lunes, 2 de noviembre de 2020

TIEMPOS DE MUCHO CUIDADO

 

Visto lo visto, comenzamos noviembre con mucho cuidado al salir al balcón para ver el tiempo que hace, no sea que recibamos alguna pedrada negacionista,  y si vivimos al ras de la calle, con mucho cuidado también, de que alguien te intente entrar pensando que es una tienda,  y al grito de “libertad, libertad” algún prenda enmascarado te intente levantar alguna idem.

Ha sido un fin de semana, en el que Halloween, al menos en mi casa y en mi caso, lo hemos dejado encerrado en el armario por chico malo. Y es que además, entre una cosa y otra, y bien pensado, llevamos todo un año de Halloween. Con intentos de trucos y tratos cada dos por tres. Y si no que se lo pregunten, sin ir más lejos a Abascal y sus dimes y diretes más que con Pedro Sánchez, con Pablo Casado y esa moción de censura más bien al estilo “interruptus”.

Este año más que hacer el cambio de armario de verano a invierno habrá que ir reuniendo todo lo que hemos utilizado en nuestra reclusión forzada de marzo a mayo, ya que parece que viene una reedición extendida y, aunque suene raro, mejorada.

Personalmente este vecino del mundo se va a negar al show de los balcones porque ya solo nos queda para sorprender hacer un estriptis; y como persona de riesgo, lo de quitarme la ropa, y si no queda más remedio, lo dejaría para, en un último caso, y forzadamente, pase por el hospital como paciente, luciendo esa especie de bata que deja el trasero y las vergüenzas a la vista.

Desgraciadamente, de los meses que se avecinan, lo más juicioso es sólo pedir ese “virgencita que me quede como estoy”, que además es barato, e incluso diría que ecológico. Ya que normalmente, y tal como estamos, cualquier cambio siempre suele ser a peor.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 31 de octubre de 2020

DÍAS DE PISCOLABIS Y BATAMANTA

 

Por todos lados, por todos los gobiernos autonómicos, e incluso, central nos están llamando a quedarnos en casa este fin de semana, para protegernos de esa segunda ola de Coronavirus que amenaza con llevarnos a todos, y que hace ya mucho tiempo mojó hasta dejarla irreconocible, a nuestra anterior realidad. Serán días inequívocos de piscolabis y batamanta.

Es triste, pero ahora ves programas grabados con anterioridad a la pandemia, y en los que en algunos momentos, como “La voz” ayer noche, se ve el plató repleto de público, y ya tienes la sensación, como mínimo, de que se están cometiendo actos impuros: Desnudos, porque nadie lleva mascarilla. Ahora todos somos unos pecadores. Y ver una reunión de Trump y sus seguidores, días antes del Martes definitivo con muchas gorras rojas, pero muy pocas mascarillas, es la versión más porno de una orgía.

Lo comentado en el párrafo anterior no es una crítica a favor del negacionismo, imposible, porque este vecino del mundo no es de esos, sino el remarcar que nosotros, los de siempre, ya nunca seremos, aunque aparezcan mil vacunas, los mismos.

Nadie es el mismo después de una tragedia, y lo peor de todo es que en ésta la gente no se pone de acuerdo, y todo es opinable. Y mientras lo sea, parece que no puede haber sentencia verificando de que nuestra tragedia, la de todos, lo es.  Y seguirá habiendo jóvenes, y no tanto, que se manifiesten, como vacas sin cencerro, pidiendo su libertad a poder salir cuándo y cómo quieran, con o sin “tapabocas”.

Personalmente, este vecino del mundo les garantizaría su derecho a hacerlo previo firma de un contrato en el que renunciaran a todo tipo de cuidados médicos y plaza hospitalaria en caso de ser galardonados con un bonito coronavirus. Y además, en caso de que algún familiar suyo también caiga bajo las garras del Covid-19, vayan donde ellos, y les digan cara a cara de que es muy probable que ellos sean los responsables de esa enfermedad que ellos decían que no existía.

Este vecino del mundo siempre ha creído en el dicho “en el pecado lleva la penitencia”, y en ese otro aún más inapelable que “quien a hierro mata a hierro muere”. Los hechos no hacen más que repetirse y los irresponsables no quieren verlos.

Ya el peligro no está dentro de la televisión, en una película. Realmente podemos decir eso que se decía en "Poltergeist": ¡Ya están aquí! Y lo verdaderamente terrible es que son de nuestro mundo, o de lo que queda de él...

*FOTOGRAMA DE "POLTERGEIST"

 

viernes, 30 de octubre de 2020

A LA SOMBRA DE LA ALARMA

 


Al final me voy a tener que hacer de Legálitas para intentar no saltarme ninguna norma de esas que ayer no estaban, pero que hoy nuestros políticos han creído conveniente, y por nuestra seguridad, solo por ella, ponerla o quitarla, que uno ya está más confundido que el asesor de Donald Trump, o incluso, sin irnos al extranjero, que el asesor, si todavía lo tiene, de Isabel Díaz Ayuso.

Por cierto, y hablando de asesores…, al de nuestro Presidente, Pedro Sánchez, le aconsejaría que antes de tomar cualquier otra decisión con la Presidenta madrileña, hay que asegurarse de que sea ella la primera que recomiende algo, porque así se podría dar el caso de que coincidan en sus deseos. Ya que si le dejas a ella el derecho a réplica, está demostrado que siempre elegirá lo contrario. Pareciera que ha elegido estar en la oposición las veinticuatro horas del día.

Antes del imperio de “lo políticamente correcto”, este vecino del mundo hubiera podido decir eso de que da la impresión de que llevar la contraria, a Díaz Ayuso le pone; pero estando donde estamos, mejor no incurrir en el error.

