jueves, 25 de febrero de 2016

LAURA MATAMOROS, REINA EN UN PAÍS VOYERISTA



En una sociedad como la nuestra que llevamos dos meses, por decirlo de alguna manera y sin anestesia, sin un gobierno que echarnos al coleto, se podría pensar que estamos todos preocupados por nuestro futuro más inmediato, que parece de todo menos luminoso. 


Sin embargo, es más que evidente que hay en el ambiente, una especie de bipolaridad en la que unos apenas pueden vivir, y otros presuntamente de izquierdas, firman con la derechona de toda la vida pasada por un tamiz de savia nueva, pero eso sí, vestida de traje, con una sonrisa de nuevos sueños, buenas maneras y ninguna arruga, mientras intentan que olvidemos el pasado, quizás porque ellos mismos tienen mucho que ocultar, por aquello de dime de dónde vienes y te diré quién eres.


Esa presunta bipolaridad apuntada más arriba, ha golpeado hoy la cara de este vecino del mundo, al comprobar que estas semanas pasadas se ha erigido como “it girl”, por traducirlo de alguna manera como “chica tendencia”, sin ella saberlo además, Laura Matamoros, hija de Don Kiko, uno de los baluartes de la televisión cocinada por esa “Cadena Alegre”, y que lleva ya casi dos meses enclaustrada en “Gran Hermano Vip”. 


Y… ¿por qué es chica tendencia? Pues porque mucha gente se ha enamorado sin remisión (como los ratones en el cuento, siguiendo al Flautista de Hamelin)  de una de las prendas que luce ella un día sí,  y el otro también, un chaquetón-parka con un toque de piel, que teniendo en cuenta el personaje que lo lleva, y que todo el día se queja de la gran escasez de dinero en el que está inmersa por culpa de su padre y de su mujer, pudiéramos creer que es barato, y que sin embargo, curiosamente cuesta más de quinientos euros. Y que como diría mi madre, "es una prenda con la que en realidad no vas vestido, ni aparenta lo que te has podido gastar".


Curioso es también además. que esta prenda la lleva uno de los personajes más controvertidos de esta edición, y que destila bilis más que perfume de paz. Por lo cual, se pudiera desprender que nuestra sociedad le quita el sonido a la vida; más voyerista, de devorar imágenes y de “disfrutar” de lo que su ojo ve, pero no de analizarlo. Más del traje y de las maneras de un Pedro Sánchez o de un Albert Rivera, que de su discurso, y que ellos lo saben, ya que quedó más que patente en ese acto que se sacaron de la manga para “fidelizar su relación”, y que sonaba más a “¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad…” que a fórmula de sacar a un país adelante”.


Cualquier día de éstos, y ya acabado el concurso de Laura Matamoros, nos podemos enterar que Pablo Iglesias la intenta fichar para su partido morado como asesora de imagen, aunque seguro que Don Kiko, padre de la nueva it girl, le explica que no le conviene ese fichaje, ya que el de la coleta, es más que probable que sea, para su padre, el representante del demonio en la tierra…



Es lo que ocurre cuando se ve pero no se escucha.

martes, 23 de febrero de 2016

ALEJANDRO SANZ, PORQUE SE LO PIDE EL CUERPO



En una sociedad, y en un país, en el que tristemente ya estamos acostumbrados a que los famosos, sean, eso, simplemente famosos sin más, y no ejemplos de nada, bien está que por un momento se nos haya colado, en estos dos últimos días, casi de soslayo, la noticia de un cantante, muy nuestro, Alejandro Sanz, parando uno de sus conciertos, ha sido en Rosarito, México, pero podía haber sido en cualquier sitio, para recriminar a un hombre que estaba agraviando, y al parecer, agrediendo, a su compañera.


Ahora incluso, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, dirán que no ha sido más que pura pose, o que como la publicidad del hecho le ha venido muy bien, y que entre lo comido por lo servido, que se quede la cosa como está, y que no hace falta que se le reconozca nada, cosa que además, él, Alejandro, seguro que no lo hizo con esa intención, sino como ocurre cada vez que compone una canción, era, simplemente, porque le pide el cuerpo.


La verdad es que, es todo un lujo, que en unos momentos en que, al parecer, todo el decorado actual, al menos el nuestro, se cae víctima o de la corrupción o de los intereses más interesados, podamos ver que, al menos, hay alguien que se viste por los pies, y que nada quiere, quizá porque ya todo tiene, o porque la vida, su vida, está completa simplemente con los suyos, y haciendo lo que más le gusta.


Porque de Alejandro Sanz se podrá decir de todo,  pero no que hace música comercial. Hace, tan fácil y tan difícil, como lo que le pide su cuerpo, e incluso su corazón, roto o entero, y tiene la suerte, tenemos la suerte, de que a la gente, así, en general, le gusta. Si alguien ha intentado alguna vez cantar sus canciones, son de todo, menos fáciles, tanto de garganta, como de retener las letras en la memoria, una verdadera borrachera de imágenes y sentimientos.


Da gusto comprobar, que todo un autor y cantante, como Alejandro Sanz, sigue haciendo, solo lo que le pide su voz interior, que seguro además se lo dice cantando, como no pudiera ser de otra manera. Y mientras, este vecino del mundo, envidioso empedernido de buenas ideas,  se quedará aún con más ganas de visitar una Cuba que siempre le atrajo, y más desde que Alejandro le compuso una canción como “Labana” y le enseñó, nos enseñó a todos, que es "la ciudad donde los sueños aprenden a nadar".


