domingo, 17 de mayo de 2020

NO TE VAS A MOVER ("SERIE-GRAFIADA")



Quien más quien menos está realizando sus tareas de confinado, por muy VIP que se pueda considerar a sí mismo, de la mejor manera posible.

Mi "auto-tarea" ha sido el meterme entre pecho y espalda, y realmente no ha sido dificultoso, en menos de veinticuatro horas,  los seis capítulos de  la serie de “La unidad”, un thriller policiaco, de la gallega Vaca Films,  que aparecieron liberados en su conjunto ayer mismo. Creo que ya hablo, como consecuencia de la inmersión lingüística, en castellano con acento magrebí.

Desde el primer fotograma notas que si de algo han andado mal rodando esta serie, precisamente no habrá sido de dinero, y es muy posible que en ésto haya tenido algo que ver Movistar, la plataforma desde la que se presenta.

No nos vamos a andar con tapujos. Ya por definición toda historia con temática yihadista por de pronto se hace de difícil digestión. Pero quizás la dirección de Dani de la Torre ("El desconocido" y “La sombra de la ley”), como el guionista italiano Alberto Marini hayan sabido dotarle a cada capitulo de suficiente dosis de realismo y entretenimiento al mismo tiempo. Un consejo: no se te ocurra dejar a hacer algo vital en cada uno de los cincuenta minutos de cada capítulo, porque no te vas a mover.

Si alguien dudaba del elenco de actores españoles, Nathalie Poza, como jefa del grupo, y sufridora de su viacrucis particular, está de matrícula y cum laude, con un desconocido para este vecino del mundo hasta ahora al menos, Michel Noher, dándole a todo el batiburrillo de razas y acentos, su toque argentino. Marian Álvarez que desde su época de “Hospital Central” ya tiene al menos acumulado una Concha de plata por su papel en “La herida” y una reputación como gran actriz que sólo ha podido ir hacia arriba.

Junto con unos ajustados  y eficaces Raúl Fernández de Pablo, y Carlos Blanco, y un Fele Martínez gustándose a sí mismo y a sus fans, no queremos dejar de mencionar a Luis Zahera, más que notable siempre en lo que haga, y que aquí se permite el lujo, y porque se lo habrán concedido, naturalmente, de desgranar en su actuación un toque de humor gallego, como no pudiera ser de otra manera.

A destacar un ataque yihadista, del que no diremos en qué capítulo ocurre, y que ha sido solventado con un original y más que notable recurso y que al menos a este vecino dejó con la boca abierta y la sangre de orchata.

¿Algo reprochable? Quizás se echa de menos un poco más de los problemas familiares de los integrantes de "La unidad", aunque me imagino que eso será para gustos.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 16 de mayo de 2020

...Y PARECE QUE FUE AYER



Leo en algún medio digital que se cumple hoy precisamente, un cuarto de siglo de la desaparición de La Faraona, o traducido para los que tienen menos edad, Lola Flores. Y no se me ocurre nada más original que decir que ese insustituible “… y parece que fue ayer”.

A eso hay que añadir, que en pocos días también, se cumplirán otros veinticinco años de la muerte de su hijo, Antonio, concretamente el 30 de mayo. Y es que hay vidas que irremediablemente van unidas…

De todas maneras, el de Lola Flores es el ejemplo típico de "arte", de ser artista. Ni era la mejor cantando, ni bailando, y tampoco le hizo ascos a la interpretación, pero tenía un algo que en el flamenco especialmente se denomina “duende”, y que en el teatro se conoce como saber pasar la batería, y que no deja indiferente a nadie.

Ya de todos es conocido, amén de clarificador, lo que dijo de ella The New York Times,  cuando en el año 1979 se adelantaba a la actuación que Doña Lola realizaría en el prestigioso Madison Square Garden, con una frase de esas que quedan tanto para la historia como para la histeria: «No canta ni baila, pero no se la pierdan».

Es triste, pero el coronavirus, y el mundo de su entorno nos ha marcado tanto ya, que mientras escribía estas últimas palabras “no canta ni baila…” desgraciadamente me estaba acordando paralelamente a nuestros políticos, que ni mandan ni dan ideas para colaborar en cierta manera luchando, al menos, contra la pandemia. Pero se aferran a sus cargos como si no hubiera un mañana, y quizás ésto sea lo acertado. No se quieren alejar de su cargo, porque sin él, es más que probable que al menos su mañana sea de inferior calidad, porque no les iba a hacer caso, ni el famoso Tato, que ese también está más cerca de Doña Lola, que de esos que la mayoría de las veces confunden el poder de ayudar con el poder de trincar.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 14 de mayo de 2020

PRIMAVERA Y COACHING



No sé si tenéis la misma sensación que este vecino del mundo. Nos están sometiendo a, esa palabra que está tan de moda, tan anglosajona ella, un coaching, un aprendizaje, preparación, las veinticuatro horas del día. Cómo nos tenemos que comportar ahora, tanto en el confinamiento, como en la desescalada, y luego ya en esa nueva normalidad, que ya sabemos que si la describimos como “nueva”, nunca será la misma.

