Hay regresos, o intentos, que son más largos que lo que
al menos se intuía en el momento de decidirlos.
Este vecino del mundo, y la mayoría de los que le siguen
lo saben, está atravesando una dolencia ocular que le hace no sentirse, en las
mejores maneras para hablar de lo divino y lo humano. Pero esa misma costumbre
que tenía de sentarse muy a menudo con los suyos, para plantear ciertas
circunstancias, le hacen echaros de menos.
Hoy he visto un pequeño anuncio con Elton John como
protagonista, para la cadena John Lewis & Partners, y me ha llegado al alma, y aunque en el día de
la presentación, 14 de Noviembre, del nuevo anuncio de la Lotería de la Navidad,
me hice el estrecho, y me puse de perfil, para evitar el esfuerzo que todavía supone
para mí el comentarlo, hoy con el gran pequeño Elton no he querido borrarme.
Creo que el anuncio, o la pequeña, en realidad, película
que se nos cuenta, tiene un planteamiento valiente, porque la figura de Elton,
en sí misma, puede enganchar y repeler aún mismo tiempo, ya que una misma vida
da para eso y para más.
Mensaje, el anuncio, que va directo al corazón, y que recuerda que un regalo también puede trascender y ser un algo más.
Bonito, muy bonito, el detalle que se nos trae en bandeja, de que ese piano, ese regalo, sigue existiendo, como una especie de guía, o de testigo algo más que mudo, y que en realidad apalea la idea que se hace del regalo actual: inmediatez y caducidad extrema.
Las Navidades, nadie lo dudaba, ya están aquí, para muchos disfrazadas de "entrañables". Al principio disfrazadas de Black Friday, por ejemplo. Mucho de consumismo con una sabia mezcla de recuerdos y sentimientos.
Si de todas maneras, nos van a meter la mano en la cartera, esta vez al menos que lo hagan con arte, el que siempre ha tenido un roquero de pro llamado Elton John, con sus manías,y con sus carencias. Por aquello de que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra...
*FOTO Y VIDEO: DE LA RED