“Cuando fuimos los mejores”, la canción de Loquillo, me vino a la mente ayer en el momento en la que la selección española de
baloncesto se hacía con el cetro de Europa, cuando los chicos del Rey Gasol
lucían sus medallas y la mejor de sus sonrisas.
Era un presente
presentísimo, pero mi frase, o mejor la de la canción, ya tenía un
cierto tufillo a ayer. Y es que cuando tienes mal cuerpo, estás en una crisis
crónica, las buenas noticias siempre tienen fecha de caducidad.
En España siempre hemos sido
de poner una pica en Flandes, o tres buenos pares de banderillas, aunque ahora
eso sea como mentar a la bicha, o columpiarse en lo políticamente incorrecto.
Siempre hemos sido de hacer la guerra por nuestra cuenta, y cuando el campo del
deporte parecía que estaba yermo aparecía un Manolo Santana que ponía a España
en el mapa, o un Ballesteros al que le querían adoptar en Inglaterra.
España siempre ha sido país
de emigrantes y de buscarse la vida como pudieras, y en el deporte lo mismo,
pero eso sí cuando ha aparecido alguien, al político de turno le han faltado
décimas de segundo para ponerse en modo lapa fundido con la estrella del
momento.
¿Cuál es el secreto del
éxito en el deporte? En España no lo sabemos, en ningún sitio lo saben con certeza, pero aquí ni se preocupan. Los políticos tienen suerte, y los deportistas constancia y muchos sueños por cumplir. Porque los éxitos del
deporte en España, al margen del fútbol, donde poderoso es Don Dinero, el resto
es como las setas, que, aparentemente, aparecen de un día para otro. Pero, no
lo olvidemos, siempre tiene que haber alguien regando y abonando el terreno, y
esos, normalmente, no aparecen en las fotos, porque éstas siempre enfocan hacia
arriba, y el secreto siempre está en la base. En unos padres que han hipotecado
su vida, y muchas veces algo más, y unos hombres, y mujeres, de muy gris, que
han dedicado su vida a recolectar los deportistas-setas que aparecían una
mañana cualquiera, y allí estaban ellos pare reconocerlos.
Ayer fuimos los mejores.
Cuando fuimos los mejores
los bares no cerraban
cada noche en firme
a la hora señalada.
Cuando fuimos los mejores
las camareras nos mostraban
la mejor de sus sonrisas
en copas llenas de
arrogancia..
Y ayer las ediciones de los
periódicos estuvieron abiertas hasta que el último elogio se colocó en el punto
exacto de cada editorial y en cada programa de televisión se repitieron hasta
la saciedad las imágenes de Gasol y sus amigos, porque eso son especialmente, pletóricos de felicidad y vida. Eso
sube las cifras de share.
Ayer no hubo camareras sino
políticos y “peces gordos” a la captura de cada uno de los objetivos para
llenarlos con su presencia. ¿El resto de la historia? Es un déjà vu, y con el
tiempo, unas fotos que ya nacieron amarillas.
Enhorabuena a todos y cada
uno de los miembros de la selección y del cuerpo técnico. El resto no dejan de
ser, como en los alimentos, productos químicos para mantener el sabor el máximo
de tiempo posible, para que no hablemos en pasado y digamos “Cuando fuimos los
mejores…”
*FOTO Y VIDEO: DE LA RED