martes, 21 de marzo de 2017

LA PUNTA DEL ICEBERG DEL TODO VALE

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Estamos en una época, llevamos ya varios años, en el que, como diría un mecánico: estamos pasados de vueltas. Del "cómo me dice" pasamos al "no me lo dirás en la calle", del "qué tal se encuentra" al "y a usted qué le importa".

Lo de este fin de semana, unos padres pegándose durante un partido de fútbol, del Alaró y del Collerense, categoría infantil, 12 y 13 años, en el pueblo mallorquín de Alaró, es sólo la punta del iceberg de una época en la que todos creemos saber todo, y tenemos ya la espita de nuestro gas tan cedida con todo lo que vemos en los medios de comunicación de políticos magos, con truco, mucho truco, y caras aùn más duras, que una ligera chispa nos hace explosionar antes de que nos den a nosotros. Ya no se lleva lo del poner la otra mejilla.

No conviene olvidar que una de las generaciones que conviven ahora es "la del pelotazo", la del yo primero, segundo y tercero, y tú a pagar porque yo soy el más listo. Y los demás, como los toros, aprendemos cuando nos torean, y nos proponemos que no vamos a soportar ningún
capotazo de más. Todos conocemos, eso se dice, nuestros derechos, pero muy pocos recuerdan nuestros deberes. Y ésto se nota muy mucho si nos pegamos unos largos paseos, es un decir, por nuestros hospitales.

Muchos enfermos, y familiares especialmente, confunden una estancia hospitalaria, con unas vacaciones "todo incluido". Y si les intentas aclarar el error, enseguida te recuerdan eso de que "son ellos los que te pagan".  Eso, sin necesidad de recordar, de la necesidad urgente, cada vez más frecuente, de pegar al médico, a la enfermera, o a cualquier personal sanitario...

Todos sabemos, y cada vez más, que por la vía legal no es que vamos a seguir igual que siempre, sino que poco a poco iremos a peor, como el dinero de los jubilados, por eso todos tenemos claro que vamos a necesitar la ayuda de un destino más que bondadoso, o un hijo que nos saque de pobre en la lotería del estrellato en el fútbol. Y si por eso tenemos que dar un mandoble, nos despeinamos, y defendemos la honra de nuestro hijo, aunque todavía nuestro hijo no conozca el concepto de honra.

De todas maneras, y bien visto, tampoco hay mucha diferencia entre defender el futuro pelotazo de nuestro hijo, o el seguir votando a un partido político que si por algo se está destacando últimamente, es por pasarse casi más tiempo en los juzgados, que en el Congreso. Y la vigencia, desgraciadamente, de ese pensamiento máximo que parece perdonar todo: Tú, si pudieras, también lo harías.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 19 de marzo de 2017

EL DÍA DEL PADRE Y EL SÍNDROME ROBINSON


Doce del mediodía del Día del Padre, y todavía nadie de mi entorno ha reparado en que yo lo soy. 

Recuerdo esa frase de que "siempre se sabe quién es la madre, pero no el padre", y prefiero no decir nada  por aquello de no recibir sorpresas a destiempo. Sin embargo, no puedo ocultar la certeza de que ésto aplicado al Día de la Madre no  hubiera ocurrido nunca. Al menos desde aquella vez en que hubo bronca y morros de entrantes, de segundo plato, y postre. Y eso, sin reparar en lo duro que estaba el sofá por las noches... 

Porque, claro, los hijos son de los dos, pero en un tan flagrante fallo la culpa siempre, y en una proporción mayúscula, es del padre por no haber preparado el terreno para que los hijos se acordaran, tanto del día como del regalo.

Ya me lo estoy viendo venir. Al final, y tratando de disculparse, me dirán eso tan manido de que en realidad es solo algo "inventado" por "las grandes superficies". Así, en plural, para que las responsabilidades se diluyan en el anonimato...

No tiene nada que ver, pero convendrá ir pensando en hacer testamento, y enterándome de que, como ahora ha cambiado la legislación, si puedo dejar "mis cosas" sin guiarme por meros vínculos de sangre, que a la postre parecen no importar en demasía.

En estos momentos, y no es por casualidad, recuerdo una conversación con Michael Robinson en el programa "La ventana", de la Cadena Ser, del cual es él colaborador todos los lunes, y que hace no demasiado tiempo contaba a los oyentes, que el sigue siendo inglés por cuestiones de "testamento", ya que un británico puede dejar su herencia a quien él quiera, sin vínculos de sangre. Y aprovechando su ironía habitual, dijo que, y son palabras textuales: quiero que mis hijos me quieran, y mucho.

Me parece que a partir de hoy va a quedar inaugurado un nuevo síndrome: El síndrome Robinson, y este vecino del mundo ya es un sufridor declarado, y crónico.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 17 de marzo de 2017

AÍDA NÍZAR, SEÑORA O SEÑORITA



Antes de nada, y dirigiéndome directamente a todos mis seguidores más fervientes, decirles que de lo que hoy voy a hablar, en realidad no me apetece nada, especialmente por ser quien es. Sin embargo este vecino del mundo va a hacer un esfuerzo porque dejar que, en este caso, una “individua”, campe a sus anchas, sin remarcar lo que hace, por cansino, o porque ya, desde hace mucho tiempo, forma parte de nuestro panorama televisivo, es darle una especie de patente de corso que no se lo merece.

Hablo de Aída Nízar, , esa, primero, concursante de un Gran Hermano, en su época de “experimento sociológico” que nos apareció con ínfulas de tele-predicadora, procedente lejanamente, según ella se encargó de que rodara el bulo, de las huestes de un importante partido político de nuestro país. 

Aunque no resistió la primera nominación, nunca lo hace, y se tuvo que ir por dónde vino, la Señorita Nízar se dio cuenta del nicho que había en una televisión con tendencia al espectáculo, aunque sea lamentable, y en la que no importa la verdad, sino gritar más que nadie, y ser diferente aunque sea impresentable. Y poco a poco, se fue introduciendo en el “Canal Alegre”, pero, ¡ojo!, no sólo ella, sino su familia, a modo de un "spin off" muy singular.

