Si hubiera un premio denominado “El malo de la semana”,
sin duda el de estos siete últimos días iría a las manos de Jordi Évole por su
falso documental “Operación Palace”, una sorprendente explicación al intento de
golpe de estado del 23F.
Habrá mucha gente que no le va a perdonar nunca esa, para
muchos, salida de pata de banco, o jugar con la confianza dada por
millones de televidentes durante más de un año a su programa “Salvados”.
A favor del Señor Évole habrá que recordar que él ya
avisaba que este reportaje era una separata, y no tenía nada que ver
con su programa, sino que era “otra cosa”.
La reacción de mucha gente tras los primeros instantes, y
al explicarse al final del reportaje de que todo lo visto era mentira, o dicho
en más fino, ficción, fue la de “yo me di cuenta enseguida”, aunque
los miles de mensajes lanzados, por ejemplo, en twitter durante el programa,
mostraban sorpresa y credibilidad a la presunta noticia.
Al contrario del dicho, y en este caso, tras
la calma vino la tempestad, con mucha gente decepcionada por la confianza
depositada en Jordi Évole, y con ganas de colgarlo por los meñiques, del palo mayor de la
comunicación.
A este vecino, un lector y por correo electrónico, le
preguntó ayer qué pensaba sobre lo ocurrido.
La verdad es que este vecino no suele ver “Salvados”,
porque ya está un poco saturado de realidad en vena, aunque el Señor Évole,
naturalmente, no tenga la culpa, y a las horas en que se emite su programa, el
vecino suele ver alguna película, preferiblemente de acción, para intentar
evadirse de los problemas diarios. Si bien, suele mantenerse informado de lo
que se va hablando en ese programa.
Dicho lo cual, sin embargo, este vecino al enterarse de
lo ocurrido con “Operación Palace”, y tras visionarlo, recordó a aquel padre que dijo a su hijo de
siete años, que saltara desde la mesa de la cocina, y que él lo cogería con sus manos antes de caer. Y tras no
hacerlo, y que su hijo se pegara un mamporro, le da su primera lección vital: “No
te fíes ni de tu padre”.
Jordi Évole echándole “un par” a la vida, y aún a riesgo
de perder su credibilidad, ha querido demostrar que cualquiera se puede
equivocar, o ser manipulado sin darse cuenta, y que él intenta destripar la
realidad, pero que es verdad aquello de que “cuatro ojos ven más que dos”, y
que tenemos que ir descubriendo la verdad desde nosotros mismos. Ya que, como
se demostró en el falso reportaje, una cosa es lo ocurrido, en este caso un
intento de golpe de estado, y otro la explicación que se le dé, que puede ser
lo que cambie el sentido de todo. Por lo que el recordatorio de este programa “Operación
Palace”, en el que se incluían a pesos pesados de la información, de la política, y del arte, diciendo “no-verdades”,
deberíamos de tenerlo presente siempre. Gracias, Jordi, por tu valor al jugarte
tu reputación.
*FOTO: DE LA RED