Así, desde fuera, las letras de Alejandro Sanz siempre han tenido todo el sabor de nocturnidad y alevosía. Letras e historias moldeadas por sus entrañas, tras una mezcla, como todo autor que se precie, de alcohol, soledad, humo y experiencia.


Que lo ocurrido hace dos días, el bajarse del escenario para llamar la atención a alguien que no estaba haciendo bien “sus” cosas, y que da la casualidad de que era un hombre sacando los pies de su tiesto e invadiendo los de una mujer a la que seguro consideraba como "suya", es tan verdad como que desde hace unos cuantos años su banda, como mínimo, sin contar a un coro femenino (de un mínimo de dos componentes), tiene también otras dos mujeres  (una a los teclados, y otra a la guitarra), y no hace como los partidos políticos que van aireando sus números de participación femenina para convencernos y votarle.


Lo que acaba de decir este vecino nunca ha sido usado, y me parece correctísimo, para vender el producto, que como artista, y grande, que es Alejandro Sanz, lanza cada vez que comienza una gira.


Cuando sea mayor, más mayor aún, tremendamente viejo, quiero tener la fuerza que tiene Don Alejandro para defender sus convicciones, sean sobre el Ártico, los derechos humanos, o sabiendo, simplemente, que es mucho saber, dónde los sueños aprenden a nadar.

*FOTO: DE LA RED



domingo, 21 de febrero de 2016

CLARA LAGO Y SU GRAN PECADO EN LA CIUDAD SIN LEY



Para variar, y porque en realidad es mejor para aclarar el asunto que hoy me mueve, e incluso diría que me conmueve, debo de empezar por el final, o por uno de los finales, porque en una historia todavía abierta, puede haber muchos finales dependiendo de en qué momento lo des por finiquitado.


A media tarde he leído un tweet en el que unos que se definen como portal líder en televisión, y que no dudo que lo sean, han puesto el siguiente tweet: “¿No sabes por qué Clara Lago es tendencia/trending topic? ¡Mira la que ha liado!


Si este vecino del mundo cree a pies juntillas lo escrito, se tiene que decantar porque Clara Lago,  y teniendo en cuenta lo templadas de sus declaraciones habitualmente, se ha debido de volver loca y ha hecho de su capa un sayo insultando a diestro y siniestro.


Tras investigar el asunto, resulta que el gran pecado de la Señorita Lago ha sido defender a Dani Rovira, a su vez, su pareja sentimental, en esa especie de linchamiento que ha sufrido desde la noche de la Gala de los Goya, en un artículo de opinión en “El País” de hoy titulado “Ciudad sin ley” (http://cultura.elpais.com/cultura/2016/02/19/actualidad/1455887855_946463.html).


Quizás todo empezó el día en que Dani Rovira comentó: “No me ha merecido la pena presentar los Goya”, declaraciones motivadas por todo tipo de críticas, descabelladas muchas de ellas.


La actriz, en el citado artículo, reflexiona sobre los insultos y desprecios sufridos por el actor Dani Rovira tras presentar la última gala de los Premios Goya. Pero en realidad, y lo dice ella, eso ha sido  el detonante para reflexionar de una manera más profunda sobre algo que, lejos de ser un hecho puntual, sucede con más frecuencia de lo que pensamos.


No se queja de las críticas, porque si son constructivas nos pueden ayudar a mejorar y a crecer. Pone el énfasis en los  “haters" u "odiadores" en las redes sociales, e incluso en los ya más conocidos “trolls”.


Clara se pregunta: ¿Por qué tanto enfado? ¿A qué responde tanto odio? Entiende que tengamos distintas opiniones respecto a algo, y si se argumenta de una manera crítica pero con educación no hay ningún problema. Ahora bien, y se sigue preguntando, la falta de respeto y el desprecio gratuito ¿a santo de qué?


Si dicha persona es "famosa" todavía parece que mejor, pues la impunidad para cometer la agresión se eleva automáticamente, según ella, al cuadrado. En realidad, es lo que muchos piensan, algo así como que los insultos van en su sueldo.


Sigue diciendo que existen muchos tipos de violencia y la que se sufre por las redes sociales es una de ellas.


Como dijo David Trueba, y por resumirlo de alguna manera “Dani Rovira mira demasiado en Internet". Y en esas declaraciones, y esto ya es cosecha de este vecino del mundo, hay que incluir también a Clara Lago.
Ya para terminar el articulo, ella se pregunta: ¿quién hace las normas? ¿Por qué se puede censurar una fotografía de un pezón (femenino, que no masculino) en Instagram y sin embargo se permiten este tipo de agresiones virtuales?


En realidad, a la Señorita Clara Lago le debería de servir el cómo este vecino del mundo ha comenzado hoy este artículo, porque la gente utiliza sus opiniones en las redes sociales, para vender su producto, su pensamiento, su minuto, o sus 140 caracteres, de gloria. 


Lo mismo que, como relatado, hoy en la red se decía la que ha liado Clara Lago por twitter, cualquier día nos enteraremos de que a alguien le ha dado la chaladura de ir a la farmacia y comprarse 20 unidades de dos metros cada una de esas tiras adhesivas en cuyo centro tienen un apósito esterilizado para colocar sobre las heridas, lo que viene siendo las bien conocidas “tiritas”, en lugar de decir que le han molido a palos unos desaprensivos, y para cubrir sus heridas ha tenido que comprarse veinte cajas de tiritas. Se habla del "resultado", como si fuera el "origen".


En realidad, y en la humilde opinión de este vecino del mundo, cuanta más crisis, más escasez e injusticia, “la mala leche” se va acumulando, y como en una rueda, en lugar de "favores", la mala “milk” se va repartiendo para todos. Y si a esto le juntamos el minuto de gloria, no es lo mismo insultar al vecino del tercero, que a un famoso que además está en la cresta de su ola, y si se cae o si se mosquea, como ha ocurrido esta vez, la repercusión es mayor.