Lo triste, y nunca mejor dicho, es que aquellos tibios lodos, trajeron estos barros, y la Aída Nízar a la que se llama este año, y anteriormente en Supervivientes, es ya una marca usada cuando un programa está más dormido que las cuatro de la tarde en época veraniega.

La Señora o Señorita Nízar, por aquello de no querer de ningún modo ofenderla, es una especie de eco papal, hablando siempre en tercera persona, que no necesita megafonía ni nadie que le ceda la palabra, porque a la primera que puede, la secuestra.

Este vecino recuerda que tan solo hace una o dos semanas, el hermano de otra de las concursantes, se quejaba amargamente al presentador del evento, Jordi González, de que “no todo vale”. Y ante la extrañeza de muchos, entre los que me incluyo, le respondió, en mi opinión echándole mucha cara, que qué puede hacer él.

Entre otras cosas, y en nombre del programa, no haberle metido por la retaguardia, o como se diría en mi pueblo, “por cojones” una segunda vez bajo la manga ancha llamada “repesca”, con una clarísima licencia para matar, haciendo caso omiso,  por parte de la cadena, de la cantidad de dinero que muchos se gastaron, para intentar olvidarla.

Aída Nízar, Señora o Señorita, delicatessen o fast food, es la prueba andante de que muchas mentiras repetidas muy alto y frecuentemente, cunden a cierto sector que sigue rellenando el paisaje y el contenido de otros programas de la citada factoría disfrazada de canal televisivo.

Lo de estos días, y los seguidores del programa lo tienen que admitir “al pie de la letra", se ha convertido, y no se puede decir de otra manera, en una auténtica MIERDA (defecando en el suelo de los servicios). 

Es el ejemplo fácil de un dinero, no diría que ganado fácilmente ya que la “show-woman” (siendo  muy caritativo con ella) no para en ningún momento en que la cámara no solo le apunta, sino que le perfora hasta sacar un primer plano de sus entrañas y de su mala baba.

El problema viene cuando se apagan las luces del espectáculo, siempre lamentable, aunque suba el share en prime time, y se plantee tanto ella, Aída Nízar, Señora o Señorita, reo o verdugo, como la opinión en general, dónde “aparcarla”, esperemos, aunque no será así, para siempre. Ese famosa pregunta que en un momento dado todos nos hacemos: ¿Qué hacer con mi vida?

Este vecino del mundo no dudaría en dejarla, a Aída persona/personaje, en un cementerio nuclear, por aquello de su toxicidad infinita, pero seguro que tras otro tiempo en que descansen sus armas del insulto fácil y a cualquier precio, la misma Cadena Alegre, seguirá llamándola como faena de aliño en cualquiera de sus programas antes de retirarlo y dar con ello la razón a toda la gente crítica, cada vez más, con un medio, que para entretener, hace mucho tiempo que cogió el camino más zafio posible.


Personalmente este vecino del mundo, y siguiendo las últimas fechorías del personaje, ha cogido una foto de ella, y tras fracturarla en mil pedazos, los ha sumergido, y hecho desaparecer bajo una catarata de agua fresca. Ya sólo queda el eco de una bomba…

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 15 de marzo de 2017

ASESINATOS CON MUCHA CASPA (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Hay momentos en que este vecino del mundo está seguro de que es mejor perderse, que echarse a perder, y  por eso acaba de regresar de un viaje a su memoria.

¿El motivo? Con la premisa anterior, está más que contestado. Porque en estos momentos le es más “estimulante” mirar al pasado, a este vecino del mundo (y perdónenme la salida de pata de banco, pero si no lo digo, reviento), que dar arcadas mirando a un deprimente presente.

¿El vehículo? La película de 1981 que creo que en España se tradujo por “Impacto” (este vecino del mundo estuvo en Londres en aquella época, y no ha podido confirmar ese título porque ha encontrado otras traducciones, que se pudieron dar en países sudamericanos). El título en inglés es “Blow out” (no confundir con la película de culto, “Blow up”, de Antonioni”) de Brian De Palma.

Entrar en esa película, incluso entonces, ya era un ejercicio de lidiar con lo “kitsch”. Aunque una de las traducciones de esa palabra, kitsch, es “cursi”, ahora gusta mucho más traducirla por “casposa”.

Decir antes de nada, que aunque Brian De Palma, trataba esa época como era, en el fondo le daba una vuelta de tuerca para que fuera más casposa que el momento que representaba, especialmente con los colores tanto de la emulsión del material que utilizaba, como con todo lo que asomaba por la pantalla, para, y esto es opinión totalmente particular de este vecino del mundo, adentrarse más en una especie de película de Serie B, pero con un gran presupuesto.

El protagonista, de Impacto, es un ingeniero de sonido (John Travolta) que trabaja en películas de terror baratas, como mínimo de serie “B” o inferior si existiera. Una noche grabando efectos sonoros para futuras películas, es testigo de cómo un coche ocupado por una pareja, cae desde un puente a un río. A pesar de sus esfuerzos, incluso poniendo en peligro su propia vida, sólo consigue salvar a la chica. Cuando se entera de que el fallecido era un candidato a la Presidencia de Estados Unidos, y comienza a recibir presiones para que “olvide” todo,  recuerda haber escuchado un disparo previo al accidente y empieza a sospechar que hay algo más…

Con un John Travolta intentando demostrar que era  mucho más que el macarra de “Fiebre del sábado noche” y de “Grease”, está también la musa y esposa de entonces del Señor De Palma, Nancy Allen, antes de que ésta tuviera como partenaire a RoboCop.

Ambos, tanto Travolta como Allen, son el mejor compendio de aquella época en el cine, personajes vulgares, pero llevados y tragados por unas circunstancias que no admitían héroes, sino supervivientes en el mejor de los casos. 

Una mención aparte merece, John Lithgow, el malo malísimo de la película, y ejemplo viviente de que hay actos que no pueden ser descritos en palabras, sino en hechos.

