sábado, 19 de diciembre de 2020

DÍAS DE MUCHA INTUICIÓN...



 ¡Lo sabía! Mi intuición, las pocas veces que me visita (que para eso soy un hombre de lo más normal; con más fallos, eso dicen ellas de todos, que una escopeta de feria), era acertada.

He puesto más marcha, cercana a la paranoia, a las luces, y ahora sus ramas son otras. Me ha parecido, incluso, que me sonreía. Aunque, por supuesto, soy más que consciente, que cada cierto tiempo necesitará relax, los dos lo necesitaremos, incluso penumbra.

Le he elegido el mejor emplazamiento de la casa, a la entrada de la sala, y junto al pasillo, pequeño… Y es que el espacio, los metros cuadrados, en Donosti al menos, se venden en joyerias, que junto con las tiendas delicatessen, siempre están en el Olimpo de los precios.

Es el primer año que me acompaña. Nuestra relación, como la de muchos ahora, comenzó vía internet. Vi su foto por casualidad, como ocurre en muchas grandes decisiones, y supe que era él a quien había estado buscando de un modo casi platónico.

Unas Navidades diferentes, a la fuerza, como la horca, necesitan compañías diferentes.  Preferiblemente que no te recuerden en nada al pasado. Y no convertir la tristeza, la melancolía, la añoranza, en ingredientes que puedan estropear cualquier plato, incluso cualquier momento, al compararlos con ese “El Dorado” que se esconde en los recovecos de la memoria.

*FOTO: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

jueves, 17 de diciembre de 2020

POR NAVIDAD...

 

Qué verdad es esa de “vuelve a casa por Navidad”…

A mí personalmente ya me están volviendo, y no es broma, desde hace aproximadamente, una semana, unas dos veces al día, y no falla. Y a poder ser, cuando estás a punto de sucumbir al aroma embriagador de una siesta bien ganada, que ya vislumbras más allá de tus párpados, que cada vez pesan más, y ese sofá que parece se está volviendo mantequilla pura, y te hace resbalar más y más…  Y te pone mirando a tu Cuenca particular, que ya lo sabes, tú mejor que nadie, está más allá de ese techo donde todos los sueños son posibles.

Y a mí personalmente también, esas operadoras telefónicas, a las que me estaba refiriendo, tan inasequibles a tus problemas el resto del año, me llaman por ese teléfono fijo, que siempre te juras que lo vas a quitar porque ya no te llama nadie por él, pero al final no lo haces, quizás porque te recuerda al ayer, y a ese punto nostálgico-masoquista que todos tenemos.

En esas llamadas navideñas, por eso te fastidian y las intentas evitar, sabes que te van a ofrecer el oro y el moro, para luego decepcionarte como siempre, en una nueva versión de “prometer hasta meter, y una vez metido…

Para que luego digan, que en la vida no todo es sexo…

No lo será, pero se parece bastante cuando te sientes jodido, y para más inri, ni siquiera te puedes echar el cigarrillo de después... Más que nada porque nunca has fumado. ¡Raro que eres! Como bien se encargaba de decírtelo la que ahora es, y lo será para toda la eternidad, tu ex.

*FOTO: DE LA RED


 

martes, 15 de diciembre de 2020

UN INAPETENTE, PARA SERVIRLE

No sé a vosotros pero a este vecino del mundo el “corona”, ya le trato como de la familia porque está las veinticuatro horas con nosotros, me está dejando: de profesión inapetente prácticamente de todo.  Pero eso sí, algo bueno tenía que tener, a modo de un buen limpiador, está dejando todo nítido. Con las ideas clarísimas, si todavía tenía alguna duda, de cómo es la sociedad que nos rodea, y por supuesto, aquí no se escapa nadie, conmigo dentro, con nosotros dentro.

Una sociedad cada día más políticamente correcta, demasiado políticamente correcta, pero a la postre con sólo una idea que es ya una religión: ¿Qué hay de lo mío?

Nos pasamos una parte del día bajo la propaganda de que la culpa es nuestra por no tomar medidas profilácticas adecuadas, y la otra parte, bajo la propaganda también, de que somos los únicos que podemos salvar la economía del barrio, aunque durante mucho tiempo se olvidaron de él (creando verdaderas ciudades-tienda en la periferia).

Ahora es uno de esos momentos en los que todos apelan al corazón, pero no olvides, que junto a él, junto al corazón, la mayoría de las veces está la cartera.  Y entre viaje al corazón y viaje al corazón, la cartera siempre está en peligro.

Una de las curiosidades de esta pandemia es que pudiendo ser contagiado en cualquier sitio, si te aproximas gremio a gremio, todos coinciden, el suyo es uno de los más seguros, porque cumplen las más estrictas normas de seguridad.

Al final el ciudadano de a pie se tendrá que convertir en gremio también para hacerse más seguro, e intentar que al final y medio de reojo los demás gremios no den a entender que la culpa es del cliente, que anda como loco…

Aunque sería entendible que siendo el horno y el bollo, el sujeto activo y el pasivo a un mismo tiempo,  no nos llegue la camisa al …trasero, y andemos con él siempre a la vista.