En este tipo de casos sí creo que es mucho más útil esa frase que dice “El mayor desprecio es no hacer aprecio”, pero tanto Dani Rovira como Clara Lago, fuera de sus profesiones, y gracias a las alas que les da su juventud, intentan cambiar este mundo al menos en lo poco que esté en sus manos, y hasta que tristemente lleguen a la conclusión de que “es imposible” (y si no llegan a ella, mejor que mejor), sufrirán y mucho al oír cosas que les agravian , porque a muchos además no les interesa calmarse, ya que de esa manera, dejan parte de su frustración fuera.


Es una pena que hoy en día gusten más parejas del pelaje “buen chasis y encefalograma plano” pero con la cara radiante en programas del tipo “Hombres, mujeres…” y que su máxima preocupación sea que el canalla o la canalla de turno les haga caso, y la ropa que se pondrán mañana.



Además de lo anterior, conviene recordar que las mujeres guapas, inteligentes, y con los pies en el suelo, dan miedo, mucho miedo, por aquello de que los demás podemos no estar a la altura, y tener un gatillazo, cultural, que es peor, en cualquier momento. Porque siempre será más fácil, y contundente, insultar que explicar el teorema de Pitágoras, siempre que el tal Pitágoras no sea el delantero centro de un equipo de fútbol, de esos de moda.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 20 de febrero de 2016

LAS CINCUENTA SOMBRAS DE CAMERON



Como era más que cantado, incluso más que el Festival de Eurovisión, los líderes de los 28 estados que componen la Unión Europea, han llegado al acuerdo de que el Reino Unido pueda utilizar una especie de freno de emergencia, o de segunda velocidad, en el caso de que ciudadanos comunitarios trabajando en el Reino Unido signifiquen, por decirlo de alguna manera, una carga excesiva para sus finanzas.


Según el acuerdo alcanzado hoy, se permitirá que los europeos que lleguen al Reino Unido a partir del momento en que se ponga en marcha el mecanismo - previsiblemente por Enero del 2017, según el mismísimo Señor Cameron - no puedan acogerse a beneficios sociales en los siguientes siete años a los que, en cambio, sí tendrán derecho los trabajadores británicos. Por lo que ante un mismo puesto de trabajo, los ciudadanos europeos, o del resto de Europa, o del continente, recibirán más o menos en función de su pasaporte. No solo eso, sino que el mecanismo afectaría también de manera retroactiva a quienes ya disfruten de esos beneficios a partir del 2020.


Vaya por delante, que por motivos personales quiero mucho a los británicos, especialmente a los ingleses, porque pasé tres años de mi vida en Londres, y eso no se puede, ni se quiere, olvidar. Pero también me da más visión para poder criticarlos.  


Y hoy, este vecino del mundo se siente cabreado, muy cabreado, porque al final los ingleses han conseguido lo que querían, como siempre. Aunque, en realidad, este final estaba más que cantado, porque el resto de los países ya iban a la reunión a calzón quitado, y si hacía falta se practicaban las cincuenta, e incluso las sesenta y nueve, sombras de Cameron.


Si pensamos en la famosa frase “a donde fueres haz lo que vieres”, un británico viene por ejemplo a España, y en realidad lo que hace es convertir la pequeña parte de España en la que está, en su país.
Lectores, por ejemplo, de la zona Sur y Este de España, en la que hay muchos núcleos de británicos viviendo, podrán corroborar que lo que han hecho es crear pequeñas comunidades británicas con sus pubs,  y viven a su manera, incluso con camareros que no tienen repajolera idea de español, y en lugares en los que claramente te hacen sentir que el “guiri” eres tú. Si los españoles de a pie vamos por allí tendremos la sensación de que nos hemos perdido algo, y sin comerlo ni beberlo nos hemos confundido de país, y ya no estamos en España. Todo ello, dicho sea de paso, con la consiguiente reacción del gobierno español de "no sabe, no contesta".


¿Cómo se sentirán los griegos, por ejemplo, teniendo en cuenta como, hace menos de un año, se les trató a ellos?


En tiempos de nuestros abuelos se decía aquello de que "el que tiene padrino se bautiza y el que no …”. Y recuerdo también, que nunca terminaban el dicho, sino que medio daban a entender mediante gestos, todos ellos negativos, a los que este vecino del mundo los “traducía” como “…y el que no, se jode”. Sin embargo, hoy precisamente, preparando este texto, me he enterado del final verdadero del dicho, que siendo más políticamente correcto, incluso es, al entender de este vecino, más tajante. Y dice: “El que tiene padrino se bautiza y el que no, se queda hereje”.


Desde que me he enterado de ese final, sigo dando vueltas a la idea de si los herejes ahora son los británicos, o el resto de Europa. Lo que sí sé, es que sea lo que sea, ellos se han quedado la mejor parte. Porque, precisamente, ya lo dice otro dicho: ”El que parte y reparte, se lleva la mejor parte”, y las fotos de esas sesiones maratonianas, ya lo dicen: Los españoles solo nos hemos llevado unas cuantas pizzas, que las han comido, con nocturnidad y alevosía, para más inri, los que posiblemente “ya” no estarán en el gobierno dentro de cinco minutos.



Los británicos, y olé para ellos, siguen con su Imperio, aunque de vez en cuando (una vez al año), sus vástagos se desmadren en Magaluf y similares, porque precisamente, y lo han demostrado hoy una vez más, quieren y pueden. Los demás, nos comemos el resto de la pizza, mientras sentimos unas profundas y desgarradoras agujetas, no por practicar, sino porque nos practiquen, las cincuenta, o más, sombras de Mr. Cameron.