Muchos dicen de Brian de Palma que es digno sucesor de Hitchcock. Personalmente este vecino del mundo cree que al Señor de Palma todo eso siempre le ha traído al pairo. En realidad al director nacido en  Newark, Nueva Jersey, siempre le ha gustado mirarse en un espejo y plagiarse miles de veces, con esas escenas a cámara lenta, que la mayoría de las veces, están por encima del recurso dramático, y son algo más que un guiño, para recordar quién está detrás de la cámara. Películas, muchas de ellas, cada vez con más caspa y al mismo tiempo con un sentido de la añoranza, ya desde el momento de ser filmadas, rompedora.

En esta película, como en muchas de  De Palma su “compositor de cabecera” es Pino Donaggio, con una banda sonora que nunca quiere estar en un segundo término, y que tiene mucho de cine de barrio, con ecos de grandes lugares pero reproducidos en lugares que le vienen muy pequeños.

Para  las nuevas generaciones, este vecino del mundo recomendaría si quieren  conocer al verdadero De Palma, encerrarse en un cuarto y ver de un tirón tres de sus mejores películas de aquella época, y que son una auténtica enseñanza de lo que es su cine: Carrie, Vestida para matar, e Impacto. Se recomienda entrar en la sala, aunque sea la de su casa, habiendo hecho la digestión, para evitar daños mayores.

Antes de terminar, conviene recordar que el rodaje de “Impacto” costó mucho más de lo esperado, ya que tras rodar las escenas más caras, por la cantidad de extras que se necesitaron llenando varias calles durante, se supone, el desfile de un 4 de Julio, todo lo rodado y que se encontraba en un vehículo de producción, fue robado, y se tuvo que rodar otra vez.

Tras ver nuevamente la película, este vecino está convencido de que en la versión que queda, se estiró al máximo a los extras vueltos a contratar, para llenar unas escenas, que en el primer rodaje seguro que fueron mucho más floridas.


A pesar de la caspa, muchas de las historias del Señor De Palma, e Impacto es una de ellas, tienen mucho cariño encerrado, especialmente para los perdedores, que aunque parezcan vencedores en esa historia, la vida nunca les tratará también como se merecen… Y eso, es algo que nos suena a la mayoría.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 12 de marzo de 2017

MI VIDA COMO VENTANILLA DE RECLAMACIONES...


Hoy es uno de esos días en que este vecino del mundo debería de llevar colgado del cuello una señal de advertencia “atención suelo resbaladizo”.

Está comprobado que al cabo del día son muchas las  personas que se nos acercan viendo en nosotros una especie de ventanilla de reclamaciones en la que depositar su disconformidad por tal o cual motivo. Y, hoy, me temo que no es mi mejor día para ejercer de buzón de quejas, porque uno bastante tiene con mantener el chiringuito de su vida, al menos a la sombra de la popularidad de los que me rodean, o del famoseo.

Más de una vez pienso en cómo han cambiado las cosas, y no diría que ha sido para bien, especialmente en las redes sociales. 

En estas redes, en Twitter concretamente, el fariseísmo es más que evidente. No se sabe si se está buscando al hombre o la mujer perfecto/a. Pero seguro que no representa a la persona que deseamos ser, sino que creemos que quieren los demás.

Como en las famosas encuestas. A no ser que seas un suicida en ciernes, o un cultureta en pleno ataque delirante de “inputs”, nadie, ni sus productores, ve los documentales de La 2  después de comer, eso en el supuesto de que los haya. Y ahora, esos que se escudan detrás de un "nickname" o apodo, se convierten en jueces de lo que se debe o no se debe de hacer. Y a personas famosas, pero sobre todo, y ahí viene el quid de la cuestión, personas, se les juzga por lo que han hecho, o han dejado de hacer, e inmediatamente se les otorga una penitencia que nunca caducará.

Lo de estos días, más que dicho, vociferado contra personas famosas, y, especialmente, madres como Samanta Villar y Soraya Arnelas es para más que juzgado de guardia. 

La primera tiene derecho a disentir con el discurso de lo que es una opinsión “consagrada y bendecida” de una madre primeriza. Y la segunda ha sido condenada, sin derecho a defensa, por tener, al parecer, la criminal idea de ir a cenar con su marido, al sexto día de haber parido.

Aquí hay algo que no concuerda. En programas de televisión, en realities, nos gusta que la gente sufra con malos muy malos, al estilo Aida, y con poligoneras que son verdaderas tiranas, y luego, en nuestra realidad, ¿somos más de ideas cristianas de los años cincuenta al estilo del Consultorio de Elena Francis?


Lo dicho, no me voy a separar de mi señal de “peligro, suelo deslizante”, no por miedo a caerme, sino para evitar debilidades como pergeñar "accidentes" amañados...

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viernes, 10 de marzo de 2017

BAJO EL SIGNO DE LA MUJER DE LOT


Está tan mal "la cosa", la famosa cosa, que aunque no te guste mucho el fútbol, al margen del equipo de tus amores, tienes que alegrarte, por ejemplo, de la épica del Barça ante el PSGEl saber que todavía los sueños tienen un lugar, llamado "Utopía"; que siete minutos se pueden convertir en toda una vida; que unos individuos, que aparentemente lo tienen todo, olvidan su estatus y su cuenta corriente, y se vuelven locos simplemente, y no es poco, por conseguir, lo imposible.

Y es que quizás la vida sea eso: conseguir lo imposible, o al menos perseguirlo, intentarlo.


Pero llevamos un tiempo de “borreguismo” total, de seguir al macho Alfa. Quizás, porque entre selfie y selfie no nos da para pensar mucho más, y si, por ejemplo, delegamos para que a nuestros hijos los eduquen sólo los maestros, y seguimos el discurso de que nuestros hijos son nuestros amigos, por esa misma razón, de lo que ocurra en todo lo que nos rodea, que se ocupen y preocupen los demás.

Porque a nosotros, a la gran mayoría, nos resulta más cómodo el vivir nuestra vida, y practicar, y hacer practicar esa máxima del que quiera peces, que se moje ... el trasero.

Y no nos preocupan imágenes como las de hace dos días en el Congreso de los diputados, todo un Señor Presidente del Gobierno, un Mariano Rajoy aparentemente más tóxico que nunca, haciendo una variante de advertencia de "tirar de la manta", y como católico practicante que es él (y representante de un gobierno que sigue condecorando a La Virgen) substituyendo la manta y el querer ver de más en un tiempo pasa do (que por ser pasado, parece que hay que perdonar todo), por una imagen tan bíblica como la mujer de Lot haciendo caso omiso a la prohibición de "no mirar para atrás", y convirtiéndose en estatua de sal.