El lector habrá notado que hoy no hemos mencionado al político de turno, de cualquier condición. Y es que lo mismo que ellos, confirmado, no tienen alma, este vecino del mundo no tiene Almax para su estomago, ni ganas de indignarse cada día un poco más.

Ya lo dijo Bécquer: ...qué solos se quedan los muertos.

*FOTO: DE LA RED

martes, 1 de diciembre de 2020

LA OTRA TRINCHERA

 

Aunque ya quedan pocos días para abandonar este maldito año, acabamos de entrar, sin anestesia, en un diciembre todavía por escribir, pero que tal como están las cosas, con muchas posibilidades de afrontar más absurdeces que nunca por parte de nuestros políticos y tertulianos de todo tipo de pelaje.

Si no solo no nos ponemos de acuerdo en la cantidad de personas que van a integrar las unidades tipo para celebrar las cenas navideñas, variando entre seis y diez personas, ahora y haciendo uso de nuestra picaresca, nos deberemos de poner de acuerdo en las características de los componentes de cada grupo.

Ya hay autonomías que están pidiendo que no se cuenten como “personas” a los menores de catorce años.

Personalmente este vecino del mundo pediría que tampoco se contasen a los "cuñaos", a los gorrones (que un día llaman a tu puerta, y para cuando cierras descubres que ya tienes a dos dentro, y si son de diferente sexo además en muy poco tiempo tienes un barrio de gorrones en tu pasillo,  y si dices algo es que eres un egoista), a los abuelos, que como además al día siguiente tendrán que cuidar de sus nietos, cenarán los primeros para así irse enseguida a la cama, ya que los padres tendrán que solventar los excesos alcohólicos,  y muy posiblemente otros, provenientes de hablar más de la cuenta, y no estarán para muchas luces, navideñas o no.

Al final, y si seguimos las directrices de nuestros pastores oficiales, los políticos con mando en plaza, corremos más que el riesgo de sufrir de esquizofrenia.

Y es que tenemos que portarnos bien, no salir, cumplir las normas establecidas hoy, mañana no se sabe si habrá otras, pero al mismo tiempo hay que consumir de todo y en todas partes que oficialmente estén abiertas, por aquello de mantener la economía del barrio.

Personalmente, este vecino ya se ha hecho una especie de tatuaje en su mente, para que así no se le borre, ni se lo intenten borrar:

Por mucho que nos vacunen cuanto antes, tengo más que asumido, que como mínimo no habrá que alejarse de nuestras respectivas trincheras no antes de septiembre.

Eso sí, hagas lo que hagas, si algo sale mal, la culpa siempre será tuya por no comportarte como se esperaba que lo hicieras. Porque nuestros, ya mencionados pastores oficiales, en todos estos meses, han dicho de todo sin importar contradicciones. Y en algún momento, obviamente, algo habrán acertado que les sirva de medalla para la foto oficial.

Nosotros, bastante tendremos con haber sobrevivido al COVID-19, y a esta España, que es más nuestra que nunca porque está sin pagar, que si no ya se la hubieran quedado los bancos y los partidos políticos, como siempre.

*FOTO: DE LA RED

 

 

lunes, 23 de noviembre de 2020

CUESTIÓN DE COMPLEMENTOS...

 

Como si de Pedro Sánchez y de su gobierno se tratara, este vecino del mundo aprovechando el fin de semana, que le pillaba en casa, como el resto de la semana, e incluso del mes, ,se ha reunido consigo mismo y ha decidido que hasta que no se vacune del Covid sea cuando sea, no va a asistir ni a ágapes, ni vacaciones fuera de casa.

Me imagino que esta decisión será como lo de dejar de fumar, porque este vecino del mundo nunca ha fumado, y si sirve para algo, por lo menos será para sentir lo largo que se hace cuando hay renuncias por medio.

Pues sí, este blogger se va a encerrar en su casita no solo hasta vacunarse si no a la espera de cómo evoluciona todo. 

Está un poco harto de que cada vez que se suba una loma y se mire desde la cima, luego nos pongamos a imaginar que estamos en la Sodoma y Gomorra de las terrazas y vermucitos varios. Y así hasta la siguiente ola, y además con el reproche de que todo ésto ha ocurrido por culpa del ciudadano, ya que cada propietario de negocio jura que la culpa no la tienen ellos. Que a la Covid no le gustan los complementos, peluquería o el negocio que sea.

Por cierto, y antes de terminar, decir que las manifestaciones de ayer en honor o por culpa de La Celaá salieron la mar de bonitas, incluso pintureras, con esos globitos y todo tipo de posters bien pegados en los vehículos, y en la mayoría de los casos guardando hasta simetrías. 

A este vecino del mundo ni le atañe en cuestión de hijos, ni de nietos, pero solo se debería de recordar que se está amenazando con que en autonomías que no las llevan partidos en sintonía con el gobierno central no se van a llevar a cabo las reformas.

Solo recordar, también hablando de complementos, que dependiendo de qué tipo de gorra te pongas, sea txapela, barretina, parpusa, o alguna otra, dependiendo de qué actitud tomes sobre resoluciones que no te gusten, te pueden acusar hasta de sedición.

Más de uno también debería de decidir quedarse reunido consigo mismo, y en el rincón de pensar, hasta después de las vacunas, e incluso hasta que pase el último cura de la procesión... 

