jueves, 17 de abril de 2014

Y NUNCA MEJOR DICHO

Antes de nada, y como este vecino no quiere, ni creo que pueda, engañar a nadie, voy a advertir que lo siguiente no va a ser políticamente correcto. Por lo que los propensos a rasgarse las vestiduras, es mejor que se abstengan, por lo menos se ahorraran gastos de vestuario nuevo.
Como ya lo aconsejaba en días pasados, llevo varias horas vestido de Nazareno, y ésto es una bicoca. En realidad es una manera de invisibilidad, y te invitan en todos los sitios. ¡Vamos! Como si fueras un político pero sin pasar por las urnas.
Lo único engorroso es que en la “cofradía” en la que me he “agregado”, cada cierto tiempo nos tenemos que fustigar, pero en un descuido he manchado el látigo con tomate, de ese de freír, y por ahora está dando el pego. La única “pega”, y nunca mejor dicho, es que después de varias horas, ya me está entrando hambre, y de vez en cuando le doy lengüetazos al látigo, la verdad es que cada vez con más frecuencia, y la persona que está a mi lado, de la que no hace falta recordar que solo veo sus ojos, seguro que me está mirando cada vez más convencido de que los vampiros existen.
De todas las maneras, y con la experiencia que estoy viviendo, una procesión, en sí mismo, es una metáfora de la vida. Ves poco, porque con los agujeros en la tela, tu mirada es limitada, como la vida misma, y si eres religioso y animal político, peor todavía, porque entre las arengas que recibes por las dos partes, percibes el mundo por lo que te cuentan, en lugar de por lo que ves. ¡Vamos! Como en la procesión, que ya le tengo al de adelante “mártir” de tantos pisotones. ¡Y nunca mejor dicho!, otra vez.
Siguiendo con la comparación entre una procesión y la vida misma, lo de fustigarse, es obvio. Porque parte de los motivos  de que la vida nos vaya como nos va, es precisamente por nosotros mismos, que nos fustigamos con todo tipo de prejuicio y de infinitos “qué dirán”.
Por otra parte, tanto las procesiones como la vida, siempre la encabezan los mismos, y los demás vamos como borregos. Pero seguimos, porque nos es más fácil continuar en el rebaño que hacernos un camino por nosotros mismos. Eso sí, amparados en el anonimato que produce “la masa” somos capaces de hacer mil tropelías, porque luego con unos azotes tanto en el trasero, como en el alma, si no olvidado, al menos está todo reparado.
¡Lo dicho! Es probable que estos días los pase empalmando una procesión con otra. Es más fácil, y más barato.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 16 de abril de 2014

TONTOS DEL BOTE

Hoy se juega uno de esos partidos denominados “partidos del siglo, de este mes”, y para contentar a todos, diríamos eso de “que Dios reparta suerte”. Sin embargo, este vecino lleva unas veinticuatro horas, reconociendo minuto a minuto la “estulticia” de que hacemos gala. “Tontos” porque de un día para otro sacamos palabras nuevas, naturalmente en inglés, como si las utilizáramos de toda la vida, y optamos por rechazar las respectivas palabras en castellano.
A alguien se le ocurrió ayer denominar a la zona de esparcimiento creada en Valencia para los aficionados de cada  uno de los equipos finalistas de la Copa del Rey como Fan Zone, y desde ese momento, y al grito de “maricón-el-último” todos los medios de comunicación están repitiendo las mismas palabras, porque parece que “estar a la última” es ésto.
Este vecino no niega que en países anglófonos se refieran a ese lugar con esas palabras, pero con un idioma tan rico como el castellano, es de juzgado de guardia utilizar ese término.
Si tenemos una palabra sugerente, pizpireta y más española que una paella es “chiringuito”, que, además,  por el prolijo uso que se le ha dado, puede emplearse en diferentes acepciones, y el “chiringuito para los hinchas” no deja de ser molón y hasta un poquito “cheli”, pero ahora se lleva lo extranjero como indicativo de moderno. Y si nos dicen “país pobre” nos ponemos, por decirlo en fino, de mal café o incluso de “bad milk”, pero si nos dicen “poor country” parece que nos venimos arriba, cuando seguimos siendo igual de pobres, y además hemos hecho el ridículo, sin enterarnos, lo que es más ridículo todavía.
Si queremos que nos respeten en Europa, y en cualquier lugar, primero tenemos que respetarnos nosotros mismos, y utilizando cualquier palabra que suene a foránea, no vamos por el buen camino, porque si los extranjeros aprendieron a respetar nuestra “siesta”, o nuestra “fiesta”, que respeten también al “chiringuito” o a cualquier palabra que nos apetezca usar, porque de lo contrario nos tomarán por “tontos” pero no un tonto cualquiera sino al “tonto del bote” que eso sí es español, y además no tiene traducción. ¡Que se jodan!



martes, 15 de abril de 2014

SEMANAS AL ESTILO INGLÉS

Una cosa es la teoría, y otra muy diferente, la práctica.
Siempre nos han enseñado que una semana son siete días, pero fíjate, por ejemplo, en las semanas del “Corte Inglés”, duran más. A lo mejor por eso son semanas fantásticas porque uno les pone la cantidad de días que le da la gana…
En teoría, también,  irse de vacaciones está bien, pero ya antes de salir de casa, topamos con el primer problema: hacer la maleta.
Siempre he admirado a esos que antes de hacer un viaje, grande o pequeño, dicen eso de: -Yo apenas llevo nada, porque lo que necesito me lo compro por el camino.- Aunque me imagino que siempre habrá que tener en cuenta la zona donde vas a pasar las vacaciones, porque comprarse algo en un desierto lo veo un poco complicado, porque entre otras acepciones, “un desierto”, lo es, porque no hay nada.
Y es que, llegadas estas fechas, a este vecino siempre le pasa lo mismo ante una maleta vacía, una especie de miedo escénico, y veo la maleta pequeña, pequeña, por muy grande que ésta en realidad sea, y los objetos que tengo que meter, muy grandes, sobre una cama inmensa. Tras incluir lo estrictamente necesario, siempre se me acercan fantasmas, multitud de ellos, pero siempre bajo la denominación de “porsiacaso”. Porque entre otras cosas, nunca sabes exactamente el tiempo que va a hacer: -Por si llueve, por si va a hacer mucho sol, por si se retrasa el medio de transporte, por si tengo frío, por si tengo calor, por si hay spá en el hotel,  aunque en realidad qué me importa a mí un spá, sino sé lo que es, aunque seguro que es muy caro
Lo dicho, un viaje se puede convertir en un verdadero “sinvivir”, y eso si las vacaciones son normalitas, porque si seguimos con el ejemplo de la semana del Corte Inglés, y añadimos el término “fantástico” a las vacaciones, podemos acabar,  hasta en la luna, o con la luna, que no es lo mismo. Y eso, que durante la Semana Santa siempre puedes incluir, en tu maleta, a modo de comodín del público, un simple traje de nazareno color violeta, y un cucurucho de cartón forrado de la misma tela, que al esconder tu rostro, te permita sentirte lejano de todo, y de todos, e incluso intentar escapar, por unas horas, de la “parienta” o del “pariente”, aunque nunca puede haber nada más inquietante, por la calle, que un "nazareno" sin procesión.
Quizás, y aquí el “vecino del mundo” se pone más que serio, puñetero, muy puñetero, y las verdaderas vacaciones serían escaparse de uno mismo, o dejar de ser, por unos días, ese que eres, y evitar ser vigilado por un cerebro al que no dominas del todo, y algunas veces tienes serias dudas de que no haya en realidad un “Gran Hermano” dentro de él, de tu cerebro, y que en el fondo no deja de vigilarte…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 14 de abril de 2014

