domingo, 10 de enero de 2016

EL PARTO DE LOS MONTES EN VERSIÓN CATALANA, Y OTROS...


Lo del desenlace de las elecciones catalanas y la decisión de que el Señor Mas dejara el paso a otro (eso sí elegido por él, en este caso a Carles Puigdemonto), morir matando y eligiendo el arma,  ha sido como "El Parto de los Montes" en versión catalana, todo el tiempo hablando y reuniéndose para que cuando queda un suspiro hacer lo que se debía haber hecho desde el principio: “Si no me quieren me voy”.


Por cierto, lo de ayer del Señor Más ante los medios de comunicación convocados a prisa y corriendo, debería de ser, sino de juzgado de guardia, si al menos estudiado por los politólogos en ciernes, para asegurarnos de que no se debe de hacer nunca más.


Para hablar de la decisión tomada, y guardando el suspense, aunque al final ya se suponía que la culpa iba a ser del mayordomo, el Señor Más lo desveló tan solo al final de su declaración, pero, mientras, habló de él y de tan solo él.  Este vecino del mundo tuvo la impresión de que en cualquier momento iba a decir: “… y el resto ya lo pueden leer en mi autobiografía de venta desde mañana en las mejores librerías".


Por lo demás, y al margen de lo anterior, que no es poco, diera la impresión de que el regalo más recibido por los políticos españoles estas pasadas Navidades fuera el “Mande y Gobierne en España, de la Señorita Pepis”, una especie de Monopoli, pero en el que cada uno “ordena y manda, desarma y recompone España como le da la gana”.


Ahora, todos tienen el antídoto para nuestros males y quieren mandar, como hubiera dicho el entonces juez del famoso Caso de los UrquijoSolo, o en compañía de otros”.


El Señor Rajoy, por supuesto, más solo que la una. Es lo que ocurre cuando uno aprovecha la mayoría absoluta para hacer lo que absolutamente quiere, o quizás, lo que otros le dicen que quieren y cómo lo quieren.


Sea lo que sea, esperaría equivocarme, pero veo una SOCIEDAD, así en mayúsculas, sin brillo en los ojos, con el planteamiento de “estamos aquí y Virgencita que me quede como estoy”.


Por cierto, el tiempo, el meteorológico, más bien de cortarse las venas para el que le guste la playa, y lleno de esperanza para el que le guste la nieve y los deportes invernales.


Por su parte, este vecino del mundo, cree que sus "ganas" se han perdido con la última campanada retransmitida por Ramón García y Anne Igartiburu. Le está escribiendo un email al Señor García, Don Ramón, para que busque en los pliegues de su capa, por si se han quedado atrapadas en ellas, las ganas, mis ganas de vivir, porque he intentado comprar otras, como los políticos, algún set de “Ganas de vivir, de la Señorita Pepis” y no hay nada parecido en el mercado. Lo más cercano, es un anuncio en un periódico, en el que se vende unas ganas de vivir de segunda mano, eso sí, en muy buen estado, que han debido de pertenecer a un hijo de papá, rebelde hasta cierto punto, ya que es votante de Ciudadanos, y que al parecer se ha comprado unas ganas que vienen de Estados Unidos, y que para usarlas se debe de dominar la lengua de Obama.



Por lo demás, me paso todo el día en la calle, con la esperanza de volver a encontrar esas ganas, que tras pensarlo mucho, no sé muy bien, si las perdí o me las quitaron.  Y que mucho me temo, va a ser esto último, tal como está el panorama de gélido, y me refiero a sentimientos del personal.


*FOTO: DE LA RED.

viernes, 8 de enero de 2016

DEMASIADOS TONTOS BUSCANDO CAMINO...



Hace unas semanas, creo que no muchas, era sábado, porque recuerdo que ese programa es los sábados por la noche, en uno de esos zapping que uno hace y que al final le permiten hablar de muchas cosas, pero de nada en profundidad, recuerdo que este vecino del mundo vió a Monedero, a un Monedero desaforado y en busca de venganza, uno supone que reparando maldades pasadas, diciendo a un Inda, más Inda que nunca, que “cuando un tonto coge un camino, el camino se acaba y el tonto sigue”.


Sinceramente, era la primera vez que oía esa frase, aunque me imagino que el Señor Monedero, como viejo ratón de biblioteca, la habría recogido de algún lugar y preparado  para lanzarla en algún momento a uno de esos Goliat de la prensa, que quieren recoger cadáveres como pago de ayudas pasadas, y se convierte en lo que buscaba para los demás. Y hoy me he acordado de esa frase, porque parece que tontos con camino, o sin él, hay muchos y variados.


Todo eso me ha venido a la mente  al enterarme de que el Rijksmuseum, de Ámsterdam modificará en 2016 hasta 300 títulos de obras de cuadros para evitar palabras consideradas conflictivas como “negro”, “enano”, “moro” o “mahometano”.


Se empieza así, viendo la historia desde el punto de vista de lo políticamente correcto en la orilla del hoy, y se acaba cambiando los nombres para no molestar a alguien al que en su momento no molestabas, porque el moro estaba concienciado de que era moro, el enano, desgraciadamente, sabía que lo era y que se le llamaba así, y siguiendo por esa senda, se acabará con el tiempo, con todos los personajes de los cuadros de un Diego Velázquez que no dejaba de hacer una crónica de la sociedad de su época.


Suerte tendrá, por ejemplo, Picasso, Don Pablo, y su cuadro, que al titularlo “Las Señoritas de Avignon” y no “Las putas de Avignon”, que lo eran, se librarán de una posible quema.


Hace bastantes años hubo otro tonto, o muchos, que cuando Chicho Ibáñez Serrador volvió a Televisión Española con la que sería su última versión del “Un, dos, tres”, en uno de los gags de su célebre subasta final, sacó, durante varias semanas, al componente que quedaba del desaparecido “Dúo sacapuntas”, Manuel Sarriá, conocido como “El linterna”, en otro nuevo personaje acompañado de dos actores pequeñitos a los que llamaban “Tati” y “Quieti”, afectados por  “acondroplasia”, a los que antes se les hubiera denominado como “enanos”.  Y a raíz de las quejas de ciertos sectores, que creían ver un cierto maltrato hacia ellos, cuando en realidad eran esos personajes los que ponían en mil situaciones comprometidas al personaje interpretado por Manuel Sarriá, tuvieron que cesar los gags, y consecuentemente esos dos actores pequeños perdieron su trabajo, eso sí, en busca de la presunta defensa de ellos como personas, o lo que viene siendo un auténtico dislate.