El Señor Rivera, como representante de "Ciudadanos" se quedaba estupefacto, y más cuando Rajoy le sugería además que como no se aclaraban los términos en el acuerdo que ambos habían firmado en su día, el problema de la corrupción, y especialmente la investigación de la Caja B del Partido Popular, se podían estudiar en el Senado, donde "los populares" son mayoría. El líder de Ciudadanos sólo acertó a hacer el ademán de "caradura".

Este vecino del mundo se sintió más que ofendido ante esa partida de ajedrez más que amañada, y no le quedó ninguna duda, de que la única manera de acabar con la sinvergonzonería en la política nacional , es que todos dejemos de hacernos selfies con la mejor de nuestras sonrisas en nuestra zona de confort, y les digamos que hasta aquí hemos llegado, y que los globos sonda que mandan de vez en cuando a modo de sugerencia tanteando al personal,  se los pueden meter también en el mismo sitio donde guardan esos principios de quita y pon.

Por cierto, y ya antes de terminar, habría que recordarle al Señor Rajoy, Don Mariano, en esa religiosidad que, como el Señor Aznar con el catalán, debe practicar en su intimidad, que si compara a los suyos, y de paso a la totalidad de los políticos españoles (por aquello de mal de muchos ..., epidemOia) con la familia de Lot, convendría recordarle que huían de Sodoma, con lo cual no es buen comienzo para, a modo de Ave Fénix, renacer de sus cenizas...

*FOTO: DE LA RED


martes, 7 de marzo de 2017

UN PAÍS LLENO DE GRILLOS...



Esta España, iba a decir nuestra, pero en realidad es de los Bancos, es como un jardín lleno de grillos. Sí, siempre hay alguien que se mete en el jardín, y los grillos, de todo tipo y pelaje, empiezan a cantar, unos más cabreados que otros.

Nos pasamos media vida, los jueces se pasan media vida, investigando, y otra media desestimando. Uno de los últimos casos es sobre el ganador de la Gala de Drags, Drag Sethlas en los Carnavales de Gran Canaria.

Precisamente, en el momento en que se daba la actuación, y es verdad de la buena, este vecino del mundo conectó su televisor, y vio los primeros treinta segundos. Sinceramente, hay cosas que uno no sabe por qué, quizás seguro que tiene que ver con el pasado, con la niñez, pero me dio miedo, mucho miedo, y cambié de canal. Pero no se me ocurrió buscar en el libro genealógico del individuo para extirparlo forever and ever.

Sinceramente, tampoco me extrañó que me diera miedo, porque las referencias a la religión y a la Iglesia, en el número carnavalero, eran más que obvias. Y todo lo que no se puede razonar, que va con el más allá, con la fe,  todo está diseñado siempre para  impresionar profundamente o dejar estupefacto (por no decir “acojonar”), al no entender ese contacto con el todo, con ese Gran Padre que siempre te vigila. Sin embargo, he de reconocer que la puesta en escena, de lo poco que vi, fue impresionante.

Ahora, hay otros que llevan investigando un tiempo, y seguro que no llegarán a nada, porque, gracias precisamente a Dios, curioso, todavía nos podemos expresar y dar nuestra opinión. Pero, mientras, la sombra del miedo, y más miedo, intenta nublar la luz.

Como hubiera dicho mi padre, sabiduría popular, o como dirían los pedantes, doctorado en la universidad de la calle, “ésto, y lo de los titiriteros, primos hermanos".

Ésta claro que más de uno todavía desearía que se aplicara esa ley de vagos y maleantes de la época de Franco, a modo de cajón de sastre, donde todo lo que “afeaba el paisaje humano” cabía.

Luego dirán que los juzgados están saturados, pero, ya se sabe, a río revuelto ganancia de pescadores, y mientras se investiga al ganador del concurso de drags, pues no se investigan otras cosas, que vaya usted a saber, y llámenme, mal pensado, a lo mejor es más importante, y tiene que ver con algún dinero más bien oscuro, que se quería ir a Suiza, o con extrañas amistades entre políticos y constructores…

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domingo, 5 de marzo de 2017

COITUS INTERRUPTUS EN EL BAZTÁN (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Nunca me había pasado. Desear esperar veinticuatro horas para saber si me ha gustado una película no me había ocurrido. 

Al ser un gran seguidor de la llamada, trilogía del Baztán, al verla hecha película, y aunque no se aleja de la historia, he necesitado un cierto reposo de sensaciones, para más tarde no arrepentirme por primero decir algo, y luego cambiar de opinión…

El problema es que ahora cuando ya he decidido mi postura, me encuentro que hay otro llamamiento, el primero fue con Trueba, para hacer boicot a esta película: “El guardián invisible”, porque al parecer una de sus actrices, Miren Gaztañaga, en algún programa de la televisión vasca, ha tachado a los españoles como “catetos y atrasados". Y no quiero que mi opinión parezca algo así como llamamiento a favor de este boicot, o de todo lo contrario.

Para que nos entendamos: 
Si la película fuera una partitura, este vecino del mundo diría, que la ejecución y técnica han sido perfectas, pero que le falta mucho de sentimiento.

Está más cerca de alguien contándote la historia (muy bien escrita por una Dolores Redondo en estado de gracia) fríamente para no perderse ningún detalle fundamental, que de las imágenes se desprendan sentimientos, aunque fueran encontrados. 

¿La película ha debido de costar mucho dinero? Nadie lo duda, y con un "casting" excelente. ¿Que, incluso, desde su puesta en escena está claramente pensada para la exportación (no hay que olvidar que las tres novelas se han traducido a treinta idiomas)? Es más que evidente.

Este vecino del mundo tuvo la suerte de ver la película en el Max Ocio, de Barakaldo (Vizcaya). Al decir suerte, quiere decir que en la cinta vista allí, se pueden apreciar los tres idiomas que forman parte de la historia, español, inglés, y euskera, los dos últimos mediante subtítulos. Pero a este vecino del mundo le consta, por haberlo oído en la radio, que el periodista en cuestión había visto otra versión, en el que, uno de los personajes americano (¡Ojo! Hay dos), muy importante en la novela, había sido doblado por la misma voz que se emplea para Samuel L. Jackson.

