domingo, 12 de abril de 2015

¿LOS TIEMPOS DE YUL BRYNNER, O CUANDO MORTADELO Y FILEMÓN SON DE IZQUIERDAS?



Últimamente, y serán los años que ya acumulo, me preocupa mucho el hecho de la vida en sí. Siempre la he comparado, debido a mi afición al cine, como una película en la que cada uno de nosotros somos los protagonistas.

El problema es que cuando uno tiene más dinero, muchísimo, las escenas de riesgo no hace que las ruede un doble, sino que si sale algo mal, el que la paga siempre es otro. Y últimamente hemos tenido muchas pruebas de ello. Gente perseguida por la justicia, y que ya no tiene, en teoría, ningún dinero disponible, su mujer en algún momento se ha quejado ante el juez de que no tiene ni para comprar pollo, y que entre cárcel y cárcel, o mejor dicho, sospecha y sospecha, le pide al juez que le deje ir con su familia de vacaciones a la nieve, por cierto, a un chalecito de superlujo, of course, que es de su propiedad, aunque esté intervenido. Y mientras, muchos de nosotros no nos cortamos las venas porque no tenemos ni para un cuchillo.

De todas maneras lo que nunca nos podrán quitar, y eso les tiene que joder (no sé a quién, en general a ese gran hermano), el sentido del humor. Y es que esta España (iba a decir nuestra, pero al final resulta que no es de nadie, o si lo es, de los banqueros) es como para sentarse a mirarla, y no parar de reír, mejor con ella que de ella.

Ya para empezar, no es que la televisión del estado, la que se supone que es nuestra, porque la pagamos directamente, esté bajo sospecha, sino que en cuanto pueden le ponen rumbo al pasado. No para hablar del último libro de F. Ibáñez, y de sus héroes, Mortadelo y Filemón, porque esta vez trata del Señor Bárcenas, y eso no se puede tocar, sino con ese programa que se supone que es de entretenimiento (y que se puede decir separándolo entre sílabas, como entretén y miento), que hay los sábados por la noche, una especie de túnel del tiempo, en el que si lo ves, regresas a los ochenta, como muy moderno. Hay momentos en los que estoy seguro que si en ese instante me levanto del sofá y me miro al espejo, tengo una melena impresionante y he dejado de parecerme a un Yul Brynner pero de líneas más relajadas.

Y es que al gobierno, a nuestro todavía gobierno, le interesa mantenernos entretenidos, por aquello de que la música amansa a las fieras. Además, aunque el gobierno es de derechas, las imágenes que el Señor Moreno, Don José Luis, (director y productor) propone de los cuerpos femeninos, e incluso de los masculinos, que él para eso es muy demócrata, e incluso liberal, entran dentro de los cánones que la derecha tolera para sus súbditos. Porque en realidad eso es lo que somos, y no porque haya un rey, que lo hay, sino porque todos los del gobierno nos miran como lo haría un rey de la antigüedad, desde muy alto. O dicho de otra manera, nos ven como muy, muy pequeñitos.

Y mientras nosotros, hartándonos de reír, porque en realidad alguien dijo que los vivos, nosotros, somos los muertos de vacaciones. Y además, no dejamos de imitar a los peces, nos pasamos la vida comiendo o siendo comidos.  Y aquel que triunfa, y se lleva un buen botín, y no va con segundas, no se lo puede llevar al cementerio, porque sus herederos seguro que no se lo dejan, o lo incineran directamente, por si acaso. Y es que si hay otra vida, todavía no se sabe la moneda que utilizan para hacer la consiguiente equivalencia, ni el tipo de tarjetas.

Lo dicho, ¿qué se puede hacer con un gobierno que convierte a Mortadelo y Filemón en gente de izquierdas? Reírse directamente.


*FOTO: DE LA RED

sábado, 11 de abril de 2015

AQUELLOS TIEMPOS DEL BELACHAO



Dicen que la vida es una carrera de fondo, o un continuo aprendizaje, pero este vecino del mundo está convencido que nacemos con una especie de andamio mental, y lo único que hacemos durante toda la vida es ponerle aderezos a ese andamio, pero la estructura, nunca cambiará.

En el cine, por ejemplo, hay todo tipo de argumentos, de ambientaciones; como el pasado, el presente, el futuro, pero normalmente la estructura que prevalece es, la famosa “chico busca chica”, aunque ahora pueda haber diversas variantes como “chico busca chico”, “chica busca chica”, “replicante busca humano”, o “replicante busca a replicante”. Ese sería el andamio, y ya, todo lo demás, aderezo.

Nos pasamos toda la vida buscando, nunca se sabe el qué, ahí está la búsqueda, El Dorado, El unicornio azul, la perfección, incluso unos ojos que una vez creíste ver, pero al final si nos da tiempo, solo si nos da tiempo, volvemos a nuestras raíces.

Siempre me acordaré de esa escena en la película “Tiburón”, la noche anterior al gran día de pesca, el trío protagonista, completamente borrachos, hacen balance de sus vidas a través de sus cicatrices. Y uno de ellos, aunque no dice nada, se mira la cicatriz del apendicitis, su única cicatriz, con aire de haber echado a perder su vida.

Siempre recordaremos, el que ha tenido la suerte de vivírlo, aquellos años de la más tierna infancia jugando en el campo a orillas del río. El juego, muy sencillo: quién lanza la orina más lejos. Los tiempos del “belachao”, aquella canción de orígenes tan guerrilleros, y que nosotros ignorábamos. Nos gustaba por su cadencia ascendente, y ese sabor a victoria absoluta.

¿El futuro? El mejor de los futuros visto desde la orilla del ahora: 
Con el amigo de aquellas competiciones en el río, mostrándonos el pastillero, para ver quién lo tiene más grande y con mayor número de pastillas. Y al fondo, eso sí en un discretísimo segundo plano, una cajita de música abierta y una pequeña bailarina rodeada de espejos, contoneándose al ritmo de una lenta canción tocada con campanillas, un belachao pasado por el tamiz de los años y el cariño, menos victorioso y con más alma. 


Lo dicho, hay cosas que nunca cambiarán, y además, para qué, si nos sentimos realizados de una manera tan simple. 

*FOTO: DE LA RED

viernes, 10 de abril de 2015

CUANDO EL DESTINO TE PONE MIRANDO AL SUR



Cuantos más detalles vamos recibiendo del intento/simulacro/cachondeo de salvamento de los tres espeleólogos españoles que tuvieron un grave accidente en una cueva en Marruecos, más ganas da de llorar, ante semejante cúmulo de presunta, por no meternos en problemas, ineptitud por parte de las autoridades marroquíes, y lo que pueda tocar, que toca, a las nuestras.

Y mientras el gobierno español, como siempre, intentando hacer sin hacer, tomando medidas, sin tomarlas, y una vez más el destino nos pone "mirando al sur".