Si siguen las cosas así, habrá un momento, y sino al tiempo, en una sociedad en la que está mal visto, y se pone cada vez más pegas a fumar y beber, en el que algún listo prohibirá todas aquellas películas, por ejemplo, de Humphrey Bogart y sus famosos detectives fumando y bebiendo como descosidos. Y seguro también, que habrá otro genio que, en el doblaje, cada vez que pide, por ejemplo, un trago de Bourbon, lo sustituyen por “agua”, y se nos emborrachará con el H2O.  O, como fumaba muchísimo también, y mediante un trucaje digital, borrarán los cigarros y el humo, y las manos de Don Humphrey, el Bogart que todos queríamos, quedarán con un ligero toque amanerado, que no importará mientras a alguien no se le ocurra llamarlo “maricón”, que ya entonces, tendríamos otro problema.


Bien pensado, en la vida hay demasiados caminos en busca de su tonto particular, e incluso al revés.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 6 de enero de 2016

CÓMO SE VISTEN LOS SUEÑOS


No hay nada más triste que el soniquete del piano de una cajita de música, por mucho que la bailarina no pare de bailar, ni más melancólico que el pétalo de una rosa secuestrada entre dos páginas que ya no significan nada. Es como ponerle diques al mar, o poner una taquilla para aquel que quiera retozar en el campo.


La verdad es que estas últimas veinticuatro horas han dejado fuera de juego a este vecino del mundo, y eso que uno ya pensaba estar curado de espanto. Pero sinceramente me han producido gran tristeza esas protestas  por esos asientos v.i.p. que antes se otorgaban durante  la cabalgata de reyes madrileña a todo aquel que tuviera mano izquierda, o para ser más precisos, mano derecha, y que como esta vez se han otorgado a discapacitados ya ha habido dedos acusadores, otra vez, hacia Manuela Carmena. Una oda al egoísmo más clasista.


Cuando uno verdaderamente está haciendo el ridículo protestando por una prebenda que en realidad es eso, y se otorga si se otorga, y no se da cuenta del morro que está teniendo al quejarse por algo que debería ser una excepción y no una costumbre, quiere decir que el “a dedo” y el “porque sí” están tan introducidos en este país, que hay gente que desgraciadamente ya no distingue cuando está haciendo mal las cosas; porque puede cantar, sin parpadear, aquella canción de Jeanette que decía “soy rebelde porque el mundo me ha hecho así”. Y a ellos les ha esculpido así una cultura de la política derechona y dictadora que no es que barriera para su casa, sino que era un auténtico tsunami de dirigir prebendas para ellos y los de su linaje. Y no pueden cambiar porque no distinguen, al pensar erróneamente, que todo lo suyo, o que creían suyo, es correcto.


La queja de ayer de la exdiputada del Partido Popular y miembro de la fundación FAES, Cayetana Álvarez de Toledo, se ha convertido en una de las “etiquetas” más contestadas de estas últimas veinticuatro horas, en Twitter, y el centro del cachondeo en las redes sociales, tras su último y cruel ataque a la Alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, con un tweet que decía

Mi hija de 6 años: "Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad." No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás.

De lo cual se pueden deducir dos cosas, que Doña Cayetana no usa ropa de Agatha Ruiz de la Prada, ya que los diseños, por llamarlos de alguna manera, de los supuestos Magos de Oriente la recordaban en parte, por lo que a su hija no le hubieran parecido extraños, y que la exdiputada solo reacciona cuando le tocan la familia. Lo que por otra parte nos pasa a todos, con la única diferencia que mientras el españolito de a pie reacciona por la casa que le intentan requisar, o el dinero que le ha desaparecido de su banco por confiar en ellos, los protegidos por los tejemanejes politiqueros se preocupan por cómo se visten los sueños.


Está claro que los que eran VIP hasta ahora en la Villa y Corte, tienen un orden de prioridades bastante diferente al común de los mortales.

*FOTO: DE LA RED

martes, 5 de enero de 2016

REINAS MAGAS, LA TRADICIÓN DE ESTE AÑO



Ahora resulta que tenemos otro problema más para escribir la carta a los Reyes, porque lo hacemos…¿a los Reyes o a las Reinas?. Si no me queda más que elegir, y como la experiencia es un grado, este vecino del mundo se decantará por las Reinas Magas, porque, seamos prácticos, al final siempre son ellas las que preparan los regalos, o dicen, la última palabra.


Otra cosa es la tradición. Pero si algo estamos aprendiendo en estos últimos tiempos es que las tradiciones están para cambiarlas, y que algo que se ha hecho por una vez, el segundo año ya es tradición.


Personalmente cuando se comenzó a hablar de poner Reinas Magas, inocente de mí, me imaginaba el tema como mujeres disfrazadas de Melchor, Gaspar o Baltasar, que a los ojos de los infantes, destinatarios últimos del “show”, por decirlo de alguna manera, no variaba nada. Sin embargo, visto lo del domingo con la denominada “Cabalgata laica”, en Valencia, y presidido por las Reinas Magas “Libertad”, “Igualdad”  y “Fraternidad”, ya directamente me he imaginado uno de los carruajes presidido por una guillotina gigante, resplandeciente ella, muy cortante ella. Solo me falta saber si estas reinas van a traer carbón a los niños que no sean republicanos, porque según se dice es un auténtico remedo de la última cabalgata republicana que se hizo en Valencia.


Seamos serios, desde mi punto de vista al menos, unos señores con barbas y todo tipo de disfraces, dan un cierto aire de misterio a los niños, que viene bien en ese mundo de luces y sombras en el que todavía viven, y en el que cada día van aprendiendo algo nuevo. Y parece que hay que explicarlo, pero “los disfraces” de pelucas y barbas pelirrojas, grises y de tez negra, es un mero artificio, junto con lo exótico, a que de un año a otro se puedan cambiar los miembros sin que prácticamente se note. Cosa que también funciona igual con sus equivalentes tanto en Euskadi como en Galicia.


