Este vecino del mundo, tiene el
ordenador encendido prácticamente las veinticuatro horas del día, con el “procesador
de textos” (para no decir marcas) preparado para cazar ideas al vuelo. Uno
nunca sabe dónde se esconden las musas, pero como alguien dijo, siempre te
tienen que pillar trabajando.
Hoy, mañana para mis lectores, es ese famoso “día
después” que la mayoría de las veces siempre tiene un sabor a resaca de sueños incumplidos. Y la resaca de hoy de “Ciudadanos” se ha llevado por delante al mismísimo Albert Rivera.
Era de prever, porque el descalabro ha sido colosal. Es como ir a por patatas y
volver a casa habiendo perdido hasta las escrituras del piso, porque en un
momento dado se te cruzó el Casino, y no sabes decir que no…
Sólo que al Rivera le ha pasado al revés,
porque se convirtió en el rey del “no”, y al final ese matrimonio con Pedro
Sánchez que los mentideros de los empresarios acariciaban, tuvo menos futuro que
Chiquito de la calzada, Don Gregorio, del que se cumplen dos años de su
fallecimiento, como galán de telecomedia.
Viendo el mapa de la zona donde vivo, en
Donosti, ha ganado el PSOE, según me dijeron los interventores ayer,
concretamente en la mesa en la que estuve, normalmente ganan ellos. Seguidos
por el PNV, UNIDAS PODEMOS y BILDU. Está claro que en nuestras mesas no triunfa
el Ferrero Rocher, al que tampoco diría que no, sino algo con más sabor a
pueblo, como un pintxo de chaca, que en algunos recetarios por internet, lo
describen como “Pintxo Donosti”, y como se suele decir, algo tendrá el agua
cuando la bendicen…
Por cierto, y ya para terminar, oigo en la
radio a sesudos analistas políticos que achacan el tremendo ascenso de Vox, a
la avaricia de los jubilados que no quieren perder lo que tienen.
Generalizar es siempre malo, y está más cerca
de hablar por hablar que de blindarse de razones. Extremistas hay en todas
partes, e incluso los ricos, o más que acomodados, y sus familiares, también se
jubilan.
Dudo, por ejemplo, que esos jubilados que
probaron las porras de los grises en los setenta, no solo en el País Vasco, sino
en muchas zonas obreras, hayan cambiado sus miradas, políticas o no. Porque
esos abuelos que están ayudando con sus “dineros” a los hijos y nietos, que
están sufriendo, en el mejor de los casos, salarios mileuristas, o posiciones
como hoy tengo contrato, mañana vaya usted a saber, crean que los de los
tirantes rojo y gualda, les van a sacar las castañas del fuego, a lo mejor sí,
pero para quitárselas y no pagarles nada por ellas.
Muchos de nuestros jubilados, recuerdan al
menos por referencia, la famosa “época del hambre”, y saben que si no se buscan
la vida ellos, al famoso perro atado con longaniza se lo va a llevar
otro, siempre otro.
*FOTO: DE LA RED