PONGA UN CALVO EN SU VIDA

Este vecino ha comenzado el día de muy buen humor al comprobar cómo se las gasta alguno con tal de ayudar a su equipo de fútbol.
Ayer y durante el partido Getafe-Atlético de Madrid, y cuando Diego Costa iba a tirar un penalti, una persona que se encontraba detrás de la portería del Getafe se baja los pantalones, y todo lo que llevara, enseñando su blanco trasero, con el fin de desconcentrar al jugador colchonero, y debió de conseguirlo porque el portero paró el penalti.
Todo podía haber quedado en una anécdota más, pero a este vecino le han entrado unas ganas inmensas de hacer lo mismo, o lo que vulgarmente viene siendo “hacer un calvo”. Lo bien que te tienes que quedar enseñando tus blancas vergüenzas en un momento dado. Y como se suele decir, a vuela pluma, se le ocurren al vecino unas cuantas dedicatorias, dejando claro que para hacer esta pequeña lista se ha huido de lo obvio, mencionar a la clase política:
A esa vecina que todos los días al levantar la persiana te la encuentras en la ventana de enfrente, mirándote con cara de “sé lo que has hecho este fin de semana”.
A esa cajera, que ahora en muchas tiendas te pregunta si vas a querer una bolsa, porque en ese caso te la va a cobrar.
A ese conductor que cuando ve que vas a comenzar a cruzar un paso cebra acelera para enseñarte el poder de sus caballos.
A la madre de ese niño que no para de llorar, o de molestar, durante todo el viaje en autobús, o en cualquier establecimiento público, y ella es la única que parece no darse cuenta.
Al inventor del “abrefácil”, porque sabe que en un noventa por cierto de las veces no vas a abrir a la primera, y se te queda cara de impotencia, mientras los demás que te rodean intentan disimular la risa.
Al que busca una prenda de marca, que los hay, en una tienda de chinos, y al no encontrarla mira a la dependienta, porque normalmente es mujer, con cara de perdonarle la vida.
Sé que a vosotros se os ocurrirá muchos casos más, pero la intención era mostrar lo primero que te sale de dentro, porque es lo que verdaderamente te molesta.
Me imagino que hoy, en el día después, esa persona que se bajó los pantalones será muy criticada, pero para este vecino es un héroe. Porque hacer un calvo en un momento dado es intentar luchar contra la adversidad con un toque de humor, empezando por reírse de uno mismo. Es como escupir contra el viento, mostrando así tu rebeldía, y que no te importen las consecuencias, que las habrá. 

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ESTUDIO AL AIRE LIBRE

Hoy ha sido uno de esos días en que la belleza ha salido a recibirnos.
Mañana de domingo primaveral esplendida con marea baja, y por supuesto, paseo obligado por la Playa de la Concha y Ondarreta. Mucho gabacho, porque el francés en Donosti no es francés, sino gabacho, y dicho además con mucho cariño, porque se gastan sus euros cambiando su chip de su manera de ser una vez pasada la frontera.
Tras comprobar de que todo estaba en su sitio, el Peine del viento, más gabachos, incluido, y al volver a la altura del Hotel Londres una hilera de niñas y jóvenes, celebrando el “Día Internacional de la Danza”, aunque en realidad oficialmente no era hoy, y marcando pases de ballet con la célebre barandilla de la Concha como barra improvisada.
Hoy sí que ha sido verdad eso de que la belleza, y el arte, han salido al encuentro. Da gusto comprobar la cantidad de gente joven anónima que “coquetea” con el arte, en este caso la música, por la mera razón de que simplemente les gusta, y se sienten atraídos por ello. No solo hay gente joven que quiere ser “famosa” por el mero hecho de serlo, sino otros, me gustaría que pensar la mayoría,  que quieren realizar unos sueños que rondan más con la realización personal, y porque simplemente les gusta.
Este vecino se ha acordado de esos cuadros de Degas, llenos de bailarinas en eternos ensayos siempre en espacios interiores, y, sin embargo, hoy, el cromatismo obtenido al observar a unas jóvenes frente a la inmensidad de la naturaleza, hacía resaltar, más si cabe, la fragilidad del baile, y comparar belleza junto a belleza.
Ha sido, de verdad, uno de esos momentos en que una persona puede dar gracias, a lo que crea, si cree, a Dios, a la providencia, o simplemente a la suerte, de poder pensar, sentir, incluso soñar, porque en realidad eso quizás es también la danza, una manera de soñar con tu cuerpo y tu mente mecido por otros sueños, en este caso del compositor,  que en su momento tomaron forma de notas musicales.
Por una vez, y con la esperanza de que cree precedentes, este vecino estaba en el lugar y momento adecuados para, al menos, cargarse de buenos sentimientos y esperanzas, de todas las jóvenes que por unos momentos han sido tan generosas como para compartir su arte en un estudio al aire libre. Y es que cuando la belleza se llena de belleza, se está muy cerca del cielo.