Pido perdón de antemano, pero ya se sabe que siempre digo lo que pienso, y por las fotos vistas, unas cuantas, “Libertad”, “Igualdad” y “Fraternidad”, las del domingo en Valencia, están encantadas de haberse conocido, y en ningún momento se les ve haciendo caso a la plebe infantil, no lo olvidemos, razón principal del acto, y directamente remiten en su apariencia a una alta clase social pija entre las pijas,  y de usos y costumbres tan separados del Lejano Oriente como del españolito medio. Y que de un año a otro,  se va a notar el cambio en los personajes. Es más, es posible, que para ahora, más de un niño haya dicho eso de: “Qué hace ahí la loca de mi madre. ¡Qué vergüenza para la familia!


Al ver las fotos de ellas, tan risueñas y “campechanas”, ya se sabe que esta palabra lleva mucho tiempo ligada a la realeza española, me he acordado (¡qué le voy a hacer si mi mente asocia imágenes de esta manera!) a aquellas imágenes en que una desconsolada Montserrat Caballé, desolada entre las desoladas por el incendio del Liceo, santo y seña de la sociedad catalana más catalana, y al que no podía entrar cualquiera, pide, y además en un excelente castellano, dinero a todos los españoles.


Sé que hoy me he podido meter en un jardín inmenso, y también es posible que mi Reina Maga particular me haga gentilmente trasladarme a otra ala del palacio, y dormir allí hasta que haya pagado con el carbón del desdén por dar una opinión que, además, nadie me había pedido. Pero de la buscada de la paridad, hemos llegado, pasando por una parida, que aunque se parece semánticamente, nada tiene que ver, a un derrocamiento real,  por algo que tiene mucho de fuegos fatuos y de disfrazarnos de carroza real fémina una igualdad, que el día a día lo desmiente.


Mientras, los niños, más desorientados que una brújula ante un imán.

FOTO: DE LA RED

lunes, 4 de enero de 2016

A LA SOMBRA DEL MARQUÉS DE LEGUINECHE



Más de una vez me acuerdo de gente como Rafael Azcona y  Luis García Berlanga, y me pregunto que si vivieran ahora qué opinarían de todo lo que está ocurriendo. Tal vez pensaran, sería terrible, que todo lo que habían escrito o rodado había quedado obsoleto en unos pocos años, precisamente, por la ineficacia, improvisación, desidia, envidia y, especialmente, por una palabra que ellos sabían utilizar muy bien, “la descojonación”.


Su cine siempre fue muy arriesgado, con miradas pícaras y llenas de mala leche de la sociedad que les rodeaba, especialmente cuando crearon el mundo del Marqués de Leguineche, en aquella "Escopeta Nacional", y las dos continuaciones; y su extraña, cuando menos, colección de pelo, en un Leguineche ya desaforado... pero lo de ahora, la realidad de ahora es para ellos como pasar a  La guerra de las galaxias de la insensatez. Con un todavía presidente en funciones, que parecía estar, en sus discursos mitineros,  a un segundo de la dislexia.


Por eso, al verle hoy en esas imágenes bailando desenfrenadamente  “Mi gran noche”, en lo que se supone es la celebración de su “Nochevieja”, lo que sobraba precisamente era la música de fondo, porque el “tesoro” hubiera sido poder captar lo que hubiera dicho en persona, su letra particular, pues precisamente sus letras es lo que nos ha traído hasta aquí, ya que desgraciadamente la música siempre la han puesto otros, especialmente desde Alemania, con una Angela Merkel como excelente concertista, siempre barriendo para casa, la suya naturalmente.


Aunque votar a favor del Señor Rajoy, Don Mariano, en parte es tener buen humor, con frases tan ocurrentes, o al borde de la locura como "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde", o esa otra que, como mínimo, quería ser una especie de reafirmación patria "Los españoles muy españoles y muchos españoles”.


Si hasta ahora ya no nos importaba, al menos eso parece, ni enterarnos de su programa electoral, porque nadie cumple nada, de ahí se ha pasado a no escuchar nada, solo así se pueden admitir frases solo dignas de un  monologuista analfabeto y extasiado, por tomar, claro, éxtasis.


Y por si los Señores García Berlanga y  Azcona no tuvieran suficiente con el alma de un Rajoy en racha, lo de los catalanes jugando al separatismo en un día de la marmota que ya va para varios meses, bien mereciera una de las frases de ese cura facha encarnado  por un grande como fue Agustín González que hubiera dicho “lo que yo atare en la Tierra, no lo separa ni Dios” mientras busca al altísimo con la mirada.


En días como el de hoy, en que este vecino del mundo es presa de un gripazo, de impresión de esas de 3D, da ganas de tomarse pastillas de todos los colorines para olvidarse de dónde viene y a dónde va, y solo se le ocurre decir aquello que en su momento los jueces dijeron en la sentencia del yerno de los “Urquijo”, Rafael Escobedo, y que en su momento se hizo tan célebre, al reconocer que él había sido culpable…solo o en compañía de otros, o lo que viene siendo otro vicio nacional: tirar balones fuera. 

*FOTO: DE LA RED.




domingo, 3 de enero de 2016

LAS MONTAÑAS NO ES UN LUGAR (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Creo recordar que entre las críticas a  películas que de vez en cuando incluyo en el blog del vecino, nunca he utilizado la expresión cine alternativoSin embargo, esta vez lo tengo que hacer, y no de una forma peyorativa, para referirme a una película, “Requisitos para ser una persona normal”, muy pequeña en sus formas pero llena de aire fresco en ese planteamiento de juega jugando.


Leticia Dolera, esa joven actriz, no confundir con novata, porque tras de sí, se diría que ya tiene una trayectoria más que sólida, nos presenta su primer largometraje, y como si de Juan Palomo se tratara, ella se lo guisa y se lo come, escribiendo el guión original, dirigiendo y encarnando a María de las Montañas, una chica de 30 años, y a quien la vida, como a tantos hoy en día, no le ha sonreído. No tiene trabajo, y tiene que volver al piso familiar, de quienes estaba un tanto distanciada, y ni tiene pareja ni se le espera.