Es curioso, y bien pensado, está primavera está teniendo más coaching que polen.

Lo que ocurre es que llega un momento en el que se te calienta la oreja, porque hace unos minutos estaba escuchando la radio, a la una y media de la madrugada, Onda Cero. El coaching de ahora giraba en torno a que hay que consumir en las tiendas del barrio, cosa que como diría un castizo, me parece “fetén”, y que habrá que pasar las vacaciones en España, en nuestros hoteles, y en nuestros restaurantes. Que por cierto, ha dicho uno que acompañaba al presentador en ese momento, y que es propietario de un bar, que debemos de copiar también esa costumbre tan anglosajona de la propina, y nos portamos bien. Ahí es cuando se me ha irritado la oreja y la vena del cuello.

Haremos todo eso, cuando entre otras cosas, ganemos lo que ganan los ingleses, los alemanes, y los franceses. Y no me refiero a los extranjeros que trabajan en esos países, sino a los oriundos que tienen todos los derechos. Además, no se debería de pensar en las propinas a la hora de fijar una buena nómina para el currante. La propina si cae bien, pero no se debería de dejar al destino la nómina, por ejemplo, de un camarero. Pero de eso no se habla, porque entre otras cosas no debe de convenir, por de pronto, a la parte contratante.

Además, considero que la propina es, entre otras cosas, muy española. Lo que ocurre es que ya nos están preparando para suplir este año a los turistas extranjeros que al parecer no van a poder, en el caso de que hubieran querido, venir. Y el panorama que tenemos en España es bastante…desolador. Porque el común de los españoles no es el que se lleva el dinero a Suiza, que ese a lo mejor tiene mimbres hasta para organizarse unas vacaciones en Mónaco, sino a quien está en su casita, y muy probablemente en el paro.

Personalmente, este vecino pasa todos los veranos a orillas del Mediterráneo, y este año, si puede, lo hará otra vez. Lo cual no quiere decir que ni me calle ni olvide las diferencias de trato que siempre ha habido con respecto al extranjero, especialmente suecos, alemanes y noruegos. Las cosas son como son.

Después de haber estado más de media hora haciendo cola para cenar en un restaurante, a ellos no les ofrecen una mesa al lado del W.C. o debajo mismo del aire acondicionado, y al menda sí, mientras detrás entraban, casualmente, extranjeros en el mismo momento, y les ofrecían mejores lugares. No busco venganza, pero tampoco olvido, ni que me cuenten milongas. Porque no hay carnet de impresentable, ni patria de salva-economías, y puede venir desde cualquier frontera.

Aviso, personalmente ya está este vecino del mundo empachado de tanto coaching, porque al final seré yo quien decida qué hago, y lo que hago.

Muy poca gente se da cuenta que el comprar algo en una tienda, o irse a cenar a un restaurante, siempre es una ceremonia tan íntima como decidir acostarse con alguien. Pensároslo. No vayamos a confundir a estas alturas de la película, intimar con intimidar.

*FOTO: DE LA RED



miércoles, 13 de mayo de 2020

UN TAL JAIME Y SU NIÑA...


Como me suelen decir los que me conocen, al final no dejo de ser un moñas, o alguien a quien el corazón siempre le puede.

Y eso me pasó en realidad hace dos días. Normalmente a la hora del desayuno entro en internet y veo las noticias en algunos periódicos y sopeso el panorama, de cómo está el mundo, normalmente el de los orcos desde Twitter. Visto lo malo, me puedo conformar más fácil con unas gotitas de esperanza.

Estaba en Twitter cuando leí sobre un tal Jaime que para hacer más “dulce” el confinamiento a su hija, de corta edad, a la hora de sacar la basura, convertía todo aquello en un desfile en el que él y su hija salen disfrazados de los personajes favoritos de ella. 

Como se puede discernir desde el primer momento, con mucho aroma a "La vida es bella",  y crear un cierto mundo paralelo, del que este vecino nunca ha sido nada partidario.

Ocurrió, que intentando localizar las mismas imagenes encontradas por Twitter, pero en Youtube, dí con una tienda en la que estaban todos los disfraces de esta bonita historia, pero me quedé, dentro de mí, con una gran decepción.

Hace dos días, paré las máquinas y aborté la historia. Hoy, tal como está el panorama de los orcos y no orcos, e incluso de alitosis,  por el olor a la historia de Roberto Benigni, la recojo del cajón de los buenos deseos, y la muestro tal cual.

Es una bonita historia de hadas y buenos deseos, en la que para materializarla en realidad debes de pasar siempre por el departamento de sastrería primero, y luego, irremediablemente, por caja.