*FOTOS: DE LA RED

viernes, 19 de febrero de 2016

LA SOMBRA DE LOS MONOS



Esa frase tan tontuna, egoísta y, en apariencia, inocente de “yo estuve allí”,  en los últimos tiempos ha encontrado un aliado, el teléfono móvil y sus selfies,  cuya mezcla  puede llevar a todo tipo de inconsciencias, como dar un paso atrás  buscando el mejor enfoque, y en su lugar encontrar la muerte, al caerse por un acantilado (que no es broma y ya ha pasado).


Pero las imágenes que nos han llegado estas últimas horas, en las que un hombre saca del agua a una cría de delfín de la especie "franciscanaen la playa de Santa Teresita, provincia de Buenos Aires (Argentina) (https://www.youtube.com/watch?v=0n_m39V6D7o), y comienza a pasar al pequeño cetáceo entre los turistas que se agruparon en torno a él con el objetivo de sacarse una foto con el aprendiz de delfín, es el absurdo más absurdo sembrado de sonrisas y de “yo primero”.


Viendo las imágenes posteriores del ya cadáver, es que no puede haber ningún tipo de malentendido, se ve perfectamente que es un bebé y la mezcla de egoísmo e inconsciencia siempre son una mezcla complicada, y en este caso letal.


Este vecino del mundo siempre ha tenido la teoría de que quien se saca una foto delante de tal o cual sitio, está preparando la historia de “cuando YO estuve allí”, y en realidad le importa muy poco lo que aquello supone, y mucho más el cierto estatus que le puede dar entre los suyos, o dicho de una manera mucho más desenfadada “el poder contar batallitas sobre aquel día”.


Los muchos “yo”, por otra parte, de esta playa se convirtieron por un momento en una auténtica jauría.


Este suceso ha removido recuerdos a este vecino del mundo que nunca había contado antes, y que en cierta manera cambiaron su concepción de la vida. Al ver, en su estreno,  “El planeta de los simios”, la versión buena, la de Franklin Schaffner de 1968, interpretada por un Charlton Heston inmenso (en cualquiera de las acepciones de la palabra), hay dos escenas que fueron realmente impactantes, teniendo en cuenta que por entonces, este vecino tendría unos trece años.


Una de ellas es que al aterrizar en aquel planeta, en ese momento de nombre desconocido, los astronautas supervivientes, creo recordar que eran tres, son atrapados por los monos, que adoptan claramente el rol de hombre, y habitan aquellos lugares, separando a los tres compañeros. Con el transcurso de la película, el astronauta negro que integra la expedición, vuelve a aparecer, pero esta vez ya disecado y como trofeo de caza. 


Ese cambio de perspectiva, de cazar a ser cazado, junto con la otra escena en la que se ve, creo recordar, una foto en la que un grupo de, no sé cómo definirlos exactamente, ¿niños-monos?, que están posando encima de un hombre cazado y, que queda claro, que es el final feliz de una cacería.


Desde aquel  momento, cada vez que veo escenas de caza, bien sea de la realeza, nobleza, millonarios, o que juegan a serlo, la sombra de aquellos monos, siempre sonrientes, no ha dejado de acompañarme, ni hoy tampoco.



Sin embargo, esta vez ha sido mucho peor, porque ningún adulto, o supuesto adulto, ha sido capaz de poner un poco de cordura, y los niños que se encontraban allí, han recibido una muy mala lección, además de la peor manera posible, de la mano de sus padres.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 17 de febrero de 2016

KEITH RICHARDS Y SU VIAJE A LA INVERSA



Algunas veces te puedes pasar horas haciendo gestos  para que las musas te vean, y apiadándose de ti acudan a alumbrarte. Otras, como por ejemplo hoy, una simple foto encontrada en twitter te puede llenar de sensaciones y pensamientos que, por cierto, no tienen por qué ser lógicos.


La foto habla por sí sola, Keith Richards, integrante, por supuesto, de los “Rolling Stones” en la mitad de su último concierto, por ahora, en Uruguay.


Ver a cualquiera de los integrantes de este grupo, pero especialmente al Señor Richards, y por supuesto al mismísimo Mick Jagger, es llegar a la conclusión, sin el menor esfuerzo, de que hace tiempo que rompieron  con dos tópicos.

El primero, que gente con esa edad solo sirva para apoyarse en una barrera de esas puestas por el ayuntamiento, y mirar con aparente fijeza, cualquier obra que se precie. Y el segundo tópico roto, aunque sea verdad verdadera, es que la droga mata. Eso, o que los "Rollings" como les llamábamos siempre, son inmortales.


Sinceramente, y apeándome de la ironía por un momento, a ciertas edades para no manchar su propia imagen, algunos artistas famosos deberían obligatoriamente de cambiarse de nombre. Y elegir en este caso otro apelativo para el grupo,  resulta bastante fácil: “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”.


Siempre me he planteado, en casos así, cuando eres pequeño e hijo de un famosísimo, cómo te refieres a tu padre y a su profesión cuando estás con tus compañeros en el cole. ¿Cómo le describes? ¿“Mi padre es muy moderno, toca en un grupo, y le pagan muchísimo dinero por dar gritos”?.


Y eso  hace plantearme otra pregunta: ¿Cuánto tiempo se es moderno, o  los Rollings, por ejemplo, ya son una franquicia de una franquicia de sí mismos?