*FOTO: DE LA RED

domingo, 22 de noviembre de 2020

UN NUEVO SUPERHÉROE...

 

Algunas veces viene bien el ser anónimo, o al menos no tener el poder de decidir por el resto del mundo. Me acabo de despertar, temprano, demasiado temprano quizás, y al leer los periódicos del día se nos recuerda que la vacunación contra el Covid, en el mejor de los casos, comenzará en enero, y no será obligatoria.

 Y la pregunta viene sola: ¿Si tú fueras uno de los superhéroes esos, como el que está casado con la Pataky, que viene del Olimpo de España, le obligarías a vacunarse?

Teniendo en cuenta que este vecino del mundo defenderá siempre el ADN de ser de izquierdas, debe de decir que está en cada uno decidir su fin último, aunque entremedias pudiera ocurrir algún fuego amigo…

Por eso comenzaba diciendo que algunas veces, quizás la mayoría, viene bien el ser anónimo, o al menos no tener que ponerse las mallas de superhéroe, y decidir por el bien de la humanidad. Por eso, lo de ser un Superpataky lo dejamos para un Chris Hemsworth cualquiera.

Con respecto a la otra pregunta que en cierta manera sería el reverso de obligar a todos, como pudiera ser: ¿Serías el primero en ponerte la vacuna?

En mi caso, y teniendo en cuenta que para ponerme la vacuna de la gripe he tenido que llamar yo, porque parece que mi existencia no debe de ser una urgencia nacional, sería muy rara la circunstancia, tanto que hasta sonaría sospechoso, el que tuviera que ser el primero. Pero entre eso,  y el no tomar la vacuna, está claro que doy el paso. Mejor, en este caso, ser un cobarde vacunado.

Está claro que este año no va a ser olvidado tan fácilmente, entre otras cosas porque se han resquebrajado todo tipo de negocios, incluido el del cine, que dicho sea de paso es la galaxia en la que habitan …los superhéroes. Aunque por esas cosas que tiene la vida, este año, y especialmente desde España, que en ese tipo de asuntos somos más que miopes, hemos descubierto la extrema importancia que tiene la ciencia y esos seres hasta ahora más que anónimos, y sin mallas: los científicos. 

*FOTO: DE LA RED

viernes, 20 de noviembre de 2020

OTRO TIPO DE JUSTICIA...

 

Las imágenes ayer en televisión de un Rudy Giuliani totalmente entregado a la causa, y a los millones de Trump, intentando destapar un presunto fraude electoral, o lo que en nuestro cortijo patrio bautizaríamos como un “pucherazo” de los de toda la vida, en realidad fue el más claro ejemplo de justicia divina en su modalidad de “salir el tiro por la culata”.

Rudy Giuliani, el otrora alcalde de Nueva York, estaba tan volcado en demostrar lo indemostrable a los presentes, en una especie de rueda de prensa, que unos chorretones provocados por el sudor y un mal tinte dieron al traste con presuntamente una gran sucesión de mentiras, y sin él quererlo, entró con gran fuerza, y por derecho propio, en lo que en el mundo del arte se hubiera considerado como una “performance”.

Las imágenes de un Giuliani derritiéndose bajo la tensión de la situación, a cualquier amante del cine le recordaron inmediatamente a esa compleja película, “Muerte en Venecia”, de un Luchino Visconti en estado de gracia, y a una gran interpretación por lo que no dice, pero que siente a gritos, de un Dirk Bogarde derritiéndose por dentro y por fuera por el deseo de un lindo efebo.

Giuliani ayer fue una auténtica metáfora con patas de lo que en realidad está pasando con su jefe, que una votación democrática ha reaccionado a toda una legislatura de velar primero por sí mismo, y luego por solo una parte del electorado.

A partir de ahora cada vez que salga Donald Trump en televisión, bastaría con acompañarle de la música de Gustav Mahler que acompaña al desmoronamiento de toda una época que retrata la película.

Nunca ha habido una justicia tan rápida  y eficaz que la provocada en teoría por una inocente mancha de tinte, y que a partir de ahora se debería de utilizar a modo de polígrafo o máquina de la verdad. No falla. 

*FOTO: DE LA RED

 

jueves, 19 de noviembre de 2020

LLEVANDO LA VOZ CANTANTE...

 

Yo ya llevo un tiempo hablando solo en casa, y por cierto ni se me caen los anillos ni reniego de ello; al contrario, muchas veces me propongo yo mismo temas de los que hablar. Eso sí, he decidido que en vista de que la Navidad se acerca, y por aquello de que a la fuerza ahorcan, me voy a obligar este año a cantarme algún villancico.

La gran duda es si me voy a asignar un villancico determinado, queda descartado de todas todas el de María Carey, por el más que evidente peligro de que se me altere la glucosa, o realmente me sorprenda con alguno de los clásicos de Bing Crosby e incluso me supere haciendo hasta los coros de las Andrews Sisters.

De todas maneras, habrá que andar con cuidado, y hablándome, como dirían los clásicos, muy quedo, porque como habrá limite de comensales, que se estima en unos cuatro, no sea que esa noche me convierta en un Carlos Latre sin licencia,  y vengan las autoridades competentes bajo la sospecha de que tengo al Orfeón Donostiarra dentro del armario.