No sé a vosotros, pero éste estado actual, a la sombra de la alarma, me hace sentir como un borrego pastando aquí o allá. Como se dice en  mi pueblo: lo mismo me da que me da lo mismo.

Se trata ya puramente de sobrevivir, y ya se sabe, que en las pelis al menos, el secreto está en pasar desapercibido. En cuanto empiezas a recibir tus primeros planos, es posible que a tu guion le queden muy pocas líneas, porque un asesino en serie, quizás, te esté acechando. Y sólo cobras cuando estás. Para eso no hace falta ni pagar a un asesor.

Por cierto, y ya para terminar, el que seguro no queda en paro es el psicoanalista de cualquier asesor. Ahora bien, afinar eso tiene que ser más difícil que darle cuerda a un reloj de pulsera antiguo, con las manos dentro de un par de guantes de boxeo… 

*FOTO: DE LA RED


jueves, 29 de octubre de 2020

¡VEN A JUGAR...

 Ayer me llegó un sobre con la renovación de una de mis tarjetas bancarias.

Aprovechando el momento, estaba comprobando, en lo más frondoso de una alejada, muy alejada, higuera,  las condiciones e inspeccionando la tarjeta, que por primera vez me viene personalizada con una fotografía-ambientación, entre unas cuantas que me habían ofrecido previamente, cuando mis ojos, perdón, mi ojo, el que no es “fake”, dió con el año en el que expiraba todo el asunto, 2025, y automáticamente, mientras me caía del frondoso árbol,  me descubrí pensando un frío, lacónico y especialmente retador: “Eso, si llego”.

Tras mi sorpresa inicial, llegué a la conclusión de que ésto también es una de las cosas que nos ha traído el COVID-19.

Ahora, en realidad, todos tenemos una etiqueta de manipulación para el día en que caigamos enfermos. Y en la mía dirá que soy persona de alto riesgo y que me queda el final de un Telediario para ingresar en el "Club de los de 65”. Con lo cual, mi vida es ya como aquel “Gran juego de la oca”, que presentaba un Emilio Aragón todavía sin canas, ni nietos que llevarse a su espalda.

Depende de cómo caiga el dado de mi destino para ir a unas casillas u  a otras, y digámoslo, porque es el gran elefante que llenaba la sala y nadie quería mencionar, para que el final de nuestro juego, sea uno u otro.

¿Lo peor de todo? Que nadie te ha invitado a jugar, y que dure lo que dure la partida, al final… siempre pierdes.

Esperemos que en el ínterin (siempre digo que me encanta esa palabra, y por eso la utilizo) se consiga una vacuna fiable, y alejada lo máximo posible de dudas y prisas. Porque personalmente, este vecino del mundo, por ahora al menos, es de la opinión de que antes se la tomen otros valientes, si es que el destino me sigue admitiendo como jugador en “El gran juego de la oca”…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de octubre de 2020

SU CHASCARRILLO FAVORITO

 

Tenía un compañero de trabajo, hasta que un Ere nos separó (mandándonos a los dos a la calle por tener más de cincuenta y cuatro años), que cada vez que se sorprendía por algo solía decir eso de: Es para mear y no echar gota.

Pues eso es lo que está ocurriendo ya no solo en Madrid, sino en ese cortijo que es España..

Sinceramente, la mascarilla nos viene bien, y no solo con el coronavirus, sino para pasar la vergüenza ajena por todos nuestros políticos, y ese espectáculo que montan cada vez que se juntan en su oficina, conocida como "hemiciclo".

El día en que una vacuna, o varias, palíe lo que está ocurriendo, se debería de vallar España, y directamente convertir lo que quede de ella en un parque temático. Porque entre unos y otros, nosotros incluidos por nuestra inacción, la estamos poniendo en los mapas pero a nivel mundial.

Dudo que todavía queden extranjeros que puedan situar a España, y consecuentemente Madrid, en algún recóndito lugar de América Central o Sudamérica, porque un día sí y el otro también debemos de ser su chascarrillo favorito.

Todos creyendo que el riesgo de una próxima guerra estaba controlado, y no nos dábamos cuenta de que todos llevamos dentro un arma de destrucción total: el egoísmo, y ese "porque yo lo valgo y la razón es mía".

Ayer, domingo, salí a dar un paseo con la duda de que quizás sea el último, antes de que nos vuelvan a confinar, y además, esta vez, unos por malos, otros por inconscientes, y unos cuantos por mezcla de los dos casos anteriores, nos cierren con llave y la tiren al fondo del mar, matarile, rile, rile...

Se cerraría un circulo perfecto para aquellos que tienen la teoría, que ésta pandemia, en cierto modo, es la guerra que tocaba a nuestra “degeneración”. 

Y empalmando con la anterior guerra, nuestra guerra civil, y sus famosos “matariles”, esta vez no ha hecho falta el silencio de la madrugada, sino ha sido retransmitido, y sin duda en demasía, por esos notarios de la actualidad, conocidos como tertulianos,y que predicen el futuro cinco segundos después de que haya ocurrido.

Sólo se me ocurre una frase de amor entre tanta soledad: Belchite, mon amour, no aprendemos...

*FOTO: DE LA RED

sábado, 3 de octubre de 2020

ÉRAMOS POCOS....

 

¡Éramos pocos y esta semana se nos ha muerto Quino! Con Mafalda huérfana y sin el altavoz de su mentor, el mundo todavía es un poco más triste, y sin nadie que sepa analizarnos desde las pequeñas cosas practicando la filosofía en zapatillas, que siempre será la verdadera filosofía.