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sábado, 12 de abril de 2014

DE CUENTOS DULCES Y COCODRILOS HAMBRIENTOS

Hay personas que “cuidan” tanto su dinero que popularmente se suele decir que tienen cocodrilos en el bolsillo, aunque en estos tiempos de crisis hasta los cocodrilos se han ido intentando encontrar algo que comer. Y quien más o quien menos se busca la vida como puede, y además es mejor que no desvele su “truco” para sobrevivir moralmente a nadie, porque en este país hasta las paredes oyen, y seguro que de un día para otro aparecería un nuevo impuesto sobre lo que a ti te ayudaba a subir la moral.
Muchos de mis seguidores saben que me encanta el cine, y que mi película favorita es “Doctor Zhivago”, pero reconozco también que esa historia no es para recordarla todos los días porque, entre otras cosas, y espero que no se me acuse de “spoiler” (o destripador de finales), después de tantos años, ya todo el mundo sabe que no acaba bien, es decir, como la vida misma. Por eso, como terapia emocional, y cuando tengo que andar con mucho cuidado para no pisarme la moral, he de confesar que me atizo una sesión de “Notting Hill” en vena, y me quedo como nuevo.
Ya sé que me diréis que es un cuento, un cuento ambientado en la actualidad, pero un cuento. Eso sí, esta vez es la princesa quien planta un beso al ceniciento que se convierte en príncipe. Y puestos a que en esta sociedad nos cuenten cuentos y milongas para robarnos la cartera, siempre viene bien una historia con bonito final y llena de buenas intenciones, salpicada de humor inglés para que entre risa y risa, las lágrimas no resbalen por la cara sino que salpiquen directamente al que está al lado.
En mi caso además influye que tengo muy buenos recuerdos de Londres, y estoy convencido desde hace muchos años, de que en esa ciudad, y solo en ella, cualquier cosa es posible, como que alguien vaya en pijama por la calle y nadie lo mire, y si lo digo, es porque tengo pruebas.
Espero que tras esta confesión a nadie se le ocurra incrementar más el IVA a las películas dulces, ya que me imagino que los políticos no leen este tipo de blog, porque entre otras cosas cuando no ejercen su profesión deben de estar muy ocupados contando la fortuna que están amasando, o cómo “moldear” las leyes a su manera. Además, es bien sabido que el corazón y los sentimientos están bastante alejados de la cartera, y solo deseo, que algún día al meter su mano en su bolsillo, encuentren los cocodrilos que emigraron del mío por no poder sobrevivir en él.

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viernes, 11 de abril de 2014

DE LIMPIEZA EN MI ATALAYA

Haciendo limpieza en mi atalaya desde la que observo la vida pasar, me he encontrado con multitud de recuerdos abandonados sin ningún orden ni concierto, dejados según terminados de vivir, como caían en el baúl del desdén.
Hay un ligero olor a ayer que lo inunda todo. He abierto las ventanas de par en par para que escaparan los sonidos que a modo de bandas sonoras se pegaban a las paredes negándose a abandonar el lugar que les ha querido durante tanto tiempo.
Hay un ligero olor a felicidad, en pequeñas dosis, difícil de encontrar, y tan difícil de olvidar. Un olor que nunca empalaga, con cierto recuerdo a salitre, a moreno de piel y eco de gaviotas. Por cierto, qué triste es esa imagen de nuestros días en que puedes encontrar a las mismísimas gaviotas perdidas en la mitad de una gran ciudad, algo tan extraño como buscar la virginidad en una recóndita casa de lenocinio.
Me ha parecido encontrar una sombra de juventud, pero solo era un desconchado de pintura, como los años que visten nuestra piel. Mientras algunas personas intentan disimular el tiempo con chapa y pintura de muy diversa índole, otros nos tomamos el paso del tiempo, y las primeras y segundas arrugas, como medallas que el tiempo nos pone. Y es que lo importante es resistir al mando del barco, de tu cuerpo, sin temor a todo tipo de tormentas, o incluso a mares en calma chicha con sabores de indiferencia y olvido.
Haciendo limpieza en mi atalaya encuentro recuerdos no recordados, escenas jamás escenificadas, porque fueron tan solo bosquejadas en un cuaderno de deseos incumplidos, y tan olvidados como aquella vez en que descubrimos que el amor es un tipo de flor que con el tiempo se marchita, y que solo se puede regar con la ilusión del día a día. 

*FOTO: DE LA RED

jueves, 10 de abril de 2014

"HAPPY" A LA ESPAÑOLA

Por una vez este vecino va a añadir, en lugar de foto ilustrativa,  el video oficial de la canción “Happy” de Pharrell Williams, una especie de banda sonora, que por poco que tengamos los oídos alerta, desde hace unas semanas nos persigue por todos los sitios, y que quizás instintivamente nos hace gritar a los cuatro vientos a modo de himno subversivo “I am happy” (Estoy feliz),  y este vecino añadiría cada vez que lo repite la canción, que son innumerables, el consabido “a pesar de todo y de todos”.
Más de uno de los seguidores de este vecino del mundo se habrá preguntado qué es lo que le habrá ocurrido para no saber nada de él durante más de dos días.
En realidad el vecino ha descubierto, y muy al contrario de lo que estaba convencido,  que piensa con la boca, porque ha estado esos dos días precisamente con tal dolor de muelas, que hacía que todo lo que se le ocurría era, más que subido de tono, directamente impublicable.
Tras la intervención de su dentista favorito, si es que puede haber favoritismos en este tipo de cosas, el vecino se encuentra mejor de las muelas y muy ligero en lo que al “bolsillo” se refiere, y ha dormido a pierna suelta. El único inconveniente, precisamente, tiene relación con el video expuesto al comienzo del post de hoy. Y es que este vecino ha soñado con una versión muy diferente del mismo.
Aunque no recuerda a todos los que han intervenido en el sueño, que por el cariz que ha tomado se ha convertido en pesadilla, los principales protagonistas del “Happy” a la española eran, cantando y bailando, naturalmente, José Luis Bárcenas (con los Alpes suizos al fondo), Iñaki Urdangarín (entrando en su casa de Pedralbes),  Esperanza Aguirre (mientras sale de su coche para sacar dinero del cajero automático), María Dolores de Cospedal (en plena rueda de prensa delante de cientos de periodistas), Artur Mas (delante de Mariano Rajoy), y la colaboración especialísima del rey Juan Carlos, que además ha empezado bailando con muletas, y en un momento dado, en pleno éxtasis, se despoja de ellas, mientras marca unos pasos “break-caderas”. 
Para que luego, más de uno, especialmente de la derecha, se eche las manos a la cabeza ante el último vídeo de Amaral en el que se ven dibujos sobre políticos españoles. Para vídeo duro el que ha soñado este vecino, y el problema es que todavía se le puede presentar, en más de una ocasión, tras la esquina de cualquier mala digestión.