Gracias, por poderla ver con los tres idiomas, sino todo el esfuerzo de la producción hubiera quedado “plano”. Lo cual ya le ocurrió al vecino en su momento (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/04/nueva-york-y-pata-negra-estas-alturas.html),  y en los mismo cines, con una película española rodada en Estados Unidos, que sabiendo que había copias con los dos idiomas, y subtítulos correspondientes, “le tocó” la versión plana.

Vaya por delante, que este vecino del mundo, aunque nadie lo haya confirmado y forme parte, pudiera ser, de un secreto de producción, está convencido de que toda la historia, los tres libros/películas, se han rodado a la vez, porque cuando menos va a salir más barata la producción, y además, más tarde pudiera surgir algún problema, y no se pudiera reunir el mismo equipo. Como que tampoco actores tan intensos como Francesc Orella haya dejado su interpretación”aparcada” para dentro de un año, no tendría sentido.

En realidad, esperaba un homenaje a los bosques, al verde, aunque fuera en sus tonos más oscuros, que sirviera, incluso, para hacer un anuncio publicitario a nivel mundial, aprovechando la película. Pero, teniendo en cuenta que la película prácticamente en más de un setenta y cinco por ciento, en un virtual blanco y negro,  eso sí, excepcional, si de algo sirviera las imágenes rodadas es para hacer un buen anuncio de coches por las carreteras navarras, con planos en picado, casi imposibles.

Aunque leyendo las novelas, nunca me hubiera imaginado a una Marta Etura, su interpretación es ajustada, y para los que tuvieran dudas sobre sus capacidades actorales, deja su interpretación a un gran nivel. 

El problema de hacer una trilogía, es que en este caso, todos los sentimientos, sugerencias, dudas… quedan aparcadas durante un tiempo, y tampoco se resolverán con la segunda entrega. Lo cual no quiere decir que cada entrega no tenga su asesino, o asesinos. Pero la vista global siempre quedará aparcada hasta el final de la última entrega, a modo de coitus interruptus.

Tanto el guion, Luiso Berdejo (sobre la novela de Dolores Redondo), y dirección, Fernando González Molina, son más que eficaces. Mención aparte merece la banda sonora de un Fernando Velázquez, en estado de gracia, que aunque no compone ninguna melodía que la gente pueda salir del cine tarareando, si llena las imágenes, con una mezcla de añoranza, misterio e inquietud, en definitiva, ecos de un paisaje y de unos hechos.

Personalmente, al estar lleno del espíritu de la novela, la película le ha parecido a este vecino, de un mucho “mecánica”, sin alma, sin ese espíritu de brujas y antigüedad que se le presupone a la historia; pero debe de funcionar, porque los 129 minutos de metraje se han pasado en un “quítame este muerto de encima”, es decir, rápido. Sin embargo, no deja de ser un "thriller a plazos", y los plazos a la larga siempre salen más caros...

Para los que dicen que la película recuerda al "Silencio de los corderos", no será este vecino el que discuta con ellos porque hay crímenes, un asesino, y una mujer polícía. Lo demás, son cuestión de opiniones. 

Otra cosa ya es, el intento de boicot, que por de pronto, faltan a la verdad al decir que Miren Gaztañaga es una de las protagonistas. En porcentajes, su aportación en cuanto a tiempo, no llegaría ni de lejos, al uno por ciento del total. Otra cosa es que sus imágenes sean imprescindibles para la trama.

De todas maneras, si seguimos así, llegará un momento en que toda persona implicada en un proyecto cinematográfico, tendrá que firmar un contrato de que no podrá decir nada de nada, sobre nada, o sobre todo, ni antes ni después del rodaje. Y a eso, en mi pueblo, y en el vuestro, se le llama “censura”. 

¿Quién está interesado en que los artistas no hablen?

*FOTO: DE LA RED


jueves, 2 de marzo de 2017

ALGO MÁS QUE UN SINPA A LO BESTIA



Con las noticias ocurre como con las películas que, esquemáticamente, se puede decir que las hay de categorías A y B, aunque últimamente decir B sea prácticamente sinónimo de dinero negro y chanchullo.

Hoy, la noticia que ha directamente obnubilado a este vecino del mundo, es claramente B, o incluso Z, si se trata de incluir una clasificación más baja, por cutre,  pero que bien analizada da para mucho más de lo que se puede ver en la superficie de la noticia.

El titular “Más de cien comensales se van sin pagar de un bautizo en un hotel de León” aparte de estupor en un primer momento, y si no eres un empresario del gremio que instantáneamente  te haga solidarizarte con ello, como mínimo te saca una sonrisa. Pero si entras en el meollo del asunto, se van mezclando trazos que unos con otros pueden ir marcando un lienzo de lo que es nuestra vida actual.

Que te arriesgues a acometer un posible delito por irte sin pagar, en este caso, claramente, no es para cubrir tus necesidades más básicas. 

No se reúnen en un restaurante porque se están muriendo de hambre; sino, en gran parte, para cumplir una convención, digamos que social, creada en los últimos tiempos: los bautizos, y las comuniones, deben parecer  bodas en cuanto a alarde de medios.


A lo anterior, hay que añadirle, un grado, de racismo y espectacularidad a un mismo tiempo: "eran, se supone que la mayoría, rumanos, ciento veinte, que en apenas segundos, y antes de que se les sirviera la tarta, desaparecieron". 

Sin embargo, y ya en frío, ¿qué tiene de raro, o incluso por definirlo de alguna manera, "salvaje", esta noticia?

Si luego ya nos enteramos que  habían dejado una señal de novecientos euros, y quedan al rededor de otros dos mil euros sin pagar, todo queda en mero artificio, un simple "pufo", como muchos de hoy en día, especialmente si recurrimos al mundo de la política, salvo por el hecho de que son "rumanos".

Hoy en día, nuestras tragaderas se han hecho tan anchas y flexibles que solo nos duelen, los pequeños grandes detalles, como diferentes razas o identidad sexual.