También hemos inaugurado Octubre y, tristemente, la mejor lectura que podemos hacer es que ya queda menos para terminar este annus horribilis, en el que te da miedo hasta quejarte, por si “la cosa”, la famosa cosa, empeora. Y no vamos a entrar en el juego preguntándonos en qué puede empeorar. Por la misma razón que tampoco nos podíamos imaginar desde la orilla de las navidades pasadas, el año que estamos teniendo.

Bien pensado, y volviendo al tema de Mafalda, quizás la podríamos enviar ahora a Madrid para que al más puro estilo Greta Thunberg saque los colores a las principales autoridades tanto del ayuntamiento madrileño como del ente autonómico e incluso del gobierno central.

Han estado mirando el guiso que estaba en el horno, y entre unos y otros seguían proponiendo recetas sin atreverse a sacarlo, y ver el resultado, hasta que el gobierno central ha movido ficha  y la presidenta de la Comunidad de Madrid, al más puro estilo Calimero, se ha quejado de que todos van en contra de ella. Y es que cuando uno se convence de que nadie le quiere, al final es muy probable que nadie le quiera.

Desde la ventana, y como diría Machado, Antonio, llueve y llueve, y no da ganas de salir a la calle a traer lo indispensable, mientras se le da unos cuantos pases de pecho a la Covid-19, que como el destino, seguro que se encuentra agazapada tras cualquier saludo de cualquier persona, o el hueco que apenas hace unos segundos ha dejado un ciudadano, convertido por este maldito virus, en algo así como un asesino en serie.

Tengo una duda: ¿Se va la semana, o simplemente huye?

*VIÑETA: QUINO

 

martes, 29 de septiembre de 2020

DESMONTANDO "LA GRAN FAMILIA"

 

Como se siga pidiendo/exigiendo disminuir la cantidad de personas para poder aceptar un grupo en nuestras terrazas, o reuniones familiares (ahora ya se ha pasado en varias autonomías de diez personas a seis), llegará el día en que los que tengan doble personalidad, no van a poder salir a la calle.

Ahora en serio, aunque lo anterior en cierta forma también lo era, más de una vez me acuerdo de aquella película española de 1962, dirigida por Fernando Palacios, La gran familia, la de la famosa búsqueda navideña del Chencho perdido, y sus dos secuelas.

Por de pronto este año en Navidades, y con la nueva normalidad, esa familia de las familias que quería el régimen de entonces, como mínimo iba a tener que organizar tres mini-saraos en sitios diferentes para las comidas y cenas en esos días, se supone, tan entrañables, y así poder cumplir la normativa de cada momento. Y eso, le sigue recordando a este vecino del mundo, las palabras de una Isabel Díaz Ayuso desatada, hablando de maneras de vivir de los migrantes, cuando en realidad los menos afortunados en esta sociedad actual, sólo se limitan a sobrevivir como pueden.

Y es que si algo nos está enseñando esta pandemia es, como en aquella serie de televisión,  que “nada es para siempre”. O como ese famoso chiste que nos contaban nuestros ancestros, al menos los de este vecino, de “cómo cambia la vida, AYER era sin hache, y sin embargo HOY la lleva”.

Aunque normalmente los cambios, siempre relacionados con esta dichosa pandemia, te van aligerando el equipaje y el poder económico.  Y ya hace mucho tiempo que más de uno se ha quedado con las vergüenzas fuera, y en este caso este blogger no se refiere sólo al ciudadano sufridor, sino al que tiene que tomar ciertas decisiones y todo le viene grande, menos la talla de su poltrona de la que no se quiere separar ni arrojándole el agua escaldada de la vergüenza torera, que ni tiene ni se le espera. 

*FOTO: DE LA RED


lunes, 21 de septiembre de 2020

UN VERANO VIVIDO PELIGROSAMENTE...

Entre histerismos pandémicos, bien ganados por otra parte por aquellos que siguen pensando que la noche nos hace a todos pardos, y esos otros que están convencidos de que ellos nunca se van a contagiar, se nos están yendo los últimos ramalazos de aquel verano que vivimos peligrosamente. Y que también nos ha hecho revisitar con envidia toda nuestra vida anterior.

Personalmente nunca hubiera creído echar de menos esos abrazos de los que siempre me he creído más bien remiso. Y también nos lo han puesto muy difícil para ese acercamiento personal que parece reforzar cualquier frase de carácter íntimo..

Ya solo nos quedan, y bien pensado no es poco, el juego de miradas entre mascarilla y mascarilla.

Todos estos casos que se van conociendo de negocios, que al presunto amparo de la noche convierten cualquier garito en sala de perdición vírica, cada vez me recuerda más, concretamente y para los más mayores, a aquella serie, Los intocables, ambientada durante la famosa “Ley seca”.

Siempre se ha dicho que tenemos derecho al pataleo para reivindicar ese famoso "qué hay de lo mío", pero cuando hay peligro mortal, y es obvio que lo hay, lo mejor es arrimar el hombro e intentar colaborar, aunque fuera por propio egoísmo, e intentar salvar nuestra piel y la de los nuestros.

Otra cosa ya es que nuestros políticos se han estado tocando, lo que se han estado tocando estos meses, entre ola y ola. Por mucho que nuestro querido presidente, Don Pedro Sánchez, siempre hable también, especialmente este sábado pasado en “La sexta noche”, e incluso se guste tanto, ya no cuela. Y eso que siempre nos intenta inyectar todo tipo de psicotrópicos a través de ese verbo tan florido con que la naturaleza le ha dotado.