Por lo demás es la historia que en tiempos de pandemia más me ha enternecido, y creo que merece por ello, y por la niña entorno a la cual se teje todo, que sea conocida por más gente.


También os digo que en el fondo este vecino del mundo desea que sea verdad, y que el padre no sea ni el propietario de la tienda de disfraces, ni empleado. Y que si puede financiar esta bonita historia, olé por él y por su niña.

*FOTO Y VIDEO: DE LA RED










lunes, 11 de mayo de 2020

CIERTO AROMA A ... CODORNIZ

Me acabo de dar cuenta, y no me ha quedado más remedio que cantarme ahora mismo el cumpleaños feliz. Hoy cumplo sesenta y cuatro años, y no me acordaba para nada.

¿Hay algún problema? Sí, que son las tres de la mañana cuando escribo ésto, y el vecino de abajo ya habrá dicho eso de: -Ya estamos otra vez, el del puto blog y sus rarezas

Por lo demás, no los aparento, al menos de estado de ánimo. De hecho, hay días en que no me sacaría de la guardería, castigado.

Ya sé que después de lo anterior, estaréis pensando: -Cómo está el colega. Como se dice en mi pueblo, al menos, se decía: Peor que las maracas de Antonio Machín, y a sus años. 

Aunque ya me temo que la juventud no tendrá ni idea ni de Antonio, su máquina, y mucho menos sus maracas.

Pues si este vecino del mundo está como unas maracas, para humor, el del destino. Porque si algo nos caracteriza a los españoles, aparte de ser más listos que el de al lado, y especialmente que el de enfrente, es la envidia. Y no se le ocurre otra cosa al destino que ponernos a los españoles … dos velocidades.

Ya estamos en Madrid, por ejemplo, con ataques de nervios varios, especialmente en la clase política, y en la empresarial. Que son, a la postre, los que quieren cortar el bacalao, porque entre otras cosas, seguro que dirán que el bacalao es suyo, y que la vajilla y el menaje de cocina también.

Es una pena que con lo bien que lo tenía preparado la Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, incluido el reportaje de “El mundo”, se lo hayan chafado unos cuantos memes, y especialmente la cursilería de unas poses que sonrojarían al mismísimo Murillo.

Sinceramente, estoy convencido de que muchos de nuestros políticos nos minusvaloran, y como mínimo están convencidos, de que el pueblo, así en general, es tonto. Y no se dan cuenta de que el mero manual de supervivencia hace que o espabilemos, o nos quedamos en la cuneta, como en tiempos de la guerra civil.


Mucho me temo que la España de dos velocidades, mínimo, nos va a dar momentos gloriosos, aunque sean a la postre, de vergüenza ajena. Pero muchos que todavía recordamos “La Codorniz y su espíritu, lo vamos a pasar, y sin perdón, teta.

*FOTO: DE LA RED
 TRUCAJE: PATXIPE

domingo, 10 de mayo de 2020

EL TWITTER NUESTRO...



Normalmente me levanto por las mañanas, me preparo mis pastillas, mi zumo y me pongo delante del ordenador para ver cómo se nos presenta el día a través de varios diarios, y el Twitter nuestro que está más cerca del infierno que del cielo. Y después de todo esto, me despierto.

Hoy el viaje ha sido más que accidentado. Y la culpa ha sido de la foto que encabeza este artículo. Y no, no es la de Díaz Ayuso, en plan Virgen de Murillo, y a la sazón Presidenta de la Comu. de Madrid, como seguro que le gustaría decir a ella, entre medias verdades y confusión con la palabra “comu-lgar” al fondo. Y es que ella nunca da puntada sin hilo, o a lo mejor sí,  vaya usted a saber.

La foto que me ha impactado es la de ese individuo que se supone que viene, o va, en realidad da lo mismo, de una manifestación en Raleigh, Carolina del Norte

Son Fans de Trump que protestan contra el confinamiento. Qué mejor que un sándwich para desayunar, con un bazoka para bajar el hambre y el apetito de libertad de los demás.

A Trump también se le eligió en unas elecciones, se supone que democráticas, y no dignas de una mente como la de Stephen King.

En realidad, el futuro apocalíptico de finales de los setenta, con el comienzo de la saga “Mad Max”, hace tiempo que quedó en pañales. Y tristemente nuestro presente tiene bastante más de “Joker” pero en versión ultraviolenta si se puede.

No hay más peligroso que normalizar lo que siempre ha sido irracional. Porque si metes algo explosivo en tu vida, en tu bolsillo, y lo normalizas (la nueva normalidad, ¿os suena?), el día menos pensado te explotará. Y tus vecinos dirán aquello de “era una persona normal, tirando a simpático, y nunca dio ningún problema."

Mis pastillas, me faltan mis pastillas...