En la entrevista de trabajo, con la que prácticamente comienza la película, le preguntan qué tipo de persona es, y tras reflexionar, lejos ya de la propia entrevista, se da cuenta de que no cumple ninguno de los requisitos para ser considerada como una "persona normal", por lo que se pondrá, y éste será el argumento de la cinta, manos a la obra para convertirse en eso: una persona normal.

Quizás ahí, precisamente, este vecino del mundo le pueda ver el punto más frágil a una cinta cargada de buenas intenciones, pero ya en los tiempos en que estamos, y visto como está el patio nacional, y cómo se presentan, en televisión al menos, las nuevas generaciones, todo musculitos, guapos/as pero de cultura, flojos muy flojos, creo que ahora no mucha gente está precisamente preocupada por ser una persona normal, porque vende lo diferente, por no decir a-normal.


Hay momentos en la cinta que a este vecino le recuerdan al cine de Woody Allen, con personajes que de pronto hablan a la cámara, y personas que sólo pasaban por allí, pero que en un momento dado son requeridos en su opinión por alguno de los personajes protagonistas.


Parte muy importante del peso de la película recae en un casting muy bien ejecutado, especialmente con el coprotagonista, con un Manuel Burque, desconocido para este vecino, y que está sembrado, como bonachón, en todas sus intervenciones.

Desde que aparece en la película el Señor Burque, tienes la sensación de que es algo más que una persona, trasciende al espectador, y luego, al decirlo uno de los personajes, y no es “spoiler” en sí, te recordará a un gnomo pero en gigante, quizás una contradicción en sí misma, pero es así.

La otra fuente de cariño es el actor que hace de hermano de la protagonista, Jordi Llodrá, que ya tan solo el planteamiento de un personaje como éste requiere mucha valentía, y está muy bien resuelto. No profundizo más para no estropear parte de la trama.

A destacar también, no se debe ni puede olvidar, esa escena dentro del coche, en el garaje, de madre e hija, la madre interpretada por una injustamente olvidada Silvia Munt, en el que el duelo de miradas transmite unos "efectos especiales" de lo mejorcito del cine español.

Quizás, el presunto formato de película pequeña pueda confundir a más de uno, porque en realidad es una película, cuando menos, valiente, diferente, fresca, y fuente de sensaciones, como cariño, alegría, melancolía…Y en momentos como los que vivimos, te hace plantearte si el poseer mucho, verdaderamente te hace feliz. 

Ahora, voy a decir una maldad, entre otras cosas porque me apetece: El gobierno actual, el que todavía está, seguro que no ha visto esta película, está más que claro, ya que nunca han cuidado la cultura, porque de ser así, la hubieran recomendado, para ver la vida de otra manera, y no lo que realmente hay, o queda.

Si no han visto esta película, pónganlo remedio, porque seguro, seguro, que durante los Goya, se hablará de ella, y mucho.

*FOTO: DE LA RED


viernes, 1 de enero de 2016

POR UNA VEZ... A TROCHE Y PEDROCHE



Este año, los asiduos se darán cuenta, que al contrario de otros años, no he comentado nada de propósitos a realizar, no en el año nuevo, sino desde el año nuevo, que los hay, y unos cuantos.  Lo que ocurre es que uno va aprendiendo, y mucho, de sus errores, y lo mismo que se nos llena la boca en las comilonas de estos días, defendiendonos a bocado limpio, de las viandas que nos rodean por todas partes, también se nos llena de hablar y hablar, y como el mal cava (lo del champán, o champagne, se lo quedaron los gabachos), el gas dura lo que dura.


Por de pronto, hoy me he levantado con ganas de hacer cosas, y no con la sensación de haber salido de un agujero. Y, no, para los malpensados, no me refiero al alcohol, porque uno bebe tan poco, que en cuanto lee la etiqueta con los grados de la bebida ya se queda medio colocado. Porque hay veces que te levantas, tras una comilona de esas que no te esperas,  como si fueras Iñaki Perurena, el levantador de piedra, pero con la piedra de 300 kilos incluida, y eso no es plan.


Suelen decir, siempre se ha dicho, que el ánimo alegre embellece el rostro (tampoco hace milagros, no nos equivoquemos), y hoy me he levantado riéndome, ya que me han informado que, por una vez, en esa playa inmensa que es twitter, y que cada grano de arena es un tweet, que normalmente pasará desapercibido, un mensaje mío, un comentario, es tenido en cuenta en un diario, de esos que se dice, o se decía, antes al menos, “de gran tirada (http://www.larazon.es/lifestyle/gente/cristina-pedroche-vuelve-a-dar-la-campanada-e-incendia-las-redes-DM11596555). Aunque de eso que dice la noticia, de “incendiar las redes”, al menos este vecino del mundo, no tiene cerillas, ni encendedores, ya que no fuma, ni es pirómano.


Por cierto, el ser “recogido” en este artículo, me ha servido para algo, para preguntarme que tal como está escrito el mismo, mi opinión cómo se vende. ¿Estoy a favor o en contra de Cristina Pedroche? Por supuesto, y he dado muestras claras de ello (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/08/el-caso-cristina-pedroche.html), siempre a favor. Porque una persona que juega con la ironía, como lo hace ella, dentro y fuera de un programa, puede ser de todo, menos tonta.


Digamos, que ya que se me incluye en una guerra que no me la he buscado, sino que solo quería hacer una “gracieta”, digamos que a mí me gustaba más el vestido del año pasado por aquello de que era más sugerente, y éste es más “evidente”, de ahí mi comentario recogido ahora por ese periódico. Eso sí, vaya por delante que este vecino del mundo no ha visto, y debe de ser muy, muy bonita, la capa que acompañaba al vestido, y que seguro, o al menos es posible, que me hiciera variar la opinión.


Por lo demás, y esa era la primera intención de mi texto de hoy, desear un Muy Buen Año Nuevo a todos, pese a los pesados políticos de siempre, que viven en mundos “para-lelos”.

En esta época de crisis, y que lo que es peor, no se quiere reconocer ya como tal, un año es una carretera, mala carretera, llena de curvas, y siempre pobremente señalizada. Esperemos que al final del trayecto, estemos todos otra vez, y siempre con esa misma sonrisa. No nos la pueden, ni deben, quitar.