*VIDEO: HAPPY - PHARRELL WILLIAMS

martes, 8 de abril de 2014

EL APRENDIZ DE PETER PAN

No hay como un paseo por el campo para templar los ánimos, para ver la vida, con sus problemas, de otra manera. Y cuando este vecino se refiere al campo no es perderse por tierras que no están ni contempladas en el mapa, acompañado solo por una brújula y una cantimplora, sino que en este caso, y dado de que se encuentra en Ortuella, en el lado vizcaíno de su  vida a caballo de dos provincias, Guipúzcoa y Vizcaya, con solo andar una hora, uno se encuentra alejado de todo, al menos de su todo, que en realidad es muy poquito. Y quizás la vida es eso, una pura contradicción, hablar de todo cuando cada vez se tiene menos.
Habrá otras historias más interesantes, seguro, pero en el libro de tu vida, eres el protagonista, y has aprendido con los años, que quizás lo importante son los capítulos en sí, y que hay que vivirlos, cada uno de ellos, como si fuera el último, porque no sabes, en realidad, si de verdad lo será.
Estaba en ésas el vecino en el paseo de hoy, cuando ha visto a un niño, de poco más de un año, en esa época en que los niños andan marcando mucho los pasos y que parece que en cualquier momento se pueden caer, porque no saben qué hacer con su trasero, y les da problemas para guardar el equilibrio, cuando de repente ha “descubierto” su sombra en un pequeño momento de resol que ha habido, e intentaba escaparse de ella, como un aprendiz de Peter Pan. 
Y el vecino, ya en casa, ha llegado a la conclusión de que quizás la vida es eso mismo, un juego de luces y sombras, de creer ver y de lo que ves realmente.  De encontrar momentos mágicos entre momentos catalogados como “normales”, y saber vivirlos y saborearlos. Y por un momento, y aunque quizás no tenga relación, este vecino se ha acordado de aquel caballero de la Mancha, que confundía molinos con gigantes, y que quizás es bueno tener ese gramo de locura que hace la vida, sino más feliz, si al menos de dos lecturas.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 7 de abril de 2014

LA FIGURA DE LA SEMANA

Algunas veces cuando este vecino va a tratar un tema sobre alguien de quien ya ha hablado con anterioridad, aprovecha para leer, lo ya escrito, otra vez, y es una manera de echar la vista atrás, y  ver si en alguna opinión ha podido variar, y en el caso de hoy, la figura de la semana, Doña Esperanza Aguirre, las opiniones que ya se esbozaban en el post “Aguirre, o la cólera de Dios” del 23 de mayo del 2012,(http://patxipe.blogspot.com.es/2012/05/aguirre-o-la-colera-de-dios.html) no han cambiado ningún ápice, muy al contrario.
Como hay personas que leen al vecino desde muy lejanas tierras, quizás convendrá informarles de que la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, protagonizó, hace cuatro días, un incidente con un agente de Movilidad y, posteriormente ignoró el alto que le dio la Policía Municipal en el centro de Madrid, según confirmó el Ayuntamiento de la capital y fuentes policiales, tirando en su huida una de las motos.
La Señora Aguirre (aunque habitualmente va acompañada por dos escoltas, en ese momento estaba sola) había parado su coche en el carril bus de la Gran Vía, sobre el número 44, en la plaza de Callao. Según explicó posteriormente, se había detenido para sacar dinero de un cajero.
Hasta aquí, y muy resumido, las últimas aventuras de  uno de los granos que le ha salido al PP en los últimos años.
Doña Esperanza, porque ante todo nunca hay que abandonar la buena educación, aunque ella sí lo haya hecho, es como la “tita” que todos hemos tenido, o que tenemos, soltera y con posibles, y que todos los familiares la tratan mejor de lo que se merece con la esperanza, una vez más, de que sea a ellos a quien deje como único heredero. Normalmente, en estas historias suele haber dos finales posibles. El primero, que una vez fallecida, se descubre que no tenía ni un euro, y te imaginas su carcajada con eco desde el más profundo de los infiernos. Y el segundo final es, que todo lo que tenía, que era muchísimo, lo ha dejado a un convento de monjas, que los últimos días de su vida le llenaron de cuidados.
A este vecino este suceso no le ha extrañado en absoluto, porque personas como la Señora Aguirre son capaces de cualquier cosa, y el problema, desde su punto de vista, no es suyo, sino que las leyes están mal hechas. Se tendrá que inventar, ipso facto además, una señal de tráfico con unas gaviotas sobre fondo azul para que indiquen “zona para estacionar dirigentes del PP”, que dicho sea de paso, y visto lo visto, deberían de usarse hasta en Suiza.
Recalcando una vez más de que a este vecino no lo ha extrañado nada, porque cree, firmemente y desde hace mucho tiempo, de que Doña Esperanza es capaz de todo, una especie de Robin Hood a la inversa, es decir que no roba a los ricos… (ya entendéis al vecino), lo más triste de todo, es que una de las escusas que esgrime es que el comportamiento de los agentes en cuestión fue totalmente machista. Y eso no ayuda a los millones de mujeres que se baten el cobre cada día para ganar milímetro a milímetro una posición que sea cada vez más justa.
Ella, Doña Esperanza Aguirre, condesa consorte de Bornos y grande de España, confunde el ser hombre con el machismo, aunque también se podría confundir el ser mujer con ser feminista, y en el caso de la Señora Aguirre, eso no vale, porque ella solo ha mirado siempre, siempre, por sí misma, ni siquiera por su partido. Y es que en el fondo, sigue habiendo diferencia, y mucha, de clases, y ella, al menos eso piensa, la tiene toda.