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jueves, 7 de mayo de 2020

TRES PASEOS AL ATARDECER


Pa´ habernos matao. No es el libro de memorias de Antonio Resines, que también, sino la conclusión a la que he llegado tras tres paseos al atardecer.

Hay muchos muertos. Esta pandemia está dejando muchos muertos en las cunetas, pero visto lo visto, lo irresponsables que llegamos a ser, no está pasando más porque los hados, o lo que sea, no quiere. Porque está visto que nosotros nos perdonamos todo.

Anteayer iban cuatro mujeres, que sin duda en un comienzo de su caminata habrían comenzado dos y dos, y una de ellas, la más joven dijo muy alto, tan alto que al caer atravesó mis oídos, que EL JUNTARSE EN LA CALLE ES INEVITABLE.

Por aquello de quien calla otorga, me di por aludido  y contesté alto también, NO, NO ES INEVITABLE.

Las cuatro, calladitas, casi disfrazadas de “nada”. Volví a repetir, igual de alto, NO, NO ES INEVITABLE, pero esta vez recalcando las palabras, para dar la sensación de que eran meditadas y no fruto de ningún calentón.

Si ellas iban caminando en mi misma dirección por una calzada que se podía extender varios centenares de metros, torcieron a la derecha y les faltó piernas para la velocidad que querían alcanzar…

Lo primero que pensé al quedarme sólo: ­-Que no se me olvide al llegar a casa, primero de todo, y no por el coronavirus, ducharme a fondo para intentar quitarme toda la caquita que sin duda, las cuatro anónimas, habrán despotricado sobre mí, pero siempre a posteriori.

Lo mismo ocurre con nuestros políticos, que son incapaces de pensar en otra cosa más que en su futuro.Y lo unico que saben es estar en contra de, y de llegar a algo consensuado, siempre consensuado. No sea que demos un paso al frente, solos, y nos despeñemos por el acantilado de las responsabilidades.

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miércoles, 6 de mayo de 2020

CARONTE EN LA ORILLA DEL LABERINTO...



Estoy totalmente preocupado. Debe de ser la primavera, pero a nuestros líderes políticos, es un decir, les ha dado por mostrar ante sus seguidores la cornamenta para ver quién la tiene más grande. Que si en MI AUTONOMÍA MANDO YO, Y SE MUERE, en el peor de los casos, COMO YO DIGO. Y “la berrea” de este año va a ser, y nunca mejor dicho, sonadísima.

Lo del coronavirus es una cosa muy seria, porque por lo demás sería para reírse hasta descoyuntarse la quijada.

Los partidos políticos españoles llevaban más de un mes bastante recogiditos, pero, ha sido mencionar la desescalada, y para ellos, esos mismos partidos, ha sido “desescalada” igual a “casi estamos bien” y han empezado sus caceroladas particulares sin balcón, y sin vergüenza.

Los indepes se han vuelto a poner la ropa, y maneras, de indepes, y han comenzado como los de derechas-casi centro-casi-me-caigo-por-la-derecha-más-extrema, y los de izquierdas sin tocar bola de poder, junto con todos los demás, están reivindicando que el balcón, y el pedazo de fachada correspondiente es suyo, y de nadie más. Y se cortan el pelo, el de todas partes, cuando les sale de ahí.

Al final, en el confinamiento nos está salvando que cada uno puede programar su ocio televisivo prácticamente según sus apetencias. Y este vecino se acaba de trajinar, incluso sexualmente, una serie española que lleva poco tiempo puesta en la plataforma de Amazón Prime,y que nadie la ha podido ver todavía en ningún canal televisivo.

Me refiero a Caronte, una gran serie, thriller, de trece capítulos, y desde ya os puedo decir que, sin destripar nada, es una serie que no te deja a medias, esperando para concluir la próxima temporada. Y eso que a falta de tan sólo cinco minutos se te antojaba que te ibas a quedar con una triste sensación de gatillazo. Y no es así.

Un reparto muy bien equilibrado con un extraordinario Roberto Álamo, en la piel de un abogado, novato pese a los años que tiene, porque antes fue poli y de los conflictivos además, al que lo único que nunca le podré perdonar es ese anuncio de apuestas deportivas.  Carlos Hipólito en el papel del super-malo de turno, está también como para darle un premio a nivel internacional. Eso que a este vecino del mundo no es de los actores que más le gusten, y no me meto con su calidad actoral, que es muy bueno siempre. Pero por razones de química, hay con quienes tienes más afinidad, y éste no es el caso.

De lo mejor de la serie el uso mismo que se hace de la palabra Caronte y su significado mitológico. No os la perdáis.

Por lo demás, seguimos en estado de alarma, y con esa sensación de estar dentro de un laberinto, en el que en cualquier momento nos puede fallar la orientación y las buenas decisiones.

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lunes, 4 de mayo de 2020

CONSENSO DE A PIE...