El relato del único superviviente, Juan Bolivar, ayer, primero en una rueda de prensa, después por la noche en la radio, pone la carne de gallina, y recuerda más a las andanzas de un Inspector Clouseau, que de una estrategia de rescate normal y corriente. Con el agravante de que está viendo morir a su compañero tras cinco días de sufrimiento por la falta de pericia de los dos miembros de la Gendarmería marroquí, que visto lo visto, su incapacidad es más que demostrable, y que todo tipo de mando intermedio ahora va a intentar quitarse de en medio. Porque está claro que caerá alguna cabeza, pero ya sabemos que en estos casos siempre es mal y tarde.

Nuestros vecinos desde la época de la célebre y desgraciada Marcha Verde nos tienen tomada la medida, y saben que el león español de fiero no tiene nada. 

Precisamente y empalmando con esta desgraciada noticia, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha propuesto juzgar a once altos cargos y militares del Gobierno de Marruecos a los que imputa, entre otros, un delito de genocidio por los crímenes que se cometieron contra los refugiados del Sahara Occidental entre los años 1975 y 1992, a la vista de las pruebas encontradas y auditadas en una fosa común, con restos de españoles a todos los efectos.

Como se suele decir: - No quieres taza, pues toma taza y media. Y este vecino del mundo se está refiriendo naturalmente al gobierno español, que si quería no poner más nervioso al vecino del sur, se le están acumulando las razones para al menos no llamar a su puerta solo para pedir “perejil”, y hablar del comportamiento de sus "hijos", que por de pronto, y en el caso de lo acontecido durante el intento de salvamento de los tres espeleólogos, decían tener unos conocimientos y material, que al menos en este caso, no han demostrado.

A todo aquel que siga desde hace tiempo a “este vecino del mundo”, ya sabe que si algo es, es demócrata, tranquilo, y entiende y comprende todo lo entendible y comprensible. Pero llega un momento, como se suele decir, o te atas los machos, o te toman por el pito del sereno, y ya los serenos hace tiempo que se perdieron en la curva del tiempo. ¡Ojo! Y que conste que el vecino del mundo no lo dice porque en este caso el problema tiene aires africanos y parece que puede ser más fácil tomar medidas. Cuando ha tenido que  opinar en contra de franceses, alemanes, o cualquiera que fuera su origen, también lo ha hecho.

Porque a este vecino del mundo no le duelen prendas, y no deben doler, no por el orgullo patrio, no, que eso siempre es muy ambiguo, sino porque por burocracia, por aparentar una preparación o por lo que fuera, tres personas, que en este caso, da la casualidad de que son españoles, han tenido un problema muy grave, y dos de ellas ya no están entre nosotros ni para que les pidan perdón, ni para perdonar.

Está claro que no debemos esperar ninguna declaración del Señor Rajoy, a la sazón Presidente del Gobierno, porque en numerosas ocasiones ha declarado que él de muchas “cosas” no habla, y seguro que de ésta tampoco. Es más, seguro que no merece ni la categoría de colocar la televisión de plasma. Porque mientras la gente "normal" tiene un ángel de la guarda, eso dicen,  Rajoy tiene un plasma. No se debe de fiar ni de un espíritu, o el espiritu de él, vaya usted a saber.

En este momento solo me viene una frase a la cabeza: Por vuestros actos os conocerán.

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jueves, 9 de abril de 2015

EL PUENTE, COMO COMIENZO DE UN VIAJE



Nunca me había pasado. Hoy he tenido que dejar de soñar, en la cama, como Dios manda, porque en ese sueño debía dinero. No hace falta ser un lince para pensar, que puede ser, tan solo puede ser, uno de los síntomas de la crisis.

Como ya he dicho aquí alguna vez, “el vecino del mundo”, este blog, y el otro que tengo de pintura, nacieron a modo de daño colateral, o mejor dicho como manera de dar rienda suelta a mis inquietudes, y evitar así que éstas me devoraran, ya que víctima, junto a otras veintinueve personas, de un E.R.E. (como muchas veces, injusto) tuve que irme al paro, de hecho el finiquito lo firmé como “regalo de cumpleaños”, el día de mis 55 años. La vida es así de irónica, y sin sentimientos. Porque aquí los sentimientos los ponemos nosotros, si queremos, o si podemos.

¡Bueno! Pues eso, que en las épocas de vacas gordas, algunas veces tenía pesadillas porque, había días, o mejor dicho, noches, en las que no me cuadraban las cuentas, o porque discrepaba con el jefe. ¡Siempre en el mundo de los sueños! Sin embargo, ahora, cuando el destino te hace que te refugies más en ellos, a modo de Edén, o refugio de paz en un mundo convulso (espero que no sea como prolegómeno al más allá final),  no puedes hacerlo, porque digamos que llevas tus miedos de “despierto” al mundo irreal.

Siempre me han atraído los puentes, de hecho acabo de pintar uno. A ciencia cierta nunca he sabido la razón de esa atracción. Viéndolo a posteriori quizás pueda ser una metáfora sobre separación de mundos, de modos de vida, y esa unión que debe de haber entre ambos. Porque un puente se puede entender como una unión, o una separación. Una especie de frontera o bisagra entre dos mundos.

Alguna vez ya he explicado aquí la unión que tienen para este vecino del mundo, tanto la escritura como la pintura. Los dos se encuentran en un mundo que empieza detrás de una hoja, o lienzo, en blanco, y depende de cómo vayas “quitando” ese blanco, lo que hay detrás de esa cortina va apareciendo, pero siempre dependiendo del arte que tenga el que intenta pasar ese telón blanco.


Hoy, por lo que se ve, he tenido problemas de aterrizaje entre el mundo real e irreal, o hiperrealista vaya usted a saber. Me ha fallado el puente, en este caso el de aterrizaje, pero siempre un puente. Ese que siempre me ha atraído, quizás porque sugiere muchas cosas, incluso puede tener mucho de sexo, por aquello de nexo de unión, y porque nos permite ir a otros lugares, nunca a la vista, y siempre más cerca del corazón.

*CUADRO: "PUENTE EN EL SEÑORÍO DE BERTIZ", obra al óleo de PATXIPE.

miércoles, 8 de abril de 2015

SOBREVIVIENDO A UN LECTOR INFIEL


No sé si a vosotros os ocurrirá, pero confieso que soy lento a la hora de leer un libro. Y cada vez que paro, porque lo admito, soy inconstante, y retomo el libro, a lo mejor una semana más tarde, tengo la impresión de que he complicado la vida a los personajes implicados, esa misma semana. Que les he dejado parapléjicos perdidos, es un decir, y que si iban en coche, se han quedado quietos sin remisión, con el trasero no en perfectas condiciones, ya se sabe que los tejidos para los asientos al cabo de unas horas son incompatibles con el buen vivir.