Por cierto, ¿artistas como los Rollings, por ejemplo, qué poder moral pueden tener, con la imagen que siempre dan, para decir a sus hijos que ni fumen ni beban, y por supuesto que se porten bien con todo el mundo?



A medida que estudiaba la foto, me he ido dando cuenta el por qué ha atrapado mi atención. En primer lugar, por ese punto de violencia implícita en la manera de coger la guitarra de Mr. Richards, al menos en el momento reflejado en la foto. Y al estar tomada la imagen de abajo a arriba se realza la altura del modelo acrecentando su tamaño.


Con lo cual, y como se diría en más de una revista, hay un parecido razonable entre esta foto y el famoso mono del comienzo de "2001: Una odisea en el espacio", la película  de Stanley Kubrick, en una especie de viaje a la inversa.




*FOTOS: DE LA RED



martes, 16 de febrero de 2016

ANAÏS, ANAÏS, NO ACABES CON EL MACHISMO A CAÑONAZOS




A quién no le ha pasado alguna vez esa sensación de “esto ya lo he vivido antes”.

Esta noche pasada me ha ocurrido otra vez. Al ver en periódicos digitales resúmenes de noticias y,  de pronto, me encuentro con que este sábado pasado la jefa del Instituto Valenciano de la Mujer,  la socialista Anaïs Menguzzato , se descolgó con un tweet de esos que no dejan indiferentes, y que si seguro llega a ser componente de uno de esos partidos que son tachados de extremistas, inmediatamente hubieran pedido su dimisión, en el que dice “Mañana es San Valentín. Ese bendito amor romántico bajo el q se camuflan el machismo y la violencia de género. No lo celebres, denúncialo..”


Y tras apenas unos segundos, en el que me imaginé a un San Valentín con una pintada en rojo sobre él, que decía "machista", y revisando anteriores  artículos en el blog, este vecino del mundo ha recordado enseguida el por qué de esa sensación de déjà vu.


Hace apenas un año, en Enero del 2015 precisamente, Ángeles Carmona  (Presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder Judicial), declaró que quería eliminar el "piropo" porque según ella "supone una invasión a la intimidad de la mujer".


Personalmente, declaraciones de este tenor, y me refiero a ambas, solo se pueden explicar como querer destacar, y que se sepa quién es la que lo ha dicho y en qué cargo está. Y lo más importante, que ese día además ha ido a trabajar.


Por cierto, como este vecino ya sabe cómo va el tema del “machismo”, en este texto he mencionado a Anaïs Menguzzato y a Ángeles Carmona, dos mujeres, no por serlo, sino por intentar apagar incendios con fuego, o lo que viene a ser el machismo a cañonazos.


Seguro que Anaïs Menguzzato, como polític@ que es, pedirá respeto para los que se dedican a la política, y que no todos son corruptos, sino que la gran mayoría están llenos de buenas intenciones. Y ahora nos viene, porque implícitamente lo puede estar diciendo, que el hombre por ser hombre, o la mujer por ser mujer, son machistas practicantes.


Antes de hablar mal del día de San Valentín, o de lo que sea, poniéndole un velo machista, porque eso se puede hacer con todo, me gustaría que, por ejemplo, se diera una vuelta por todos esos programas de televisión en el que la juventud rinde un tremendo culto al cuerpo y a la fachada, y en el que culturizarse, o incluso leer un simple libro parece de friquis, y se verá que es “practicado” por hombres y mujeres.


Por ejemplo, y sin ir más lejos, en esta edición de “Gran Hermano Vip” hay una concursante, Charlotte, y que a este vecino del mundo por su manera de ser le produce gran ternura, es una joven que, como se suele decir, es de buena familia, y teniendo en cuenta que normalmente esa apreciación va ligada al dinero, en su caso diríamos que es de buenísima familia. A ella no le duelen prendas en decir una y otra vez, que se casará con un millonario. Y eso también es machismo, y viene en gran parte de lo que se ve en la propia casa, por decirlo de alguna manera, en los usos y costumbres. 


Este vecino del mundo fue educado, prácticamente, por su madre y por sus tías, y en la senda de que todos somos iguales, y que si quieres que te respeten, tienes que respetar. Y ahí también se incluye hacer la cama y todo tipo de cosas...


Por cierto, la crisis tampoco ayuda, pero como ahí, en la crisis, al menos un poco de culpa sí tendrán los políticos, nos hacen mirar a otro lado, por ejemplo, a fiestas puntuales, como puede ser San Valentín. La fiesta en sí no tiene la culpa, en todo caso la publicidad de las celebraciones sí, pero hay también se mueve el dinero, y mejor no tocarlo.


A todo aquel que ha sentido, y siente, mariposas en el estómago al ver a la persona que tiene a su lado, no se le puede decir que no regale nada en San Valentín, ni en cualquier día del año. Y, Anaïs, si no me comprendes, porque nunca has sentido esas mariposas maravillosas revoloteando por tu estómago, diría que me produces pena, pero me ibas a tachar, seguro, de machista; simplemente te aconsejo que te lo hagas mirar. 


Y, por cierto, para aclarar temas, todo el tiempo que me he referido al amor, lo he estado haciendo simplemente pensando en dos personas, no en un hombre y en una mujer. Espero que se me entienda, porque quizás ahí puede radicar uno de los problemas del machismo, el no tratarse como personas en igualdad de derechos. Sin necesidad de sacar los lanzallamas a la calle.

*FOTO: DE LA RED



sábado, 13 de febrero de 2016

CORRE, FRAN, CORRE



Lo de Francisco Nicolás Gómez Iglesias es un gran libro, siempre me negaré a catalogarlo como “culebrón” por lo despectivo que resulta, que lo estamos escribiendo entre todos. Y lo de ayer en el “Deluxe” es de juzgado de guardia, literal.


