¡No os lo vais a creer!
Hace una media hora, y como me estaba preparando un
cocido de garbanzos, he tenido que ir al frigorífico, que por razones de
espacio, poco, no está ubicado en la cocina, y al abrirlo, como tengo pocas cosas,
porque la despensa de un parado, es más bien frugal, le he visto enseguida.
-¡Bustamente! ¿Qué haces ahí?-Estaba tumbado
entre las verduras, y mientras intentaba moverse un poco me dice - Es
que ésta es la parte del frigorífico con “clima” más suave, y ya se sabe que me
tengo que cuidar la voz. Ya perdonarás… pero como ésto de la música está como
está, hay que innovar en el mundo de la promoción – me lo decía con una
media sonrisa.
-Últimamente te he oído en varias entrevistas
radiofónicas, y has aparecido también en el programa de María Teresa Campos y
en “El hormiguero”.- Se lo decía con tono de buen rollo, pero con la
clara intención de que estimaba que ya era más que suficiente.
-Si yo estoy de acuerdo contigo, no faltaba
más – me lo dice David, mientras le hace ojitos a un tomate -
pero
la multinacional me dice que como eso ya lo hacen todos, hace falta ese puntito
más, marcar la diferencia, para promocionar mi último trabajo: "Vivir". Y claro, como diría mi Paula, a un “guaje”
acostumbrado al andamio, cualquier esfuerzo le parece poco y aquí me tienes, como
los políticos, luchando por cada voto, y he pensado que ésto es más original que ir al
mercado, en el mismísimo frigorífico de unos cuantos, al azar.
Con toda la sinceridad del mundo, y sin que pasara por mi
mente (dado lo sorprendente del momento) el decirle que saliera de la repisa
aunque sea para descansar un rato, le he prometido –Mira, Busta, siempre me has caído
muy bien, concretamente desde que en Operación Triunfo comentaste que al ahora
rey, Felipe VI, le dijiste: ¡Qué casualidad! Usted Príncipe de Asturias y yo
cántabro. Me ganaste para tu causa. Pero, ya perdonarás, soy uno de los muchos
que ahora mismo están en paro, y a mis cincuenta y ocho años, es más difícil que yo encuentre trabajo, a que a ti te den un grammy latino. Entonces, comprarme tu próximo disco va a ser imposible,
pero sí te voy a prometer que no lo voy a piratear, ni que me lo deje ningún amigo.
Lo cual, considero que no es poco…
Y en ese momento sale el verdadero Busta, el joven todavía
inocente que me dice: -Muchas gracias, muchas gracias, si no
estuviera en esta postura tan peculiar te cantaría una canción ahora mismo, a
capela. De todas maneras, y cuando quieras oír mis canciones… ¿qué vas a hacer?
-No hay ningún problema- mi tono de
voz no deja ninguna duda de que es una idea que tengo totalmente asumida - Como últimamente
sales… hasta en mi frigorífico (Bustamante se ríe con cara de niño que
ha sido pillado en falta) pues escucho tus canciones en vivo, en
directo o en playback que son las más, y con eso mato el gusanillo.
Busta, mientras pone cara de pensar, se agarra con dos
dedos la barbilla, y sopesando la cuestión, contesta: -En eso no habíamos caído. Lo
tendremos que estudiar…
Y mientras me despido del cántabro dándole la mano, ya
que en su posición es imposible darle un abrazo, le digo: -Ya se
sabe eso de que “En el pecado está la
penitencia”.
Ya de vuelta en la cocina, y cortando la zanahoria, lo
dicho, no me lo podía creer: -Por cierto, que no se me olvide limpiar el
frigorífico por dentro, no sea que en cualquier momento aparezca Bisbal, por
aquello de que si la envida fuera tiña…
*FOTO: F.E.PEREZ RUIZ-POVEDA