Si el gran "sinpa" hubiera pasado tras un congreso de algún partido político que, naturalmente, ellos de irse lo hubieran hecho por "puertas giratorias", sólo hubiera servido, tristemente, para captar más votos, como siempre, aunque ello después significara otro giro más de impuestos.
Pero, claro, los conductos oficiales siempre han predicado que somos nosotros, el ciudadano de a pie, los que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades...

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 1 de marzo de 2017

LA CEREMONIA DE LA CONFUSIÓN EN PRIME TIME


Puede que incluso para los que me sigan desde hace mucho tiempo, hoy pueda sonar a carca, derechón, aguafiestas, tele-predicador, o todo junto, pero si algo practico siempre es el decir lo que siento, y últimamente, en los medios de comunicación, especialmente en algunas cadenas de televisión, estamos asistiendo a la ceremonia de la confusión.

Se predica una cosa,  y por otro, se hace la contraria. 

Por un lado, se crean una serie de programas antibullying,  cosa que a este vecino le parece genial, y por otra, el mismo grupo, en otra cadena , el Canal Alegre (bautizado así por este vecino del mundo en contraposición a las lindezas que suelta a su competencia) lleva una política de realities, y de programas pseudo-informativo-shows, en los que claramente se practica la antropofagia cultu-sentimental, cercenando todo rasgo empático, y con odas a la tableta de chocolate física en los hombres, y al carácter “poligonero” en las mujeres. Con, además, colaboradores que tienen a gala no haber leído un libro en su vida, y sin embargo se permiten la ligereza de declarar y vender libros que se supone han escrito ell@s.

El Canal triste, bautizado así por la cadena anterior, también tiene lo suyo, y además, ha originado la gota de agua que ha colmado el vaso de este vecino del mundo.

"El Hormiguero" lleva mucho tiempo, dando una de cal y veinticuatro de arena, dándoselas de modernos, y que muchas veces lo son, estando a la vanguardia en muchos asuntos, y otras haciendo lo contrario de lo que predican con, por ejemplo, entrevista, gracieta, y un baño de pompas y bombo, a una Isabel Pantoja, que solo se “suelta” cuando ya tiene el campo en el que quiere convencer y vencer, acordonado y libre de todo tipo de minas dialécticas en contra, pero peca al creer que la audiencia tiene memoria de pez.

Lo de ayer, la entrevista-programa con Ernesto Sevilla y Pablo Chiapella fue una oda a la insensatez, a charla de bar a partir de la tercera copa, y concurso de comprobar quién la tiene más grande, en este caso, la broma, bromazo o falta de educación para con los demás.

No está el patio para dar cursos, cursillos o master-class, bajo la premisa, no dicha pero pensada por la mayoría, de que “haciendo lo que hacían, han sabido reconvertirse y llegado al estrellato”.

Luego se dirá que son los futbolistas quienes tienen que dar ejemplo entre sus seguidores, que también, pero todo aquel que tiene una ventana al exterior con seguidores fieles, al margen de que sean miles, millones o incluso tan solo cinco, debe de medir sus palabras y actitudes, cuando además su programa tiene una vitola de rompedor, y al que todo el mundo se pega por ir.

Cada uno tiene que tener “su metro” para medir las consecuencias de sus actos, pero muchas veces, ese metro puede ser manipulado por lo que ve en la televisión, y lo que es más grave, admira. Más tarde, a hechos consumados, nos rasgaremos las vestiduras, y como mucho, al margen de poner en tela de juicio, la educación familiar, incluiremos a sus maestros, pero dejaremos al margen a esos medios que todos los días nos bombardean con publicidad y maneras de comportarse.

Convendrá siempre tener presente la célebre frase: “Aquellos barros trajeron  estos lodos”. Y no estamos hablando del tiempo atmosférico, sino de nuestro futuro, del de todos. 

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lunes, 27 de febrero de 2017

¿JARRÓN CHINO, O BESUGO?



Confieso, por si hubiera alguna duda, que no me gustan las mujeres. Las adoro. ¡Qué le voy a hacer! Me parieron así, con mis filias y  fobias; pero en cuanto a mujeres, sin ningún tipo de dudas.

Sin embargo, a la hora de excitarme, me confieso como de gustos más abiertos. ¡Vamos! Que me gusta la carne, el pescado, y hoy, visto lo visto, hasta el besugo. Porque, en este mismo momento, estoy terriblemente excitado, no diría cachondo, pero sí muy excitado, con un, presuntamente, besugo, llamado José  María Aznar.

Ya lo dijo hace mucho tiempo el Señor González, Don  Felipe, al hacer un símil entre los expresidentes y los jarrones chinos, por aquello de nunca saber el lugar dónde deben de ser colocados (en aquel momento “colocar” no significaba “puertas giratorias”), ya  que, al parecer, molestaban en todas partes.

Pero lo de hoy de “Josemari"  (ya que si  él se ha tomado más que confianzas con todos los españoles, este vecino del mundo lo hace con él también) ha clamado al cielo de los creyentes, y a la ya comentada excitación de este voyeur de noticias, al afirmar sin ningún tipo de rubor, que deberíamos trabajar hasta los setenta años.

Sinceramente, lo primero que he recordado tras el “shock” inicial, son aquellas declaraciones del entonces Presidente de la Patronal, Gerardo Díaz Ferrán, diciendo: "Hay que trabajar más y ganar menos para salir de la crisis". Y al poco tiempo, por aquellas ironías del destino, “le pusieron a la sombra”, otra contradicción para un hombre que basaba gran parte de su posible fortuna en la venta de nuestro sol.

Habrá que preguntar a Don Josemari, si no es mejor  que los jóvenes accedan antes al mercado laboral, pero al del bueno, al bien pagado, y no a ese otro disfrazado de becarios de muchos años, o bajo la excusa de “aprender”, pero que desde el minuto uno te piden saber de todo.

¿Qué quiere Don Josemari, unas oficinas llenas de viejos oficinistas con marcas de pis en sus braguetas, o perdidos por los pasillos víctimas de un alzheimer incipiente? O más bien, puede desear unos trabajadores que coticen hasta los setenta, además con un seguro privado, para seguir fomentando el paraíso empresarial, y que se mueran a los dos días de haber cumplido los setenta, para que no cante tanto la situación.