Creo que si tuviéramos que llegar a un consenso los ciudadanos de a pie, lo haríamos antes que nuestros representantes elegidos voto a voto y urna a urna, o como se diría en “La naranja mecánica”, pero allí para otro asunto, con el viejo mete-saca. Mete papeleta y saca un escaño, si te da para ello.

Sí, los ciudadanos en realidad hace tiempo que han llegado a un consenso, y a más de uno.

Es un consenso, y es una realidad, que el gobierno, y desde el principio, toca de oído, y se le nota muchísimo, porque lo mismo te vende ésto, que a los cinco minutos, aquello.

Y otro consenso, al margen de colores políticos o de temas económicos, es que el confinamiento debería de seguir más tiempo, porque pareciera que ahora nos entran prisas para no perder lo que ya se ha perdido. 

Si vuelve a recaer la pandemia con tanta fuerza como lo hizo al principio, lo vamos a tener crudísimo, especialmente en el ánimo de la tropa y en la credibilidad de los que nos mandan, si es que queda algo...

En realidad no hay gobierno sobre la tierra que haya tenido que lidiar con una situación como ésta antes, y los partidos que se han quedado fuera del gobierno están aplaudiendo con las orejas por no estar en esa poltrona con más espadas que en Juego de tronos

Han pasado dos días en que hemos podido salir en una franja determinada, si no a hacer deporte al menos a mover un poco el esqueleto, y en Euskadi al menos, con lo bien que vestimos en general, hemos salido más como para seguir a una “txaranga” en plenas fiestas del pueblo, que para ir al teatro.

Y es que en el fondo eso de la mascarilla, el que lleva por que la lleva y el que no porque también se siente incomodo por no llevarla, nos ha descolocado. Más de uno seguro que ya esta pensando en comprar mascarillas de diseño, que todavía no las hay pero seguro que las habrá, y que no arruinen tanto su fondo de armario.

Por lo demás, y ésto ya totalmente en serio, no digo que no volvamos con el tiempo a las mismas costumbres, pero ya nunca volveremos a ser iguales que aquellos tipos que hace unas semanas, unos con sorpresa, otros regañadientes, se enteraron que se tenían que quedar en sus casitas por un tiempo indefinido.

La mayoría de nosotros no hemos vivido una guerra, aunque muchos hemos oído hablar a nuestros padres de nuestra guerra civil, del tiempo del hambre, del estraperlo

En una época en que se intenta homologar todo tipo de títulos e incluso comportamientos, el coronavirus y nuestro respectivo confinamiento equivaldrán, y en el mejor de los casos, a pasar nuestra particular guerra.

Ya lo dijo Neruda, Don Pablo, en su célebre poema “ Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos…” 

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viernes, 1 de mayo de 2020

ASÍ ES LA VIDA


Ya está aquí, por fin, mayo, y con ello Sabina coronado como visionario por aquello de “¿Quién nos ha robado el mes de abril? "

Ahora descubriremos si es verdad ese tópico de las flores de mayo, y son eso, flores. Porque mucho me temo que sean, en su lugar, esos cactus de película de vaqueros que son más grandes que el jinete y caballo juntos.

Hoy me pasaré el día entero buscando el chándal. Para mañana es más que necesario, si uno se quiere retratar como deportista en ciernes. En Ciernes o en cualquiera de nuestros pueblos.

Al final igual me decanto por el turno de la tarde, de 8 a 11, porque lo de mañana por la mañana puede ser como el encierro de los Sanfermines pero en el que no se va a distinguir quienes son los toros y los mozos, aunque seguro que cabestros, lo que va a ser cabestros, puede que abunden en ambos lados.

De todas maneras, lo de dejarlo para la tarde puede tener un peligro añadido. Algún vecino de esos que se han erigido desde el comienzo de la pandemia como policía de balcón, se confunda, o vaya directamente a joder, diciendo a voz en grito que ya me ha visto haciendo cabriolas en el turno de la mañana. Que aunque seas muy malo como deportista, solo te puedes entrenar una vez al día.

Por cierto, y ya para terminar, estoy hasta el gorro de la expresión “Ya queda menos”, que cada vez oímos más, especialmente en la tele cuando  se despiden de alguien que ha entrado por Skype o similar. Claro que queda menos, pero para todo, para lo bueno y para lo malo. Y tampoco se trata de recordar en cada momento la fragilidad de la vida. Que ya se ha encargado de recordárnoslo un puto virus, que además, por no tener,  no tiene ni nombre serio. ¡Así es la vida!

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martes, 28 de abril de 2020

CONFINADOS A SU PRESENTE



Seguro que, como en todo, al final habrá confinados de primera y de segunda. Ya se está viendo, confinados que trabajan en la tele y que, en teoría, vuelven a casa, a la suya, pero va cambiando la amante del momento. Como para mear y no echar ni gota. 