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sábado, 5 de abril de 2014

"KAMIKAZE" UN VEHÍCULO DE ALTA GAMA (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)

“Kamikaze” es la primera película como director de Alex Pina, un hombre bregado en mil guiones para televisión, como “El barco”, “Los hombres de Paco”, “Los Serrano”, y productor también. Es compañero habitual en trabajos de la factoría de Daniel Écija (Globomedia).
En esta película, haciendo honor al título de la misma, el Señor Pina se la juega con una historia mezcla de mil géneros. En realidad, el secreto para pasárselo bien en ella, es pensar que estás montado en un automóvil de alta gama, sin cambios, y él solo te va llevando por todo tipo de situaciones, acción, amor, suspense, costumbrismo. Película de una factura impecable. Para sí la quisieran muchas películas americanas.
Slatan, el protagonista, nacido en Karadjistan, tiene que hacer explotar una bomba en un avión repleto de pasajeros durante el trayecto Moscú - Madrid. Sin embargo, una tormenta de nieve suspende el vuelo, y los pasajeros, y todos nosotros, seremos alojados en un hotel alejado de la civilización, en plena montaña, hasta que se pueda reanudar el viaje. La convivencia del terrorista durante varios días con sus, en teoría previsibles víctimas, le harán vivir mil situaciones muy alejadas de su vida habitual, y conocer otro tipo de sentimientos alejados del odio.
El reparto es impecable. Aunque casi se podría calificar a esta aventura cinematográfica como “película coral”, destaca un Alex García, que está que se sale, en la piel de un impresionante terrorista, haciéndonos olvidar su origen tinerfeño, con mil frases en ruso. Eduardo Blanco, argentino de pura cepa, como un desternillante y sentimental representante de zapatos de mujer, deja entrever su bregada carrera como actor teatral. Y comparte muchas escenas con Doña Carmen Machi, que una vez más deja huella con la maestría de su actuación. Del largo y variopinto elenco, no hay que olvidar tampoco a un Héctor Alterio en una clase magistral de humanidad. Este vecino deja para el final, para cerrar con un broche de oro, a Verónica Echegui que llena la pantalla con su sola presencia, repleta de candidez y sexualidad a un mismo tiempo. Sus personajes son siempre, opinión muy personal, más creíbles por su falta de dicción. Y el que no esté de acuerdo que vea las películas de Marlon Brando en su muy peculiar inglés, y que le ayudó a hacer más personales sus trabajos. Si el cine americano no la ha descubierto todavía, es que son miopes.
Película que, y este vecino está seguro de ello, como el buen vino, mejorará en el "ranking de películas más vistas" con el tiempo, porque en este momento el público solo se fija en “Ocho apellidos vascos”. Si el boca a boca es justo, que normalmente lo es, en cuestión de unas semanas llenará las salas, porque se lo merece, y mucho.

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viernes, 4 de abril de 2014

SE ACERCA EL 2016, Y YO CON ESTOS PELOS

Lo ocurrido con la dimisión de Itziar Nogueras, hasta hace dos días Directora General del proyecto San Sebastián 2016, a este vecino no le ha extrañado en absoluto. Y es que intentar organizar algo en Donosti es lo que tiene.
Vaya por delante que hoy no voy a ser políticamente correcto, y que en realidad me he dado veinticuatro horas de barrera de seguridad para bajar la mala leche tras la noticia.
Y es que en Donosti siempre estamos igual, y el problema es sexual, siempre lo ha sido. Sí, es aquello de "yo la tengo más grande", y hay competición entre unos y otros. Y que nadie me diga que no es una cuestión política, porque en Donosti es política todo.
Algunos al leerme dirán, ya está el “listillo” de turno, que visto lo visto, se sube al carro de las críticas. Y no es así, porque ésto se veía venir por nuestra historia, o por nuestra manera de ser, o por nuestro ADN, o por nuestra idiosincrasia....
Para hacer una estación de autobuses han pasado más de treinta años de dimes y diretes, y cuando ya se empieza a hacer, de un plumazo se quita un piso del proyecto, y además aumenta el costo de la obra. A mí que me lo expliquen.
Para hacer un campo de fútbol, nuestro campo de futbol, se tardó más de diez años porque ya para antes del mundial del 82 se quería hacerlo, pero desde la federación solo se daba ayudas para mejorar el campo, si se era elegido sede oficial, y eso nos parecía poco. Total que al final se hace el campo, pero eso sí, para recibir todo tipo de ayudas hay que hacerlo con pistas de atletismo, pistas que tras usarlas en contadas ocasiones, en realidad acortan en mucho, la posible asistencia de público, y el consiguiente dinero, de aficionados. Y en un campo, todavía nuevo, hay que hacer obras, y además costosas.
Conseguimos también hacer una plaza de toros futurista, y todo se queda en futurista porque se organiza mal hasta las concesiones del centro de ocio, y en el futuro ya veremos.
Podríamos seguir con el proyecto de Tabacalera, etc.etc. pero ya tengo la tensión por las nubes y mi galeno de cabecera me recomienda mejor no hacerlo.
Luego, miramos siempre de rabillo al vecino bilbaíno, y en el fondo tenemos envidia de que ellos deciden un proyecto, y al poco tiempo ya lo tienen realizado. Nos quejaremos siempre de que el gobierno vasco les trata a ellos de otra manera. Y el problema reside en realidad en nosotros, que no hacemos bases sólidas, porque siempre nos estamos pegando los unos con los otros, y si mi partido hoy está en la oposición, dice una cosa, y si sube al poder, dice otra.
Seamos sinceros con nosotros mismos, lo único que nos funciona bien es “el marco incomparable” y eso porque ya venía de serie, porque si tenemos que organizar la ubicación de la isla nosotros  todavía andaríamos con estos pelos y con las consiguientes comisiones.
En un país de grandes voces, de grandes corales, de grandes cocineros, con grandes equipos, se necesita ahora más que nunca, que todos nos juntemos, y que alguien  coja la batuta, y que los demás le dejen hacer. Tenemos que cesar de mirarnos a nuestro sexo, por nuestro bien común, y éste ahora no es hacerlo excelentemente bien, sino cuando menos no hacer el ridículo en el 2016, que hay muchos que lo están deseando, y vamos camino de ello.