*FOTO: DE LA RED


jueves, 31 de diciembre de 2015

TERMINANDO A TODA PASTILLA



¡Ya está! El libro de este año se cierra hoy. Atrás quedarán personajes que se han ido para siempre, unos porque nos han dejado físicamente, otros porque el olvido se apoderó de ellos, o incluso de nosotros. 


Menos mal que para acabar un año no hay que dejar zanjado todo lo del año anterior,  como si fuera un curso escolar, porque sino, por ejemplo, los catalanes a lo mejor en el 2020 cerraban el 2015, en cuanto a votaciones se refiere, y Mariano Rajoy, si hubiera que esperar a que cree ese millón de empleos, lo acabaría, en todo caso, su tataranieto, que para más inri, a lo mejor era de “We can”, porque para entonces todos hablaríamos en inglés, eso sí, con acento de Cuenca, el que fuera de Cuenca, e insertando unos cuantos “pichas” el que fuera gaditano.


La verdad es que este año ha sido movidito, pese a la inmovilidad de un gobierno cada vez más parecido a aquel personaje de Paco Martínez Soria, “Don Erre que Erre”, que siempre ha confundido, como la mayoría de los políticos, lo que desea su partido, con lo que desea España.


También hemos aprendido, por aquello de que a la fuerza ahorcan, que incluso podemos estar peor, y que desde la izquierda, la culpa la tiene la derecha, y, por supuesto, que al revés. Y al final, como decía la canción, seguro que la culpa fue del chachachá. Siempre tan proclives a echar la culpa a alguien, y no a encontrar el camino para enmendar errores posteriores.


Creo, y la experiencia es un grado, que este año en lugar de doce uvas, me voy a tomar doce pastillas pero, tranquilos, de esas que venden, en lo que ahora se ha bautizado como “tiendas de chuches”, y que antes formaba parte de la tienda de ultramarinos de toda tu vida, y que ha desaparecido por culpa de una de las mil franquicias. Pastillas que aunque son blancas, como toda pastilla que se precie, son de diversos sabores, como limón, naranja, fresa…


No tengo la intención de que se llenen las “Urgencias” de este país, y menos tal noche como la de hoy, con personas en estado comatoso, sino que en una especie de brindis al sol, o de "que lo que no te mata te hace más fuerte", me voy a ir vacunando, con cada campanada, contra pecados, o defectos, como la envidia, el pelotazo, el egoísmo, el “hoy yo primero, y mañana también”, el culto al cuerpo por el culto al cuerpo, y dentro de ese cuerpo, más yermo que la mojama, suponiendo que la mojama sea yerma, no encuentras nada.


Vacunarnos contra las promesas incumplidas, contra las frases llenas de apariencia y nada de coherencia, contra obispos más papistas que ese cura obrero que ahora tenemos por Papa, que no confundamos la noticia con la propaganda, la búsqueda de la verdad con la búsqueda de su verdad.


Hoy terminamos un libro, de nuestra propia biblioteca. Un ejemplar, de una vida que normalmente no suele serlo, que huele a amor, a decepción, a tristeza, a alegría.  Un libro que resume una vida, la del propio interesado,  y del que tenemos que aprender, para que el que inauguremos mañana, tenga menos borrones, menos zonas oscuras de nuestra cara oculta. Eso, en el mejor de los casos, de que lleguemos a inaugurar el libro del mañana, porque la vida ya es tan precaria en sí, como esos contratos de un día, que no sirven para dar de comer, sino para bajar la cifra de parados, y no la de muertos de hambre.

¡Año Viejo, que te den!

*FOTO: DE LA RED

martes, 29 de diciembre de 2015

UNA PRIMA POR LLAMAR



Ayer le llamé a mi prima, la de Murcia, porque quién no tiene una prima en Murcia, y, ella, Alicia, nada más coger el teléfono, el de su casa, sin que yo pudiera identificarme me dice: “Tengo una ilusión”, a lo que yo le contesté; -Me alegra mucho, primita, pero tampoco veo necesario que lo muestres a diestro y siniestro.

Hubo un silencio en la línea, en Murcia, y luego mi prima comenzó a reírse, como lo que es, como una loca. Y me explicó que había llamado para participar a un concurso de televisión, y como le pueden devolver la llamada en cualquier momento, y lo primero que tiene que decir es “Tengo una ilusión”, pues eso, que todas sus amistades, me decía riéndose, ya saben que tengo una ilusión, y las malpensadas, la mayoría, ya le ponen nombre.

De todas maneras, le contesté, ya las cadenas de televisión son un poco ruines, porque antes, con contestar la llamada ya valía, y ahora intentan escaquearse un poco, y alargar la tensión, e incluso el dinero, si es posible, a más llamadas…

Los que me siguen ya me conocen, y deben saber también, que me quedé con la copla, y comencé a elucubrar, tras terminar la llamada con mi prima. Y me dije a mí mismo, porque yo soy así y me tuteo, muy campechanamente, e incluso me puteo, las más de las veces: 


Imagínate que al sex-shop de la esquina, -porque sigo siendo así, y siempre visito lugares culturales- le dé por poner un anuncio en la radio en el que regale un viaje para dos personas, por ejemplo a Hawái, pero al coger el teléfono, y aquí está el quid de la cuestión tienes que decir: Tengo un pene de cuarenta centímetros y quisiera adornarlo.

Tras pensármelo un rato, me contesté como lo hubiera hecho una estrella del cine español a partir de 1976 con la abolición, en teoría, de la censura: -Si el guion lo exige… Por un premio lo que sea. Ya habrá tiempo de explicarse.


Y además, en el caso del anuncio del supuesto sex-shop, se puede contestar como en el chiste de Jaimito, que le dice a su profesora que a él le gusta hacer el amor porque se conoce gente. Y con este tipo de contestaciones telefónicas está claro que se puede conocer gente, e incluso, como con la luna, su lado oscuro.


De todas maneras, yo no sé a qué están esperando, por ejemplo, los lumbreras, los cerebros de los partidos políticos, en época electoral publicitas (me gusta esta palabra) un gran premio si al recibir la llamada de “ese” partido lo primero que contestas es: Me gusta “ese” partido, voy a votar a “ese” partido, y tienes a un montón de gente haciéndote publicidad por lo que viene siendo la patilla, y utilizando además ese famoso “boca a oreja”.


