Último día de Junio, y a lo tonto ya nos hemos comido medio año como
quien dice, y faltan unas horas para comenzar la segunda parte del 2019, que seguramente, y como cada uno cuenta la feria como le va, cada vez va más rápido
e incluso, desgraciadamente, sin frenos ni marcha atrás.
Con las dos semanas anteriores ya nos habíamos acostumbrado (porque aquí, en nuestra España, más de dos veces ya se puede considerar como “tradición”) a tener un fin de semana con boda e incluso bodas (tres eran tres las hijas de
Elena) y esta semana nos han dejado con el mono marital.
Al final habrá que pedir al gobierno de turno, cuando lo tengamos, que cada fin de semana haya mínimo, como las farmacias, una boda de
guardia, que nos alegre la parrilla televisiva, y hasta desatasque las llamadas
cloacas del estado, para que al menos
circulen más que hedores, otros aromas.
Hoy he de confesar que me siento, entre otras cosas, desplazado,
quizás tanto como la bandera del Orgullo en el Ayuntamiento de Madrid, y que no
me digan que no es para tanto. Desde el momento que ha ocurrido, hay un claro por
qué, y ya sabemos que dirán, quienes toman las decisiones, que su electorado se
lo pide, dando a entender allá en el eco del subconsciente que ellos solo son
unos mandados, y que hacen todo lo que su electorado les solicita.
Momentos como ese, el desplazar una bandera por otra, un
asunto por otro, siguen haciendo que se siga jugando con los colores nacionales
para uso y salvaguarda de unos cuantos.
Ese ataque homófobo en un McDonald de Barcelona, con esa
más que lapidaria frase de “¡Te voy a hacer heterosexual a hostias!” tiene como
definitorio el que hay tantas excusas como quieras, ya que el atacante, según
él, y se puede escuchar en el vídeo, estaba preocupado, al menos eso dice,
porque había niños que iban a ver cómo iba vestido el ya agredido (al menos en
su amor propio).
Al ver un tuit de Albert Rivera condenando ese ya comentado
ataque homófobo, llámenme mal pensado,
pero como acto reflejo me llegó la imagen añeja de esa nota que todos hemos
llevado de casa al colegio en la que se explica que el niño mañana tiene que
salir antes porque tiene que ir al dentista.
Por cierto, los blogueros o “bloggers”, también tenemos
nuestro electorado, y debemos de cumplir con las expectativas que en su día
pusieron en nosotros, y que vamos intentando renovar post a post y cada vez que nos vestimos por los pies...
*FOTO: DE LA RED