Pero, ¡ojo!, que no se equivoquen los lectores, esto ya no va, desde hace mucho tiempo además, ni de izquierdas ni de derechas, sino de tener un poco de vergüenza, y arrimar el hombro entre todos para salir adelante.

Cada vez que recuerdo esa frase dicha esta semana pasada, por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, de que esto tiene mucho que ver con la manera de vivir de los migrantes, me avergüenzo de que otro ser humano haya podido decir esto, e incluso más de uno apoyarlo.

Al final, y bien pensado, es la misma pandemia la que está sacando una fotografía de nosotros, retratándonos en lo bueno y en lo malo, y la verdad es que, visto lo visto, no estamos quedando nada bien, ni en las fotos, ni en la vida diaria. Más de uno debería usar mascarillas del tamaño de sábanas para taparse entero…

*FOTO: DE LA RED

jueves, 17 de septiembre de 2020

DÍAZ AYUSO Y SU PROPIO JARDÍN

 


Algunas veces cuando estás en el jardín de encontrar un tema para desarrollar en el blog, hay veces que "tu yo" sale casualmente a tu encuentro de manera más bien inopinada. 

Hoy, hace unos momentos, cuando estaba intentando, de manera más bien teatral, poner los ojos en blanco, en mi caso ya solo me hace falta uno, porque el otro, y como mis seguidores ya lo saben, desde hace un año aproximadamente, me viene ya de serie, he sentido una especie de flash, en el que se juntaban dos conceptos, más bien dos imágenes, y la mezcla me ha resultado sino interesante, al menos inquietante.

Por un lado, la que siempre está de moda, o bien porque hace subir el precio del pan hablando de lo que sea, tiene un amplio registro, ha podido mover conciencias e incluso sentimientos que ella, sin ningún miramiento, y es muy posible que sin darse cuenta, ha terminado de aplastar, y no es otra que Isabel Natividad Díaz Ayuso, ya de nacimiento digna de un gran culebrón, el suyo. Y por el otro, ese personaje, más que infantil, naíf, y que claramente, decir su nombre ya es en sí mismo, un estado de ánimo, e incluso un síndrome: Calimero.

Nunca se ha sabido si Isabel Díaz Ayuso nació con gente que protestaba por ella, o si en su primera guardería, al ver varios niños llorando, ella ya se puso delante de ellos para sentir el poder, por decirlo de alguna manera, de tener gente en su contra.

Y es que este vecino hace mucho tiempo que llegó a la conclusión de que a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, recibir críticas, y cuantas más mejor, le tiene que poner, y mucho. Porque además, ni intenta moverse, ni, en cierta manera, enmendar los errores, para que quede patente que la sufridora es solo ella.

Este vecino está totalmente convencido, que el final de una aventura perfecta para ella sería el de “La vida de Brian” con el mismo Brian en la cruz, rodeado de un “coro” de ladrones, mientras silban ese impagable “Always Look On The Bright Side Of Life”.

Si no fuera por lo trágico que puede ser todo, sería incluso una escena brillante para ella, aunque de “su” Madrid solo quedara el recuerdo...


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miércoles, 16 de septiembre de 2020

¿PERSONAS, O PERCEBES?

Viendo la tele esta mañana, concretamente en La sexta, pero pudiera ser cualquier medio o cadena de televisión, estaban dando cifras, cada vez más altas, de personas con el Covid-19, que están siendo ingresadas en cuidados intensivos en cualquiera de nuestros hospitales.

No sabes, por la frialdad de los contertulios en comentar las cifras, rozando el hieratismo, si están hablando de personas o de percebes. Quisiera que, al menos puestos ya, fueran de los segundos, porque además en cualquier momento de esa cuenta, alguien pudiera hasta ascender a los cielos, como si de la carrera espacial  se tratara.

Cuándo se darán cuenta, los de los medios informativos, que toda información repetida machaconamente puede pasar de ser de ayuda a convertirse en cada una de las gotas malayas que  chocan machaconamente contra nuestro cerebro y convertirlas en motivos de histerismo, e incluso de cierta persecución psicológica.

En cualquier momento vas a abrir el frigorífico, y te va a aparecer Ferreras, metiéndote el dedo en el ojo mientras te da una colleja porque se ha enterado de que puedes tener un hijo que practica el botellón, y por supuesto tú eres el último en enterarte, lo mismo que pasa con los cuernos.

Desde que la OMS (Organización Mundial de la Salud) nos ha dejado claro que eso de saludarse con el codo nada de nada tampoco, hemos perdido el norte, y estamos más desorientados que un sordo en un congreso de espías, porque era lo único seguro que habíamos sacado de esta pandemía. 

Y lo de saludarse ahora con la mano derecha en el corazón, durante breves segundos al menos, te puede dejar con la mosca en la oreja, por sí a la otra persona le puede estar dando un amago de infarto, o puestos ya, de romanticismo, que incluso hasta pudiera ser peor, rayando con el terror, en una época en la que regalar flores, solo puede ser síntoma de que alguien desgraciadamente se ha ido al hoyo, ¿o no?.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 13 de septiembre de 2020

EL MONUMENTO DE LA SEMANA

 


Si habría que hacer el monumento de la semana a algo arrebatador, similar a salvar el ninot de todas las fallas, a algo que nos hubiera adelantado por la izquierda, por la derecha, e incluso por el centro, con una especie de editorial sencilla pero rotunda, es el de esa niña con la inocencia de su pequeñez, que en su vuelta al cole, hemos podido ver y oír en todas las televisiones, aunque ella proviene de la Comunidad Valenciana, cómo nos aleccionaba con ese “la vuelta al cole con mascarilla es un poquito peor porque no puedes respirar del todo bien, pero no pasa nada: es mejor eso que morirse".