La novela de la que os voy a hablar ahora es lo suficientemente buena para haber sobrevivido a los vaivenes de un lector infiel por naturaleza. Sin embargo, a medida que iba pasando la trama, he de confesar que he sufrido los efectos de lo que debe ser una especie de droga dura, y no me he podido desenganchar. El problema será ahora, una vez terminada, siento el abandono de unos personajes, que en mi caso me han acompañado unas cuantas semanas.

“La verdad sobre el caso Harry Quebert”, escrito por un joven suizo de 27 años, Jöel Dicker, no ha pasado desapercibido, ya que recibió el Premio Goncourt des Lycéens, Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa; y publicado en España en Junio del 2013.

Digamos que este libro no es un thriller al uso, aunque hay cadáveres y un asesino al que colgar unos delitos medio ocultos durante años.

Aposentado su argumento en tres diferentes épocas, 1975, 1998 y 2008, su originalidad estriba  en sus continuos vaivenes en el tiempo. En presentarnos una escena de una manera, y al tiempo que vamos capturando información a la vez que el héroe de esta historia (un escritor, Marcus Goldman, ante el pánico escénico de escribir su segunda novela tras el tremendo éxito de la primera), el significado de lo vivido en esa misma escena cambiará.

Este vecino no quisiera desvelar nada de la trama, para que tengáis la misma sensación que él al ser atrapado por la novela en sí. Decir que es más que un thriller, es una historia de amor oculto, un canto a la amistad, y al mismo tiempo una especie de manual para el escritor en ciernes. 

Tan solo desvelar que la historia de amor que se nos cuenta, con Nola Kellergan, a la que nunca olvidaremos, no es políticamente correcta, y quizás en eso esté uno de los grandes valores de una novela en la que nos involucra a nosotros, y nos hace preguntarnos hasta qué punto formaríamos parte de una historia similar, cuando la realidad es que ya hemos compartido una, hemos ejercido de “voyeur” en la historia contada en la novela.

Una novedad también es que no existen los tópicos de la novela negra, ni bebidas con bourbon, ya que el protagonista  nada tiene que ver con ese mundo, sino que se ve forzado por las circunstancias, y nosotros, los lectores, estamos a la misma altura que él: todo es nuevo para nosotros.

Si tienes algo urgente que hacer en los próximos días, no comiences a leer esta novela, te enganchará y tendrás que inventar mentiras para proseguir con ella; como los personajes del libro.

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martes, 7 de abril de 2015

BASÁNDONOS EN LAS CIFRAS



Un día sí y el otro también nos despertamos, o mejor nos despiertan, con cifras. Ayer fueron las del paro. A destacar el detalle de que Euskadi es la única autonomía en la que ha subido el paro. Con lo propensos que solemos ser a mirarnos el ombligo, qué diremos ahora sobre el espíritu emprendedor vasco. Mejor no preguntar, porque al final como siempre la culpa la tendrá el consumidor; en este caso, el sufridor, el currito de siempre, que seguro que ahora dirán de él que no quiere trabajar…

Hoy, olvidadas ya las cifras del paro, por aquello del muerto al hoyo y el vivo a donde le dejen, nos aseguran que según un estudio las personas que realizan una actividad intensa (hacen running, aeróbicos o tenis de competición) durante el 30% de su entrenamiento semanal, tienen una tasa de mortandad del 9 al 13% más baja que los que hacen ejercicio moderado.

El estudio al parecer se ha realizado, durante más de seis años, por investigadores australianos, y basado en la experiencia de más de 200.000 adultos de más de 45 años. 

A este vecino del mundo lo que más le gusta del estudio realizado, por un tal Klaus Gebel del Centro para la prevención de enfermedades crónicas de la universidad James Cook, es cómo termina su estudio. Según las propias palabras  del investigador: -Quienes tienen alguna limitación médica, ancianos en general y los que nunca realizaron una actividad física intensa o ejercicio, siempre es importante consultar a un médico.

El mecanismo del cerebro humano es todo un misterio, y este vecino del mundo, tras el citado estudio, se ha acordado de aquellas palabras que oyó una vez sobre la etnia gitana, no sé hasta qué punto verdaderas, y que decía que era costumbre a sus recién nacidos darles sopa de ajo. Que les hacía más fuertes y les daba una especie de inmunidad  a muchas enfermedades.  Y en su momento llegué a la misma conclusión que he llegado ahora, tras el citado estudio: Al que sobrevive, en este caso al ejercicio intenso, en el anterior a la misma sopa de ajo.

De todas maneras, en el caso del estudio australiano me hubiera gustado saber también cómo calculan lo que hubiera vivido la gente sin hacer ese ejercicio tan fuerte.

Al final, con este estudio ocurre como con muchos gobiernos, dictan una norma, o una ley, y después si las cosas van mal, ellos en lugar de envainársela te dicen que la culpa es tuya. En este caso por no haber ido previamente al médico, en el caso de algún gobierno que conocemos, por haber vivido por encima de nuestras posibilidades.

Tengo un amigo, Josetxu, trabaja con el ganado de su caserío, y es un filósofo nato. La base de toda su ideología es: -Si no es macho, es hembra.

Al final nos van a hacer odiar hasta a los gimnasios, incluso a los bares que tienen esos gimnasios…

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lunes, 6 de abril de 2015

¿UN MAL COMIENZO DEPARA ALGO MEJOR?




Despertarse por la mañana y tener al fondo a un grupo de colaboradores radiofónicos hablando realísta y, naturalmente, pesimistamente sobre la economía española, no es la mejor manera de despertarse. Pero, como se dice normalmente, hay lo que hay. Y lo que hay verdaderamente es poco.

Vas por la calle con ganas de pulsar la opinión de la gente, y el baremo general es el de puntos suspensivos. Más que hablar sugerimos con el silencio. En momentos en el que se nos llena la boca de democracia, juraría que la gente tiene miedo. No al futuro, que eso por supuesto. En la mente en general se ha instalado el todavía viene algo peor. Pero, en el ambiente se huele a miedo, a resistencia pasiva, a virgencita que me quede como estoy. No hay más que ver que en un país acostumbrado "al yo pago esta ronda" está triunfando el pintxo pote.

En las fachadas de las casas no hay mas que pisos en venta.  En tu correo electrónico, y porque es gratis el tenerlo, recibes chollos de todo tipo, pero si no hay gasolina en forma de dinero, el motor de la economía no puede funcionar. 

Y vas rezando por las esquinas a la misma virgencita de que te quedes como estás, para que no se te estropee nada de la casa porque el dinero que te queda ya está más que repartido. Tu cartera está mas tensa que la piel de esa colaboradora, de derechas naturalmente, que de tanto estirarse la piel se le ha quedado cara de interrogación, mientras afirmaba como una autentica contradicción, entre lo que su rostro expresaba, y lo que decía ayer por televisión, que se notaba otro sentimiento en la calle. Será en la urbanización donde ella vive, porque por de pronto mi calle no habla, como toda calle que se precie, pero si lo hiciera se quejaría como esos propietarios que tienen tiendas allí, y que no saben si llegarán a abrir el mes que viene.