*ILUSTRACIÓN: CARTEL DEL CITADO EVENTO




jueves, 3 de abril de 2014

LA NOCHE COMO VERDAD

Hace muchos años aprendí que la noche es la verdad.  Es el momento en el que los gigantes de la memoria se despiertan, el reino de lo sabido y ocultado. El rastro que queda de los dioses del  miedo.
La noche es la bruja de los cuentos, el hermano malo del bueno, la cara oculta del Edén, la verdad de la mentira. La noche es el sonido del silencio, la sombra del día, el recuerdo de lo que se quiere olvidar. La noche es el vestido del ladrón, el cobijo del amante, el castigo del engañado. La noche es frío para el soltero, la soledad del viudo, la verdad del amargado.
En el mundo de los conquistadores la noche es terreno inconquistable, las arenas movedizas de la memoria, el planeta cuestionable de lo que no se cuestiona. La noche es un susurro constante de lo que quieres olvidar, la cicatriz de la herida, el telón del teatro de la vida.
Los años pasan, y el miedo a la noche contínúa. No existe una escuela para aprender  a dominar la noche, a domarla, a leerla, porque la noche es el lado salvaje del reprimido, la rotura del acero bien templado, el final del terreno conocido, el lugar donde no sirven los mapas.
Aunque te quiera olvidar la noche es tu aliada, porque susurra tu nombre en deseos interminables, porque me recuerda a aquella vida contigo. Ahora, sin embargo, son noches capadas, sin la luz de tus besos, de tus susurros, sin el salvoconducto a la felicidad.
Si la noche es la verdad, el resto es mentira, mentira para olvidar tu ausencia, para emborrachar mis sentimientos, pero nunca te podré ver, no doble, sino una simple vez más, para decirte los “todavía” que tengo almacenados, porque todavía te tengo presente, como a la noche en que decidiste dejarme, y las sombras que todavía me cubren. 

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 2 de abril de 2014

MÁS CABREADO QUE UNA MONA

El idioma castellano es muy rico en expresiones para resaltar el estado de ánimo, y este vecino se encuentra actualmente bajo la denominación popular de “más cabreado que una mona”.
Me explico. Esta mañana sobre las nueve he llegado al gimnasio. En el argot taurino diríamos que aquello estaba hasta la bandera y que no quedaba papel en la taquilla. Y es que entre jubilados y parados, encontrar un aparato, bici estática o máquina para subir y bajar escaleras, era más difícil que encontrar trabajo. Al cabo de unos minutos, este vecino ha conseguido una bici, y aunque se podía dar pedales, en la pequeña pantalla no se podía leer ninguna función.
En las paredes del recinto hay cada cinco metros más o menos unos carteles impresos que te recuerdan no superar los treinta minutos en cada aparato. Instintivamente he mirado a la bici de la chica de mi izquierda, su teclado marcaba 37 minutos, y al jubilado de mi derecha, su teclado marcaba 53. En ese momento y con cara de despistado le he comentado al señor de mi derecha: -Por lo que veo, sólo se puede usar 30 minutos cada aparato- Y él con cara de robot jubilado me ha contestado: -Ya, pero luego todo el mundo hace lo que quiere.- En ese momento y apuntándole a su teclado, con total aire de tranquilidad le he dicho –Ya veo, ya.-  
Y continuando con la conversación le he dicho: -Lo mismo pasa en los autobuses, que te dan en el billete el número de autobús y el asiento correspondiente. Y si ya hay alguien ocupando tu asiento, éste siempre te dice que él va todos los días y que nadie respeta el sitio. Y yo siempre les pregunto por qué en cambio respetan el número de autobús, porque cogiendo otro número diferente, a mí me hubieran dejado en paz.
Nada más terminar mi perorata, el señor, con cara de acordarse de algo o de alguien, muy probablemente de mi familia, se ha bajado de la bici, y tras secar el sudor en ella, y con aire de ofendido, ha asaltado otro aparato que se encontraba bastante alejado de mí.
Media hora después y rumiando todavía mis penas, le he comentado a un amigo lo sucedido, y pensando que se iba a adherir a mi sentir, me ha sorprendido diciendo que es probable que los del gimnasio  no puedan poner ese cartel, y que la culpa en realidad es del sistema, pues si antes era un gimnasio para unas mil personas, ahora van unas tres mil.
Le he contestado, ya con aire ausente y con tono de predicar en el desierto, que quizás, en este país, tenemos lo que nos merecemos en cuanto a chorizos que nos mandan, porque estoy comprobando que todos, o la mayoría, llevamos dentro un pequeño dictador, generalmente dormido, pero que cuando se despierta pasa lo que pasa, y hacemos de las leyes un sayo, nuestro sayo, naturalmente.
Lo dicho, más cabreado que una mona.

*FOTO: DE LA RED

martes, 1 de abril de 2014

Y PARECE QUE FUE AYER...

Y parece que fue ayer cuando jugaba a ser mayor, cuando los días eran interminables, cada momento una aventura. No entendía la seriedad de los mayores, ni sus códigos, ni que detrás de un adulto se escondiera un niño jubilado.
Y parece que fue ayer, y ya he olvidado el no querer ser como mis padres, mayores y serios, el  anteponer el juicio por encima del corazón.
En un armario han quedado colgados aquellos sueños que fueron mi piel. Y es que la vida te va pelando como a una cebolla, quitando la inocencia que era tu ley. Los años te han enseñado a preguntar el por qué, el  interesarte por el destino antes de comenzar el viaje, el intentar ver lo que viene detrás de la curva antes de tomarla, la respuesta antes del problema.
El futuro era ser mayor, venir de la mili, y mientras, aprendías a escribir con pluma sobre renglones marcados, a dejar tu marca en el pupitre de madera. Y todas las tardes eran merienda de pan con nata y radionovela al fondo.
No importaba el ayer, porque estabas convencido de que habría muchos, y el mañana quedaba muy lejano, casi tanto como el final del curso. 
En el mundo de los niños solo había dos estaciones, el colegio y el verano. La primera estación, llena de preguntas sin respuesta y regla en la mano, duraba mucho más que aquellos días en la playa o jugando a fútbol. Días de niños, o de niñas, pero siempre separados.
Domingos de misa mayor, de pelo con agua y raya, con ropa de día de fiesta, y de colección de cromos pegados con harina. Domingos de sesión infantil en el cine para los niños, y de bailables en la plaza para los mayores.
Recuerdos de ayer vistos desde la acera del hoy. El mañana nunca llega, porque siempre es hoy o el recuerdo del presente caducado.
Y parece que fue ayer, y en el fondo sigo siendo un niño jugando a ser mi padre, mayor y serio. 

