Lo de Willy Toledo y su citación para hoy, pero
por la huelga judicial se ha trasladado al 28 de Junio, por defecar en lo más
sagrado, puede taladrar el buen gusto y las formas, pero no debería de ir más
allá, a no ser que digamos eso de “con la Iglesia hemos topado”.
Sin embargo,
una institución que tampoco está pasando por sus mejores momentos con los “presuntos
abusos a menores” tampoco debería ser quien pusiera el límite de lo decoroso.
Porque si el horno estuviera para bollos, y el tema para chistes, es curioso
que teniendo en cuenta que siempre se ha dicho que Dios, el jefe de esa
institución, está en todas partes y lo ve todo, de los presuntos abusos nadie
ni viera ni sepa nada.
Hoy me he enterado que el Señor Guillermo Toledo, Willy
más que para sus seguidores para sus críticos, que así poco a poco van limando
la poca reputación que le queda, tiene 48 años. Por lo que es más que posible
que todo el que piense que el actor disfruta con ser siempre la nota
discordante en el concierto de las buenas maneras, esté más que confundido,
porque está, y ya me lo perdonará él que se lo digo con cariño, más que "cascadete", y lo dice este vecino del mundo que además de ser más viejo
que él, tampoco se caracteriza por parecer un “yogurín”. Porque la
incomprensión, al menos desde su punto de vista, y el estar vetado en la
mayoría, por no decir todos los canales de televisión, no le debe de
facilitar el comenzar un nuevo día con aspiraciones renovadas.
Trabaja, y no es el fin de este post defenderle, porque
en su día varios jóvenes actores, crearon el grupo de teatro “Animalario”,
porque lo demás prácticamente estaría lo que se dice “viéndolas venir”.
Me ha parecido un gran detalle que Javier Bardem, y por
supuesto todos los demás actores y amigos, se haya personado en la rueda de
prensa, porque no hacía falta ni que hablara, ya que como en muchas de sus
escenas cinematográficas, con su sola presencia da verdaderos parlamentos. A destacar el lugar de la comentada rueda de prensa, teniendo además en cuenta la razón por la que le intentan procesar: una iglesia de Vallecas, con el correspondiente permiso, por supuesto. Los artistas, y Guillermo lo es con creces, siempre cuidan mucho los detalles y la ambientación...
Que el Señor Toledo es una china en el zapato del poder
está más que claro; que con su actitud muchos pueden meditar todo lo que
actualmente está pasando en nuestra España más de chirigota que de ser admirada,
también, y eso seguro que no le gusta al poder, esté donde esté.
Bien
pensado, y sin abandonar el mundo del teatro en el que Guillermo Toledo es un
maestro aventajado, lo que está pasando con su caso tiene mucho de “Las brujas
de Salem”. Y se le quiere meter en la hoguera de la cárcel porque muchos dicen
ver el demonio de los rojos en él.
Lo de Willy, Guillermo o Señor Toledo, huele mucho a caza
de brujas de los cincuenta en Estados Unidos. Y al final solo le quedaría
escribir guiones u obras de teatro bajo seudónimo.
Lo más vergonzante es que tampoco ha sido la Iglesia la que ha denunciado al Señor Toledo sino la
Asociación de Abogados Cristianos, que seguro que estarán en su derecho, lo
mismo que estaban en su derecho cuatro ministros del gobierno de Rajoy (la
ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal; el ministro del Interior, Juan
Ignacio Zoido; el de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, y el
de Justicia, Rafaél Catalá) a cantar “El novio de la muerte” ante el Cristo de
la Legión durante esta pasada Semana Santa en Málaga, pero tampoco se puede
negar todo derecho al pataleo, más cuando en teoría estamos en un estado a
confesional.
"El caso Willy Toledo” te caiga bien o no la persona o el
personaje, es de los que te hacen pensar en ese celebre dicho de “cuando veas
las barbas de tu vecino pelar…”. Y nosotros, por ahora, y que se me entienda la
ironía del texto, nos podemos pegar un juramento porque estamos en el terreno
de los “no conocidos”, porque ya por “Twitter” sería prácticamente imposible hacerlo,
por esos aires de lo políticamente correcto que nos inunda por todas partes.
Al final, y es en el fondo de lo que habla un señor como Guillermo Toledo, de nuestra democracia
solo está quedando la acepción que hace muchos años daba en su Diccionario, que
se hizo muy famoso, Don José Luis Coll, y es el de “demos gracias”. Y quizás
sea eso, que todavía debemos de dar gracias por poder hacer unas cuantas cosas sin
salirnos de lo permitido.
Todavía estamos a tiempo para hacérnoslo mirar, y
revisitar la figura de un Señor Toledo que puede estar menos confundido de lo
que muchos se empeñan en proclamar.
*FOTO: DE LA RED