Teniendo en cuenta lo surrealista que ha sido todo este año, lo de menos será que uno se hable, porque tal como está el patio, no se puede descartar ningún puente tendido, aunque sea con uno mismo. Esperemos que no me digan lo mismo que se decía con la autosatisfacción personal en tiempos de Franco, que te amenazaban con una ceguera permanente. Y es que ya sabréis, los que me seguís permanentemente, que este vecino no está como para perder más visión de la jugada…

Ya para terminar, esperemos, porque podía ser peor, que en cualquiera de las cenas de Navidad no me posea la voz del “cuñao” intentando demostrarme que soy un mindundi, y tenga que dejar de beber alcohol para ver si de esa manera el “cuñi” se calla. 

*FOTO: DE LA RED

martes, 17 de noviembre de 2020

CON ESTOS MIMBRES...

Tal como se están poniendo las cosas (ayer los de la vacuna Moderna hablaron de ella diciendo que tiene un 95 por cierto de eficiencia y su logística es más asequible que la de Pfizer) el año que viene nos lo vamos a pasar, en lugar de como en aquella canción que decía “de bochinche en bochinche”, de vacuna en vacuna.

El verano que viene en lugar de la canción del verano hablaremos de la vacuna del verano, y en el chiringuito de la playa, más pintado tras los respectivos cierres que una viuda en busca de novio, habrá otro tipo de friquis, aquellos que dicen que como no se fiaban, ellos previo pago de su bolsillo, ¡será por dinero!, se han tomado cinco o seis vacunas diferentes. Porque ellos, eso siguen diciendo, no podían más con la dictadura de las mascarillas.

Eso no sé si será el sueño de una noche de verano, o intentar blanquear éste negro presente, con los mimbres del humor, que ya se sabe que es una cosa muy seria. Que por cierto, en esta España que siempre ha sido más de reírse de los demás, que de mirarse en el espejo, y aunque sea guiñándose un ojo de complicidad, visualizarse en una viñeta con los tontos del día, o del minuto.  Y es que sesenta segundos dan para mucho, y te puedes sacar los colores varias veces seguidas, ya que el ridículo, como la vida misma, siempre es mejor en color que en blanco y negro.

Por lo demás, ahora los políticos de marras están intentando conjugar el verbo “Bildu”, cada uno desde las normas gramaticales que su madre patria le ha dado.  Y como ya se sabe, todo es cuestión de acento, más o menos grave, y de necesidad de aprobar no solo unas cuentas, sino asuntos que el tiempo parece haber desatado aún más…

*FOTO: DE LA RED

 

sábado, 14 de noviembre de 2020

SEMANA DE NUEVAS ESPERANZAS


 Semana que hemos pasado, con viernes 13 incluido, en la que se supone que ya debe de oler a Navidad, ya que  hemos conocido el anuncio de “Loterías” de este año para lo que seguramente llamarán la “nueva navidad”.

La nueva navidad, según este anuncio tiene mucho de recapitulación, de continuación de lo anterior, con claro guiño al famoso calvo, entroncándolo con el trauma vivido y todavía no pasado. Ese agradecimiento al vecindario, que si lo descargas del argumento mirón, puede tener algo de “cáritas” y mucho de ayuda en carretera.

Semana de nuevas esperanzas, especialmente para una bolsa al alza, que quizás ha sido la primera en resurgir con la vacuna, esa que se dice que tiene un noventa por cierto de eficiencia y que, al parecer, se va a llevar más que bien con nuestros mayores, o visto lo visto, y sin ánimo de ser cruel, sino realista, con lo que nos quede de ellos.

Ahora tengo serias dudas sobre qué será antes: la resolución de la vacuna del covid o la finalización del escrutinio de las presidenciales yanquis. Me he puesto en la piel de los que están volviendo a contar las papeletas, y la siguiente imagen que viene a mi mente es la de los esclavos remando en la película BEN-HUR momentos antes de ser abordados por una nave enemiga.

Por cierto, y casi se me olvidaba, esta semana también se ha celebrado, el 11 del 11, el día del “single” (o del soltero, separado, divorciado, o en otras palabras: superviviente de la vida pero con ciertas taras). Es un día, y acordaros de lo que os dice este vecino del mundo, que con el tiempo, y tal como está esta sociedad, más pendiente y dependiente de una pantalla que de la epidermis, va a ir desgraciadamente a más.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 7 de noviembre de 2020

IMPRESENTABLES VARIOS

 Recuerdo que cuando era pequeño una tía que vivía con nosotros se fue a estudiar a Madrid, y al final del curso cuando regresó me trajo muchas cosas, entre ellas una estrella de sheriff americano. Pues bien, no me había involucrado tanto con el american way of life hasta este día tres de Noviembre y ese “primer martes después del primer lunes de Noviembre”.

Han pasado cuatro días, desde entonces, y parece que nadie se atreve a quitarle la Coca-Cola del poder al niño Trump que le ha robado a otro niño, que ha sido nombrado por la mayoría, compañero del año.

