San Sebastián, 27 de Febrero, 2015
Att.: Señor Paolo Vasile
Muy Señor mío,
Hace unas dos horas se ha
sabido la decisión de que Belén Esteban continúe en el concurso GH Vip.
El que ésto suscribe, como
mucha gente de su generación, mediados de los cincuenta, está acostumbrado a
perder todo tipo de votaciones, incluso a no tener votaciones durante
muchísimos años. Pero lo de esta noche no se puede entender. No se puede
entender, porque en realidad no era una simple votación para que una concursante
abandonara el programa. Se jugaba algo más, el símbolo de toda una cadena, y
muchos millones, los de los anunciantes de por medio, amén de una filosofía o
manera de hacer programas.
Toda la semana han ido las
votaciones en una dirección, que luego se ha sabido que era la expulsión de Belén Esteban. Y en unos cuarenta/cuarenta y
cinco minutos, una vez iniciado el programa, se ha dado la vuelta a las votaciones. Personalmente, no me lo creo.
Me lo puede, si quiere, explicar de mil maneras, con fotografías, con videos.
Pero, perdone, ni me lo creo, ni me lo voy a creer, porque mucha gente ya está
harta de esos modales más mafiosos que democráticos, de una Belén Esteban
desatada y arrebatada, primero con una concursante y luego poco a poco, con la mayoría. No
tiene un Norte que la guíe, los otros colaboradores de su programa, y no distingue
lo que está bien en general, de lo que es solo bueno para ella.
Tarde o temprano las
mentiras y trampas salen a relucir, mediante extrabajadores decepcionados, o
confesiones más o menos anónimas. Ha ocurrido en otros países con concursos
similares, y estoy convencido de que con el tiempo se sabrá la verdad. Lo que
ocurre es que con un buen puñado de millones siempre se puede explicar lo
inexplicable, o al menos cambiar el color de la opinión. Y no me refiero a comprar
personas, sino que con buenos abogados todo se puede resolver.
Esta noche, o ha habido un milagro del altísimo, o todos los relacionados con su cadena se han puesto a llamar como locos. Es imposible, y digo bien, que es imposible que
el perfil de las personas a la que Belén Esteban gusta, le vote con tanta fuerza. Porque esas viejecitas que
viajan a verla en el programa que ella participa, que nunca será "suyo" como ella dice, ahora reparten su jubilación entre los desempleados de su
familia. No me creo que gente muy mayor, el tipo de gente que todavía adora a
la Señorita Esteban, se gaste un dineral como ha tenido que ser el caso.
Eso sí, estoy convencido que
los colaboradores de Telecinco tienen que tener llagas en los dedos por tanto
votar telefónicamente durante una hora más o menos. Me imagino, es mi opinión,
que este mes los empleados de su empresa se merecen un sobresueldo, más que
nada para paliar el gasto telefónico.
Hoy se jugaba la empresa que
usted dirige, como al principio he mencionado, algo más que el destino de una
concursante: su mayor apuesta, una manera de hacer televisión que no deja
impasible, ataques personales entre los mismos colaboradores, y donde hoy se dice
una cosa, mayoritariamente sin pruebas, y si mañana hace falta decir lo
contrario, pues se hace, y punto. Si antes no hicieron falta pruebas, luego
tampoco.
En realidad, no le estoy
intentando convencer de nada, sino que quiero decirle que desde hoy hay una
cadena menos sintonizada en mi aparato de televisión, la suya, Telecinco. Y aunque no me
gusta la filosofía en general de su cadena, había, ya hablo en pasado, dos
programas que me han gustado siempre mucho: Gran Hermano y Supervivientes, pese a
supuestos tejemanejes, otros colaboradores convertidos también en concursantes,
y concursantes que aunque desconocidos pueden haber sido favorecidos porque
presuntamente le podía venir bien a la cadena para futuros programas.
Señor Vasile, mientras haya
colaboradores, en realidad trabajadores de su cadena, que se conviertan en
concursantes estrellas, la sombra de la manipulación planeara en su cadena (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/02/la-tirania-del-balon-o-el-concurso-es.html). Pero también comprendo, que hay un dicho que es: No importa que hablen mal,
porque lo importante es que hablen, y eso debe de ser parte del encanto que
destila en su cadena.
De todas maneras, y antes de
despedirme, decirle que es una pena que sea tan evidente que lo que prima en su
empresa es el insulto por el insulto antes que la verdad, aunque ésta, la verdad, sea aburrida.
Ni usted nunca ha sabido que
existo, ni volverá a saberlo, pero en la playa de la audiencia de su cadena ya
hay un grano menos. Si un día se da cuenta que ha podido perder muchos metros
de playa de audiencia, y le importa la posible razón, entonces quizás le venga bien rescatar esta humilde
opinión.
De todas maneras, y ya antes
de terminar, es curioso que buenos profesionales, como Paz Padilla y Jordi
González, al llegar a su cadena hayan modificado su manera de comportarse en
sus respectivos programas, siendo menos imparciales de lo que han sido en el
resto de sus carreras. Estoy seguro que usted no estará de acuerdo con esta
opinión, pero lo mismo que usted se cree, y no lo dudo, un buen profesional,
este vecino del mundo es experto televidente y ha visto, disfrutado y padecido,
horas y horas de televisión, y sabe de qué habla.
Toda decisión por nimia que
sea tiene su coste, por un lado y por el otro.
Atentamente,
Un vecino del mundo
*FOTO: DE LA RED