Bastantes problemas se pueden tener con una relación oficial como para que en tiempos de coronavirus nos la juguemos, además en varios sentidos, en vertical y en horizontal.
Que por cierto, visto lo visto este fin de semana en el Canal Alegre, del Deluxe, ahora parece que si quieres encontrar trabajo, y tienes un novio con posibles, influencias, de derechas de toda la vida, te vas a tener que poner mirando a Murcia, que puede ser como el nuevo El Dorado, o “El timo de la estampita 3.0.” vaya usted a saber.

He de confesar, que este fin de semana opté por no llorar por cifras oficiales que te matan el alma, y me recluí en un mundo guionizado, como el mundo real, que se estaba escribiendo en cada momento, pero bajo la etiqueta “Sálvame Deluxe”. Y me reí como lo que debo de ser, un loco. Por "figuras" que se creen listos y que tienen la salvación ganada porque allí, en el más allá, ya creen conocer a alguien, que como siempre, intentara hacerles un apaño.

Partiendo de la premisa de que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, qué bien te lo puedes pasar. Y además, ya concienciado, no pasas ni vergüenza ajena, porque sabes que los sujetos activos en unos momentos, y pasivos en otros, tampoco conocen la vergüenza, ni quieren saber de ella.

De todas maneras, en una sociedad que se supone que ha cambiado tanto, y ya se habla más en femenino que en masculino, al final, en cuestión de cuernos, se sigue el manual. Las mujeres se despellejan entre ellas,  aunque empiecen su discurso con “es la última vez que hablo del tema, y además no tengo nada en contra de ella”, y el presunto macho, ni está ni se le espera.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 27 de abril de 2020

EL FIN ÚLTIMO DE LAS COSAS...



No sé vosotros, pero yo tengo la sensación de que con este coronavirus nos hayamos enterado del fin último de las cosas; algo así como la caída de Pablo de su caballo; de la muerte del protagonista antes de comenzar su historia; de quiénes son los Reyes Magos, y el ratoncito Pérez. Y que los valores, las creencias, da lo mismo colocarlas hoy, o mañana en el calendario, pero siempre que se coloquen, para luego pasar por caja y que te apliquen el correspondiente IVA.

También ha servido, por si teníamos dudas, para comprobar que tenemos un gobierno cobarde, porque todos somos unos cobardes, y nos seduce más criticar a tiro fijo que tomar la iniciativa y jugártela tú.

Los políticos que nos mandan, cada vez que tienen que tomar una decisión, les tiemblan hasta las canillas, y a nosotros nos sobra caradura. Y sino, sirva para comprobarlo, nuestro comportamiento de ayer, al salir con nuestros niños a dar un paseo. Porque los únicos que dicen la verdad son nuestros hijos con su comportamiento, porque aprenden lo que ven y escuchan en casa.

Nosotros, los adultos, nos cansamos de decir que nos encantan los documentales de la segunda cadena, y es muy probable que si les preguntaran a nuestros hijos, respondan preguntando qué es eso. Porque en su casa, en la nuestra, nunca han oído ni visto un mísero documental, ni tan siquiera, su concepto…

Tan solo tengo la esperanza de que el próximo marzo no nos vuelva a pasar lo mismo, otra pandemia. Más que nada, porque estoy convencido de que no habremos aprendido, y que para nosotros, desde hace tiempo ya, dos veces seguidas es una tradición.

Mientas terminaba este post me ha sonado el móvil (es verdad, y no un recurso) y durante unos diez segundos no me contestaba nadie. Creo que se me ha parado el corazón dos veces, y al final ... era Vodafone. Lo dicho, al final siempre hay que pasar por caja, y en este caso no me refiero a la de pino, que también.

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domingo, 19 de abril de 2020

UN PALO CONFINADO...



Llevo varios días en los que no me asomo a esta ventana, más que nada, para no mostrar las miserias de este vecino del mundo, que pese a que se ha disminuido grandemente su dosis de noticias diarias y hace tiempo que quitó de su vista todo objeto cortante, mejor que no le contéis un chiste porque seguro que se echa a llorar.

Ya solo me queda de reducto de felicidad la hora que veo de lunes a viernes “Amar es para siempre”, en Antena 3, y ahora cada vez que veo un capítulo nuevo, debo de tener la misma sensación que un desactivador de explosivos, temiendo, siempre temiendo, que pueda ser el último. Porque aunque suelen grabarlo con bastante antelación está claro que todavía no habrán terminado la grabación de esta temporada, y en cualquier momento vamos a dejar a los personajes de la Plaza de los frutoscerrados hasta nueva orden”.

Más de una vez en esta confinación a este vecino le viene a la mente el anuncio del palo, y del niño dando voces de admiración al descubrirlo.

Como ahora no hay futbol y no podemos dar rienda suelta al entrenador que todos llevamos dentro, ahora nos hemos convertido en técnicos de coronavirus y sabemos la receta para que todo vuelva a la normalidad, y además, ¡qué casualidad!, nuestra familia primero.