Este vecino del mundo siempre ha considerado que el no hacer nada, el desinhibirse, siempre es hacer algo. Y da la impresión de que tras cuatro años de Presidente estrella y estrellado el resto de republicanos se están preguntando, aunque con cara de palo, quién le pone el cascabel al gato, y le dice a su jefe ese ya necesario “Hasta aquí hemos llegado”, que a las estructuras republicanas les están saliendo más grietas que responsabilidad aparente entre sus filas.

El españolito medio ya sabe más de Wichita, y de Delaware (que con muy mala milk y con fuerte acento español te da ganas de gritar "Delaware que te parió") por sus comicios electorales que por haber hecho un cursillo de películas vaqueras protagonizadas por John Wayne y Clint Eastwoodtogether”.

Si no fuera por el peligro que en la calle pueden correr sus seguidores, ante esas imágenes de desaprensivos armados ante cualquier oficina electoral, se podría decir que el final  de ese King Kong, que ya venía de su casa con ideas propias pero que fue amamantado por la opinión pública  a la que entretenía, y medios de comunicación a los que generaba noticias sin parar, le definirá por siempre.

Lo de “ya hemos ganado, que paren ahora el recuento” no se le podía haber ocurrido ni al peor de los guionistas ni al más pasado de psicotrópicos. Y lo peor de todo es que Trump venía avisando y preparando su representación, y nadie de su partido estimó conveniente hacer algo al respecto. En estos días, lo más triste, es que nadie olvida y mucho me temo que ya ha creado escuela de “impresentables varios”.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 4 de noviembre de 2020

DESASOSIEGO EN VENA

 

Día de mucho desasosiego. Ver el comportamiento de Trump tras el día electoral en la corrala americana, y su transformación a niño chico cuando las cosas no le salen como el quería, me desasosiega.

Compruebo en mi correo, que a un tal Creditnosequé yo le podría importar, y por eso me ofrece 60.000 euros. Pero recuerdo el primer día que oí esa frase, “Por el interés te quiero Andrés”, y desecho la idea de que me puedan querer por el interés de su propuesta, e incluso que me puedan confundir con un tal Andrés.

Hoy he dormido mal, o mejor, casi no he dormido, y quizás por eso corro el riesgo de mezclar temas. De abrir el frigorífico y buscar, por ejemplo, el periódico del día, ese que en teoría tiene las noticias frescas, pero que no recuerdo que no lo he comprado.

De ir al salón y buscar compañía, y comprobar que estoy mas solo que la otra, pero ya se me pasará, como pasa la vida, tan despacito, tan en silencio.

Quizás si algún día llego a aquel sitio que creó el muy pronto olvidado Álvaro de Laiglesia, en "Los que se fueron a La Porra", me encuentre incluso con Donald Trump. Y es que el dinero, aunque ayuda, y mucho, no lo es todo. Y le cantaré las famosas verdades del barquero, aunque mucho me temo que tenga que ser en “playback”, porque ya no tengo aquella voz que estuvo a un minuto de ser la de Camilo Blanes.

Me tengo que acordar de dejarme las venas largas, siempre es más fácil por si luego te las quieres cortar.

Prometo no volver a pasar una noche electoral en vivo y en directo con Ferreras en la caja más peligrosa que tonta. Debería de haber recordado que si no puedes arreglar tu vida, lo de todo un país, y además guiri, se me antoja… una misión imposible.

*FOTO: DE LA RED.

 

lunes, 2 de noviembre de 2020

TIEMPOS DE MUCHO CUIDADO

 

Visto lo visto, comenzamos noviembre con mucho cuidado al salir al balcón para ver el tiempo que hace, no sea que recibamos alguna pedrada negacionista,  y si vivimos al ras de la calle, con mucho cuidado también, de que alguien te intente entrar pensando que es una tienda,  y al grito de “libertad, libertad” algún prenda enmascarado te intente levantar alguna idem.

Ha sido un fin de semana, en el que Halloween, al menos en mi casa y en mi caso, lo hemos dejado encerrado en el armario por chico malo. Y es que además, entre una cosa y otra, y bien pensado, llevamos todo un año de Halloween. Con intentos de trucos y tratos cada dos por tres. Y si no que se lo pregunten, sin ir más lejos a Abascal y sus dimes y diretes más que con Pedro Sánchez, con Pablo Casado y esa moción de censura más bien al estilo “interruptus”.

Este año más que hacer el cambio de armario de verano a invierno habrá que ir reuniendo todo lo que hemos utilizado en nuestra reclusión forzada de marzo a mayo, ya que parece que viene una reedición extendida y, aunque suene raro, mejorada.

Personalmente este vecino del mundo se va a negar al show de los balcones porque ya solo nos queda para sorprender hacer un estriptis; y como persona de riesgo, lo de quitarme la ropa, y si no queda más remedio, lo dejaría para, en un último caso, y forzadamente, pase por el hospital como paciente, luciendo esa especie de bata que deja el trasero y las vergüenzas a la vista.

Desgraciadamente, de los meses que se avecinan, lo más juicioso es sólo pedir ese “virgencita que me quede como estoy”, que además es barato, e incluso diría que ecológico. Ya que normalmente, y tal como estamos, cualquier cambio siempre suele ser a peor.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 31 de octubre de 2020

DÍAS DE PISCOLABIS Y BATAMANTA

 

Por todos lados, por todos los gobiernos autonómicos, e incluso, central nos están llamando a quedarnos en casa este fin de semana, para protegernos de esa segunda ola de Coronavirus que amenaza con llevarnos a todos, y que hace ya mucho tiempo mojó hasta dejarla irreconocible, a nuestra anterior realidad. Serán días inequívocos de piscolabis y batamanta.