Hoy, esos ojitos salientes de Don Josemari, esos ojitos que recuerdan a un besugo inquieto, tenían el mismo sentimiento al hacer sus excitantes declaraciones, que las vacas al ver pasar el tren.

Ya para terminar, si algún día estamos buscando al Señor Aznar sabremos dónde no indagar por ser una pérdida de tiempo, y es en el Diccionario de la R.A.E. en la palabra “empatía”; ni a él, ni a su señora, la misma que vendió, sin  parpadear, aunque ella no tiene ojos de besugo, más de tres mil pisos protegidos, de “su” ayuntamiento madrileño, a un fondo buitre.

Lo  dicho, hay asuntos que me seguirán excitando más que una mujer. Y quizás, eso, en el peor de los casos, signifique que sigo vivo, y con la cabeza bien amueblada. Eso sí, no con muebles de alta gama, porque después de que, gentilmente, me estén descontando para mi jubilación, durante más de treinta años, no me llega para todo. 

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*DIBUJO: PATXIPE

viernes, 24 de febrero de 2017

...MÁS PELIGRO QUE UN PETER SELLERS DISFRAZADO



Visto lo visto, empezamos el 2017 con bastante inconsciencia, pero tal como vamos en el exterior, pasados sólo dos meses, con un Trump con más peligro que cualquier personaje, que en su día, pudiera haber sido interpretado por un Peter Sellers disfrazado de mono en el despacho oval, jugando con el teclado mortal de las ojivas nucleares, puede que nos sobren meses de este año para dejar el planeta Tierra con menos vida que un afterparty a las cuatro de la tarde.

Quizás además, visto desde España, con nada de esperanza con respecto a la empatía de un ser humano hacia otro, enterarse de las noticias diarias, es como ser azotado en cada ojo de los tres...

Este vecino del mundo se siente, y lleva semanas, aunque los dos últimos días ya son de nota, con menos esperanza entre los políticos que nos rodean, que el día que se enteró de quiénes eran realmente los Reyes Magos.

Mujeres, que en teoría tienen un buen nivel intelectual e incluso universitarias, y que no sospechan nada de dónde puede venir el dinero del propietario de su costilla, para seguir mejorando su casoplón-palacete; fiscales que en un momento dado actúan como el mejor de los abogados defensores; políticos que en su día  fueron puestos como ejemplo de lo mejor, y ahora  nadie quiere recordar  que fueron de su mismo partido. Sin olvidar, ese latiguillo legal, "crear alarma social", a la hora de castigar a alguien con cárcel , antes de que la sentencia sea firme, y que, presuntamente, se pone y se quita a conveniencia.

Y, quizás lo peor de todo, es que si te quejas al aire, con una mezcla de impotencia y desilusión, y alguien te oye, recibas por respuesta, que si tu pudieras, también harías lo mismo.

Cuando los ciudadanos anónimos nacidos a finales de los cincuenta, entre unos y otros, prácticamente fuimos torturados por un bullying social, cuando no existía el bullying, pero sí el "matoneo" del más fuerte de la clase; del "hermano" del colegio con más puntería con su regla y que donde ponía el ojo, ponía su ley; y maltratados especialmente por una pregunta al llegar a casa, tras decir que te habían pegado en el cole. Ese “algo habrás hecho tú”, y que con el tiempo mutó, no hace muchos años por cierto, por el “has vivido por encima de tus posibilidades”, y que al juntarse con tu educación católica, que aunque no creas que la prácticas, te da la sensación de que estás siendo vigilado por ese Gran hermano del Estado, y primo carnal de la Iglesia.

Hubo un tiempo, finales de los setenta, en que aprendimos a soñar en color, pero con el tiempo, nos están haciendo pagar hasta por revisitar aquel sueño, y ya no nos queda ni para alquilar otro.


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martes, 21 de febrero de 2017

LA CENICIENTA DE HOY EN DÍA...



Cuando uno está hasta el gorro de que le intenten hacer comulgar con ruedas de molino de que, por ejemplo, no es lo mismo meter la mano que meter la pata, en cuestiones crematístico-políticas, intenta hasta no escribir en el blog durante unos días, para dar fiesta incluso a las musas y que corra el aire.  Ya que tiene hasta miedo de abrir la puerta de su frigorífico y aparezca, por ejemplo, Rocio Crusset, esa modelo que según parece ha querido que no se supiera que es hija de Carlos Herrera y Mariló Montero, pero que tiene tan mala suerte, que cada vez que aparece en pantalla, por ejemplo en “Corazón” de TVE1, nos lo recuerdan una y otra vez.


Quizás, Rocío, le debiera preguntar a la hija de David Trueba y Ariadna Gil como ha conseguido  llevar un tiempo trabajando como actriz sin que hubiera saltado "su" liebre, pese a ser ya considerada en su profesión, como una muy buena actriz y con un futuro lleno de expectativas. Este vecino no va a decir su nombre, por aquello de que el que quiera peces, y me refiero a los lectores y a los cizañeros … y respetar el deseo de ella, de no aprovecharse del nombre de sus padres; eso, que ella utiliza el primer apellido de su padre, pero que para el gran público es desconocido.


Los que siguen a este vecino del mundo, ya saben que intenta dar, cuando es posible, una vuelta de tuerca a sus escritos, y si en el anterior post mezclaba a Cristina de Borbón con el lobo de Caperucita, en el tema de hoy, de esas jóvenes promesas, mujeres y hombres, que de la oscuridad del anonimato pasan a la luz de la fama, aunque sea efímera, ha querido reflejarlo en cómo quedaría un cuento modernizado de acuerdo con los estándares de nuestros días.

Este vecino del mundo ha llegado a la conclusión que si La Cenicienta rompiera con el Príncipe, y no precisamente porque él la despreciara tras conseguir …su flor, sino porque ella llegó a la conclusión que tras el chasis principesco, y las horas de gimnasio, no había nadie al mando, o lo que había no era lo que ella quería, La Cenicienta ya no queda en el anonimato anterior, sino que primero se daría unas cuantas vueltas por los realities tanto españoles como latinos, ya que nuestra heroína, por ahora sólo habla castellano, y luego, se dedicaría al diseño de trajes de … ensueño. 