Me da que mañana voy a optar por despertarme sin opiniones radiofónicas al fondo, porque me deprimo, más todavía. Y cada día me resulta más difícil reírme de mi mismo.  

Me parece que me voy a enclaustrar en esa novela negra que acabo de comenzar, y en la que los malos son malos a secas, y los buenos, valientes y aguerridos. No existen ni grises ni puntos intermedios. Y no hay problema que no se pueda arreglar con un buen bourbon y acompañado de una rubia despampanante. ¿Interesada ella? ¡Claro está! como yo.

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sábado, 4 de abril de 2015

LA PEQUEÑEZ DEL SÁBADO SANTO, O LA GRANDEZA DEL MINUTO DE GLORIA



Hoy, el denominado Sábado Santo, es uno de esos días que está no por sí mismo, sino apoyando a otros de su familia pero más famosos, como el Jueves y el Viernes Santo, y para culminar con el Domingo de Resurrección.

Lo que en la vida corriente denominamos famosos por familia: como, por ejemplo, la saga de los Iglesias, y con ello este vecino no quiere hacer un chiste entre los días anteriores, y que además pertenecen a la Iglesia. Sino que los hijos de la Familia Iglesias – Presley han sido tocados por la barita de la suerte, y mejor para ellos. Ya en sí es una suerte que te paguen un riñón por anunciar unos bombones de chocolate, cuando el común de los mortales tiene que pagar por ellos. O por anunciar unas baldosas, que antes las baldosas eran eso, baldosas, y ahora tienen pedigrí.

Como se suele decir hay quien nace con estrella, y luego quienes nacemos estrellados. Que somos los sábados santos, que estamos porque tenemos que consumir y para que nos consuman, naturalmente.

Como este vecino del mundo hace mucho tiempo que asumió su papel, pero no por eso se conforma, sí tuvo claro desde el principio que si él no es su mejor amigo…, mal andamos. Por eso en lugar de dar trabajo a psicólogos y similares, cada día que siente que tiene que andar con cuidado, más que nada para no pisarse la moral, no se encarga de buscar a otros que están peor que él, sino al contrario, busca ejemplos a los que la vida aunque sea en una décima de segundo les ha sonreído.

Internet, como toda arma poderosa puede usarse para bien o para mal. Personalmente este vecino del mundo la utiliza para muchas cosas, los que me siguen habitualmente ya saben que tengo dos blogs (el otro es de pintura) y que este blog personal está creado para eso, para evitar tener que tumbarme en una camilla y contar mi vida, pagando por ello, y eso que soy el protagonista. Y si con ello, con este blog, consigo hacer sonreír y pensar a alguien, mejor que mejor.

En momentos bajos utilizo “Youtube” para disfrutar de ejemplos en los que personas humildes alcanzan ese minuto de gloria, o más. El ejemplo más conocido puede ser el de esa Susan Boyle  (https://www.youtube.com/watch?v=Ifc4a1X5vAo), que mientras todos se reían al verla aparecer en el escenario diciendo que quería ser como Elaine Page, toda una estrella de los escenarios en Gran Bretaña, les dejó no solo con un palmo de narices, sino que al poco tiempo cantó con la propia Mrs. Page (https://www.youtube.com/watch?v=r0ogG9_FBWI), no como un regalo sino como un derecho bien ganado.

Otro ejemplo, que incluso merecería el hacerse una película sobre su vida, tenemos el de Pablo López, un mejicano, sin hogar, sin familia, que se presenta a un concurso mejicano, quizás para sentir la prueba de que está vivo, y a todos sorprende con esa gran voz de roquero viejo (https://www.youtube.com/watch?v=XneqOrjFtFI)


Ya para terminar, para que esa moral no solo se levante sino que levite, otro ejemplo, que éste si de un cuento se tratara bien pudiera ser el de “La bella y la bestia”, y en el que las dos personas (Charlotte and Jonathan) que intervienen no son bellas, sino bellísimas, aunque una de ellas solo lo sea por dentro, y dependa claramente de la confianza que le da la otra (https://www.youtube.com/watch?v=cMIXQgMMdDU).

Los sábados santos, no son unos sábados cualquiera, aunque en teoría no tengan la brillantez de otros días, y se tengan que ganar su razón de ser cada vez que aparecen. Por cierto, si con ninguno de los tres ejemplos afloraron a sus ojos aunque sea unas tímidas lágrimas, es mejor que se lo haga mirar, porque realmente tiene un problema, o muchos, vaya usted a saber.

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viernes, 3 de abril de 2015

PRACTICANDO EL GERUNDIO



El exceso en todo siempre es perjudicial, aunque también lo es la otra postura, la que, en el argot futbolístico denominaríamos como “lamiendo el poste”. Es decir, “cada cosa en su justa manera”. Y al decir esto último, a este vecino se le han cruzado los cables, y por un momento ha oído la voz de su madre diciendo “… y Dios en la de todos”.  Porque las madres son así, sin darse cuenta siempre actúan como contadoras de cuentos, o filosofías varias, y a cada cosa que ocurre le tienen que sacar su moraleja, chascarrillo final, o voz en off. Algo que indica que ellas han vivido más que nosotros, que para cuando vamos, ellas ya han vuelto, y que son cocineras (vaya que lo son, y las mejores) antes que frailes.

Y todo ésto, lo de que “cada cosa en su justa manera” venía a cuento, a que algunas veces es necesario vivir la vida sin más, y quitarse las gafas, en mi caso, o de blogger  o de pintor, y vivir la vida sin estar tomando apuntes de nada y para nada. Porque la vida es para sentirla, y no para leer el manual de instrucciones (se pierde mucho tiempo, y además no sirve para nada). La vida hay que descubrirla cada mañana, y no que te la cuenten. Y sí se toman apuntes, se deben de hacer, si procede, al final del día, pero el resto del tiempo hay que vivirlo.

Algunas veces ocurre, algunas veces me ocurre, por ese defecto, digamos que profesional (aunque es más vocacional, porque este vecino del mundo no cobra por abrir todos los días esta atalaya desde donde observar), que estás todo el día pendiente sobre qué escribir, o qué pintar, y tienes que recordarte cada cierto tiempo que la vida no eso, solo hay que vivirla. Y luego ya puestos, hay mucho tipo de opciones, si te acompaña la suerte, componente indispensable. 

Hay quien opta por hacerse rico, y está todo el día acumulando dinero, para que sean sus herederos, en la mayoría de los casos, quienes disfruten de unas posibilidades creadas por alguien que en el peor de los casos solo salía de su despacho para comer, reunido, siempre reunido, en los mejores restaurantes, de las mejores ciudades, de los mejores países, del mejor de los mundos posibles.