Para marcar las distancias y no engañar a nadie, porque nunca es mi intención desde estas páginas, hace tiempo que me declaré simpatizante y defensor de él, lo cual no quiere decir que él esté limpio de errores, y además es el primero en decirlo.


Francisco es una rara mezcla entre Peter Pan, Don Quijote de la Mancha y Forrest Gump, con el claro poder, al menos desde mi humilde punto de vista, y sin pretenderlo él, de desenmascarar a la gente.


Por cierto, el viernes de la semana pasada, y tras pasar por el polígrafo, se encendieron todas las alarmas, y quedó un cierto regusto a miedo. Por eso, se puede pensar que lo de ayer era una manera de desactivar las alarmas reales, o las reales alarmas, que de todo puede haber en la viña del señor, y entiéndase por “viña” incluso desde un cortijo a un palacio…


Ayer, y desde mi punto de vista, quedaron muy tocadas, y sin pretenderlo Francisco Nicolás, lo cual es lo mejor que tiene, una María Patiño, cada vez más personaje que periodista, y empeñada una y otra vez en querer ver en él el comportamiento de otros muchos que han ido pasando por el programa, y que bien pudieran ser clones los unos de los otros.


Además, la Patiño y su vena juegan, y jugaron ayer también, a dar un órdago con su solvencia profesional, queriendo olvidar que con la cantidad de veces que aseguró en su momento, que se iban a separar La Campa y Jesulín (al final más de uno estaba convencido de que no se separaban para poner más de los nervios a la periodista de raza), su solvencia hace años que quedó sepultada entre muchas capas de orgullo y paripé.


No me creí, ni me creo en ningún momento, que Francisco Nicolás, estuviera detrás del negocio de las fotos con Ylenia, porque él no tiene maldad, y se ve a la legua. Él siempre ha estado más por historias de espías, y su libido estaba en el poder.


Visto desde el otro lado de la pantalla, hace tiempo que veo en María Patiño, al poli malo y al poli bueno, pero todo junto, y revuelto, que es peor. Últimamente, y cuando va de farol, se le nota mucho, y si no va de farol, peor, que se lo haga mirar, porque entonces sus “fuentes” están más secas que la mojama.


Por cierto, tal como está el percal, creí que ya estaba vacunado contra el sonrojo, y, sin embargo, ayer lo hice en dos ocasiones, cuando oí que se ensalzaba (Kiko Hernández y María Patiño), todo es cuestión de gustos, claro, a Federico Jiménez Losantos. Sirvió de Norte de por qué zonas nos estábamos moviendo, y por qué La Patiño va siempre con la vena presta a estallar, demasiado sensacionalismo hasta para descansar.


La otra persona que ayer, no es que quedara mal, sino un pelín cruel, y como queriendo depilar con un destornillador, fue la psicóloga,  Irene López Assor. En fin, me imagino que ayer su código deontológico quedó traspapelado debajo del contrato de Francisco Nicolás, que se supone le daría permiso, y sé que además va diciendo, para más inri, que “no dije ni la cuarta parte de lo que pienso y observé…”, y lo entrecomillado es literal. Lo cual induce a pensar, que al menos como jurado hubiera sido desestimada su presencia porque ya venía, presuntamente,  con una clara opinión.


No se puede hacer una prueba que puede ser tan trascendental para alguien dando tanta sensación de premura, y no me refiero, por denominarlo de alguna manera, al "paciente", sino a la psicóloga. Se comenzaba prácticamente a dar los resultados, y ella todavía estaba corrigiendo, en el mejor de los casos, el último test. Se supone que los resultados se deberían de reposar, estimar, evaluar...


Esperemos que en un futuro, y personalmente temo al futuro porque todo va a peor, no se haga lo mismo con ningún resultado médico, porque en ese caso nos podemos enterar de que alguien, algún famoso, tiene cáncer porque se ha dejado chequear en riguroso directo. Y, como siempre, la culpa de darle el resultado de malos modos, tendrá él, el paciente, el entrevistado, y nunca, nunca, el programa.


En este mundo en el que la vida, la experiencia, y los años, te hacen ser un malpensado, hace tiempo que dejé de creer que las cosas pasan por casualidad. Y en el mundo televisivo, como en todos los mundos, existen también las cadenas de favor, y ayer tiene toda la pinta de que alguien, como hubiera dicho ese gran filósofo que fue Don Miguel Gila, se cobró un favor a alguien.


La conclusión ahora, y debido a su, en teoría, bajo cociente intelectual, es que Francisco Nicolás debería de ser tratado. ¡Bien! ¿Y hacia dónde llevamos su personalidad…? ¿Quién es perfecto? ¿Le explicamos que los molinos no son molinos, sino gigantes? ¿Que Aznar tenía razón, o estaba equivocado? ¿Que debe de seguir en el PP, o debe de alejarse de la política porque fue su principio y su fin?


¿Teniendo en cuenta la fauna que se ve en nuestra sociedad, por ejemplo, ser Estela Reynolds, es tan malo? Hubiera quedado más de psicólogo definir a Francisco Nicolás como Peter Pan, en el que incluso Ylenia podía haber jugado a ser Campanilla, pero siempre es más contundente, incluso machacante, llamarle Estela Reynolds. 


Quizás, haberle llamado Peter Pan, nos recordaría lo mucho que ha volado, y alto, este joven, y eso no sería conveniente. Y cuanto más alto vuelas, más ves, observas y tomas nota. Y ahora viene la segunda parte de volar alto, y que alguien tenga miedo de lo visto, y de lo oído: la caída, es mucho mayor. Y más si durante la caída te disfrazan de  Estela Reynolds.


