Es curioso. Pareciera que hablar de “déjà vu” estuviera
ligado a los sueños y los recuerdos. Sin embargo, últimamente levantarse, y entrar en la vida en directo es comprobar un mundo de un continuo déjà vu en el que
formar un nuevo gobierno, la crisis, la corrupción y el mirarse al propio
ombligo sean la moneda de cambio.
Con respecto a formar un nuevo gobierno, llámenme iluso,
pero todavía no pierdo la esperanza, hasta el segundo cero, de que el PSOE y
PODEMOS, con sus confluencias e incluso el PNV, puedan llegar a un acuerdo. Lo demás,
es perder una gran oportunidad, y entregar la llave para hacer lo mismo de siempre,
y eso, entre otras cosas, nos ha traído a este momento.
¿La esperanza de este vecino? En ese pequeño detalle de “excusatio
non petita, accusatio manifesta” a que olía la comparecencia de Antonio
Hernando, portavoz socialista, diciendo eso de que es una pena que los de
Podemos hayan dado un portazo a las negociaciones entre tres, porque ellos
estaban de acuerdo en un 70 por ciento de sus propuestas.
Quizás el comportamiento del PSOE me recuerda a ese
niño que cuando está con su madre, en este caso con CIUDADANOS, se comporta de
una manera, y con sus conocidos de otra.
Siempre se ha dicho que la oportunidad la pintan calva,
y si el PSOE no se baja de ese caballo lleno de orgullo no va a volver a
presidir un gobierno durante mucho tiempo, y con ellos un gobierno formado por “izquierdas”.
Con respecto a lo que más se habla últimamente, “Panamá y
sus papeles” como si de un nuevo grupo latino se tratara, “la cosa” huele tan mal, que parece que si no has tenido nada en Panamá o en cualquier otro
paraíso fiscal, no eres nada de nada.
Es de admirar, por decir algo, el aplomo de alguno al
torear la verdad, y que mirando al tendido diga eso, en parte tan
absurdo, de “sí, lo hemos tenido, pero no lo hemos usado”, como aquel que
teniendo una pistola, al final no la utiliza.
En momentos así, me acuerdo del célebre chiste de “la
venganza del chinito”, al que le hacían
mil putadas y seguía riéndose, porque al final se descubre que él les meaba en
la sopa.
Pues eso. Personalmente este vecino ya ha decidido hace
tiempo, que va a practicar la venganza del chinito. Puede parecer una respuesta muy
suave, pero a la larga es contundente: Persona cuya conducta este vecino estime que
deja mucho que desear, persona que de mí no va a recaudar un solo euro, bien
dejando de ver sus películas, sus programas, o lo que sea que hiciere.
Llorar he llorado, hemos llorado, mucho. Ahora solo nos
queda reír, y para eso, es mejor reír los últimos.
*FOTO: DE LA RED