Este vecino del mundo está convencido de que nuestra sociedad actual no podría hacer nada sin los famosos Polvos de Talco: nos escuece todo. Tenemos la piel expuesta siempre, especialmente desde que las noticias aparecen y desaparecen en cuestión de segundos, y esta semana en lugar de la famosa vuelta al cole pareciera que se hubiera organizado el también famoso “desembarco de Normandía” con padres atribulados no queriendo que sus hijos se convirtieran en héroes en un desembarco que fuera más allá de sus hijos entrando al patio de su colegio de toda la vida, pero con la amenaza del Covid-19, eso sí, que pudiera ser lanzado a modo de bombas por el peor de sus enemigos.

Mi madre, cualquiera de nuestras madres, nos hubiera recordado ese “ni tanto ni tan calvo”, difícil de explicar a cualquier guiri pero que para nosotros es tan rotundo como aplicar el freno de mano, plantarse, y decir eso, también rotundo de “hasta aquí hemos llegado”.

Y ha tenido que ser una niña, anónima por la misma mascarilla, para más inri, que nos ha recordado la inutilidad de quejarse cuando lo que te estás jugando no son ni galgos ni podencos, sino la vida misma.


*FOTO Y  VIDEO: DE LA RED

sábado, 12 de septiembre de 2020

PERDONARÁN SUS MERCEDES...

 


Esta noche estaba viendo “La Voz”, en Antena 3. Primer programa de esta temporada. 

Comienza a cantar alguien, por la voz parece una mujer. Son audiciones a ciegas, y algunas veces la realización nos hace sentir la sensación de los coaches negándonos que veamos quién canta hasta bien pasado un rato de la canción. En este caso concreto, toda la actuación. Comentarios de los coaches: la voz de la chica es igual, igual, que la versión original. Normalmente suelen preferir que tengan carácter propio y hagan versiones. Nadie se da la vuelta.

Termina su audición, y ... Era Mercedes Ferrer, que en realidad era el original de una canción, “Vivimos siempre juntos”,  que grabó con Nacho Cano, su autor, y que en tan solo la primera semana, en su momento, vendió trescientas mil copias. Ella, Mercedes, se va a casa, y ellos aunque no lo han reconocido, cura de humildad y a otra cosa, mariposa. Eso sí, Alejandro Sanz, con mucho oficio, agradeciéndole lo mucho que ha hecho por la música en España, y por estar ("ya no" le tenía que haber respondido Mercedes) en el programa…

Normalmente en estos concursos, el proceder de este vecino del mundo suele ser, ver las primeras semanas, las conocidas como “audiciones a ciegas”, unas siete semanas más o menos, y luego si me encariño con algún cantante le doy al programa alguna otra oportunidad. Y es que la música, y su arte asociado, es de las pocas cosas que están fuera de toda duda en este mundo.

Luego el programa se convierte en una verdadera escabechina. En las audiciones a ciegas, todos los coaches practican la seducción, y cada uno quiere llevarse al artista, o artista en ciernes, al huerto, o al catre, pero en la siguiente fase, cada coach tiene que hacer limpia de sus pupilos. Y ahí ya de lo prometido hasta metido, no me acuerdo, no me acuerdo. En casos como con Alejandro Sanz, en que gran parte de los participantes eligen estar con él, la calidad desperdiciada suele ser más que evidente.

Otro de los asuntos que no me gustan es que, normalmente, cada jurado no sale de su zona de confort. Opina de lo que entiende, se moja de lo que practica, que es comprensible… El problema es cuando aparecen voces “especiales”, la mayoría relacionadas con la lírica, y que objetivamente sabes que al que estás oyendo tiene buena voz, y lo está haciendo muy bien. Existen muchas posibilidades de que nadie lo elija, y que se tenga que volver por donde ha venido. Porque ellos, los coaches, son incapaces de ayudarles preparando sus futuras actuaciones. Ponerse como un pavo para seducir al concursante y que se vaya con él, es más fácil que luego darlo todo para que ese concursante salga adelante.

Y ahí estamos. Viendo un programa que, al menos las primeras semanas, está claramente rodado antes de la pandemia, y acabamos de cumplir seis meses.. Aunque no han aclarado nada en los días de su lanzamiento, es más que evidente.

Lo que viene siendo un programa de la máxima actualidad, y en el que sus mercedes (escrito y leido con recochineo), los coaches, han recibido una cura sino de humildad, sí de realismo puro y duro. 

*FOTO: DE LA RED

viernes, 11 de septiembre de 2020

LA JUERGA ES LA JUERGA




Antes de nada, decir a todos aquellos que se han mostrado muy preocupados por no saber nada de mí durante varias semanas, que afortunadamente, esperemos que para la mayoría, sigo vivito y coleando, por supuesto menos de lo que uno quisiera, pero ya a ciertas edades lo que no se hace con frecuencia se ha de tomar como un reto para volver por la senda de la normalidad. 

Y no, me niego a decir lo de “nueva normalidad”, porque eso significa reconocer que nos han estafado  y además tragamos con ruedas de molino, mientras sonreímos abiertamente al futuro.

Y este vecino del mundo siempre tendrá la esperanza de volver por los terrenos del ayer, cuando sabíamos que no éramos felices, pero no nos conformábamos.

Ahora lo de la nueva normalidad parece asemejarse a aquel famoso “jodidos pero contentos”. Y personalmente, al menos, puedo estar de todo, menos contento, y además que intenten que trague la hiel con una sonrisa por lo de "la nueva normalidad".