La vida es para practicar vida, y naturalmente, para querer a los que te rodean, porque uno, el protagonista de su película, no puede tampoco querer a todo el mundo. Suficiente ya es, que no fastidie, por no decir una palabra más fuerte, a nadie. Porque los hay, y ya se me ha calentado no sé si la boca  o los dedos para teclear,  o todo a la vez, pero hay quienes son verdaderos profesionales de la jodienda, y pasan por este mundo como Atila, incluso odiando a la ecología, y no vuelve a crecer la hierba.

La vida no es para arrasar, en todo caso para acariciar y que te acaricien. Ese viento ligero, con el frescor de la mañana recién horneada, una mañana fresca y crujiente, y sentir su frescor con esa mejilla todavía anhelante de esa almohada a la que acaba de dejar calentita en la cama.
La vida es para reconocer cada minuto de ella la suerte que se tiene en vivirla, sin que te la cuenten porque no te puedes mover, porque estás enfermo.


La felicidad es estar lleno de vida, y cuando te aburres de ser feliz, pues eso, lo cuentas a tu manera en un blog, o en un cuadro al óleo. Pero, y no hay que olvidarlo nunca, la vida es para vivirla en gerundio: viviendo.

Por cierto, y ya para terminar, aquellos que al leer todo ésto, se hayan quedado preocupados porque creen atisbar que se le puede, a este vecino del mundo, haber ido la mano con los medicamentos y sus dosis, que se queden tranquilos. Solo he aspirado un poco de oxigeno fresco de esta tarde que ya languidece (puede que haya quedado un poco cursi, pero es así), y quizás ya no estaba acostumbrado... No sé, pero me ha sentado muy bien. Lo dicho, la vida siempre en gerundio.

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miércoles, 1 de abril de 2015

SEGÚN UN ESTUDIO...




Siempre me han atraído todas esas noticias que comienzan por “según un estudio de la Universidad de…” porque en realidad, y salvando las distancias, claro, viene a ser como “saben aquel de dos de Lepe que van…”, estás seguro de que al final te vas a reír.

Por todas esas noticias de estudios y universidades, es fácil llegar a tres conclusiones:
En primer lugar que no en todos los países hay recortes, porque para subvencionar esos estudios cuando menos “tan originales”, significa que todo lo demás ya ha sido subvencionado en ese país, y aun así todavía  queda dinero.
En segundo lugar que hay gente, en este caso científicos y gente altamente preparada, que tienen mucho tiempo libre y a su vez están más bien aburridos.
Y en tercer lugar, pero no menos importante, que la capacidad que tiene el hombre, y la mujer naturalmente, para hacerse preguntas es infinita.

Así por ejemplo, y ojeando casos no necesariamente recientes, según un estudio de la famosa Universidad de Yale, los 34 años es la edad perfecta para ser feliz. Estas mentes pensantes, al menos no está reflejado en el estudio, no comienzan por fijar qué es la felicidad, sino que ya directamente y por definición admiten que la felicidad existe y que si tienes 34 abriles, primaveras, o lo que sea, es más fácil que te encuentres con ella, aunque no la estés buscando. Y si uno puede pensar que la felicidad solo son momentos, al menos puede llegar también a la conclusión de que ese momento puede durar prácticamente trescientos sesenta y cinco días.

Puestos ya, podemos incluso añadir otro estudio de la famosa, también, Universidad estadounidense de Berkeley, El ser humano perfecto, a nivel genético, tendría que ser puertorriqueño, gracias a su mezcla de herencia española, africana y taína, según el estudio realizado por un biólogo, Lior Pachter, de la citada universidad. A todos nosotros nos viene de primeras dos claros ejemplos que corroborarían esta afirmación como son Jennifer López y Ricky Martin. El problema es, que el que quiera ver “fantasmas” o excepción en la regla también lo puede encontrar rápidamente en el caso del cantante, también de origen portorriqueño, Marc Anthony, que sobre lo de buen cantante no puede haber ninguna duda, e incluso que sea atractivo. Otra cosa ya sería proponerlo como prototipo de belleza.


Lo dicho, muchas veces tener mucho tiempo libre y lo que se viene a denominar “posibles” no es garantía para encontrar “la verdad”, suponiendo que ésta exista, pero no se puede negar que nos puede regalar momentos, cuando menos, divertidos. 

Este vecino del mundo ha de confesar que la mayoría de las veces cuando hablan de esos científicos tan sesudos, de tal o cual Universidad, se imagina la cara de Eugenio, el humorista ya desaparecido, y puede que se crea o no el estudio, pero lo que sí está claro es que el momento siempre es agradable, que en nuestros días no es poco.


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martes, 31 de marzo de 2015

PESADILLA EN GÉNOVA STREET: EL REGRESO DEL HOMBRE DE LOS CARAMELOS


Cada vez se pide menos esfuerzo para todo. Hace un rato, y en uno de esos momentos en que uno se siente culpable por comer, por beber, por pensar, por respirar, por todo en general, este vecino del mundo se ha montado en una de esas maquinitas, la tenemos en casa,  que te hacen temblar hasta los pensamientos, y ha expirado sus presuntos pecados. Me hace vibrar tanto que tengo la impresión de que en cualquier momento la piel que cubre mis piernas se va a pegar la de un lado con la del otro.

Por otra parte, ese temblor debe de ser lo más parecido posible a ser interrogado por el Señor Montoro, Ministro de Hacienda, sobre unas presumibles bolsas de plástico, que al parecer durante un tiempo se debían de utilizar mucho en sitios como en Marbella, y que este vecino del mundo, por no tener ni tiene la de las grandes superficies, porque ya por ellas tienes que pagar apelando al bienestar del medio ambiente.

Bien pensado, en general todo gobierno cuando se acercan las siguientes elecciones, tiene como este vecino del mundo hoy, ese sentimiento de mala conciencia, pero en lugar de subirse a la maquina   “modelo montoro”, opta hoy por ofrecer esa cara del Señor Rajoy, como cantaba Javier Gurruchaga y su Orquesta Mondragón, del “Hombre de los caramelos”, ese vicioso de las distancias cortas, y donde dijo “ahora recorto la asistencia a los inmigrantes”, ahora dice “la pongo otra vez para que sean atendidos no en Urgencias sino  en los ambulatorios, pero eso sí, sin ninguna tarjeta sanitaria”.

Gestos como el de hoy son los que hace que te plantees la realidad de una crisis y unos recortes que cuando se acerca la época electoral puede ser reblandecida. ¡Y ésto, acaba de comenzar! Dentro de poco el Gobierno se pondrá en rebajas total, y ofrecerá bajadas de impuestos como si se hubieran vuelto locos.

Bien pensado, deberíamos estar siempre en vísperas de elecciones para que nos trataran mejor, y hasta viéramos sonrisas por parte de gente como la Señora Cospedal o el mismísimo Mariano Rajoy, a los que uno nunca se los imagina como público de un monologuista y riéndose a mandíbula batiente.

