Hoy he indagado en el Diccionario de la R.A.E. para
confirmarlo y, en efecto, en la entrada relativa a “apático” aparece mi foto,
con lo cual ya es oficial: soy apático perdido.
No es de extrañar, pero sí de estreñir, que con el
panorama dominante en nuestros días, uno esté más impasible que un faquir
encima de su cama de clavos.
Estaba más que convencido de que no iba a aparecer por mi
blog hasta el nuevo año, aunque al final sólo queden unas cuantas horas.
Sin embargo, ha habido una noticia que me ha dado qué pensar. No quiero crear
falsas expectativas tampoco, pero algunas veces lo que puede parecer, de
primeras, una nimiedad, se puede pegar a tu piel e irte atravesando, y
filtrarse en tus pensamientos.
He oído en la radio, y posteriormente comprobado por
internet, de que en estas últimas horas, a Sharon Stone, la actriz protagonista de películas como “Instinto
básico” y “Casino”, le han dado de baja como usuaria en una “app” de citas. El
motivo ha debido de ser, que varios usuarios se habían quejado de que esa cuenta no
podía ser de la actriz de fama mundial. Por lo que al recibir el aviso de que le
daban de baja, se ha visto forzada a manifestarse diciendo que
era ella misma, y que por favor no la excluyeran…
La aplicación en cuestión (este vecino del mundo no tiene experiencia en ese “mundillo” por decirlo de alguna manera), "Bumble", debe de ser feminista, así he leído como la
consideran los que entienden, porque parece que sólo pueden ser “ellas” las que
dan el primer paso de contacto.
Si dejamos reposar la noticia, la mayoría llegaremos
a una primera conclusión, como en el título de aquel culebrón, “Los ricos también lloran”,
o en otras palabras, los famosos también se tienen que sentir solos. Además con
el agravante de que se les presupone “forrados”, y son terreno
abonado a acercarse, como decía José María García en su momento, todo tipo de chupópteros bajo la piel de un amigo en ciernes. Al final, y haciendo un chiste fácil, La
Stone, pese al apellido, no es de piedra…
De todas maneras, no seamos ilusos. Entre ser lo que
antes se denominaba “clase media”, y que ahora somos en realidad meros
supervivientes, anónimos eso sí, y ser famoso que se siente solo, me quedo, sin
dudar, con ser famoso que se siente solo.
¿Por qué? Muy sencillo. Porque a este último, siempre le
queda el recurso de escribir sus memorias, e incluso de que luego se pueda
hacer una película sobre su vida. Y forrarse, o seguir más forrado todavía. Y a nosotros, es triste el decirlo, pero si nos recuerdan una vez nos hayamos ido, es muy posible que sea porque hemos dejado deudas...
Antes de intentar contactar con la Stone, que me imagino que para
estas horas ya habrá cola, aprovecho estas
últimas líneas, para desearos a todos una feliz salida y entrada de año:
Muchas felicidades y un próspero año nuevo.
*FOTO: DE LA RED