Leo hoy que “El lunes 4 de enero un total de 545.814
trabajadores fueron dados de baja de la Seguridad Social por sus empresas.”
Las cosas no son como parecen, nunca lo son.
Mientras creíamos que toda España estaba esperando un
regalo la Víspera de Reyes, en la práctica más de medio millón de personas
acababan de ser despedidas, o lo que es lo mismo, muchos de ellos habían
trabajado dos o tres semanas, por Navidades, y les devolvían a la cruda
realidad.
Y mientras, nosotros, los españolitos de a pie, ese mismo 5 de
Enero, una parte dándole caña a Manuela Carmena por la Cabalgata de Pasarela
Cibeles que había firmado, y la otra repartiendo estopa por un tweet "No te lo perdonaré jamás,
Carmena", a Cayetana Álvarez, exdiputada del PP, por poner la ilusión o, en realidad, desilusión,
de su niña de seis años por lo que había quedado de la tradicional cabalgata de Reyes, como ombligo de su mundo.
No sé si la mayoría nos miramos al ombligo mientras nos
roban la cartera o el trabajo al que todavía tenga, o los árboles no nos dejan
ver el bosque, pero al final la culpa, como siempre la tendrá ese jubilado, al
que, en el mejor de los casos, le han subido unos cuatro o cinco euros.
Y es que
una de las versiones oficiales, ya que las versiones siempre son a la
carta, para leer lo que conviene al departamento de turno, es que ahora los
jubilados viven muchos años, y este vecino del mundo al que algunas veces se le
desboca la imaginación, ya se imagina a un grupo de asesinos del estado cargándose
a unos cuantos jubilados, “eso sí, que parezca un accidente, para
que nos cuadren las cuentas".
En una España en la que oficialmente ahora entramos en
Carnavales, llevamos de excesos carnavaleros mucho más de lo debido. Unos,
disfrazados de banqueros y tarjetas black, otros diseñando obras faraónicas en
memoria de su repajolera madre, o padre, que también tiene derecho, y otros
disfrazados de ciegos jefes para no ver el desmadre que les rodea.
Y en este mismo momento tenemos a un Pedro Sánchez disfrazado de Dorothy, que en
una especie de bonoloto gigante está rellenando unas casillas para imaginar un
futuro gobierno, y que luego, que esa es otra, tras conseguir “la
fumata blanca” del consenso, las musas le sean
propicias, al Señor Sánchez me refiero, y acierte con el camino de las losas amarillas que nos
lleve a todos hasta el Mago de Oz. Eso, suponiendo que Oz esté también dentro
de, como se decía antes, el Mercado Común Europeo, porque si el Edén estuviera fuera,
mejor nos vamos olvidando…
Voy a disfrazarme de hombre feliz, y a tomarme las
pastillas de la tensión que no quiero que se termine el guion de mi vida...
*FOTO: DE LA RED