*FOTOGRAMA: DE LA PELÍCULA "LOS CUATROCIENTOS                                       GOLPES",  DE  FRANÇOIS TRUFFAUT

domingo, 30 de marzo de 2014

NUESTRAS VIDAS Y EL CROMA

Me imagino que ya para ahora, la mayoría sabe lo que es “la técnica del croma”, esa pared verde que en España comenzamos a ver con “los hombres del tiempo”, y a la que luego se puede añadir la imagen que queramos.
Y, últimamente, este vecino tiene la sensación de que vivimos en un país lleno de croma, que no corresponde lo que el españolito de a pie ve cada vez que le toca salir a la calle, con lo que luego le quieren vender por la televisión. O peor, cada partido político decora el croma a su libre albedrío, de tal manera que de un paisaje español, obtenemos múltiples y variados.
Separándonos de toda opinión política, ahora, en realidad no somos tan modernos como pensamos, porque somos puñeteros, retrógrados y sobre todo sibilinos.
Estamos hablando, en la tele por ejemplo, de que tal persona famosa ha sido padre, o madre, de un niño. Pero luego a la hora de referirse a la otra mitad de la pareja, distinguen entre novio o esposo, para recordarnos sibil de que todavía les falta algún papel, o póliza. No sería mejor hablar, en general, de parejas, y no crear listados de hijos cuyos padres no han pasado los debidos controles de calidad.
Nosotros mismos hacemos distingos entre unos y otros. En los medios de comunicación siempre se protege  al famoso en contraposición al famosillo.
No importa la gravedad o no de lo que haga el hijo de un famoso de los de toda la vida, para la prensa siempre será “el niño, o niña, de tal”, pero el hijo/a de un famosillo o el de un desconocido, con la misma edad, siempre será tratado como un adulto, y sin piedad.
Hablamos del choriceo político, pero quien más quien menos, si se puede aprovechar de algo, lo hace.
En cualquier conversación siempre se nos escapa, ”Oye, tengo que hacer tal gestión, en tal sitio. Por casualidad, no conocerás a alguien que me pueda ayudar…”. Si eso lo vemos en un político, le fusilamos al amanecer.
Este vecino, por razones que no vienen al caso, está bastante informado con el proceder del españolito de a pie en los hospitales, y ha llegado a la conclusión, por poner una excusa, de que las series televisivas de médicos han hecho mucho daño al espectador, y futuro “cliente” de un hospital. Y como siempre se han visto, en la ficción, problemas de todo tipo, pequeños y grandes dramas, una gran parte, especialmente de familiares que acompañan al enfermo en cuestión, van con el gatillo preparado, y la pistola de la indolencia presta a ser usada. 
Una cosa es ir escamado por los famosos recortes en todo, y otra confundir la sanidad con hoteles todo incluido, y como no hay que pagar, si necesitas una esponja, coges cinco, porque conozco mis derechos, porque si se muere mi padre que no sea porque no se le dé abundante comida en el hospital, porque no me creo que tiene que estar a dieta. Y mi familiar es antes que todos los demás, porque ya conozco como va esto, y a mí ya no me toma el pelo nadie.
Quizás puede ser por el ejemplo que hemos sufrido durante cuarenta años, pero la mayoría somos pequeños dictadores en potencia, y como para algo está el timbre de la habitación, primero que atiendan a mi enfermo, y luego a todos los demás.
Lo dicho, lo del croma no solo se utiliza en las producciones de cine o televisión, sino en la vida diaria, porque todos vemos lo que queremos ver, y los malos siempre son los demás.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 29 de marzo de 2014

YO NO HE PEDIDO ESCRIBIR



Yo no he pedido escribir, nunca lo he hecho. A nadie he pedido reventar la mañana con pensamientos escritos, el saltarme el guion previsto. Nunca quise hacer del desamor una historia, porque el desamor era el fin de la historia.

Pronto aprendí que escribir es fotografiar el pensamiento, gritar a los cuatro vientos los más profundos secretos. Escribir es dejar un testamento  al descubierto, hacer una autopsia de la vida.

Yo no he elegido escribir. Nunca quise sacar la cabeza del furgón de cola. Siempre quise vivir mi vida y dejar vivir a los demás. Pero existen las noches extrañas, los días de lluvia, los momentos tristes. Esos instantes, en que tu cuerpo es una isla, y necesitas una botella en la que mandar tu mensaje al exterior. Necesitas proclamar que estás vivo, o quizás simplemente indicar en un mapa, dónde se encuentran las cenizas de tus sueños, de esos sueños que eran tu norte pero que el viento de la vida más que desplazarlos los extinguió. 

Necesitas confesar que existe alguien con las mismas preocupaciones que los demás, que la historia se repite, que quizás somos originales, pero no únicos.

Yo no he elegido la mañana para escribir en su primera luz del día, pero sí tengo la necesidad de lanzar señales de humo para indicar mi pensamiento, para sugerir que existen mundos secretos, mundos que no hablan pero que se crearon al ser sentidos.

Yo no he elegido la última luz del día para escrutar en el polvo del recuerdo, y abrillantar sentimientos pasados, dejándolos como los chorros del oro, vivitos y coleando. Aprendí a ver en la oscuridad del desdén, en el más allá de una carretera cortada, en lo que ocurre tras “el fin” de una historia, qué se oculta detrás de una puerta cerrada.

El lenguaje de los ojos de mi primer amor, el deseo oculto de sus labios, la sombra de su sonrisa, me enseñaron que todo aquello no se podía ocultar en el olvido. Yo no he pedido escribir, pero lo necesito para sentir que la vida es algo más que un corazón latiendo, que una sucesión de días que te llevan al final. Necesito dar respuestas sin preguntas, explicaciones que no tengan  un origen. Escribir, quizás, sea darte las gracias por no haberte conocido, porque ya solo la espera mereció la pena.


