¡Que no! ¡Que he dicho que
no! Que no me voy a vivir a Estados Unidos, que siempre me ha gustado, pero que
no me quiero perder “La Juerga Nacional”, porque vivir en España es un continuo
sorprender o ser sorprendido.
Hace unos días volviendo de
la playa, tenía que leer tres veces el letrero (de la foto) puesto en el
cristal de la puerta exterior de un portal, y mirar alrededor para comprobar
que no había ninguna cámara oculta, y que era la vida diaria y no nada
preparado para gastar una broma televisiva.
La simple información de “Si
alguien ha perdido algunas llaves, las tengo yo. Piso 3, p.3. El presidente” se convierte en algo tan
sorprendente que ganas te dan de haber encontrado esas llaves para poder
conocer a ese presidente, cuando menos, tan duro de escritura. Por cierto, por lo que este vecino del mundo ha
indagado, el citado presidente debe de ser el de la comunidad, por una vez se
salva, al parecer, la autoridad política.
La nota en sí es un
auténtico editorial sobre la educación y la falta de ella en España. Lo más
sorprendente, ya que este vecino ha hecho un seguimiento de la nota, es que
lleva cinco días puesta en la puerta, sin que ninguno de los vecinos haya
estimado necesario, o se haya atrevido, a quitarla, al ser el Presidente el que
se supone que firma.
Que no me voy de este país,
y menos teniendo en cuenta que podemos encontrar en cualquier rincón a
personajes, por ejemplo, de los interpretados por Chus Lampreave, aunque la
figura de la portera enterada de todo, ya esté en declive.
A más de un guionista de los
“estates” se le debería de recomendar dar una vuelta por esta “Juerga
Nacional”, y sus argumentos sin duda virarían más hacia los temas de la
juventud de un Almodovar, Don Pedro, en estado de gracia.
Un país en el que la mayoría
de los famosos acaban escribiendo un libro, o diseñando joyas o ropas no se
puede abandonar así por así. Este vecino ya está ahorrando, para cuando Álvaro
Muñoz Escassi escriba un libro sobre diversas maneras de ganar dinero sin
hincarla, o precisamente, como ya me entenderéis, hincando, que vaya usted a saber.
¿En qué país si no es en
España, alguien, un súbdito de la Merkel precisamente, se entera en directo por
teléfono, y gracias a que unos periodistas, sin ánimo de molestar, pero
metiéndole el dedo de la noticia en el ojo, de que su segunda hija, en realidad
no es de él, y que durante veinte años presuntamente ha sido engañado por su
mujer, y por un “amigo” de la familia?
Cualquier día el autor de
esa nota dejada en el portal de su comunidad, se hace famoso y le vemos en
algún reallity, e incluso en algún programa casi-cultural. ¡Al tiempo!
Seamos serios, siempre se ha
dicho que Estados Unidos es el país de las oportunidades, pero desde hace un
tiempo, si le echas mucha cara, eso sí, e incluso bragueta, España puede ser el
lugar en el que la utopía se hace orgasmo.