Afgano, mi bichón frisé, tiene la mala costumbre de comer hierbas, y muchas veces le producen vómitos. A este vecino del mundo algunas veces le ocurre algo similar, no con hierbas, evidentemente, sino que leer algunas noticias, le hacen brotar lo malo que lleva dentro. Hoy, por ejemplo, ha leído en el periódico, que tres de cada diez vascos no consiguen ahorrar nada a final de mes. Solo ya le falta conocer a los otros dos de su terna, para preguntarles si ellos llegan a final de mes. Porque verdaderamente, esa es realmente la madre del cordero, llegar a final de mes. Y es que uno puede no ahorrar porque tiene la mano muy suelta, y como se suele decir “vive al día”. Aunque es más que probable, que eso ya ha pasado a la historia. Porque aquel que por elección vivía al día, habrá aprendido de experiencia ajena, o como se suele decir, habrá visto las orejas al lobo, y ahora guardará por si acaso.
Quizás, y haciendo un símil
con el sexo, nos están metiendo las noticias, las malas noticias, con vaselina,
y probablemente la noticia real pudiera ser algo así como que “tres de cada
diez vascos que trabajan no llegan a final de mes”.
A nadie se nos escapa que en
periodo electoral o próximo, se inflan las cifras positivas, e incluso aunque
estemos en época de crisis, si nos descuidamos nos cuentan que seguimos atando
los perros con longaniza, porque aquello
de que nacer con el pan debajo del brazo ya no cuela.
De todas maneras, en el ambiente todavía se nota, como dirían los modernos, un mucho de “postureo”, se intenta seguir alternando aunque sea con litronas, y los bares y restaurantes hacen amagos de bajar precios con el pintxo-pote (tapa y vino, o zurito), o con el plato del día.
Precisamente ayer este vecino comprobó en un bar, que ofertaba a bombo y platillo, y nunca mejor dicho, plato del día con vino y postre por siete euros. Postureo por parte de la patronal de que bajan precios, porque siete euros por un plato no es alarde de nada, y postureo por parte del consumidor que si quiere vender su imagen de no sufrir ningún cambio en sus costumbres, lo puede seguir haciendo, pero en el pueblo de este vecino a eso le llaman “engañabobos”.
Esas tres personas del
estudio con el que hemos comenzado, nunca más van a llegar a poder ahorrar, porque no se pueden sacar peras de un olmo que entre gobierno, oposición, banqueros y empresarios, nos
han plantado. Están inventando el ganar menos y el gastar más, y si eso hubiera
sido posible hace mucho que se hubiera logrado.
Seamos claros, esos tres del
estudio no es que no ahorren porque no quieren, sino porque como decía mi padre
hablando de la época del hambre, las están pasando putas. Basta ya de noticias
vaselina. Si estamos en época de recortes no conviene gastar en vaselina
tampoco, porque a la postre la realidad es la que es, y cederemos, en todos los
aspectos, lo que tengamos que ceder. Pero que no nos vendan un futuro acordeón,
que se anche y que se estreche a conveniencia de épocas electorales.
Solo se es virgen una vez, y
a nosotros, obviando nombres, el destino, ese “algo” tan abstracto, nunca nos ha hecho el amor, si no que nos ha
jodido.
Lo dicho, y ya perdonarán, algunas
veces a este vecino del mundo le pasa como
a su perro, hay cosas que le sientan mal, y suelta todo lo que lleva
dentro.
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED