Pues a mí Tamara Falcó me cae muy bien, ¡qué le vamos a
hacer!
Estaba mirando las redes, esas, las de pescar, pero las de
pescar noticias, y he leído que “La Tamara Falcó” lleva agua bendita en un vaporizador
en el bolso. Al comentárselo a La Nuri, mi sufrida, me ha ampliado gentilmente
la noticia, y me ha dicho que aparte del agua bendita, lleva también La Bíblia,
y no en verso, sino en el móvil.
Pues eso, que prefiero mil veces a la Tamara con su cara
de que no sabe si va o viene, que a esos trajeados en azul, siempre en azul,
que lo único que llevan en su maletín es los números de las cuentas de Suiza.
Quizás el único pecado, junto al original, que la hija de
la Preysler pueda tener, a pesar de todo lo que reza por ella y por todos
nosotros, es el de la sinceridad, y eso mal que nos pese no es pecado. Detrás
estarán todos aquellos con o sin sotana que intentarán aprovechar su porción de
fama para arrimar el ascua a su sardina, pero Tamara Falcó está claro que no es
una pose, porque para eso hay que estar callado y ella, sin embargo, ayuda
mucho a los del gremio de la harina, porque cada vez que habla, pues eso, que
sube el precio del pan.
Hay famosos que se pasan todo el día con cara de
ofendidos porque les persigue la prensa, y sin embargo no paran de hablar
cuando tienen una marca importante que les respalda en los famosos “photocall”.
Tamara habla siempre, con publicidad, sin ella, y sobre todo sin red. Porque ella reza el rosario y desde que lo hace se encuentra menos estresada. ¡Hay que saber unir la religión y lo práctico!
Mi hermana, La Menchu, suele decir que los colegios en
los que estuvo la Señorita Falcó, flaco favor le hicieron en no intentar
quitarle esa cancioncilla de niña pija de manual que tiene al hablar, pero vaya
usted a saber, a lo mejor precisamente se dedicaban a eso, a dar chapa y
pintura para que se notara en cualquier sitio y a miles de kilómetros a la
redonda de que ella es de pedigrí.
A mi Tamara Falcó me gusta, porque mientras otras famosas
y famosos utilizan el teléfono móvil para ampararse ante la prensa, y simular
que están muy ocupados hablando, ella lleva La Biblia, y no solo eso sino que
seguro que la lee, por ella y por todos nosotros.
*FOTO: DE LA RED