Cuando me levanto, y a modo de resumen del estado de
ánimo, muchos días acostumbro ha enviar un “tweet”, y el de hoy ha sido:
#FelizLunes
o lo que se supone que durante mucho tiempo ha sido "el día después".
¿Ha cambiado algo?
Dale
una oportunidad a la esperanza...
Y en realidad ese mensaje podía ser el resumen del post de hoy.
Ya han pasado las elecciones en Galicia y Euskadi, y en
realidad todos estamos igual que antes, pero … en el fondo, ya lo sabíamos.
Votar en Galicia y Euskadi, no tiene que ver nada con el
ámbito nacional.
No significa, como muchos dicen que, por ejemplo,
Podemos haya bajado sus expectativas en Euskadi, teniendo en cuenta con
la fuerza que irrumpió el pasado Diciembre. Votar, dentro del ente autonómico es otra cosa. Es como ir a la calle
cada día, vas con tu ropa normal, la que te ven todos los días tus vecinos. Votar en
el ámbito nacional es ponerse la ropa de gala, y votar a gente que es
más, y me voy a inventar un “palabro”, “traducible” desde el punto de vista del
estado español.
No, este vecino del mundo, de un día para otro no ha hecho
un cursillo de analista político, pero habla, ahora viene un guiño a su
educación católica y durante años practicante, desde el púlpito que le dan los
años. Aunque en realidad, sí ha pasado algo que se puede aplicar al ámbito
nacional de la política.
Ya no estamos con la potencia que dieron las elecciones
de Diciembre pasado. Intentar juntarse los partidos nuevos, aquí incluimos
tanto a Podemos como a Ciudadanos (aunque estos ya venían del ámbito catalán),
con los demás partidos era más difícil porque todavía pensaban que todo el
monte es orégano, y que si entonces habían irrumpido con un montón de escaños,
luego sería mejor. El tiempo pone a cada uno en su sitio, y ahora pueden comprobar que quizás ya habían llegado a su techo, e irónicamente, no habían
conseguido el cielo.
Tras las elecciones de ayer, este vecino del mundo puede
ver más claro que la ocasión la pintan calva, y que si no se juntan ahora
mismo, Podemos, Ciudadanos y el PSOE, bajándose cada uno de su caballo llamado "orgullo", van a dejar pasar el tren de la oportunidad. Y me da que ese tren, si
vuelve, será dentro de muchos, muchos, años.
CIUDADANOS tiende a diluirse, porque siempre las llamadas
“marcas blancas” vienen a ser una suerte de sucedáneo mientras, o no
tienes dinero para el original, o no tienes el chichi para farolillos visto la
corrupción que campea a sus anchas.
Y tanto el PSOE como PODEMOS tienden a coger las flores
del jardín de las izquierdas, y son capaces de tronchar la flor y pisarla antes
que compartirla, aunque eso beneficie al final, al partido que siempre habla
poniendo a la Patria como si fuera su álter ego.
La ocasión la pintan calva, y todavía es el momento de
presentar una candidatura que ate a tres
partidos las manos, en el que se pudiera juntar incluso, por activa o por
pasiva (absteniéndose) un PNV que puede necesitar ayuda del PSOE en algún momento del gobierno en Euskadi.
Por cierto, “atar las manos” no significa
obligatoriamente impedir hacer cosas, sino evitar irse a las izquierdas o
derechas, por aquello de practicar ese dicho tan español de “La cabra siempre
tira al monte”.
Es mejor ceder la mayoría un poco a que nos dejen otros
cuatro años “plasmados”. Y para eso no hace falta ser ni político, ni analista,
sino tener un poco de juicio; eso que últimamente se
practica tan poco, y solo se ve, y cada vez más como consecuencia del choriceo
nacional, en la Audiencia Nacional.
Por cierto, y ya para terminar, los resultados de Galicia, y dicho con mucho cariño, porque parte de mi árbol genealógico proviene de allí, siempre me recuerdan al anuncio del niño ilusionado ... con el palo que le han regalado.
*FOTO: DE LA RED