Todo esto de la pandemia nos ha venido bien, y que se me entienda, por favor, para gritar al unísono: ¡Virgencita, que me quede como estoy! 

Porque esta vida, bueno, la anterior, hasta primeros de marzo, era una caca, pero era nuestra caca, porque podíamos hasta besarnos, abrazarnos. La mayoría de las veces no lo hacíamos, pero podíamos. Intentábamos que fueran otros los que sacaran a nuestros hijos, a ser posible los abuelos, porque así todo quedaba en casa, especialmente nuestro dinero.

Lo dicho, quizás hoy tampoco debería de haber abierto esta ventana, pero ya está hecho. Por cierto, si hay alguno de esos policías de balcón, que están tan de moda ahora, y que vigilan la moral de la tropa, pero siempre a su manera, ya sabe dónde estoy, y especialmente a qué dedico el tiempo libre…, bueno, libre no sino confinado.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 13 de abril de 2020

UN GIRO DE GUION...


No sé vosotros, pero personalmente hay momentos en los que tengo sensación de estar agachado en una trinchera, y que si me levanto más de lo necesario, me puede alcanzar un virus lanzado por un tirador de élite.

Y no nos engañemos, ésto va para largo. A lo mejor, o para ser precisos, a lo peor, acabamos todos tan zumbados como  el célebre personaje, Rambo, de Vietnam, con la sensación de haber sufrido lesiones de una guerra, que verla al menos por ahora, no la ha visto nadie.

Por eso, ayer, al llamarme un amigo con mucha urgencia, ya habían pasado las nueve de la noche y decirme que pusiera en ese mismo momento “La Cuatro”, agradecí ese giro de guion.

El programa era “First dates” y en ese mismo momento estaba en pantalla una señora de rojo, de Vitoria concretamente, que se supone estaba esperando a conocer a la persona que le iba a presentar el  programa, por si podían hacer buenas migas… Mi amigo por el teléfono me dice, espera a ver quién es él, por si te suena... A los diez segundos aparece él. Tuve esa inequívoca sensación de estar en un tiovivo y que todo gira a tu alrededor.

Quien estaba en pantalla era, Janfri, el portero de mi casa. Tiene sesenta años, divorciado, y no llevará más de tres años en ese trabajo. Por lo que está demostrando que si algo es, a estas edades, es un superviviente. Además, es ese tipo de personas que lleva escrito en su cara el“buena gente”.

Ahora, con lo del coronavirus, y por una serie de razones, no me ha pillado ahí, pero cuando vuelva iré como un colegial a pedirle un autógrafo, y a vacilarle un poco, aunque al final me vacilará él a mí, seguro además.

Está demostrando tener una buena mano izquierda en su trabajo, porque hay mas de cien viviendas que dependen de su gestión, y a poco que nos pongamos todos, pero no a la vez, espero, un poco picajosos, hay que darnos de comer aparte.

Nunca hubiera considerado un programa como “First dates” algo parecido a una ONG, pero en estos días de retiro más bien forzado, cualquier cosa que te saque de lo habitual y prácticamente único, es de agradecer. Y ayer, verle a Janfri convertido por unos instantes en candidato al amor me sirvió para escaparme del confinamiento, como en su tiempo lo hizo el célebre Henri Charrière, “Papillon”, con las autoridades francesas.

Por cierto,  y ya para terminar, la cita a Janfri le salió bien, y habrá una próxima. Sigue saliendo el sol más allá del confinamiento.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 11 de abril de 2020

¡VER PARA CREER!



Cuando todo esto del confinamiento termine, que lo hará pero no con la premura que ya muchos vaticinan, tendremos que pagar, o deberíamos de pagar, por aquello de ser solidarios, y comprar las canciones o relatos que se escribieron durante la época en que, a la postre, nos tuvimos que proteger de nosotros mismos.

Y ya sabremos más cosas. Conoceremos a los vecinos. Con quienes habíamos compartido vivienda durante años, pero que como andamos, o andábamos antes del confinamiento, como locos, y nunca nos habíamos parado, ahí esta la clave, ni siquiera a saludarnos, descubriremos que el quinto A, por ejemplo, es algo más que un piso.

Ya debe de haber niños, muy pequeños todavía, en el que para ellos parte de la ceremonia de la vida consiste en salir a las ocho de la noche al balcón y saludarse unos a otros, mientras más de uno hace lo que puede, lo que sabe, y su vergüenza le permite, desde la libertad de su balcón. Como cantar o tocar un instrumento. Y esta costumbre ya estaría bien no olvidarla nunca.

He leído y oído por ahí que el Gobierno vasco, en nuestro caso, porque dependerá de cada autonomía, se va a poner las pilas y a partir del martes, para los que ya podrán salir a trabajar, van a poner puntos de acceso en estaciones de tren y bus en los que la gente podrá recoger sus mascarillas.