Quizás, en el fondo, y es lo que puede doler a muchos, durante un tiempo habían encontrado “un tonto útil”, y ahora cuando muchos han salido por piernas al grito de “sálvese el que pueda” quieren que se quede el tonto, y lo de ayer puede formar parte del plomo que se le ha puesto para que se quede, y en el fondo.



Esperemos que nunca tengamos que terminar esta historia con el célebre y triste “entre todos lo mataron y él solo se murió”, porque a mí, Francisco Nicolás, me produce cuando menos ternura, porque no quiero que nadie me dé pena, aunque todos los días le traten mal, como a un Forrest Gump cualquiera. Quizás, como él, como Forrest, debería de comenzar a correr, y no parar.


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viernes, 12 de febrero de 2016

AL DIOS DE LOS ROBOTS



He leído estos días lo tecnológicamente “pretty perfect”, como diría un cursi, que estamos logrando ser, consiguiendo, por ejemplo, que un nuevo robot  pulverice el récord para solucionar el cubo de Rubik con solo 0,887 segundos.

El día que necesite imperiosamente solucionar ese problema, el de Rubik, ya puedo estar tranquilo. Incluso a lo mejor, cualquier día de estos descubrimos que el resolver el problema del citado cubo es la llave a un mundo mejor...


Mientras, ya que por ahora no hay ningún impuesto sobre ello, y es de lo poco que se puede hacer en un periodo de crisis, me quedo pensando sobre esa noticia. ¿Eso es bueno? ¿Es importante? Realmente lo será. Pero quizás este vecino del mundo vería un avance en la ciencia, el día que un robot al leer, y comprender, un periódico, supiera distinguir las noticias positivas de las negativas, evaluara el panorama general, y como opinión sincera, si procediera, llorara,  y llorara amargamente además, mientras intenta desesperadamente desconectarse de un mundo que no le gustara nada.


Habremos adelantado en ciencia, en tecnología, y todo lo demás, el día que se diseñe un robot que aprecie los paseos matutinos, el andar por andar, el saborear el roce del viento sobre el panel de su cara. El dejarse llevar por el susurro de la naturaleza. Incluso, conseguiremos la vida artificial plena, el día en que un robot al leer que los muñecos de unos titiriteros han sido detenidos, y que estos, los titiriteros, ya no son considerados peligrosos porque no tienen los muñecos, se partan de risa y consideren seriamente si en realidad son tan perfectos al venir de las manos de gente con esa mentalidad.


Nosotros nos hemos criado en la creencia de que Dios está en todas partes, y que prácticamente cuando estás pensando y planteándote algo, Dios ya lo sabe, no sé si por redes sociales celestiales mandadas por tu ángel de la guarda, que actúa en este caso como chivato, o confidente, pero Dios ya lo sabe, en una especie de Gran Hermano y Dictador todo junto. 


Sin embargo, el Dios de los robots, sus creadores, o sea nosotros, tienen un nivel muy bajo de criterio, tanto como para meter en su purgatorio, o en su infierno particular a unos títeres, o incluso el llegar a pensar que un titiritero sin títeres no es peligroso, si es que antes lo fuera, porque el peligro lo debe de tener entonces la marioneta, lo cual a un robot filosófico tiene que hacerle plantearse lo triste y estrecha que es su existencia, con un Dios que piensa esas cosas. 


Eso, sin que el robot llegue a la conclusión todavía, de qué futuro le espera dedicándose a resolver cubos de Rubik. 

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miércoles, 10 de febrero de 2016

LA INCONSCIENCIA Y EL MAR



Llevamos varios años en Donosti, que entre temporal y temporal no hacemos para chapa y pintura, en una especie de “Día de la marmota” pero sin efectos especiales digitales, y fomentando la albañilería. 


Estos dos días pasados nos ha quedado mejor el espectáculo improvisado de la mar cabreada, de cara a la “Capitalidad Cultural Europea", que el espectáculo del puente, en teoría pensado y repensado, que costó seiscientos mil del ala.


Este lunes cuando ya se anunciaba a bombo y platillo  el temporal que se avecinaba, y teniendo en cuenta que por la mañana había marea baja, un amigo, Koldo,  y yo nos adentramos en el Paseo Nuevo, y aunque, en teoría la mar, como ya he dicho anteriormente, se presuponía baja, parece que en el departamento de calderas, debían de andar  un poco despistadillos, y aquello se movía como si no hubiera un mañana. Y desde uno de los balcones que surcan el paseo, me aventuré tan solo por un momento, a sentir bajo mis pies la fuerza del mar. Y a este vecino del mundo que tiene  memoria cinematográfica, inmediatamente le vinieron dos escenas a su mente.


La primera, de una película que muy en contra de lo que la mayoría de la gente dice, a él le pareció un fiasco completo, una historia totalmente lineal, y eso teniendo en cuenta que el final ya lo sabes antes de entrar al cine. Este vecino del mundo se refiera a “Titanic”, y durante unos segundos mis brazos emularon a los del protagonista, Leonardo DiCaprio, detrás de la chica, con la diferencia de que no estaba el tema como para hacerle ojitos a Koldo, y a nuestros añitos intentar cambiar de acera.


La segunda, es una película de la que tengo un buenísimo recuerdo, y que además algunas de las escenas se rodaron en Fuenterrabía . Me refiero a “Papillón”, y por un momento me vi como un  Steve McQueen cualquiera, contando siete olas para luego saltar buscando la libertad.