Salvo Antonio Banderas que se lo ha tomado en serio, como todo lo que hace, y está centrado en los estudios pertinentes, los/las demás parece que en lugar de nacer con un pan debajo del brazo, lo han hecho con el título de diseñador/a, y que su cuento en lugar de terminar con el “…fueron felices y comieron perdices”, prefieren terminar  con “…fueron felices y nos dieron con su plato en las narices”, porque así provocan, y de paso, venden alguna que otra exclusiva negándolo todo y surtiendo de agua a su molino (no el de las ruedas con que a nosotros nos hacen comulgar), para que continúe girando y generando polémicas, que es lo principal, y noticias frescas.

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sábado, 18 de febrero de 2017

EL CUENTO DE "CRISTINA Y EL LOBO"


Hay frases que en un momento dado nos dijeron en nuestra infancia y que sin apenas reparar en ello, fueron calando en nosotros, quizás a fuerza de repetírnoslas, más el plus del cariño sentido por la persona que lo decía, hasta formar parte de nuestro guion de comportamiento. Y una de ellas es esa de “La vida es un cuento” que me solía decir mi padre, y que a mí me traía por la calle de la amargura el intentar comprenderla. 

¿La vida no vale nada? ¿Si la vida es un cuento, hay muchos cuentos en una vida? ¿Se puede contar el mismo cuento de diferentes maneras según quién lo cuente,  y es más, a quién se lo cuenten?

Estos días estamos presenciando el cuento de La Infanta Cristina y el lobo Noos, que depende de quién lo cuente, o a quién se lo cuenten puede ser de una manera u otra.

Quizás viendo la alegría del Señor Roca Junyet, Don Miquel, defensor de Cristina, y gran amigo del Rey Emérito, recordarle, aunque seguro que él ya lo sabe, que salir absuelto de una causa, teniendo que pagar una multa, no es ni para tirar cohetes ni para aseverar con alegría y fuegos de artificio, que “queda demostrado que la justicia en España es igual para todos”, en especial cuando podemos recordar recientemente que mientras al Señor Urdangarín le han caído  6 años y 3 meses de pena, por presuntamente unos millones de nada, mientras un joven español, aunque la nacionalidad debería de ser lo de menos, entró en la cárcel por pagar 79,20 Euros, con una tarjeta falsa. ¡Ah! Seguro que más de uno dirá que ésto que este vecino del mundo acaba de decir es "populismo", porque el populismo, como el cuento, que son primos hermanos, depende de quién lo cuente, vale o no.

Está claro que la Infanta es como la Princesa Pachuchita del cuento y que le duele unos millones de guisantes atribuidos a su marido, tras trece colchones de dudas que dependen de quién cuente el cuento, o una Caperucita que ignoraba que ir, cuando menos de acompañante, por el bosque de los negocios pudiera significar el ser implicada por el virus de la codicia de presuntos conocidos o desconocidos.

Ayer, tras saberse la sentencia del Caso Noos, Norberto, un vecino de derechas de toda la vida, al coincidir con este vecino del mundo al entrar en el portal me dijo, como si hablara para sí mismo: 

-Estoy contento porque con la sentencia se ha demostrado que la justicia es igual para todos.
Al oírle, me he dirigido a él, como con curiosidad, y sin ningún tipo de nervios:
-Una pregunta: ¿A la hora de declarar ante el juzgado, ella tuvo que hacer el “paseíllo” ante los medios, como los demás?
Norberto, hace ademán de pensar, porque ya sabía de antemano la respuesta, y contesta con un seco: 
-No.

Debe de ser una casualidad, pero a partir de ese momento solo le veo la espalda, y quizás por mi educación cuando a los comics en España se les llamaba “tebeos”, mientras se aleja, le veo rodeado de signos de interjección, de interrogación, y la silueta de algún burro, y algún cerdo…


Quizás, el secreto no sea si la vida es un cuento o no, sino ser amigo del que escribe el cuento, o tener el poder para escribirlo uno mismo.

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 TEXTO EN FOTO: PATXIPE

miércoles, 15 de febrero de 2017

JOSE MARI QUE ESTÁS EN LOS CIELOS...

Hay días en que prácticamente rezas  para encontrar un buen tema para el blog, y otros en cambio te encuentras con el deber moral de tratar un tema que te atañe y mucho, y que el día anterior ni te imaginabas que eso iba a ocurrir.

Esta mañana he recibido una llamada telefónica que al comprobar el origen, me ha dado mala espina, ya que era de un excompañero de trabajo, y ahora, y no es poco, amigo, con el que había hablado ayer, y el instinto me ha puesto en alerta ya que de ayer a hoy, era difícil  que se hubiera hecho millonario, único hecho positivo porque el que hubiera merecido la pena volver a llamarme.

Jon, me ha comunicado el fallecimiento de Jose Mari, una de esas personas que crees que van a vivir para siempre, porque se lo merecen.

La verdad es que siempre he considerado a Jose Mari como el prototipo del vasco: voz profunda, ademanes toscos, rudo e incluso con un punto bronco, pero tras su aparente seriedad adivinabas mucha honestidad y un amigo para los que buscaban amistad.

Jose Mari ha sido, se me hace muy raro hablar de él en pasado, un Sancho Panza vasco, con un refrán o un dicho para cada momento.

 Con él la vida ha sido, ese maldito pasado otra vez, una especie de enciclopedia gráfica mucho más divertida. Desde que le conocí, las personas, por ejemplo, no se ponen nerviosas sin más, hay que compararlas con algo, por eso, yo, o el que sea, está más nervioso… que una vieja con novio. Y ya, personalmente, este vecino del mundo, no se puede imaginar a nadie más nervioso.

No, lo adivináis, Jose Mari nunca ha sido políticamente correcto, quizás, como la vida misma. Es lo que tiene ir de frente.

Siempre te recordaremos, y tranquilo, sabemos que no nos has dejado, simplemente te has adelantado para cuidar hasta el último detalle el momento en que nosotros lleguemos. Porque reencontrarte, siempre será, como volver a casa…

*FOTO: DE LA RED