Si un día estuviste profundamente enamorado y en la gloria, luego cualquier sucedáneo ya no vale en nombre del amor. Pues eso es lo mismo que lo que te piden en aras de  la nueva normalidad.

Ni tienen el mismo sabor las galletas que ahora se hacen utilizando el nombre de marcas de hace muchos años, ni la nueva normalidad nos va a hacer olvidar lo que la pandemia y la gestión de los políticos se llevaron.

Si siempre me ha parecido que los políticos tocan de oído y de cara bien dura, lo de estos meses no diría que es una mezcla de guion de Berlanga y Azcona, porque desgraciadamente los políticos de ahora no tienen ni talla intelectual ni la categoría. Los guiones serían de un nivel, y lo siento por los ejemplos que voy a poner porque en realidad no se merecen verse mezclados en ésto, pero serían algo así como , un “collage” de “Loca academia de policía” y Manolo y Benito en “Manos a la obra”especialmente cuando hablamos de los chanchullos de blanqueo de dinero.

A ese nivel, el del suelo, hace tiempo que nos dejaron a todos, y ahí estamos intentando levantarnos mientras nos pueden atropellar cincuenta vecinos que salen de un piso donde han estado celebrando el cumpleaños de alguien que seguro que más de uno de los que ha esto en el convite ni conoce, ni se ha planteado conocer. Porque nosotros también, como ciudadanos tenemos lo nuestro.

Pero ya se sabe: la juerga es la juerga, y lo peor que te puede pasar es que te llamen “negacionista”, y eso, como coartada al menos, o incluso como pasaporte, es original.

*FOTO: DE LA RED


sábado, 22 de agosto de 2020

TODO EL BOSQUE ERA...

 

Leo en “El País” que los niños con coronavirus portan mayor carga viral que los adultos. Aquí si que viene a huevo lo de “pequeños pero matones” o “bombas de relojería”.

Ahora, cada vez que vea a alguien con un cochecito con un bebé dentro, como en la típica película en la que sabemos que van a poner una bomba pero no cómo, mi mente automáticamente le pondrá los efectos de sonido de un reloj grande de pared. ¡Acojonante!

Cada vez está más claro que en lugar de ir hacia adelante, retrocedemos más que un cangrejo con prisa. Durante el encierro, en plena pandemia, a las autonomías, así en general, se les llenaba la boca pidiendo total autonomía para dictar sus propias normas. Ahora, quien más quien menos pide otra vez mando único.

Y es que aquí no puede ocurrir, como en la mayoría de las catástrofes, echarle la culpa al conductor muerto, que no se puede defender. Por eso, siempre es preferible señalar al de arriba, o sino se puede, a algo un pelín abstracto, como ahora a los jóvenes. Este vecino del mundo no quiere decir que los jóvenes lo pudieran hacer mejor, mucho mejor incluso.

Pero los políticos son como los magos: siempre te hacen mirar hacia otro lado, para que no les descubras el truco.

Particularmente este vecino cree que los políticos, nuestros políticos, desde que terminó el estado de alarma no han hecho nada para enmendar los errores anteriores, solo paripés públicos, como siempre. Pero, ¡ojo!, todos oímos las palabras del Señor Pedro Sánchez anunciando a bombo y platillo que habíamos vencido a la pandemia. Y como decía un amigo, creímos que todo el bosque era “orgasmo”, y nos está yendo así, de gatillazo en gatillazo, o lo que es lo mismo, un auténtico asquito…

*FOTO: DE LA RED

 

viernes, 21 de agosto de 2020

LOS NUEVOS DIOSES

 

Como hubiera dicho nuestro gran filósofo “Chiquito de la calzada”: “La cosa está mu mala”.

No se puede decir otra cosa, ya que nuestro antiguo héroe, Fernando Simón (siempre me acordaré, porque me llegó al alma, a aquel joven que se tatuó su rostro en la pierna), como si estuviéramos en un relato clásico, griego por ejemplo, ha tenido que pedir ayuda a los Nuevos Dioses, a los “Influencers” para ver si nos quitan la venda que nos tiene atrapados, y no nos deja ver la cruda realidad de un virus al que ya tenemos a apenas un centímetro de nuestro rostro, como la celebre imagen de una Sargento Ripley literalmente enfrentada a Alien.

Mal, muy mal están las cosas, cuando si entras en Twitter, y ves las preocupaciones de la gente menuda, y esperemos que no menuda gente, en su forma de “Trending Topics”, aparecen nombres como Pocholo, Marta López, Loquillo, Makoke… Éstos seguramente no pueden ser considerados “influencers”, pero como mínimo serán muy “amiguitos” de ellos, que lo mismo da.

Intentando contrastarlo con la realidad de la calle, esta pasada noche, y dando un paseo por una de las muchas avenidas marítimas que tenemos, encontrar una mascarilla entre los sentados en las terrazas, más que difícil se hacía utópico.

Y es que ya sabemos eso de que “el bicho existe pero seguro que no se va a fijar en mí porque yo soy el “prota” de mi propia película, y todo les pasa a los demás”.

Entre anuncio y anuncio, de maquinillas para las piernas, o de qué ropas, o maquillaje se lleva, esperemos que los nuevos dioses tengan un momento para hacer algo benéfico, es decir, sin cobrar, y digan a sus súbditos que se pongan a buen recaudo del Covid-19. Más que nada, porque de otra manera se van a quedar sin sus potenciales clientes.