Lo que cunde una llamada, y además tengo a mi prima, en teoría, ilusionada, y yo me he reído como hacía tiempo. Y en estos días inciertos, no es poco.

*FOTO: DE LA RED



lunes, 28 de diciembre de 2015

¿INOCENTADAS, O MENTIRAS?


Que no estamos en lo que tenemos que estar.  Que se debería prohibir, que eso se les da muy bien a los políticos, poner elecciones tan cercanas a las Navidades. Nadie está centrado. Y con eso de la corrupción no me extrañaría  que hasta los Reyes Magos entregaran este año “sobres en diferido”.


Es más, los Reyes, los verdaderos, los de Oriente, ahora tienen que estar temblando, riesgo de perder su empleo, ya que en algunos municipios van a salir en las cabalgatas “reinas”, y ya se sabe que entre reinas o reinonas, la diferencia es de muchos centímetros de tacones, que sentados en sus carrozas, no se nota. Y el año que viene, los Reyes Magos, los verdaderos, los únicos, con la pata quebrada y en casa, y las Reinas repartiendo regalos, por aquello de que como lo han hecho un año, pues eso, que ya es tradición. Además con lo que saben ellas de llevar el control de una casa, seguro que hasta el gasto en regalos baja sensiblemente. Y a más de uno, hasta ahora Rey Mago, le harán ese tipo de regalos que él hacía, un microondas o un lavavajillas… Por aquello de donde las dan las toman.


Por lo demás, uno de los nombres de estas navidades, es el de la líder andaluza, Susana Díaz, que en su día dijo que ella quería quedarse en su Andalucía querida; pero siempre está con la oreja levantada y vigilando cualquier ruido, por si alguien se mueve. Y de vez en cuando, como ahora, le recuerda a su, en teoría, jefe, Pedro Sánchez, que él manda, pero no tanto. Como ese marido que siempre dice las últimas palabras: Sí, cariño. A tener en cuenta, que Don Pedro, el Señor Sánchez, ya tiene una mujer, de mucho carácter también, por cierto. ¿Otra versión, esta política, de la célebre canción "Yo soy esa", con una Susana Díaz de rompe y rasga? Conviene recordar, que tres, en Madrid, en Andalucía, y por hablar de casi el extranjero (si es que algún día terminan de votar), en Cataluña, es siempre multitud.


Visto lo visto, quién va a distinguir hoy, Día de los inocentes, una inocentada con el cúmulo de ellas que llevamos el resto del año. La diferencia es que en un día "normal", la oposición las llama "mentiras”, el gobierno "promesas incumplidas", y este día se les da en llamar “inocentadas”. Pero que alguien me diga, si más de una vez, visto cómo se desarrolla la vida diaria de nuestro país, no se ha sentido un Santo Inocente ante el Herodes/a de turno, que la igualdad de sexos es para todo también,  bien sea en directo, vía plasma, o en diferido.


¡Ah! Se me había olvidado deciros, aunque quizás ya alguno, siempre tan atentos, lo haya notado, que El Olentzero me ha regalado una escopeta, de juguete eso sí, pero con montones de pistones para disparar, y hoy me ha dado por hacerlo a todo lo que se mueve. Entre nosotros, he tomado la precaución de no hacerlo delante de un espejo, porque sé también que me tengo muchas ganas.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 26 de diciembre de 2015

EL BELÉN ACTUAL, NI DE CORCHO, NI DE BARRO


Quizás lo que más me gusta del día de Navidad es el paseo que me doy por la gran ciudad, en este caso Bilbao, y que la gente, todos en general con los que me cruzo, si hablan, en contadas ocasiones, lo hacen bajito. Nunca he sabido si es para que no les oigan los damnificados por los excesos nocturnos, o porque les duele la cabeza a ellos también.


Este año, la mañana de Navidad, he tenido la sensación de que hemos sido arrollados por el espíritu navideño. Incluso me pareció, esa mañana del fun, fun, fun, más que nunca, que eran los perros quienes sacaban a sus amos a pasear, para que tomaran un poco el aire y se les fuera esa melopea mezcla de alcoholes varios y borrachera de abrazos y buenos sentimientos hasta con la gente que no conocen.

La verdad es que este vecino del mundo ya se quedó noqueado en “Nochebuena”  con el discurso del Rey, en el momento que dijo que nos hablaba desde El Palacio Real, que era de todos los españoles.

Sinceramente, pensaba que no era así, que no era mío, cuando el año pasado, visitando Madrid, en plena Semana Santa vi una cola inmensa de gente, pasando por taquilla, y que tras ver los precios, y como íbamos tres, tuvimos que elegir entre alimentarnos física o culturalmente. 


Por otra parte, de la gente que visita todos los días tanto el Palacio Real , como los otros bienes culturales,  todavía no he recibido, no hemos recibido, parte del botín, aunque seguro que si pregunto me dirán eso de lo comido por lo servido, lo que se gana, por lo que cuesta el mantenimiento del pasado. Esa fue una de las razones por las que decidimos irnos a comer, porque si no nos buscamos la vida nosotros…


Desde hace unos años, desde la crisis concretamente, las Navidades me parecen en blanco y negro, remedando a aquellas películas españolas de principios de los sesenta, con un Casto Sendra (Cassen), José Isbert y José Luis López Vázquez, entre otros, buscándose la vida y, algunas veces, la muerte.  


Al atardecer del veinticuatro, me pareció  oír clarísimamente a alguien gritando: Chencho, Chencho… Sé que es muy probable que los lectores de menos de cincuenta años no me entiendan ésto, y deban de ver “La gran familia”. Quizás vean reflejado, en cierta manera, versión 3.0., eso sí, lo que está ocurriendo otra vez.  Y es que de vez en cuando no hay que hacer oídos sordos al pasado, y ver de dónde venimos y hacia dónde, desgraciadamente, parecemos ir.


La estampa de la Señora Carmena, Alcaldesa de Madrid, sin olvidar por supuesto al Padre Ángel, y no es hablar mal de ellos, sino al contrario, nos remite a un pasado del “siente un pobre a su mesa” verdaderamente estremecedor.  Y mientras, los partidos políticos, todos los partidos, discutiendo si son galgos o podencos, y en lugar de enseñar a pescar, entre otros a los que estaban en la cena celebrada en el ayuntamiento madrileño, intentando conseguir la caña más grande y lujosa, para que se note quién manda de verdad.