Es triste, pero ahora ves programas grabados con anterioridad a la pandemia, y en los que en algunos momentos, como “La voz” ayer noche, se ve el plató repleto de público, y ya tienes la sensación, como mínimo, de que se están cometiendo actos impuros: Desnudos, porque nadie lleva mascarilla. Ahora todos somos unos pecadores. Y ver una reunión de Trump y sus seguidores, días antes del Martes definitivo con muchas gorras rojas, pero muy pocas mascarillas, es la versión más porno de una orgía.

Lo comentado en el párrafo anterior no es una crítica a favor del negacionismo, imposible, porque este vecino del mundo no es de esos, sino el remarcar que nosotros, los de siempre, ya nunca seremos, aunque aparezcan mil vacunas, los mismos.

Nadie es el mismo después de una tragedia, y lo peor de todo es que en ésta la gente no se pone de acuerdo, y todo es opinable. Y mientras lo sea, parece que no puede haber sentencia verificando de que nuestra tragedia, la de todos, lo es.  Y seguirá habiendo jóvenes, y no tanto, que se manifiesten, como vacas sin cencerro, pidiendo su libertad a poder salir cuándo y cómo quieran, con o sin “tapabocas”.

Personalmente, este vecino del mundo les garantizaría su derecho a hacerlo previo firma de un contrato en el que renunciaran a todo tipo de cuidados médicos y plaza hospitalaria en caso de ser galardonados con un bonito coronavirus. Y además, en caso de que algún familiar suyo también caiga bajo las garras del Covid-19, vayan donde ellos, y les digan cara a cara de que es muy probable que ellos sean los responsables de esa enfermedad que ellos decían que no existía.

Este vecino del mundo siempre ha creído en el dicho “en el pecado lleva la penitencia”, y en ese otro aún más inapelable que “quien a hierro mata a hierro muere”. Los hechos no hacen más que repetirse y los irresponsables no quieren verlos.

Ya el peligro no está dentro de la televisión, en una película. Realmente podemos decir eso que se decía en "Poltergeist": ¡Ya están aquí! Y lo verdaderamente terrible es que son de nuestro mundo, o de lo que queda de él...

*FOTOGRAMA DE "POLTERGEIST"

 

viernes, 30 de octubre de 2020

A LA SOMBRA DE LA ALARMA

 


Al final me voy a tener que hacer de Legálitas para intentar no saltarme ninguna norma de esas que ayer no estaban, pero que hoy nuestros políticos han creído conveniente, y por nuestra seguridad, solo por ella, ponerla o quitarla, que uno ya está más confundido que el asesor de Donald Trump, o incluso, sin irnos al extranjero, que el asesor, si todavía lo tiene, de Isabel Díaz Ayuso.

Por cierto, y hablando de asesores…, al de nuestro Presidente, Pedro Sánchez, le aconsejaría que antes de tomar cualquier otra decisión con la Presidenta madrileña, hay que asegurarse de que sea ella la primera que recomiende algo, porque así se podría dar el caso de que coincidan en sus deseos. Ya que si le dejas a ella el derecho a réplica, está demostrado que siempre elegirá lo contrario. Pareciera que ha elegido estar en la oposición las veinticuatro horas del día.

Antes del imperio de “lo políticamente correcto”, este vecino del mundo hubiera podido decir eso de que da la impresión de que llevar la contraria, a Díaz Ayuso le pone; pero estando donde estamos, mejor no incurrir en el error.

No sé a vosotros, pero éste estado actual, a la sombra de la alarma, me hace sentir como un borrego pastando aquí o allá. Como se dice en  mi pueblo: lo mismo me da que me da lo mismo.

Se trata ya puramente de sobrevivir, y ya se sabe, que en las pelis al menos, el secreto está en pasar desapercibido. En cuanto empiezas a recibir tus primeros planos, es posible que a tu guion le queden muy pocas líneas, porque un asesino en serie, quizás, te esté acechando. Y sólo cobras cuando estás. Para eso no hace falta ni pagar a un asesor.

Por cierto, y ya para terminar, el que seguro no queda en paro es el psicoanalista de cualquier asesor. Ahora bien, afinar eso tiene que ser más difícil que darle cuerda a un reloj de pulsera antiguo, con las manos dentro de un par de guantes de boxeo… 

*FOTO: DE LA RED


jueves, 29 de octubre de 2020

¡VEN A JUGAR...

 Ayer me llegó un sobre con la renovación de una de mis tarjetas bancarias.

Aprovechando el momento, estaba comprobando, en lo más frondoso de una alejada, muy alejada, higuera,  las condiciones e inspeccionando la tarjeta, que por primera vez me viene personalizada con una fotografía-ambientación, entre unas cuantas que me habían ofrecido previamente, cuando mis ojos, perdón, mi ojo, el que no es “fake”, dió con el año en el que expiraba todo el asunto, 2025, y automáticamente, mientras me caía del frondoso árbol,  me descubrí pensando un frío, lacónico y especialmente retador: “Eso, si llego”.

