Primero de todo decir que
este post no es ningún estudio concienzudo de lo ocurrido en la gala de ayer,
sino que son unos pensamientos tomados a vuela pluma durante el programa, y que
pueden ser ampliados, en algún momento, más para que se aclare este mismo vecino
del mundo, que para los lectores.
Esta gala ha girado poniendo en un primerísimo plano a
Maite y Sofía, las supuestas madre e hija de Pamplona. Decir que este vecino ha
estado recopilando imágenes de ambas en la soledad del confesionario, y su
actitud dista mucho de aparentar un trato íntimo. En la mayoría de las fotos
hay una distancia entre ambas, de más de un metro, y ese acento tan marcado de
la Ribera Navarra en la madre y desaparecido en la hija, denota cuando menos
que Sofía se ha criado bastante alejada de la otra.
En otro orden de cosas,
seamos serios, os hará gracia Maite, pero está, al menos viendo su comportamiento, como para ser internada.
Imaginaros que es un familiar vuestro, por no decir que es vuestra madre. ¿Qué
pensaríais? Porque no es lo mismo verla, por decir de alguna manera, como una "monologuista", a sufrirla veinticuatro horas, actuando algunas veces como si fuera la conciencia de la persona que tiene a su lado.
En un momento dado de la
gala, y mientras Mercedes Milá hacía unas cuantas preguntas a la verdadera madre
de Suso, y al ser preguntada sobre el comportamiento de la “madre televisiva”
de su hijo, ella ha comentado que en los cuatro días se ha sentido muy afectada por
su comportamiento, y que “la duda ofende” sobre, en el caso de su hijo, quién
es mejor madre. Me han ofendido/defraudado los aplausos y el ambiente
despectivo del público en el plató contra la verdadera madre de Suso. No se
debería de confundir el “espectáculo” con “la vida”. Es para mosquearse.
Enrique (el concursante
presuntamente médico, porque con las “mentiras” promovidas por el programa,
todas las afirmaciones este año hay que ponerlas en cuarentena) ha estado los
cuatro días "flipando" con el comportamiento de Maite, la madre. Supuestamente,
da la impresión de que el galeno podría ver en el comportamiento de ella, un “reconocible”
cuadro clínico.
En un ambiente como el de
este concurso, que por el paso de los años y de las diferentes ediciones, los
espectadores hemos aprendido a no extrañarnos
por prácticamente nada de lo que pudiera ocurrir. Lo de Maite ayer, sin embargo, diciendo a su propia hija que “folle”, así, sin anestesia, con
Suso para darle celos a Raquel, que a la postre formará terna para poder ser
expulsada tras las primeras nominaciones, no es de recibo. Hace dos años mandaron a Argi por cuestiones políticas.
Parece que la política se debe de anteponer a cuestiones morales en un programa de estas
características…¡Ver para creer!
A la hora de nominar todos
se dejan dominar por las antipatías manifiestas, y no son capaces de ampliar el campo del voto para que Maite, que estaba claro que iba a ser la máxima candidata
para acapararlo, no se destacara tanto, y hubiera más variedad a la hora de
elegir a quién votar desde el punto de vista de un público que a la postre será
quien decida, siempre en teoría, porque durante la semana los colaboradores de
Telecinco se encargarán de camelar al público para que voten de acuerdo a los
claros intereses de la cadena.
Para romper la monotonía y
llenar de ironía el ambiente de la casa, alguien debería de haber nominado al
perro de la pareja, en la sombra, Ivy y Carlos, con 3 puntos, aunque no se pudiera. ¿Motivos? Por no hablar ni mezclarse con la
gente. Lo que sería en otros, claros síntomas de
pura estrategia.
Lo del bebé de Marina, este
vecino del mundo no se lo traga ni con un tinto de verano. De ser verdad, sería
un gran riesgo hasta para el programa, y alguien desde las diversas
instituciones podría tomar cartas en el asunto. Amén de que con los diversos
datos aportados es imposible que el niño de carne y hueso, si lo es, tenga tan pocos días, y
una madre que no da síntomas de haber parido hace tan poco, y oído de la boca
de Enrique, otro de los concursantes, y médico.
Maite, tras saberse las
nominaciones (la propia Maite, Sofia, y Raquel) , se preguntará todavía por qué
le han nominado. Creo, sinceramente espero equivocarme, que su paso por el
programa puede ser perjudicial hasta para su trabajo. Recordemos que es
conductora de autobús, y continuamente está dando muestras de que el calibre de
su cordura es cuando menos cuestionable.
En otro orden de cosas, y
tras comprobar que ya se terminaba el segundo programa, no es justo no liberar
a todos los concursantes de sus secretos a la vez, solo lo han sido: Han, el chino granadino, que
ya puede expresarse libremente en castellano, y Maite y Suso pueden dejar de
fingir sobre su relación de madre e hijo; porque los liberados compiten más
tranquilamente, y con más facilidad para concentrarse en sus diversos objetivos.
Ya para terminar,
decir que mucho me temo que, aunque injustamente, Raquel corre peligro más que
nada desde el punto de vista de una cadena, Telecinco, a la que es de presumir
que le venga mejor que se queden una madre y una hija tan conflictivas como
imprevisibles.
Durante la próxima semana es
de esperar que colaboradores de la cadena se encargarán, como por casualidad,
de decir que Maite y Sofía se deben de quedar porque dan mucho juego.
Está en nuestras manos el
desear que los concursantes tóxicos se vayan cuanto antes… ¿o no?
*FOTO: DE LA RED