Y es que el contemplar la simple potencia (todavía estaba ligeramente esbozada porque faltaban unas cuantas horas para que aquello reventara en su plenitud) de la Naturaleza nos hace perder los papeles. De lo contrario, no se puede entender el comportamiento aparentemente juguetón, pero que visto fríamente es temerario, rozando, o pasando, la negligencia, de más de uno estos días.


Delante nuestro, y cuando ya el Paseo Nuevo está prácticamente visitando a la Isla de Santa Clara, había una familia en pleno, el padre con un bebé de meses en brazos, y otros tres niños de muy corta edad, el mayor no tendría más de siete años, jugaban a mojarse y escaparse de las olas que ya apuntaban maneras, mientras la madre, en teoría un poco más consciente, les esperaba más resguardada a unos cuantos metros.


Al ver el proceder de la familia, le pregunté a mi amigo: ¿Qué es lo que ves?
Y con una sonrisa me dijo: Que se lo están pasando pipa.
Ahora –continué- por un momento imagínate que ese señor es un famoso, por ejemplo, Paquirrín, y tiene la mala suerte de que le sacan unas cuantas fotos. ¿Qué es lo que ves ahora?
Koldo me miró con la confianza y complicidad que dan los años y simplemente me dijo: Veo un problema.
Y yo le contesté: Es más o menos lo que le ocurrió a Paquirri, cuando muchos vieron la foto en la que daba unos pases a una vaquilla con su hija de meses en brazos. Con la diferencia de que este señor no sabe, y él sabía lo que hacía.
Mi amigo mientras sonreía me dijo: De algo nos tiene que servir el anonimato.



Poniendo ahora rumbo al puerto, para llegar a la Parte Vieja donde sin duda algún “pintxo” caería, llegué a la conclusión de que sin duda el anonimato es el mejor disfraz. 


*FOTO: DE LA RED

lunes, 8 de febrero de 2016

DUELO DE TITIRITEROS, O LA TRADUCCIÓN DE UNA CANCIÓN INFANTIL



¡No puedo más! He estado todo el fin de semana acordándome de esa canción popular que muchos niños, de los nacidos a finales de los cincuenta, cantábamos cuando salíamos de excursión, la de “Vamos a contar mentiras”, y ha llegado el momento de explotar…


Siempre me atrajo la canción por lo transgresora y rompedora, al menos me lo parecía desde mi mirada, entonces, infantil. Era una especie de poner el mundo al revés. Quizás tenía mucho de “Alicia en el país de las maravillas”, cuando no conocía ni a Alicia, y el mundo, además, a mis cinco o seis años, con todo por descubrir, era una pura maravilla.



Pero quizás el punto álgido de la canción, me lo parecía a mí entonces, era ese momento de


...Por el mar corren las liebres
Por el mar corren las liebres
Por el monte las sardinas tralará...



Y, ahora (más vale tarde que nunca), he visto claro que esta canción es una especie de crónica, por desgracia, de nuestra España actual.


Una España donde siendo corrupto, político o no, puedes caminar por la calle; y los titiriteros, en el fondo y en la superficie actores y artistas, pueden ir directamente a la cárcel, como ha ocurrido este fin de semana en Madrid, Villa y Corte, y la llave tirarla al mar  para ser custodiada por las liebres de la canción, sin que nadie parpadee. 


¿Que la obra, la citada obra, de la que todos hablan hoy, y que muy pocos han visto, lo cual no es óbice,  no era para niños? Totalmente de acuerdo. 
¿Que no era un lugar, hora, ni momento para el citado contenido? Otra vez, totalmente de acuerdo.


Pero, señores, que dos actores, que es lo que son, al fin y al cabo, estos titiriteros, están en la cárcel, en una España, que para sorprender desde el punto de vista picaresco te las tienes que ver y desear, es un auténtico sinsentido.


En un país donde las obras de palacio van despacio y que cuanto más robas, más tiempo tardan en juzgarte, por una obra de teatro, que en el fondo es lo que es, primero, te meten en la cárcel y, luego, ya veremos.


Que se depuren todo tipo de responsabilidades, porque por de pronto hay una obra que no debía de haber sido representada a la hora en que lo fue, ni para el público al que se ofrecía. Alguien cerró un contrato para, cuando menos, un momento inadecuado, pero creo, sinceramente, que los titiriteros en la cárcel es como los cristianos ante los leones, una parte más del circo, "customizado", eso sí, e inmenso en el que estamos.


Evidentemente, alguien, algún empleado o técnico del Ayuntamiento de Madrid debe dimitir o ser cesado, pero más de uno de los que se están rasgando las vestiduras, y que ahora están en la oposición, en Madrid, ya solo pensando  en el triste caso "Madrid Arena", en el que fallecieron cinco jóvenes, tienen más cara que espalda.  Y los que "no sabían, no opinaban, no hablaban" en ese momento, ahora están tirando opiniones como piedras.


Y es que quizás fueran más permisivos entonces, porque a la postre se trataba de un negocio, que iba a generar mucho dinero, y fácil, y se supone, que negro además en su gran mayoría, y ahora  lo que se movía eran ideas, ideas quizás equivocadas para muchos, pero ya se sabe que a las ideas las carga el diablo, y si además ese diablo viene del infierno de la "Cultura", doblemente diablo.


De todas maneras, y muy en el fondo, ésto también se trata de un duelo de títeres, unos, los de andar por casa, están ahora en la cárcel, y otros, más sofisticados, quieren seguir dirigiendo los hilos, los nuestros, desde la oscuridad del anonimato, mientras nos aseguran, que por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas, o lo que es lo mismo que decir, que siempre se hace lo que el pueblo quiere.  ¡Hay que joderse!


*FOTO: DE LA RED