Este año, me imagino que lo habréis notado, no he felicitado las fiestas a nadie, no nos lo merecemos mientras hay un montón de desgracias, incluyendo esos que ya han quedado marcados como “refugiados”, y en realidad no están al refugio de nada, sino a plena intemperie. Quizás, este año el tiempo invernal sea más permisivo que nosotros, que nuestros corazones, y se avergüence de tener que “atacar” a un grupo que no importa a nadie, muy al contrario, molesta y mucho.


Os voy a pedir realizar una pequeña prueba, acercaros a ese pequeño, o gran belén que habéis montado por vuestros pequeños preferentemente, mirad al niño, tan bonito, tan limpio y reluciente. Ahora, sustituirlo por cualquiera de los niños vistos en esas fotos de “pequeños refugiados”. Pues eso. No tenemos vergüenza. ¿Que la culpa no es nuestra, es de los que mandan? Seguramente, pero les seguimos apoyando con nuestros votos, a todos.


Desear “Feliz Navidad” es ocultar todo tipo de problemas, y calmar nuestra conciencia. Y ya no estoy dispuesto a hacerlo, en mi caso, porque nacimientos, de los de verdad, y no de corcho y barro, hay todos los días.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 24 de diciembre de 2015

SIEMPRE NOS QUEDARÁ NUNCA JAMÁS (FINAL, GRAN HERMANO 16)


Antes de nada, que conste que este texto lo estoy escribiendo por el respeto que me  merecen y se merecen mis lectores, porque mi estado de ánimo no mi induce a hablar hoy sobre lo ocurrido ayer, pero ya que me comprometí, “motu proprio”, a hacer resúmenes de las galas de esta edición de Gran Hermano 16, cumpliré con ello hasta el final. Hoy no hay nada de resumen, tampoco merecería la pena de una gala diseñada  para ensalzar a la ganadora, Sofía, y hundir, más, al segundo, Aritz.

Estoy triste. No, no me malinterpreten. No estoy triste porque no haya ganado Aritz, que tras lo ocurrido con Belén Esteban, tanto en el concurso de baile, como en Gran Hermano V.I.P., uno, este vecino del mundo, ya debería de estar vacunado.

Podría volver a decir los argumentos que esgrimí cuando salvaron a La Esteban, con una carta abierta al mismísimo Señor Vasile, y que me consta que al menos fue abierta, y se supone que leída (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/02/carta-abierta-al-senor-vasile-desde-la.html), o el post tras su proclamación como ganadora (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/03/belen-esteban-lucroniense-adoptiva-o.html), pero si en su momento creí que había que dar una oportunidad al cambio, y por eso volví, pese a lo dicho en un primer momento, a ver el programa, un concurso que siempre me ha gustado, en su formato primitivo, que ya nada tiene que ver con aquel, y de que quizás, fuera del caso Esteban, un poco de cordura fresca sería posible, he vuelto a comprobar, no que el espectador es soberano, como no se cansan de repetir desde la Cadena  Alegre, sino que es altamente manipulable, por las voces/opiniones que se lanzan desde la misma.

Hoy estoy triste, porque este vecino del mundo ha comprobado una vez más que tenemos la España que nos merecemos, incluso desde el punto de vista político, porque todo está relacionado, y porque nos creemos todo.

¿Os imagináis un futuro país al mando de gerifaltes como los patrones que se lanzan desde el programa? Juventud, todo sonrisas y proclive a la puñalada trapera y al dinero fácil, esgrimiendo razones como “voy con la verdad por delante”, o es que “todavía soy muy joven”.
A madres, seguimos imaginando por lo visto y oído en este concurso, que se acuestan con los novios/ligues de sus hijas, mientras les aconsejan que echen un polvo con Diestro y Siniestro, y si hace falta con los dos a la vez, en un ménage à trois, porque la vida es un concurso y siempre se rentabilizará.


Estoy triste, porque nunca, es mi entender, nunca un segundo puesto tiene que tener una mejor entrevista que un primero, pero claro la ganadora es más de vistas, las suyas, que de cultura general, y que no me vengan con que está estudiando una carrera, por ahora se sabe que está apuntada en una carrera.

¿Alguien se ha tomado la molestia en entrar en el blog “El tipo del sombrero”? Encontraréis a alguien interesante, que por cierto, y por las fechas, era un joven/un hombre que tenía por entonces 22 años, y que apuntaba mejores maneras que otros que ahora tienen esa misma edad, y a los que hay que perdonar porque son jóvenes.

Se premia a unas personas que han dicho durante el concurso que otra concursante, con 29 años, ya es vieja, y se ríen de ella. Y creyendo que Suso era su novio, se lo intentó quitar, porque a ella le pone quitar el novio a las demás, y no lo ha dicho este vecino, sino la ganadora durante el programa.


Ella, Sofía, la ganadora, ha vendido un perfil de joven enamoradiza, pero en realidad, a ojos de este vecino, es la versión femenina de Suso, solo se quiere ella, y se exhibe delante de los malos malotes para reafirmarse lo buena que está, y conseguir una muesca más en su currículum, o en sus caderas, que uno ya no sabe.


Este vecino está triste porque el “super”, se supone que en nombre del programa, ha felicitado sólo a la ganadora, en realidad a su ADN que le ha hecho así, mientras un concursante, Aritz, que se ha mostrado realmente como es, y se nos ha desnudado por dentro y por fuera, sin edredón que lo cubriera, se ha tenido que ir, lo han mandado, por una segunda puerta, pequeña, muy pequeña, llena de reproches y dudas.


Estoy triste porque al formato del programa lo han forzado de tal manera que ya no lo reconoce  ni los padres que lo parieron. Eso sí, he de reconocer que sigue siendo un experimento sociológico, pero ahora no para los que entran en el concurso, sino para los que lo ven, soportan, y son sangrados en sus bolsillos, en la creencia de que son libres para decidir y votar.