A la fuerza ahorcan…

*FOTO: DE LA RED

 

 

miércoles, 19 de agosto de 2020

ABEL CABALLERO Y... LOS PITUFOS

 



Más de una vez para saber si algo está bien o no, y ya lo he comentado previamente desde esta atalaya, lo mejor es elevarlo a la máxima potencia. Y algo parecido me ha ocurrido hoy al ver a Abel Caballero, alcalde de Vigo, dando el pistoletazo de salida a la colocación de las luces de Navidad, sí, en pleno agosto.

Es un hecho que la economía de Vigo estos últimos años ha debido de sufrir un gran empujón al llegar las fiestas navideñas con el show que se monta el alcalde promocionando “su” decoración, más intergaláctica, que navideña.

La prueba es que en años anteriores, en los días álgidos de la Navidad, por lo que dicen, no podías encontrar plazas hoteleras en la ciudad.

Personalmente, a este vecino del mundo siempre le ha parecido, el Señor Caballero, más personaje que persona, estar más cerca de la histeria que de la historia, porque siempre le he encontrado un pelín, como un tronco de secuoya, pasado de revoluciones. Como esos discos a los que les pones a tanta velocidad que lo que consigues es… encontrar a Los Pitufos.

Hoy en el informativo de las tres de la tarde, el Señor Abel Caballero con su promoción de sus luces navideñas, ha conseguido que tuviera la sensación de estar viendo unas imágenes pornográficas. Y no era ni el momento ni el lugar…

Y es que tal como está el panorama actual no es de recibo malgastar, no el dinero, que por supuesto también, sino tiempo, esfuerzo y calorías, en algo que no sea ayudar a sus vecinos a pasar estos malos momentos. Sin embargo, estamos en una época en que lo que triunfa sobre la lógica es la ilógica rozando la astracanada: Fiestas para infectarse con el coronavirus. “Videntes” cantantes que convocan a sus simpatizantes con discursos negacionistas, que cuando les pones el micrófono para que expresen sus ideas, convierten su manifestación en “el club de la comedia”, por supuesto, sin la más minima intención de hacerlo.

No me extrañaría, a este vecino ya no le extraña nada, que estas navidades estuviéramos todos confinados otra vez, y que en Vigo, a las ocho de la noche, las luces navideñas aplaudan a la gente en sus balcones...

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viernes, 14 de agosto de 2020

UN VERANO SIN SERPIENTES NI PARPADEOS

 

Este verano, como ya prácticamente todo en este año, es atípico.

Otros años era acercarse el verano y parecía que todo se ralentizara, incluidas las noticias de calado para los periodistas que, por decirlo de alguna manera, quedaban de guardia. De ahí el nacimiento y consolidación de la serpiente de verano

Este año no hace falta ese recurso, el de inventarse la noticia, o maquillar convenientemente un rumor, porque en lugar de ralentizarse los acontecimientos, se podría decir esa célebre frase, “si parpadea, se lo pierde”.

Que en Galicia han creído conveniente prohibir el fumar dónde no pueda haber la ya famosa distancia social, y que conste que este vecino del mundo nunca ha fumado, pues a muchas autonomías les está faltando tiempo, para apuntarse al carro.

Llámenme malpensado, pero es que ese tipo de ideas, en las que tiene que ponerlo todo el sufridor de a pie, siempre cuestan menos que, por ejemplo, contratar “rastreadores”. Y sino que se lo pregunten a Díaz Ayuso, que se le ha puesto el cuarto y mitad de rastreador por un buen pico, eso sí, yendo a lo privado, ya que el “pueblo”, así en general, no les quiso ayudar “by the face”, o traducido al castellano, “por la patilla”. Y de los seiscientos-ochocientos rastreadores más que necesitaban para el porcentaje que se supone sería el indicado en Madrid, han fichado a 22. A lo mejor, o a lo peor, alguien de su equipo se ha confundido y pensaba que tenían que formar un equipo, sí, pero de fútbol.

Por cierto, los últimos, por ahora, en quejarse es el gremio de “las cerveceras”. Y es que, claro, la falta de millones de turistas que no están acudiendo ni a nuestras costas, ni a nuestros bares, se tiene que notar, especialmente esos británicos de tripa en forma de barrica.

Esperemos que ahora no nos publiciten (como lo de viajar por dentro de España, que machaconamente nos lo dictan en los anuncios de la tele) que tenemos que beber por nosotros y por los que no han venido, porque entonces no acabaremos con la mascarilla colgando de una de las orejas, a modo de media asta, sino que nosotros colgaremos de la mascarilla enganchada al grifo de la cerveza,  y no metafórica sino realmente.

No nos va a dar nuestra vida en cumplir con nuestros múltiples, y cada vez más, deberes cívicos...

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lunes, 10 de agosto de 2020

HAN PASADO DIEZ AÑOS...

...Y ya han pasado diez años del comienzo de este blog, A TROCHE  Y MOCHE, cuando este vecino del mundo se liara la manta a la cabeza, o bien porque la manta no fuera muy grande, o este vecino fuera un cabezón, que quizás haya más de la segunda opción, como buen tauro que es. No voy a decir que parece que fue ayer, porque al menos votar, lo que se dice votar de ir a las urnas, hemos ido una "jartá".

Siempre se ha dicho eso de que el que no llora no mama, y la verdad es que en A TROCHE Y MOCHE no somos de llorar, pero sí de edulcorar con ironía todo aquello que nos resulta, por ejemplo, chocante, aunque nos lo quieran vender como de normalidad muy normal.

Incluso mucho antes de que nos imagináramos esta nueva normalidad, que podrán pasar otros veinte años, pero este vecino del mundo ni se hace ni se hará con estos nuevos hábitos, y no estamos hablando ahora de la mascarilla, que como la hemorroide, si hay que llevarla, pues eso, se lleva. Y más, si nuestra vida depende de ello.

