¡Nunca me había pasado!
Como los seguidores de este vecino del mundo ya saben,
soy un amante del cine, y como mi poder adquisitivo, con esto de la crisis es
menor que el de un niño de cinco años, me tengo que conformar, la mayoría de
las veces, con ver cine por televisión, que no es el mejor de los panoramas.
Ayer volví a ver, “revisar” dirían los pedantes, esa gran
película que es “Hannah y sus hermanas”, de un Woody Allen más ácido,
irreverente y juguetón que nunca. Y como ya avanzaba en la primera línea, nunca
había sentido la sensación que tuve ayer.
En realidad, fue como volver a ponerme un abrigo que no
había usado desde 1986, fecha en que ese film se estrenó en España. Y en él, en
esa prenda, se habían quedado impregnados sentimientos y recuerdos de aquel
momento. Y el cómo sentía la película y sus personajes entonces, y poder compararlo con el "ahora".
Especial mención a Michael Caine y a su personaje, marido
de Hannah (Mia Farrow), Oscar al mejor actor de reparto. Ni que decir tiene que
soy un seguidor suyo desde hace muchos años. Y leer su personaje desde la
perspectiva de mis, entonces, recién estrenados treinta años, y de los sesenta
de ahora, no tiene nada que ver.
Lo que antes podía entender como “inquietudes” de alguien
que se considera así mismo como culto y cultivado, ahora solo lo he podido ver
como un cobarde y un desertor que ante una buenísima persona y una auténtica joya como es su
mujer, no duda en sacarle unos cuernos como los de un Miura, nada menos, además, que con
su hermana (papel interpretado por una Barbara Hershey que llevaba ventaja al
basar su personaje en el terreno de la hippie que siempre llevó dentro).
El problema que desde hace unas pocas semanas llevaré por
siempre cada vez que piense en Michael Caine, es esa salida del armario que con
relación al Brexit se convirtió en un sólido defensor para “salirse del
continente”. Que con su pan se lo coma. ¿Que eso no tiene que ver nada con su
faceta de gran actor? Él mismo aprovechó su imagen para arrimar el ascua a su
sardina. Y ya se sabe que las sardinas huelen mucho, y él llevará por siempre
impregnado ese peculiar olor. Lo dicho, que con su pan se lo coma…
Como gran cineasta y artista, las fronteras, en el caso de
Woody Allen, entre su vida y su trabajo son tan difusas como para rodar en el
piso de la familia de Mía Farrow mezclando realidad y ficción, utilizando para
ello actores/personajes que son tan reales como la mismísima madre que parió a
la entonces pareja del Señor Allen, Maureen O'Sullivan. E incluso durante esas
comilonas del Día de acción de gracias, esos niños que llenan todos los
espacios, y que es la familia real de Mrs. Farrow.
En realidad, aunque el Sr. Allen en la mayoría de sus
películas se interpreta así mismo, en Hannah encontramos al Woody más Allen que
nunca, todo dudas e histerias que le ayudan y perjudican en sus trabajos.
Especial mención merece también la tercera hermana, y no
por eso la última, de Hannah, interpretada por una Dianne Wiest (en su mejor momento
de esa especial belleza que siempre ha tenido) que nunca le ha podido sacar más rédito a sus
colaboraciones con Mr. Allen, ya que tiene dos Oscar como “actriz de reparto”,
y los dos con él (precisamente en “Hannah y sus hermanas”, y en esa también
gran e hilarante película como es “Balas sobre Broadway”).
Totalmente convencido de que muchas de las anécdotas que
se cuentan/intuyen de esa familia de Hannah y de los problemas que pueden venir
de gente que siempre se ha dedicado al espectáculo, en su momento se las confesó su pareja, y a éste le faltó tiempo
para que formaran parte del “atrezzo” que da más vida y realidad a una historia
que siempre quedará ligada a un Nueva York más Allen que nunca, y a todos los
espectadores que entramos en casa de Hannah, y por siempre nos
quedaremos a su “abrigo”.
Por cierto, y ya para terminar, la historia y su "look" han resistido al tiempo mucho mejor que, desgraciadamente, la mayoría de sus espectadores.
Por cierto, y ya para terminar, la historia y su "look" han resistido al tiempo mucho mejor que, desgraciadamente, la mayoría de sus espectadores.
*FOTO: DE LA RED