*FOTO: DE LA RED



viernes, 28 de marzo de 2014

ESTOY EN CRISIS

Nunca conviene hacer astillas del árbol caído, porque entre otras cosas son fuerzas que malgastas de manera gratuita, y no está el momento actual como para “gastar” nada.
Quizás utilizando el viejo dicho “el que no se consuela es porque no quiere”, lo bueno que tiene el atravesar un momento malo, por terrible que sea, es que siempre se aprende, y lo mismo ocurre con la crisis.
No quería apuntarme en la Universidad de la Vida y doctorarme en Crisis, pero las cosas han ido así, y haciendo de tripas corazón, y de la cochina crisis una experiencia, hay varias cosas que he aprendido, que en mayor o menor medida ya se desprendían de las vivencias de nuestros mayores cuando inauguraban monólogos “porque tú no has pasado hambre después de la guerra”.
Hay que vigilar el dinero cuando se tiene, como bien perecedero, porque luego te acuerdas de él con cara de amante despechado y cornudo sin remisión.
Cualquier tiempo pasado, con dinero, siempre fue mejor.
El valor de las cosas sencillas.
El dinero, precisamente, con su supuesto pasaporte de libertades compradas,  te puede separar de los tuyos, y hacerte más egoísta.
El valor de la quietud, de vivir los días, y no los minutos. El escribir en los renglones de tu vida con miedo a hacer borrones, porque el borrar significa más gasto.
Volver a recordar ciertas vivencias es vivir otra vez, y además, ahora, te salen gratis.
Llevar una vida sana y saludable, siempre es más barato y rentable, porque con lo que te gastas en una noche de juerga, te puedes pagar cuatro meses de gimnasio municipal.
Una crisis es igual que pasar una enfermedad, si tienes la suerte de salir de ella, te vas a plantear la vida de otra manera.
Y ya para terminar, el comprobar que el éxito te crea nuevas amistades, y el frío de la crisis las congela.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 26 de marzo de 2014

VESTIDO DE LLUVIA



Un día más vestido de lluvia, de paseos mojados por el puerto. Días de recopilar verdes y azules grisáceos. De cuidar tus pasos para estar al cobijo, para no parecer extraño, o quizás loco, por una playa que se siente triste, abandonada por aquellos que la idolatran en otras épocas del año. Una playa que no se siente profeta en su tierra, que de los agasajos muy pronto pasa al olvido.


Un día más vestido de invierno, aunque sea primavera, en el que no hace falta mirar al armario para vestirte de extraño, porque tienes la necesidad de sentir las gotas de lluvia sobre tu cara. Un bautizo de realidad sobre un rostro maquillado de mil conversaciones impostadas. Una vuelta a tus raíces, a tu soledad de las horas bajas.


La lluvia espanta a muchos, y convoca al club de los poetas sin poema, al francotirador de ideas imposibles, al habitante de mundos paralelos, al arquitecto de besos sobre papel de epidermis.


Hoy quiero jugar a ser cazador de arcoíris, a domador de instintos primarios, a compositor de bandas sonoras para historias triviales. Quiero habilitar mi bañera como parque acuático. Hacer lo que no he hecho nunca. Mirar a la gente de siempre para inaugurar frases nuevas, para crear situaciones nunca pensadas. Encontrar las otras caras del prisma del que miramos.


Un día más del almacén de los días contados, de la oficina de reclamaciones para causas perdidas de sueños no encontrados. Día gris para pintarlo de ilusión, porque sigues aquí aunque más de uno no se haya dado ni cuenta, ocupado en acumular reconocimientos sobre hechos que caducan, como lo hace la vida misma.


Un día más vestido de lluvia, para regar comportamientos secos y relaciones en barbecho. Para mojarte la melena de los comportamientos engominados como manda la ley, y despeinarte de una vez por todas.
Siempre has tenido la llave en tu mano, pero nunca has encontrado la puerta de tu libertad. Y hoy, vestido de lluvia, es un buen día para abrir puertas de mundos interiores, sueños de soles nacientes que nunca morirán. Hoy es un buen día malo para encontrarte.

*FOTO: DE LA RED

martes, 25 de marzo de 2014

SELFIE, FOTÓGRAFO DE MODA

Ayer tenía frio por la noche y encendí la estufa en la sala. Poco a poco me fui templando. Esta mañana me he dado cuenta de que en realidad la citada estufa continuó apagada. ¡Lo que hace la autosugestión! Con las ganas que tengo de visitar las cataratas del Niágara, y el poco dinero que hay, espero poder autosugestionarme y ahorrarme el viaje, pero con la sensación, eso sí, de haber estado allí.
Por otro lado, tengo una vecina, de mediana edad, Laura, que no se autosugestiona, aunque seguro que sería fácil para ella, porque destaca por su inocencia, y quizás ésto sea una buena base para autosugestionarse. 
El otro día hablando con ella, está convencida de que Selfie es un fotógrafo que está de moda. Me comentaba que además, a pesar de los tiempos de crisis que estamos pasando, él, sin embargo, debe de estar pluriempleado, porque lo mismo estaba en la Gala de los Oscar, que muchas estrellas al final posaron con él, que en cualquier campo de fútbol, donde los jugadores posan en su vestuario para él. Lo curioso además es que, debe de estar en una situación estresante, porque en la misma jornada deportiva puede estar en varios vestuarios a la vez.
Eso es una consecuencia de utilizar siempre palabras en inglés, que muchas veces lleva al despiste, y cualquiera le dice que “selfie” significa sacarse una foto uno mismo, porque sería algo así como hablarle de los Reyes Magos, que quitado el misterio, queda en nada.
Ya antes, su inocencia le había causado algún que otro problema, y para cuando se enteró de que en el equipo ciclista de la “ONCE”, los corredores no eran ciegos, la entidad ya se había disuelto, porque de lo contrario podían haber tenido más que palabras con ella, al menos los directivos del equipo, porque decía, y no le faltaba parte de razón, que en sí mismo el equipo era una contradicción con los fines de esa organización.
De todas maneras, sea mediante autosugestión o grandes dosis de inocencia, algunas veces el mundo así, o revestido de cierto misterio, es más divertido. Y es que la realidad, en su crudeza, deja las vergüenzas al descubierto. Y sino, por ejemplo, hay que recordar lo felices que éramos todos cuando Urdangarín era el hijo que muchas madres hubieran querido tener, o el prototipo de yerno modelo. Ahora, sin embargo, si se descuida puede acabar en La Modelo. ¡Qué inocentes fuimos! Casi tanto como pensar que con ser un país democrático se conseguía la felicidad plena. ¡Y así nos va! 
Me parece que me está entrando frío otra vez, y ahora es en el alma.

*FOTO: DE LA RED