Parece que diez años no son nada pero a algunos, y no quiero señalar, les ha costado casi la mitad, fundar un partido político,  y a los que sobreviven en el candelabro de su día a día, parece que les va muy bien,  y aunque no quieran dejar a nadie atrás, digamos que ellos van delante.

Mucho se habla ahora de la segunda ola, esa que se supone nos va a arrasar con el mismo virus que ya nos ha atropellado previamente, y que nos va a volver a vapulear por muy listos que siempre nos creemos. Pero para ola que nos ha mareado hasta la extenuación, es la de lo políticamente correcto.

Ya no se puede decir nada porque alguien se va a dar por aludido, y lo menos que te van a llamar es facha. Este sábado, sabadete, le ha tocado el turno de ser apedreado a José Sacristán, que lo único que ha hecho ha sido ejercer el poder de responder a una entrevista en televisión.

Y si te preguntan qué opinas del emérito pues respondes, y si luego hacen lo mismo con la figura de Pablo Iglesias, pues respondes también, por muy simpatizante, y aún diría más, comprometido con el Partido Comunista en años complicados. Un señor que solo cuando ha sido preguntado, siempre ha respondido con verdades como puños. Y hoy hay gente que le está llamando payaso, como si ser payaso, fuera algo malo. Y es curioso, no se quejan de su opinión sobre el emérito…

Muchos se lo deberían hacer mirar, porque ser de izquierdas, o de derechas, no debería implicar quedarte ciego de lo que no quieres ver en tu lado.

En A TROCHE Y MOCHE después del pedacito de tarta, que somos muchos para comer y el de siempre a pagar, seguiremos ejerciendo nuesto poder de no callar, que tal como está el patio, no es poco.

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domingo, 9 de agosto de 2020

¿REALIDAD O PARODIA?

 


Tal como está el panorama de reiterativo en tantas cosas, y me levanto con unas imágenes, en las redes sociales, grabadas con teléfono móvil durante un concierto, en el que el grupo Taburete, concretamente Willy Bárcenas, sí, el mismísimo hijo de su padre, anima al personal a quitarse la mascarilla.

Ahora me imagino que todo terminará como lo del disc-jockey escupiendo alcohol o lo del emérito en su momento: Lo siento mucho, no volverá a ocurrir.

Por cierto, siempre se ha dicho eso de que “la policía no es tonta”, y realmente no lo es, pero digamos que desde que existe el teléfono móvil, prácticamente no se escapa nadie de ser grabado, por decirlo de alguna manera suave, en su momento de insensatez al margen de que luego pueda ser punible o no.

En otro orden de cosas, en un agosto que no lo conoce ni la madre que pare veranos, se están dando y se seguirán dando las no-fiestas. A este vecino del mundo hay algo que se le escapa. Al parecer, no queremos que la gente se altere, pero tampoco queremos que se esté quieta.

Ahora le toca a la no-fiesta de la Semana grande donostiarra. No se hace un programa de fiestas por aquello de la pandemia, pero se crea un programa alternativo. Al más puro estilo de: sexo no, bueno, solo la puntita.

Lo más triste es llegar a ser parodia de uno mismo (gigante o cabezudo que lo mismo da), y muchas veces lo conseguimos. Y para más inri, sin ningún esfuerzo, ni pudor.

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lunes, 3 de agosto de 2020

¿QUÉ HAY DE LO MÍO?

Siempre que llegamos a estas fechas, comienzos de agosto, tengo la sensación de que lo que queda del año, y son cinco meses, casi la mitad, ya es pan comido, y nos plantamos en Navidad sin apenas despeinarnos. Y es que en mi mente siempre se dibuja una bajada con una pendiente, en realidad no se por qué, de infarto.

Creo que en el fondo tiene mucho que ver que ya anuncian la venta de la lotería de navidad y te hace pensar en el tema, pero es que este año por estar como estamos, entre la Corinna y el Corona se me ha pasado el año con la intención, así en general, de querer escribir algo, y solo me ha dado tiempo a calentar el bolígrafo.

En un año en el que prácticamente se ha suspendido todo, y hemos suspendido, visto lo visto con el comportamiento de muchos, la mayoría, al llegar al final de año, cuando se haga resúmenes de todo, solo va a ver, iba a decir un tema, pero no, habrá dos: el coronavirus y el emérito. En una especie de reedición de La bella y la bestia, en el que cada uno se puede montar el cuento según simpatías o fobias, que lo mismo da.

Está siendo un año para olvidarlo pronto, pero precisamente por eso creo que debería ser un año para enmarcarlo, y ver el comportamiento de todos, especialmente el de la clase política, que una vez más, y en momentos angustiosos para muchos, con negocios que están en un tris de echar el cierre, sólo se preocupan, la clase política digo, de qué hay de lo suyo. Y en eso izquierdas y derechas es igual.

Me viene a la mente una palabra que ya por ser poco usada, diría que me remite a mi niñez, comienzo de los sesenta, a la de los tebeos a estrenar los domingos y fiestas de guardar con la paga.  Y esa palabra es “pedigüeño”.

Nunca había pensado en el tema, pero tenemos una clase política repleta de pedigüeños, en la que no saben dar soluciones, pero eso sí, lo de pedir se les da muy bien. Y como he dicho antes, eso no es cuestión ni de izquierdas, ni de derechas. En eso todos son iguales. El famoso “qué hay de lo mío”, o como diría la juventud que en eso es siempre más clara, y con perdón, con mucho perdón, “mi culo primero”. 

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