sábado, 23 de marzo de 2013

AL QUE LE PIQUE...


Muchas veces, este vecino del mundo emplea recuerdos o situaciones pasadas para ilustrar un tema, si así se puede decir, y algunas veces tiende a caricaturizarlo para remarcar aún más la situación. Sin embargo, lo que voy a contar hoy me pasó hace muchos años, calculo que a mediados de los noventa, y no voy a exagerar nada de nada. 
Como me leen mucho desde Alemania también, y trata de gente de esa nacionalidad, solo puedo decir que ocurrió así, y que ustedes no se pueden hacer responsables de lo que hagan otras personas aunque puedan ser sus vecinos.
Había comenzado el mes de Agosto, y como tenía vacaciones, nos fuimos a Canarias, a la Playa del Inglés concretamente, en Gran Canaria, mi madre, mi hija y el que suscribe ésto, ya que mi mujer tenía que trabajar, y fue además la que tuvo la idea. He comentado lo anterior para evitar suspicacias, y es que en mi pueblo somos muy mal pensados, y para cuando algunos van, los de mi pueblo ya hemos vuelto.
Llevábamos varios días en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, al que pertenece Playa del inglés, cuando se me ocurrió amenizar un poco la estancia visitando Palmitos Park, un recinto un poco alejado del pueblo, en el que a modo de paraíso se encuentran un montón de animales reunidos en unas muy buenas condiciones aparentemente, con toda clase de cuidados, y con una muy variada flora y vegetación. Algo muy recomendable, y aunque es un negocio privado, y no me pagan nada por publicitarlo, aconsejo su visita.
Como el citado lugar se encuentra a desmano de todo, hay que ir en un autobús verde, que pasa cada media hora.
Es muy conocido el hecho de que en Canarias hay mucho visitante germano, pero estoy convencido de que como entonces nunca. Tanto a la ida como a la venida nos colocamos en la cola los primeros. He de comentar que este vecino y su familia no se caracterizan precisamente por ser altos. En mis buenos tiempos medía 1,69 cm., y de los tres era el más alto. Comento ésto por lo que sucedió, ya que en los dos viajes, ida y vuelta, nos debimos convertir en invisible, pues todos los que se ponían en la cola, todos alemanes, ya lo siento por la Merkel, nos iban adelantando porque simplemente no nos veían, y seguían con su conversación. Este vecino que habla el suficiente inglés como para poder meterse en problemas, les dijo de todo, pero no oían nada. En algún momento pusieron cara como que habían oído algún trueno y en dos o tres horas pudiera cambiar el tiempo, pero nada de preocupar. 
En el viaje de ida pudimos entrar en el primer autobús, pero a la vuelta, estando los primeros en la cola, perdimos ese autobús donde parece que solo podían ir jugadores de la NBA, por la altura me refiero. Y en ese momento, cuando ya estábamos solos otra vez, apareció un guarda de seguridad español al que comentamos el suceso, y no se extrañó porque nos dijo que siempre pasaba lo mismo, pero como la mayoría de turistas eran de esa nacionalidad, se les cuidaba con mucho mimo.
He querido comentar esta anécdota, porque ahora en Europa está pasando lo mismo. Los alemanes no es que esperen al autobús, sino que ya vienen con el suyo propio, y no paran a nadie. Ya no hay la Europa de dos velocidades, porque solo hay prácticamente una que se mueve, y los demás se deberían de montar en marcha, pero eso es imposible, y se dan unos trompazos importantes, como en Chipre últimamente.
Me imagino que hoy recibiré un número importante de quejas defendiendo a los alemanes y a su país. He de advertir que yo no tengo nada contra ellos, pero parece ser que en aquel momento ellos sí lo tenían conmigo, y con mi familia, que es aún más importante.
La situación actual es como en la anécdota relatada. No importa si hay niños, ancianas, nada. Ellos no oyen nada, solo sus pensamientos, y eso a saber si piensan, porque en cuestión de sentimientos...

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Tere Ramos (enviado por facebook)
    Si, èsto es asì Francisco,son especiales!!Hubo una època que no podìamos acceder a algunas calas porque cerca de ellas se habìan instalado y les molestaban los tranceùntes. Querìan silencio, soledad, todo para ellos!!!Nos echaban los perros(Pastores alemanes y doberman)y hubo muchìsimos problemas. Cosas de èste tipo muchas!!!No generalizo,he tenido amigos alemanes que no son asì. También he tenido una pastor alemana buenìsima y linda,adoraba a los niños,los protegìa,por su puesto no estaba entrenada para atacar.Un abrazo.

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  2. Para: Tere Ramos (también por facebook)
    Ellos en realidad se gastaban menos dinero que nosotros, porque les salía muy barato, y en cambio a nosotros un ojo de la cara.

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