Me parece que me voy a montar otra vez en la maquinita para que me mueva un poco más las meninges, porque se me ha quedado fijada la imagen de Rajoy como “hombre de los caramelos”, y me va a ocurrir lo que le pasaba a la protagonista de “Pesadilla en Elm Street”, pero en lugar de que se aparezca en sueños Freddy Krueger, puede que lo haga el Señor Rajoy, y una cosa es la crisis, y otra volverse loco sin remisión en “Pesadilla en Génova Street”, con un Mariano Krueger más malvado que nunca.



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lunes, 30 de marzo de 2015

JET LAG PARA POBRES, O PROBLEMAS PARA ENCONTRAR A MORFEO



El primer día de todo cambio horario, al menos es el caso de este vecino del mundo, sale a la calle con esa sensación de que sabes que te olvidas de algo, esos sesenta minutos de tu vida que realmente no sabes que has hecho con ellos. Es una especie de jet lag subvencionado a cargo del gobierno, o un jet lag para pobres, para aquellos que nunca en su vida tendrán un verdadero jet lag, porque desgraciadamente el viaje más largo que pueden hacer es a la cola del paro. U otra variante, si tienen problemas para dormir puede que sea porque les han embargado la casa, y al raso, o en casa de otros, siempre es complicado encontrar a Morfeo.

De todas maneras, como ésto de los cambios horarios primaverales u otoñales no lo va a evitar, eso parece, nadie, y como esa sensación de ligera resaca por dormir “diferente” va a continuar, este vecino se está planteando cuando menos exigir al gobierno correspondiente, que el cambio horario sea como las cervezas, “sin”, porque lo dicho, uno se siente como si hubiera echado una cana al aire, y eso seguro que es malo para el cuerpo.

El comportamiento del mismísimo todavía presidente del gobierno es hoy como si se hubiera dopado, o acercamiento a sentirse como una divinidad, es decir, en esta jornada ha estado sino en todas partes, en varias, inaugurando a diestro y siniestro, que para eso era el último día hábil para hacerlo, pues luego ya vienen todo tipo de elecciones y tendrá que guardar las tijeras de inaugurar en el mismo cajón, pero seguro que son otras, de las de hacer los recortes.

Primero ha estado en La Rioja, para la puesta en servicio de las obras de prolongación de la autovía LO-20 hasta Recajo, y de la conexión con la autovía A-12 Pamplona-Logroño. Y más tarde en Cantabria, para visitar también  las obras de la tercera fase del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, cuya finalización se prevé para el 15 de mayo. Pero en este caso, y muy al contrario de lo que se hace para todo tipo de ayudas y subvenciones si las hubiera o hubiese, que siempre se dejan para “mañana”, para hacerse loas y autobombo se emplea la máxima: “no dejes para mañana, y mucho menos para otro gobierno, lo que tu puedas inaugurar hoy “.



Al final, en el próximo cambio horario, este vecino tendrá que intentar inaugurar por lo menos una nueva silla, aunque la tenga que comprar a plazos, y ponerla en su aspirante, por lo pequeño, a balcón. Porque cortar una cinta en una inauguración tiene que “poner”, por lo menos más que sufrir un jet lag para pobres, seguro.

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domingo, 29 de marzo de 2015

AQUELLA SEMANA SANTA EN BLANCO, Y SOBRE TODO, NEGRO



A todo se hace uno, por eso cuando se echa la vista atrás, quizás al estar ya acostumbrado a lo que vivió y a lo que vive, y como los cambios se han ido haciendo paulatinamente, algunas veces no se es consciente. Pero los días que vamos a comenzar, la Semana Santa, son un claro ejemplo de ello.

No tiene que ver nada una Semana Santa de ahora, para el españolito medio, y ahí también incluyo al católico medio, con la Semana Santa de, por ejemplo, los años sesenta. Empezando por el hecho de que los únicos que tenían fiesta eran los estudiantes. Mis padres, por ejemplo, sólo tenían fiesta desde el llamado Jueves Santo al Domingo de Resurrección.

Si hay una palabra que este vecino del mundo, entonces un niño, relaciona con esos días es “silencio”. Se decía silencio de recogimiento, pero en realidad era un silencio que presagiaba miedo. Miedo a la misma historia que traían implícitos esos días. Una historia trágica, que por sabida, no dejaba de serlo. Una muerte, que aunque éramos niños, no escapaba la idea de que era “por nuestra culpa”. Un mucho de trágico y de inexplicable. Unos hechos que acababan, eso decían, en la gloria. Pero una gloria rara. Veías claramente la tragedia, pero la gloria y los días buenos había que creerlos por fe.

Las Semanas Santas de entonces sabían a limbo, si alguna vez hemos comprendido lo que era “eso”. Ausencia de cine, de espectáculos de todo tipo, incluidas prácticamente otro tipo de noticias tanto en periódicos, radio y en la única televisión existente.

El único cine que se permitía era de historia bíblica, de vida de santos, y hechos cristianizantes. Y música, mucha música, pero clásica, y sacra a ser posible. Y en la radio, las mismas voces que se lucían en las célebres novelas, ahora escenificaban la vida, y muerte, de Jesús de Nazaret.

Todos los años en la televisión se repetían películas como “Molocai”, “Santa Rosa de Lima”, “Marcelino, pan y vino” y, especialmente, “La Señora de Fátima”, y muchas películas, que ahora te das cuenta que aunque eran sobre la vida de Jesús, eran una especie de cine B, cuya característica en común era que no las habías visto, prácticamente, en los cines, y que en ningún momento de la historia se le veía la cara a Jesús. Te pasabas toda la película intentando verle el rostro, pero no había manera. Una especie de asociación entre rostro, cielo  y gloria.

El común del españolito medio no se iba de vacaciones; como mucho, si podía, dos o tres días a su pueblo. Y hay una sensación que vista ahora, me recuerda en cierta manera a las Navidades.

Una característica de las Navidades, ese sabor a querer cambiar, a tener nuevos hábitos y costumbres, también se sentía entonces. Debido a ese “limbo” comentado anteriormente, era una sensación a que estabas en una habitación esperando  a ser juzgado, y que si salías, siempre ocurría, libre de cargos, te ibas a portar incluso mejor.

También ayudaba a ese sentimiento extraño, las procesiones y esa, cuando menos compleja costumbre, pero captada, sin duda, por los niños, de que los hombres desfilaban por un lado, en fila de uno en uno, y las mujeres, al final, todas a la vez. Otro signo más, de una diferenciación entre sexos, que no se explicaba, sino que calaba en un todavía aprendiz ADN.