Tras mi sorpresa inicial, llegué a la conclusión de que ésto también es una de las cosas que nos ha traído el COVID-19.

Ahora, en realidad, todos tenemos una etiqueta de manipulación para el día en que caigamos enfermos. Y en la mía dirá que soy persona de alto riesgo y que me queda el final de un Telediario para ingresar en el "Club de los de 65”. Con lo cual, mi vida es ya como aquel “Gran juego de la oca”, que presentaba un Emilio Aragón todavía sin canas, ni nietos que llevarse a su espalda.

Depende de cómo caiga el dado de mi destino para ir a unas casillas u  a otras, y digámoslo, porque es el gran elefante que llenaba la sala y nadie quería mencionar, para que el final de nuestro juego, sea uno u otro.

¿Lo peor de todo? Que nadie te ha invitado a jugar, y que dure lo que dure la partida, al final… siempre pierdes.

Esperemos que en el ínterin (siempre digo que me encanta esa palabra, y por eso la utilizo) se consiga una vacuna fiable, y alejada lo máximo posible de dudas y prisas. Porque personalmente, este vecino del mundo, por ahora al menos, es de la opinión de que antes se la tomen otros valientes, si es que el destino me sigue admitiendo como jugador en “El gran juego de la oca”…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de octubre de 2020

SU CHASCARRILLO FAVORITO

 

Tenía un compañero de trabajo, hasta que un Ere nos separó (mandándonos a los dos a la calle por tener más de cincuenta y cuatro años), que cada vez que se sorprendía por algo solía decir eso de: Es para mear y no echar gota.

Pues eso es lo que está ocurriendo ya no solo en Madrid, sino en ese cortijo que es España..

Sinceramente, la mascarilla nos viene bien, y no solo con el coronavirus, sino para pasar la vergüenza ajena por todos nuestros políticos, y ese espectáculo que montan cada vez que se juntan en su oficina, conocida como "hemiciclo".

El día en que una vacuna, o varias, palíe lo que está ocurriendo, se debería de vallar España, y directamente convertir lo que quede de ella en un parque temático. Porque entre unos y otros, nosotros incluidos por nuestra inacción, la estamos poniendo en los mapas pero a nivel mundial.

Dudo que todavía queden extranjeros que puedan situar a España, y consecuentemente Madrid, en algún recóndito lugar de América Central o Sudamérica, porque un día sí y el otro también debemos de ser su chascarrillo favorito.

Todos creyendo que el riesgo de una próxima guerra estaba controlado, y no nos dábamos cuenta de que todos llevamos dentro un arma de destrucción total: el egoísmo, y ese "porque yo lo valgo y la razón es mía".

Ayer, domingo, salí a dar un paseo con la duda de que quizás sea el último, antes de que nos vuelvan a confinar, y además, esta vez, unos por malos, otros por inconscientes, y unos cuantos por mezcla de los dos casos anteriores, nos cierren con llave y la tiren al fondo del mar, matarile, rile, rile...

Se cerraría un circulo perfecto para aquellos que tienen la teoría, que ésta pandemia, en cierto modo, es la guerra que tocaba a nuestra “degeneración”. 

Y empalmando con la anterior guerra, nuestra guerra civil, y sus famosos “matariles”, esta vez no ha hecho falta el silencio de la madrugada, sino ha sido retransmitido, y sin duda en demasía, por esos notarios de la actualidad, conocidos como tertulianos,y que predicen el futuro cinco segundos después de que haya ocurrido.

Sólo se me ocurre una frase de amor entre tanta soledad: Belchite, mon amour, no aprendemos...

*FOTO: DE LA RED

sábado, 3 de octubre de 2020

ÉRAMOS POCOS....

 

¡Éramos pocos y esta semana se nos ha muerto Quino! Con Mafalda huérfana y sin el altavoz de su mentor, el mundo todavía es un poco más triste, y sin nadie que sepa analizarnos desde las pequeñas cosas practicando la filosofía en zapatillas, que siempre será la verdadera filosofía.

También hemos inaugurado Octubre y, tristemente, la mejor lectura que podemos hacer es que ya queda menos para terminar este annus horribilis, en el que te da miedo hasta quejarte, por si “la cosa”, la famosa cosa, empeora. Y no vamos a entrar en el juego preguntándonos en qué puede empeorar. Por la misma razón que tampoco nos podíamos imaginar desde la orilla de las navidades pasadas, el año que estamos teniendo.

Bien pensado, y volviendo al tema de Mafalda, quizás la podríamos enviar ahora a Madrid para que al más puro estilo Greta Thunberg saque los colores a las principales autoridades tanto del ayuntamiento madrileño como del ente autonómico e incluso del gobierno central.

Han estado mirando el guiso que estaba en el horno, y entre unos y otros seguían proponiendo recetas sin atreverse a sacarlo, y ver el resultado, hasta que el gobierno central ha movido ficha  y la presidenta de la Comunidad de Madrid, al más puro estilo Calimero, se ha quejado de que todos van en contra de ella. Y es que cuando uno se convence de que nadie le quiere, al final es muy probable que nadie le quiera.