¡Ver para creer! Y eso que, como ya sabéis desde hace un tiempo este vecino ve la mitad, y por lo tanto debería de creer la mitad también. Y ni por esas. En España, os recuerdo, se creó la famosa “picaresca”, y no es cuestión de ayer, sino de siglos y siglos hasta incrustarse en nuestro mismísimo ADN.

Como mínimo de males, las mascarillas desechables, de una puesta y tirarla, las reconvertiremos en quincenales. Y sino, al tiempo. Lo nuestro, desgraciadamente, no se cambia ni con una pandemia, ni con un confinamiento a perpetuidad.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 10 de abril de 2020

AQUELLOS TRENES QUE NO PUDISTE TOMAR...


Al final habrá que dar gracias tras este confinamiento de que no dejamos nada puesto en la sartén. Y es que lo que iba para un tiempo indeterminado, ya se va viendo más determinado, entre mucho e indefinido.

Hay que tomárselo con humor porque lo demás pudiera ser desesperante, mientras nuestros políticos continúan echándose los trastos a la cabeza. ¿No habrá ninguna manera, a ser posible decente y sin violencia, de deshacernos de todos ellos, y comenzar otra vez?

Ha habido mas de un lector que me ha preguntado cómo paso el tiempo en este confinamiento, una vez que dije en un post anterior que mi casa no es terreno propicio para largas caminatas…

Una ventana, y gran ventana además, es el ordenador, junto con internet forman una buena mezcla, sin recurrir al alcohol, y pegarse unos cuantos buenos pelotazos al día.

Personalmente me gusta revisitar películas. Y ayer fue el día de “Beatiful Girls” (1996), una película estadounidense dirigida por el ya desaparecido desgraciadamente Ted Demme.

Protagonizada por Timothy Hutton, al frente de un gran reparto, que interpreta a Willie, un pianista de bares, que a sus 29 años, regresa a su pueblo para intentar tomar decisiones decisivas  para su futuro...

Es una película que bajo la piel de comedia toca temas muy importantes y entre otras cosas redescubres a una Natalie Portman, en un personaje de una vecinita de trece años, adorable, y que te hace plantear los diferentes trenes que hay en la vida, y que no puedes compartir porque te llevan a  diferentes direcciones.

Si alguien tiene dudas de por qué Natalie Portman está donde está que vea esta película, aunque ya en la primera, Leo El profesional, apuntaba maneras. Hubiera estado mejor que bien, y lo sugieren ellos en la película, una especie de “continuación”, del personaje de Timothy Hutton y Natalie Portman, veinte años después.

También utilizo mucho Youtube, y como me gusta mucho la música veo actuaciones de concursantes de La voz de todo el mundo. Y podrás comprobar fácilmente lo buenos que pueden llegar a ser esos anónimos repletos de ilusión y esperanza.

Me despido con un botón de muestra, mientras, por si acaso, voy a comprobar si me dejé puesta la sartén, o lo que quede de ella…

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 8 de abril de 2020

UNA CALLE SIN GENTE...



¡Siempre igual! Nos hemos pasado días y días hablando del famoso "pico", ese que será una especie de atalaya en el que observaremos tras él cómo “todo” irá bajando. Y cuando todavía no hemos llegado, ya estamos hablando, totalmente preocupados además, de cómo se va a hacer la desescalada del confinamiento. Algo así como estar preocupado de cómo vas a bajar el Everest cuando en plena ascensión todavía no divisas la cumbre.

Por cierto, las ya mencionadas: desescalada y confinamiento.  Dos de las palabras más importantes que el coronavirus nos ha traído,  y que a últimos de Diciembre estarán muy cerca del pódium de la palabra del año.

Y es que lo nuestro, además, es reír por no llorar; pero de la peor manera, reírnos de nosotros mismos, porque en realidad solo nos preocupa la foto del momento. El cómo llegar a la desescalada da lo mismo. En una especie de remedo de aquel burro que tocó la flauta por casualidad. Pero la tocó, leches.

Este virus no solamente está dejando muertos, muchos más de los que todavía se reconocen; también está dejando, como no podía ser de otra manera tratándose de España, imágenes lamentables de unos líderes políticos, todavía los de siempre, desgraciadamente, que constantemente utilizan todo, “todo”, para recordarnos que su ideología es la única que limpia más blanco.

Hay algunos, ya lo han demostrado otra vez, que lo único que les estorba es la realidad. Y por eso no dudan en trucar fotos para crear finales apocalípticos, en una Gran Vía madrileña repleta de banderas españolas, eso sí, que cubren miles de ataúdes. Cuando quizás, uno de los finales más tristes que se puedan encontrar es el de cualquier calle de las nuestras vacía o vaciada, lo dejo al libre albedrío, pero a la postre sin nadie. Y ya se sabe que una calle sin gente es como un político sin corazón: da miedo.

*FOTO: DE LA RED