero, como lo están haciendo, teniendo
como muleta un futuro casi próximo, en teoría, esplendoroso.
Pero ya se sabe…, al final nos
pasa como en aquel viejo chiste, un optimista crónico, que preguntado por su
vida sexual, la describía diciendo que “Follo casi todos los días. Casi los
lunes, casi los martes…”
Y es que hay muchas maneras de
ver la vida, entre ellas la de vivir rodeados de voces en off, que te hacen ver
siempre las supuestas luces al final del túnel, y así intentar obviar la oscuridad
en que estamos metidos.
Hace ya un tiempo que os dije,
que había quitado al alcance de mi vista, todo objeto cortante para así poner a
salvo mi integridad y la de mis venas.
Ahora acabo de decidir que también voy a
tener que proteger con bandas esponjadas todo tipo de aristas para evitar darme
cabezazos. ¿El motivo? Esa Presidenta de la Comunidad
de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que se ha descolgado con un “diferente” orden de prioridades (camareros,
profesores, cajeras y periodistas) para cuando pueda vacunar masivamente.
No puedo negar que si algún
día necesito a la mejor publicista, intentaré ficharla para el puesto. Eso, si
acepta trabajar siempre con gafas de sol.