A este vecino hay algo que siempre le recordará a Semana Santa, aunque lo coma en cualquier otra época del año, y son esos barquillos dobles con miel dentro. Uno de esos pequeños vicios a los que todavía uno no ha renunciado. Una auténtica metáfora en sí mismos. Esa sensación de alcanzar la gloria, cuya antesala siempre ha sido  la Semana Santa, y que cuando vas a llegar a ella, a la gloria, se resquebraja y desaparece. Promesas que siempre quedarán en eso, en promesas.

Aquellas personas que no hayan vivido esa época, un franquismo tardío, donde la Iglesia tenía a un más poder, y juzgaba con mano firme, especialmente al pobre y nada poderoso, seguro que no me comprenderá. Los demás, no hará falta que lo recuerden, porque eso es un traje que siempre se lleva puesto, y no hay manera de quitárselo, una especie de “traje-cebolla”, del que te vas quitando capas, pero siempre queda algo. Ese aroma de culpa, de que has hecho algo malo, y si no, lo has pensado. Porque a Dios no se le puede engañar. Recuerda, está en todas partes. Una especie de Hacienda, con el mismo oscurantismo, pero con rosario acuestas, y penas para toda le eternidad.

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sábado, 28 de marzo de 2015

BELÉN ESTEBAN, ¿LUCRONIENSE ADOPTIVA?, O CRÓNICA DE UNA TOMADURA DE PELO



Antes de nada he de decir que desde la gala final, este vecino del mundo se ha estado pensando, y rumiando, si escribir sobre el desenlace final de Gran Hermano Vip 2015. Y como ante todo es la salud, y si no lo comenta, pudiera acarrearle grandes problemas, cuando menos de agriarse su carácter en el futuro, pasa a comentar, no exhaustivamente, sino en grandes pinceladas su opinión sobre todo lo ocurrido.

En primer lugar, y visto lo visto, todo el concurso ha quedado en realidad como un anuncio de autobombo de la cadena, intentando ensalzar a un más a su producto-estrella-inversión, y en ese punto, la cadena, aunque no lo van a reconocer, no ha conseguido el objetivo marcado. Su princesa del pueblo, como si fuera una nueva versión de un vehículo estándar y que ha dado muchas satisfacciones a “la casa”, ha quedado más dañado y entre interrogaciones de lo que en principio se hubieran planteado.

Belén Esteban es un producto que gana cuando es “auspiciado” por el resto de compañeros, quienes le marcan el camino a recorrer, una especie de GPS para colaboradora (único caso conocido que siendo “colaboradora” el programa es suyo, al menos es lo que ella misma, La Esteban, no se cansa de repetir). Al quedarse sola, sin, en teoría, protección y guía, ante la duda daba leña a todo el que se movía. Y si se tienen que “guardar” imágenes, como ha ocurrido por de pronto en el caso de Ángela Portero, pues se guardan. Atrás han quedado momentos como el de Argi en Gran Hemano 14 que por un comentario desafortunado, debido, en este caso sí, a su juventud, fue expulsada una concursante con un alto porcentaje para haber ganado.

Como en otras ocasiones este vecino del mundo ya ha hablado del tema, incluso con una carta abierta al Señor Vasile (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/02/carta-abierta-al-senor-vasile-desde-la.html) y enviada por twitter a él mismo, tomando decisiones que al final no ha cumplido en su totalidad, ya que ha visto la gala final, lo confiesa, esta vez va a obviar comentarios y pensamientos ya hechos anteriormente.

Vaya por delante que los guionistas, encargados de pergeñar la última gala, y gerifaltes varios, se han debido de pasar más tiempo en preparar el campo de batalla final propicio para la Esteban que en la documentación en sí, porque, además, demasiada documentación, o videos, no convenían.

Por de pronto no quisieron que cada una de las finalistas llegara al estudio por separado, porque así, juntando a los fans de las dos últimas concursantes (La Esteban, por supuesto, y una casi desconocida Aguasantas Vilches), y mezclando las entrevistas, conseguían disipar los posibles gritos, abucheos y disparidades varias en contra de una princesa con la corona cuando menos removida por los embates del concurso en sí, y de una audiencia que ya no mira y calla, sino que cuando menos se plantea muchas cosas.

Incluso el reparto de los cochazos usados para la llegada, ayuda a La Esteban, aunque ella por decisión propia lo eligió. En la primera toma de los coches, desde lejos, ya se suponía en que “carroza” viajaba la princesa, aunque no hubiéramos sabido en dónde iba quién, ya que el rojo/rosa/violeta siempre resulta más atractivo que un llano, limpio y vacío blanco. Así se terminaba un ciclo, que comenzó  con la llegada al principio del concurso, de La Esteban, por una parte, y Olvido Hormigos por otra. Y no olvidemos que su nombramiento como capitanas de dos equipos, fue hecho a dedo, para además aumentar todavía más la rivalidad de ambas, algo así como echar gasolina a un fuego ya de por sí importante, y evitar por otra parte subidas de chepa, e insumisiones varias, por parte del resto de concursantes.

La manera de hablar de Jordi Gonzalez a Belén Esteban visto por alguien que ni conoce a la Esteban ni ha visto nunca esa cadena, hubiera hecho creer que la princesa era extranjera, no conocía bien la lengua, o tenía cinco o seis años. Le habló como cuando intentas hacerte entender con un extranjero. Fue algo mitad chocante y denigrante. Y entre medias iba sembrando datos importantes  a remarcar, entre ellos que no debía haber ninguna duda de pucherazo o tongo en la primera votación en la que ella se salvó, y que dio origen a la carta abierta de este vecino al Señor Vasile.

Para el Señor Jordi Gonzalez, y por supuesto versión del programa, lo que ocurrió durante el concurso fue que el televidente hacía lo contrario de lo que La Esteban quería, mandando fuera de la casa, uno por uno, a sus más allegados, y  cuando le tocaba a ella, y que pidió (forzada por el panorama que se intuía aun estando dentro del concurso) que le mandaran de la casa; en ese momento el público cambió la intención de su voto, para fastidiarla. Y puestos a suponer, podemos pensar también que entonces ha ganado para que se fastidie. ¡Un auténtico sin sentido!

Señor González, a nosotros no hace falta que nos hable como si fuéramos extranjeros, porque aunque no lo crea las cazamos al vuelo. La primera votación en la que la Esteban se salvó fue un pucherazo de manual, no hay pruebas, claro, de eso se trataba, y después el programa quedó, y ustedes lo saben, totalmente descafeinado.

Y durante la gala final, en un ámbito en el que la Esteban conoce y disfruta, sus respuestas se presuponían: -Primero tengo que ver los vídeos, y si tengo que disculparme, lo haré (nunca)... No lo habré hecho bien, pero los demás tampoco... Yo no noté que me hicieron la pelota. Y si es así, el problema es suyo.

Y para acabar una confesión-declaración-representación terminó como se terminan todas las confesiones, expiando las culpas. En este caso pagando las posibles culpas con una donación, que por otra parte ella ya se había encargado de airear durante el concurso, y además desgrava y “demuestra” que para esta aventura no le movía el móvil económico. Como para echar una vez más la bomba de nuestro inodoro repleto de indignación.