Estoy triste por una periodista, Doña Mercedes Milá, que en su momento fue santo y seña de la modernez más moderna del periodismo y opinión libre, y ahora manipula mientras es manipulada, y con una zanahoria por delante, que son los programas de investigación que de vez en cuando hace, y que ha sido incapaz, de que en el binomio Aritz/Han, se diera cuenta de que el que manipulaba verdaderamente era el segundo, pero se revestía de delicadeza, amor y lágrimas.  Han siempre fue a por el maletín, y a cargarse al que él consideraba su peor contrincante, y por eso llenaba de dudas a los demás cada vez que hablaba de su “marido”.


Ayer, no como cuando ganó Belén Esteban, me creí en seguida el “dictamen” de la audiencia, eso sí, inmediatamente una sonrisa apareció en mi rostro al pensar que seguro, seguro, el ilustre notario sería el mismo que cuando ganó la del barrio de San Blas.

Podría decir muchas cosas más, pero  para qué, porque en realidad entraría en el juego  de una cadena que no les importa que se hable mal de ellos, con tal de que se hable.


He de confesar una cosa, me estoy convirtiendo, haciendo el camino pero al revés, en Peter Pan, y me voy al País de Nunca Jamás, ustedes ya me entienden. Porque al final, como en Casablanca ocurría con París, siempre nos quedará Nunca Jamás.


Estoy triste porque ya no hay un lugar para la esperanza, y es que la esperanza ni tiene versión 3.0, ni wi-fi, ni bluetooth, ni viven en ella malotes, canallas, ni poligoneras.


Hoy, quizás, por primera y espero que única vez, se podrá decir que no estoy buscando el ser justo, lo reconozco desde un primer momento, la vida tampoco lo es. A cambio, no me he dejado nada en la recamara.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 23 de diciembre de 2015

DESPIDIÉNDOSE A LO COSPEDAL (SEMIFINAL, GRAN HERMANO 16)



No se me ocurre una final, semifinal, más acorde con estos tiempos, a lo Cospedal, en diferido, dejando colgados  a los concursantes, Sofía y Aritz, o Aritz y Sofía, que tanto da. Puestos a ser originales, como Doña Mercedes Milá se apresuró a recalcar una y otra vez, propongo, y además gratis, una idea: Pueden posponer la final exactamente a dentro de un año, y ganan el Guinness de los records de mosqueo.


Una edición caracterizada por cambiar las normas al libre albedrío de los “amos” del programa, desde el punto de vista de este vecino del mundo, va a acabar con más pena que gloria, y especialmente por los derroteros que ha ido cogiendo un programa, en el que, diríamos que por primera vez, han ido tomando, casi más protagonismo, los concursantes  ya expulsados, por lo que no sería de extrañar, en próximas ediciones, otra casa fuera de la casa oficial para albergar a los expulsados y no se tengan que mover como almas en pena de programa en programa de la casa. Se conecta con esa nueva casa y como hubiera dicho un recordado Miguel Gila se dice, por el telefonillo de entrada el nombre del ex concursante al que se quiere preguntar, y se añade el “que se ponga”.


Sinceramente, este vecino del mundo tiene pereza en relatar lo ocurrido ayer, nada nuevo, salvo la esperada expulsión de Niedziela, y que al final nos sorprendió con esa mezcla que solo tiene ella de inocencia, friquismo y egoísmo, en el que antepone sus sueños a la realidad de los otros, protagonistas reales de los mismos; que Fernando Alonso tiene novia…, pues... que se chinche.


Bien pensado, lo de la catalana-británico-polaca daría para un spin-off, o serie derivada, de una comedia alocada en la que podría también tener personaje fijo una Antoñita la Fantástica en el papel de Anita Obregón, o al revés, ya no sé. Para el que quiera volver a ver esas imágenes de ayer, hablando de su voz y de sus amores, por favor, que se abstengan esos, como este mismo vecino del mundo, que sean proclives a pasar vergüenza ajena.


 El problema de lo ocurrido ayer con la imagen de Niedziela es que dentro de la casa parecía ser de las más equilibradas, y en cinco minutos se desmontó y se fundió ella sola. Por cierto, y brindo otra idea, y gratis también, la historia de la familia de Niedziela bien pudiera merecer un guión cinematográfico.


Como ya he dejado claro en posts anteriores, este vecino no tiene ninguna duda de que Aritz debe de ser el ganador de esta edición, otra cosa es que al más puro estilo Esteban-Princesa del pueblo y especialmente de la Cadena Alegre, a última hora se dé la vuelta al marcador, y se vuelvan a comentar esas presuntas palabras del Sumo Hacedor Vasile: “Gran Hermano es un producto demasiado caro para dejarlo en manos de los espectadores”.


Visto lo visto, la gala de ayer dejó algo muy claro, que Aritz podría ser un tertuliano perfecto, porque sabe desmenuzar con exactitud los comportamientos ocurridos en la casa, y eso que, precisamente al estar dentro, es mucho más difícil tener una visión global. Y al Señor Aritz no se le ha escapado ninguna. Además, a pesar de su timidez, el de Santurtzi en el rifi-rafe siempre se viene arriba, como cuando le dice a Sofía: eres muy joven, pero aun así eres más madura que tu madre.


Hoy es la final, pero en realidad es la continuación de una gala, la de ayer, que no debió de ser interrumpida. O quizás sí, el tiempo suficiente para decirle a Mercedes Milá que ayer ya se consagró cum laude su inquina “máxima” (palabra de la temporada) hacia un Aritz, que si sobrevive al programa, es posible que sea declarado por el Vaticano: “mártir”, siendo el primer caso de “mártir en vivo”. 

Por cierto, es de destacar que al contrario que pasa con la figura del vasco, la permisividad de la Milá con el histrionismo de Marta puede lindar con lo enfermizo. Además, la canaria no se dá cuenta de que cada vez que abre la boca, son puntos para el de Santurtzi.


Lo único remarcable de Sofía, que una y otra vez se reitera que está aprendiendo de sus errores de juventud, sobre todo (y eso lo dice el vecino) si eso le da el maletín; pareciera que Aritz, a sus 25 años, ya fuera viejo.


Le he tenido que prometer a mi médico, que si hoy veo la final, estaré dopado con tranquilizantes y alejado de cualquier tipo de cubertería.  No sé qué me da…


*FOTO: DE LA RED