Desde la ventana, y como diría Machado, Antonio, llueve y llueve, y no da ganas de salir a la calle a traer lo indispensable, mientras se le da unos cuantos pases de pecho a la Covid-19, que como el destino, seguro que se encuentra agazapada tras cualquier saludo de cualquier persona, o el hueco que apenas hace unos segundos ha dejado un ciudadano, convertido por este maldito virus, en algo así como un asesino en serie.

Tengo una duda: ¿Se va la semana, o simplemente huye?

*VIÑETA: QUINO

 

martes, 29 de septiembre de 2020

DESMONTANDO "LA GRAN FAMILIA"

 

Como se siga pidiendo/exigiendo disminuir la cantidad de personas para poder aceptar un grupo en nuestras terrazas, o reuniones familiares (ahora ya se ha pasado en varias autonomías de diez personas a seis), llegará el día en que los que tengan doble personalidad, no van a poder salir a la calle.

Ahora en serio, aunque lo anterior en cierta forma también lo era, más de una vez me acuerdo de aquella película española de 1962, dirigida por Fernando Palacios, La gran familia, la de la famosa búsqueda navideña del Chencho perdido, y sus dos secuelas.

Por de pronto este año en Navidades, y con la nueva normalidad, esa familia de las familias que quería el régimen de entonces, como mínimo iba a tener que organizar tres mini-saraos en sitios diferentes para las comidas y cenas en esos días, se supone, tan entrañables, y así poder cumplir la normativa de cada momento. Y eso, le sigue recordando a este vecino del mundo, las palabras de una Isabel Díaz Ayuso desatada, hablando de maneras de vivir de los migrantes, cuando en realidad los menos afortunados en esta sociedad actual, sólo se limitan a sobrevivir como pueden.

Y es que si algo nos está enseñando esta pandemia es, como en aquella serie de televisión,  que “nada es para siempre”. O como ese famoso chiste que nos contaban nuestros ancestros, al menos los de este vecino, de “cómo cambia la vida, AYER era sin hache, y sin embargo HOY la lleva”.

Aunque normalmente los cambios, siempre relacionados con esta dichosa pandemia, te van aligerando el equipaje y el poder económico.  Y ya hace mucho tiempo que más de uno se ha quedado con las vergüenzas fuera, y en este caso este blogger no se refiere sólo al ciudadano sufridor, sino al que tiene que tomar ciertas decisiones y todo le viene grande, menos la talla de su poltrona de la que no se quiere separar ni arrojándole el agua escaldada de la vergüenza torera, que ni tiene ni se le espera. 

*FOTO: DE LA RED


lunes, 21 de septiembre de 2020

UN VERANO VIVIDO PELIGROSAMENTE...

Entre histerismos pandémicos, bien ganados por otra parte por aquellos que siguen pensando que la noche nos hace a todos pardos, y esos otros que están convencidos de que ellos nunca se van a contagiar, se nos están yendo los últimos ramalazos de aquel verano que vivimos peligrosamente. Y que también nos ha hecho revisitar con envidia toda nuestra vida anterior.

Personalmente nunca hubiera creído echar de menos esos abrazos de los que siempre me he creído más bien remiso. Y también nos lo han puesto muy difícil para ese acercamiento personal que parece reforzar cualquier frase de carácter íntimo..

Ya solo nos quedan, y bien pensado no es poco, el juego de miradas entre mascarilla y mascarilla.

Todos estos casos que se van conociendo de negocios, que al presunto amparo de la noche convierten cualquier garito en sala de perdición vírica, cada vez me recuerda más, concretamente y para los más mayores, a aquella serie, Los intocables, ambientada durante la famosa “Ley seca”.

Siempre se ha dicho que tenemos derecho al pataleo para reivindicar ese famoso "qué hay de lo mío", pero cuando hay peligro mortal, y es obvio que lo hay, lo mejor es arrimar el hombro e intentar colaborar, aunque fuera por propio egoísmo, e intentar salvar nuestra piel y la de los nuestros.

Otra cosa ya es que nuestros políticos se han estado tocando, lo que se han estado tocando estos meses, entre ola y ola. Por mucho que nuestro querido presidente, Don Pedro Sánchez, siempre hable también, especialmente este sábado pasado en “La sexta noche”, e incluso se guste tanto, ya no cuela. Y eso que siempre nos intenta inyectar todo tipo de psicotrópicos a través de ese verbo tan florido con que la naturaleza le ha dotado.

Pero, ¡ojo!, que no se equivoquen los lectores, esto ya no va, desde hace mucho tiempo además, ni de izquierdas ni de derechas, sino de tener un poco de vergüenza, y arrimar el hombro entre todos para salir adelante.

Cada vez que recuerdo esa frase dicha esta semana pasada, por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, de que esto tiene mucho que ver con la manera de vivir de los migrantes, me avergüenzo de que otro ser humano haya podido decir esto, e incluso más de uno apoyarlo.

Al final, y bien pensado, es la misma pandemia la que está sacando una fotografía de nosotros, retratándonos en lo bueno y en lo malo, y la verdad es que, visto lo visto, no estamos quedando nada bien, ni en las fotos, ni en la vida diaria. Más de uno debería usar mascarillas del tamaño de sábanas para taparse entero…

*FOTO: DE LA RED