Y al final, como se suele decir,  el muerto (todos los dimes y diretes, presunto bulling a Olvido, insultos, menciones a su flamante y principesco, debe de ser, coño, ahora me cabreo, ahora lloro) al hoyo,  y el vivo (y en este apartado hay muchos, especialmente los que con la princesa ganan mucho, mucho dinero) al bollo. Para la historia del programa, y que da además un resumen de la grandeza del concurso, ese famoso ya: Tengo el coño de aquí a Logroño.

Esperemos que en este cúmulo de sinsentidos, al final a La Esteban no le nombren logroñesa, o lucroniense, adoptiva; aunque de “lucro” al menos seguro que algo hay.

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jueves, 26 de marzo de 2015

¿PROPÓSITO, O DESPROPÓSITO?



Antes de nada quisiera expresar mis condolencias por lo ocurrido ayer con el accidente del avión de la Compañía Germanwings que cubría la línea aérea Barcelona – Düsseldorf, en el que han muerto los 150 viajeros, entre pasajeros y tripulantes, de los que, al parecer, 51 son españoles.

Desgraciadamente vamos acumulando experiencia en sucesos de este tipo, y a los medios de comunicación se les llena, cada vez más, la boca, del cumplimiento de un comportamiento ético, y que respete a los fallecidos y a sus respectivas familias. Y el resultado es, una vez más, lamentable. Eso sí, una y otra vez los canales tanto de radio como de televisión, con sus estrellas correspondientes desplazadas al triste lugar, nos cuentan todo tipo de historias de cada uno de los hasta ahora desconocidos pasajeros con voces apesadumbradas, como lógicamente merece, y en apenas cinco segundos, y por magia no de birlibirloque sino de la publicidad, llegamos al éxtasis del consumismo. Verdaderamente lamentable.

Si como han estado hasta ahora llenándose la boca de intentar aislar a los afectados en una especie de burbuja impermeable a las noticias sobre lo ocurrido, solo queda decir que el esfuerzo ha sido yermo en resultados. Con la novedad además, en las últimas horas, de que lo que antes era un drama arrebatador, y por lo tanto rotundamente serio, se está convirtiendo en un híbrido entre el thriller y una superproducción al más puro estilo hollywoodiense. Con intentos de explicaciones de un posible desenlace fatal debido a una decisión por parte del copiloto, en el que se está aplicando la etiqueta de “posible suicidio” a una decisión que de ser así, se hubiera llevado por delante a un centenar y medio de personas que no tenían ni arte ni parte.

Una vez más tanto las autoridades políticas como los medios de comunicación están jugando a ser políticamente correctos, ante unos hechos que nos presentan a un copiloto como un joven de 28 años, alemán, que pudiera arrastrar algún problema emocional. Es como para rasgarse las vestiduras ante un fariseísmo reinante que intenta encontrar una razón, un “algo” para una respuesta que no existe, y en la que no nos tomaríamos el mismo tiempo, si el país de origen del copiloto, o incluso su religión, hubiera sido otra.

Vaya por delante que este vecino del mundo no quiere justificar en ningún caso lo ocurrido, sea por causas mecánicas o por la decisión irracional de una persona, pero que el lenguaje de los que están dando todo tipo de explicaciones plausibles hubiera sido totalmente diferente si el perfil del copiloto hubiera sido otro, concretamente su nacionalidad o su religión.

De todas maneras, convendrá seguir el desenlace de este suceso, ya que al ser un accidente fuera de nuestras fronteras, seguro que el camino que tomarán los acontecimientos no se parecerá en nada a los que en general tristemente suelen ocurrir en nuestro suelo patrio; que es el que pasen muchos años entre estudios de todo tipo,  y culpas normalmente repartidas entre gente ya fallecida y que no se puede defender, y unos juicios tan distantes en el tiempo que parecen incluso perder su sentido.

Este vecino del mundo  recuerda que de pequeño le intrigaba mucho eso del “propósito de enmienda”, pero en realidad siempre queda en algo formalmente complejo, que tras ser analizado es totalmente vacuo. Y si no, éste es un ejemplo perfecto: el mismo o peor comportamiento, por parte de todos, eso sí.


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miércoles, 25 de marzo de 2015

A CUENTAS CON LA ADMINISTRACIÓN



Cuando intentas hacer un trámite, mediante el ordenador, con la ADMINISTRACIÓN, así en mayúsculas, conviene dejar las tijeras y todo objeto cortante a buen recaudo antes de comenzar a intentarlo, porque es como para cortarse las venas. Tras pasar, y si lo consigues, mil y un pantallas, por lo que ya te vas dando cuenta de lo importante que eres, NADA, al llegar a la última, sale el consiguiente ERROR, también en mayúsculas.

De todas maneras, y uno se ríe por no llorar, éste es un país anacrónico total, porque hasta para ser pobre y pedir cualquier tipo de subsidio, necesitas hacerlo mediante la famosa CITA PREVIA.  Pero, seamos serios, si no tienes para comer, cómo vas a tener internet. La famosa pescadilla que se come la cola, aunque en este caso es más bien “pesadilla”, y que evita a muchas personas como posibles “pedidores”. ¡Viva las cosas absurdas! Como la famosa frase “prohibido poner carteles” que aparece en muchos solares o en comunidades, que para prohibirlos, ellos primero ponen uno. Así con dos…, ustedes ya me entienden.

Lo que me está ocurriendo con la ADMINISTRACIÓN, me recuerda más a un videojuego: imposible llegar al final de la aventura. En cierta manera, la figura del GRAN HERMANO ya existe, y no solo nos está vigilando, sino que me imagino a “alguien” escrutándome desde detrás de la pantalla, riéndose a mandíbula batiente, mientras él mismo me induce al error y exclama a voz en grito: -No puede, no puede.

Es curioso también, que cada vez haya menos funcionarios, entre otras cosas, amén de recortes varios, por unas máquinas; porque a la postre, es eso lo que son, máquinas, que además no funcionan. No pueden reclamar sus derechos, pero necesitan a un currito que las ponga al día, un currito que ganará lo mínimo de lo mínimo; porque si éstos ganan, luego no queda dinero para choricear, o para pasearlo por Suiza.

Ya me veo el resto del día ante el ordenador, como si estuviera jugando con las maquinitas de los bares esperando a que las tres figuras sean iguales. Al final esa reflexión filosófica de que la vida depende del azar es verdad, porque si consigo pasar la pantalla me ahorraré un viaje a ventanilla, y haré que mi tensión, que en estos momentos está en la estratosfera, disminuya a parámetros normales.


Antes, en cuestiones del destino, se hablaba de los hados, ahora seguimos igual, pero eso sí, bajo el nombre Hados.2.  Ya se sabe, todo es cuestión de derechos; pero de los nuestros, nada de nada.

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